El lavado gástrico es una técnica aplicada en medicina para vaciar el contenido del estómago, de forma que las sustancias no lleguen al tubo digestivo y evitar que sean absorbidas por el organismo.
Mediante la técnica del lavado gástrico se consigue la descontaminación del estómago, ocasionada por la ingesta voluntaria o involuntaria de sustancias tóxicas en el cuerpo del paciente.
Es de fácil ejecución y a su vez de gran eficacia, por lo que es una técnica aplicada de manera general en muchos hospitales.
Este tipo de técnica médica se realiza en diferentes situaciones, siendo las más frecuentes en urgencias ante un paciente que haya ingerido voluntaria o involuntariamente:
O ante pruebas médicas para:
El lavado gástrico no requiere preparación ni ingreso hospitalario.
Si se realiza ante una intoxicación o sobredosis por emergencia médica, el paciente podrá ser hospitalizado, pero no por causas que engloben a esta prueba médica.
En caso de que el lavado gástrico sea planificado previamente por su médico, es recomendable acudir acompañado, ya que la prueba puede ser molesta.
El procedimiento es sencillo, se introduce una sonda por la boca o nariz, la cual llega hasta el estómago, pasando por la faringe y el esófago.
A través de la sonda, se procede a extraer el contenido del estómago mediante la succión, recogiendo dicho contenido en una bolsa transparente que está en el otro extremo de la sonda.
En algunas ocasiones, si el médico lo considera necesario, se inyectará suero salino a través de la sonda, propiciando la presencia de agua en él para diluir todo el contenido, limpiando su interior en caso de ingestas tóxicas.
También puede darse el caso de introducir sustancias para neutralizar los tóxicos, como el carbón activado, ya que pertenece a una familia absorbente.
Para realizar el proceso con éxito debe realizarse antes que de que pase una hora desde la ingesta. Generalmente, se realiza un análisis de sangre antes y otro después, con ciertas horas de margen para comprobar que los parámetros se han estabilizado.
La sonda se puede dejar puesta en el paciente hasta que se asegure que no es necesario aplicar de nuevo el tratamiento.
Es un procedimiento seguro y empleado muy a menudo, pero al tratarse de una técnica invasiva, su aplicación puede provocar en algunos casos complicaciones como:
Principalmente los resultados del lavado gástrico se reflejan directamente en el paciente con una mejoría tras su tratamiento.
Las sustancias que se extraen del estómago no suelen ser analizadas, a no ser que se desconozca el origen de la intoxicación o por que se haya realizado como prueba médica para analizar los componentes gástricos.
El carbón activado es una sustancia que neutraliza los tóxicos que el paciente ha ingerido, de forma que a veces es necesario aplicarlo en un lavado gástrico.
Se inyecta a través de la sonda que llega al estómago y tiene la capacidad de eliminar la mayoría de los medicamentos y sustancias tóxicas ingeridas.
No. El lavado gástrico es una técnica que evita que sustancias tóxicas sean absorbidas por el organismo, vaciando el estómago por medio de una sonda, mientras que el lavado intestinal se basa en la aplicación de un enema para reactivar el flujo intestinal y facilitar la eliminación de residuos fecales.
Es el proceso de succión por el cual se consigue extraer el contenido del estómago mediante la sonda.
Consiste en un tubo cilíndrico alargado y flexible, generalmente de plástico, que se introduce por la nariz o la boca hasta el estómago, pasando por la faringe y el esófago.
Es la sonda nasogástrica más empleada. Se utiliza para suministrar alimentos, extraer muestras de los jugos del estómago y la realización de lavados gástricos en los pacientes.
Tiene 4 orificios laterales y uno central, líneas de medición cada 10 centímetros y dependiendo del material de fabricación, así será su flexibilidad.