La laparoscopia es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva por la cual se accede a la cavidad abdominal por medio de la realización de varios cortes pequeños o incisiones en la pared del abdomen.
A través de los estas incisiones, se introduce una pequeña cámara o laparoscopio y los utensilios quirúrgicos necesarios para la visualización del interior del abdomen y la realización de técnicas quirúrgicas de tratamiento y diagnóstico que se precisen
Algunos de estos tratamientos son, por ejemplo, el tratamiento del cáncer de colon, la extirpación de la vesícula biliar o el tratamiento de patologías ginecológicas.
Las imágenes que capta el laparoscopio son visualizadas por el cirujano en una pantalla y así dirige los utensilios para realizar la cirugía requerida.
Es una técnica que ha conseguido disminuir las complicaciones quirúrgicas en los pacientes y reducir la estancia hospitalaria después de la intervención. Actualmente supone la vía de abordaje más empleada para la cirugía abdominal.
Según los utensilios utilizados para su realización puede ser:
Según el fin con el que se realizan:
Se inicia la intervención previa aplicación de anestesia en el quirófano por parte del médico anestesista, quien controlará durante toda el proceso su acción y la situación del paciente.
El paciente se sitúa en la camilla quirúrgica tumbado boca arriba con todos los utensilios estériles preparados por los profesionales. Se realiza la limpieza y aplicación de antiséptico en la piel del abdomen, y la creación así de una zona estéril (campo estéril) para prevenir la entrada de microorganismos por la herida quirúrgica.
Se accede al interior abdomen mediante la realización de pequeños cortes o incisiones en la pared del abdomen. A través de esas incisiones se introducen los llamados trócares, que son unos instrumentos como tubos huecos que se introducen por los accesos de la laparoscopia a modo de vías de acceso o “túneles”, por donde se introducen instrumentales para poder realizar la cirugía (pinzas, bisturí, etc), así como un laparoscopio (tubo fino con una cámara en su extremo que permite ver el interior abdominal). Para que se cree un espacio entre los órganos que permita visualizar mejor el interior del abdomen, se introduce un gas que expande la cavidad abdominal.
Si se realiza con fines diagnósticos, se visualizan aquellas estructuras, órganos y tejidos que se quieran valorar para llegar a un diagnóstico. Si se realiza como medio de acceso para la realización de una cirugía concreta, la técnica quirúrgica que se utilice en ella según el tratamiento que se busque realizar, no difiere de la técnica habitual para ese mismo tratamiento (es decir, aplica los mismos protocolos que si lo realizara con cirugía abierta).
Tras finalizar el procedimiento, se realiza la sutura de los tejidos. En la piel pueden utilizarse hilos de sutura o grapas que serán retirados tras 10 días de la intervención si hay buena evolución de forma ambulatoria.
En casos en los que se realiza la laparoscopia para llevar a cabo una técnica quirúrgica y ésta resulte difícil de aplicar técnicamente a lo largo de la intervención, o porque los hallazgos intraoperatorios hagan que no sea posible concluir la cirugía por vía laparoscópica, se procede a la conversión de la técnica a cirugía abierta (laparotomía).
Mediante este procedimiento, cuando se utiliza como medio diagnóstico, se pretende averiguar la enfermedad que padece el paciente o datos de complicaciones que se puedan derivar de enfermedades ya diagnosticadas, ya que se produce una visión directa del interior del abdomen de una manera mínimamente invasiva. Tras la intervención, cuando el paciente se ha recuperado de la anestesia, el médico puede informarle de los hallazgos encontrados y de los siguientes pasos a dar para su tratamiento. En ocasiones se pueden adquirir muestras de tejidos (biopsias) que serán estudiados en el laboratorio de anatomía patológica y cuyos resultados pueden tardar varios días en obtenerse. Estos resultados así mismo, serán dados al paciente en la consulta de revisión posterior.
La cirugía mediante laparoscopia pretende evitar una incisión mayor en la pared del abdomen. Con ello se consigue habitualmente que el dolor postoperatorio generalmente sea más leve, la recuperación del tránsito intestinal suele ser más rápida, y el periodo de convalecencia postoperatorio suele ser más corto y confortable que en el caso de la cirugía abierta. Parte de su éxito radica en el adecuado manejo que el cirujano tenga de su realización.
A veces se inicia el procedimiento como método diagnóstico y una vez localizada la lesión se procede en el mismo acto a tratar quirúrgicamente aplicando el tratamiento indicado, con lo que se consigue hacer un diagnóstico completo y un tratamiento en el mismo procedimiento. De todo ello es informado el paciente tras la intervención.
Según el fin por el que se realiza el procedimiento y en su caso, la cirugía que se realice, la laparoscopia puede tener una duración variable, desde unas pocas horas, hasta intervenciones largas que requieran 5 o más horas para su finalización con éxito en casos de tratamientos de patologías más graves y complicadas.
Es el uso de la técnica laparoscópica (introducción del laparoscopio y utensilios quirúrgicos que se precisen por medio de unas pequeñas incisiones en la pared abdominal), con el fin de diagnosticar o tratar patologías que afectan a los órganos genitales internos de la mujer, como localización de un embarazo ectópico (fuera del útero), ligadura de trompas de Falopio, histerectomía (extracción del útero), etc.
El procedimiento de la laparoscopia en el momento de su realización no es dolorosa puesto que el paciente está anestesiado. Posteriormente, en el postoperatorio y recuperación, el paciente puede sentir molestias abdominales, dificultad para la expulsión de gases o estreñimiento, dolor en la herida quirúrgica o sensación de tirantez. Si no hay complicaciones, la recuperación es menos dolorosa, molesta e incapacitante que la cirugía abierta abdominal.
La laparoscopia exploratoria o diagnóstica es aquella que se realiza para conseguir tener un diagnóstico de la patología del paciente cuando no se ha podido obtener por otros medios (pruebas de imagen, análisis de sangre, etc), o existan dudas sobre él, así como si se precisa obtener tejidos para su análisis por medio de la realización de biopsias. En ella se introduce el laparoscopio para visualizar la cavidad abdominal, y dirigir la visualización del órgano o estructura intraabdominal afectada.
Sí es recomendable, la laparoscopia es una técnica quirúrgica en la que pueden surgir complicaciones durante su desarrollo o postoperatorio. Si el paciente quiere que su familia esté informada en todo momento sobre su estado de salud y el éxito de la técnica, debe comunicárselo para que le acompañen. Además, tras el alta hospitalaria, el paciente en su recuperación no debe hacer esfuerzos ni coger pesos, por lo que es conveniente que regrese acompañado a su domicilio y sea ayudado, entre otras cosas porque se le recomendará no conducir de vuelta a su hogar.