Actualizado el día 30/08/2021
La ligadura de trompas es el método anticonceptivo más común en todo el mundo, situándose cerca del 20% de todos los métodos anticonceptivos utilizados por mujeres de hasta 49 años y que viven en pareja.
Se trata de un procedimiento quirúrgico que se usa como método de esterilización en la mujer y que consiste en interrumpir la conexión entre las trompas de Falopio y el útero para evitar que se produzca la fecundación. De este modo, se impide el embarazo de forma permanente.
La intervención quirúrgica para la ligadura de trompas es rápida y eficaz y se puede realizar bajo anestesia general, anestesia local o anestesia raquídea.
Existen varias técnicas para para ligar o cerrar las trompas de Falopio, que incluyen cortar y anudar las trompas, dañar la trompa mediante el uso de corriente eléctrica, aplicar clips o anillos de silicona y bloquear las trompas con productos químicos o insertos tubáricos.
A través de las trompas de Falopio el óvulo progresa desde el ovario para ser fecundado. Si se interrumpe esta conexión se podrá evitar que la fecundación sea posible. Esto se puede lograr mediante diferentes métodos que suelen llevarse a cabo por laparoscopia. En la actualidad, los más utilizados son:
Se trata de técnicas muy eficaces con una tasa de fracaso (embarazo) a los 12 meses posteriores a la esterilización muy baja y una aparición de complicaciones graves muy poco frecuentes. La electrocoagulación se puede asociar con menos dolor postoperatorio que los métodos de Pomeroy o de anillo tubárico.
La ligadura de trompas es un método anticonceptivo definitivo adecuado para mujeres convencidas de no quedarse embarazadas en el futuro. De este modo, se trata de un método para evitar embarazos no deseados y un medio de planificación familiar.
En este sentido, es esencial que las mujeres que lo soliciten o a las que se les recomiende por parte de su médico dispongan de toda la información al respecto.
Entre esta información se debe exponer que los métodos anticonceptivos de acción prolongada, incluidos los dispositivos intrauterinos (DIU) y el implante anticonceptivo son al menos tan efectivos como la oclusión tubárica por laparoscopia y se asocian con menores complicaciones. Además, la esterilización tubárica no protege frente a las enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH.
Por otro lado, las mujeres sometidas a ligadura tubárica son menos propensas a desarrollar cáncer de ovario y enfermedad inflamatoria pélvica.
En algunos casos se produce el arrepentimiento de la paciente tras haberse sometido a la ligadura de trompas, por lo que es preciso recurrir a métodos de reproducción asistida. Cuanto más joven es la mujer, más habitualmente decidirá revertir la esterilización.
Las complicaciones laparoscópicas importantes incluyen cirugía mayor no planificada, daño de las estructuras circundantes, fiebre, infecciones y hemorragia.
Los riesgos de complicaciones aumentan con el uso de anestesia general, cirugía pélvica o abdominal previa y enfermedades como obesidad y diabetes.
También se puede producir un cierre incompleto de las trompas, lo cual podría hacer posible que se produjese un embarazo.
La recuperación en la mayoría de las pacientes es rápida, siendo normal la vuelta a casa el mismo día de la intervención.
La paciente presentará alguna sensibilidad y dolor que podrán ser aliviados mediante analgésicos. Podrá retornar a la mayoría de las actividades normales al cabo de unos cuantos días.
La ligadura de trompas es un método anticonceptivo y de control de la natalidad eficaz. Los fallos de esterilización (embarazos) en el primer año después de la esterilización puede llegar a 5 de cada 1.000 procedimientos. Estos datos son comparables con las tasas de embarazo de las mujeres que utilizan métodos anticonceptivos de acción prolongada, como el dispositivo intrauterino (DIU) y el implante anticonceptivo. Sin embargo, la esterilización tubárica parece ser un método anticonceptivo más eficaz con el tiempo. Los fallos de esterilización pueden deberse a la concepción que se produce antes del procedimiento (el llamado embarazo en la fase lútea), la oclusión tubárica incompleta o la formación de fístulas.
Sí. Existe la posibilidad de que la paciente pueda tener hijos gracias a la reversión de la ligadura de las trompas. Se trata de un procedimiento quirúrgico que se puede llevar a cabo si la paciente es menor de 50 años y no se ha extirpado la trompa o la parte distal de la misma. En esos casos sí se podría realizar una fecundación in vitro.
No. La paciente continuará con su ciclo menstrual normal, ya que los ciclos hormonales no se ven alterados. Los ovarios de la mujer siguen funcionando y, por tanto, la menstruación seguirá produciéndose cada mes.
No. La ligadura de trompas no determina un desequilibrio hormonal y no tiene por qué afectar al metabolismo de la mujer, ni aumentar su peso o causar una mayor retención de líquidos.
Uno de los beneficios de someterse a una ligadura de trompas es que disminuye el riesgo de padecer un cáncer de ovario.
El precio dependerá del lugar donde se realice la cirugía de ligadura de trompas y del método utilizado para realizar el procedimiento quirúrgico. Los precios pueden variar de 1.000 a 3.000 Euros, o incluso más.
La ligadura de trompas es un procedimiento rápido y básico que no tiene muchas complicaciones, por lo que la mayoría de las pacientes pueden continuar con su vida cotidiana después de realizarse el procedimiento.
Bibliografía