La ortodoncia lingual hace referencia a los brackets (ortodoncia común de piezas metálicas) que se colocan en el interior de los dientes, es decir, en la cara lingual (parte trasera del diente que no da al exterior y tiene contacto con la lengua).
Esta técnica ha avanzado mucho estos últimos años debido a su gran eficacia, a la par que a su funcionalidad estética al no observarse el tratamiento en el paciente.
La ortodoncia lingual se caracteriza por que los brackets (piezas que se colocan en los dientes para corregir su posición) se colocan en la parte interna de los dientes, que recibe el nombre de cara lingual, de ahí su nombre.
Es un método estético que se realiza cuando el paciente no quiere que se vean los brackets. Además es un tratamiento que presenta claras ventajas frente a la ortodoncia tradicional, ya que facilita la higiene dental durante el proceso en la zona delantera de los dientes y en la trasera también, ya que está en continuo contacto con la lengua y por tanto con la saliva.
Por otro lado, no se daña la superficie de la cara externa de los dientes, que en la tradicional provoca la aparición de manchas en el esmalte derivadas de la descalcificación.
Pueden ponerse a medida para cada paciente o utilizar un arco lingual estandarizado.
La ortodoncia lingual la puede elegir cualquier paciente que desee corregir sus dientes de manera tanto estética como funcional.
Después, se decidirá si el tipo de brackets es lingual o no de acuerdo con el ortodoncista, en función de cada caso y paciente.
Principalmente se elige este tratamiento de ortodoncia lingual por su “invisibilidad”, ya que al ir colocados por la parte interna (cara lingual) de los dientes, son mucho más estéticos y no se aprecian desde fuera.
Sin embargo, es un tratamiento más largo que si se usasen los brackets tradicionales.
La ortodoncia es un tratamiento que puede llevar ciertos riesgos asociados en cuanto a la aparición de efectos secundarios durante su tratamiento:
Frente a cualquier síntoma que aparezca durante el tratamiento el paciente debe comunicárselo a su ortodoncista para ver la forma de corregirlo.
Antes de iniciar la ortodoncia, el paciente se tiene que someter a una serie de pruebas para determinar correctamente el tratamiento.
Lo primero es diagnosticar todos los problemas presentes en la cavidad bucal del paciente. Después, mediante una radiografía 3D y un programa especializado, se le mostrará al paciente la maqueta del tratamiento al que se va a someter y el resultado final que obtendrá.
Una vez decidido el tratamiento, y estando en conformidad el paciente, se iniciará la ortodoncia lingual, teniendo que acudir a la citas fijadas con puntualidad y periodicidad.
Tras la ortodoncia lingual, se colocan unos dispositivos que pueden ser fijos o removibles (de quita y pon) que evitan que los dientes tiendan nuevamente a su posición anterior.
El paciente deberá fijar un cuadro de revisiones periódicas para cumplirlo, y comprobar que los resultados obtenidos son estables en el tiempo.
Cuando finaliza la ortodoncia los dientes están más sensibles por lo que se debe tener mayor precaución en su cuidado y mantener una buena higiene bucal.
Mediante la ortodoncia se consigue dar solución a distintas alteraciones bucales:
Una ortodoncia lingual es más compleja que una ortodoncia común y su precio se encuentra alrededor de los 7.500 € de media.
Es la ortodoncia en la cual los brackets se colocan en la cara lingual (interna) de los dientes, es decir, por dentro de los dientes en la zona más próxima a la lengua.
Invisalign hace referencia a la ortodoncia transparente. Son alineadores similares a una férula dental hechos de un material transparente, personalizados a la boca de cada paciente y se pueden quitar y poner. Se renuevan periódicamente.
Los brackets más estéticos son los brackets linguales ya que se sitúan en la cara interna de los dientes y son invisibles hasta en las distancias cortas.