El tratamiento de la arritmia es aquel que intenta o bien devolver el ritmo normal del corazón o bien, en caso de que esto no sea posible, mantenerlo en un ritmo que no produzca daño al paciente.
La arritmia cardiaca tiene tres tipos de tratamientos:
El tratamiento de la arritmia está indicado para las personas con esta dolencia, pero no todos los procedimientos sirven para el mismo paciente.
Las fibrilaciones auriculares se intentan tratar con fármacos, como Amiodarona, Atenolol o Diltiazem. Solo en pacientes de reciente inicio, con menos de un año de afectación, se puede intentar hacer ablación de vía, o realizar una cardioversión eléctrica. En pacientes ancianos se mantiene el tratamiento médico para evitar los riesgos más graves de la cirugía.
Los marcapasos son los más usados en tratamientos de bradicardias, (enlentecimiento del corazón). En estos pacientes el corazón late muy lentamente y es necesario estimularlo eléctricamente para que funcione de modo adecuado.
Los DAI (Desfibrilador Automático Implantable) se ponen en personas con arritmias ventriculares para que realice una descarga eléctrica que logre volver el corazón a un ritmo normal.
El tratamiento de la arritmia se realiza porque al latir mal el corazón, este no realiza bien su función de bomba, y se pueden producir diferentes alteraciones al no llegar suficiente sangre al resto del cuerpo.
Pueden producirse insuficiencia cardiaca, la sangre se acumula en pulmones, hígados y piernas , el paciente se encuentra cansado y no puede desarrollar las actividades normales de su vida.
Las bradicardias pueden dar lugar a falta de sangre a nivel cerebral dando lugar a que se produzca desmayos y pérdidas de conocimiento.
En los casos de taquicardia se pueden producir trombos que pueden ir a otras zonas del organismo produciendo trombosis arteriales. Igualmente se pierde la función de bomba del corazón y el paciente tiene síntomas de pérdida de fuerza, cansancio o fatiga.
Los riesgos del tratamiento de una arritmia vienen dadas por el potencial de los fármacos antiarrítmicos de producir otras arritmias o producir daño en otros órganos.
Los marcapasos y DAI pueden tener complicaciones al implantarse debido a que no queden los electrodos bien localizados o se muevan tras situarlos, siendo necesaria la recolocación de los mismos. También hay que tener en cuenta que a los dos o tres años será necesario cambiar las pilas a los sistemas para que sigan funcionando.
La preparación en caso de fármacos no es ninguna, una vez que se detecta la necesidad del paciente de su uso comienzan a tomarlos.
Los DAI y marcapasos llevan un estudio preoperatorio, con electrocardiograma, radiología de tórax, análisis de sangre y consulta con el anestesista.
En caso de realizarse terapia intervencionista no se deben consumir fármacos antiinflamatorios los cinco días previos al procedimiento. Si el paciente toma fármacos antiinflamatorios deberá ponerlo en comunicación del médico, que le indicará la pauta a seguir.
La recuperación tras el tratamiento intervencionista de una arritmia va a ser satisfactoria. En la mayoría de los casos de ablaciones de vías alternativas esto se consigue con éxito.
En los casos en los que al paciente se le sitúe un DAI o un marcapasos, se indicará cómo debe cubrir la zona de la incisión, además, se indicará que durante al menos un mes el paciente procure no tumbarse sobre ese lado y que no realice esfuerzos para evitar que el emisor de estos aparatos se mueva de donde está colocado.
Los resultados son satisfactorios con el control de la arritmia en la mayoría de los casos, pero el paciente deberá tomar en algunos casos fármacos para siempre.
Cuando se trata de quemar vías accesoria puede ocurrir que, pasado un tiempo, la arritmia vuelva a aparecer necesitando una nueva intervención o, en casos menos frecuentes, que esto no sea posible y el paciente necesite seguir con tratamiento médico.
La arritmias son múltiples, dependen de dónde se inicien y de si pasan a ventrículos o no, y en qué condiciones:
Otra forma de clasificar la arritmia es dependiendo si son más rápidas o más lentas de los normal:
La taquicardia es un forma de arritmia en la que el corazón va más rápido de lo que debería, pero no es lo mismo, ya que arritmia es un término más amplio en el que también se incluyen otros procesos como fibrilación auricular, bradicardias… etc.
La arritmia sinusal es aquella que se produce en el seno auriculoventricular. Esta es la zona del corazón entre las aurículas y los ventrículos, donde se genera el impulso eléctrico que da lugar al latido cardiaco. Se podría decir que la arritmia sinusal, es una arritmia que se genera en el nacimiento del impulso eléctrico.
Sin duda la arritmia más peligrosa es la fibrilación ventricular, que es la arritmia que se produce tras procesos de infartos cardíacos y que, de no revertirse rápidamente, da lugar a que el corazón se pare y deje de funcionar.
Con el tratamiento adecuado el paciente con arritmias puede realizar una vida normal. No obstante, si el paciente va a realizar un deporte de mucho esfuerzo físico, es conveniente que consulte con el cardiólogo, ya que algunas arritmias pueden desencadenarse por el esfuerzo y quizá le recomiende un ejercicio más suave. Con ciertas precauciones, el paciente podrá desarrollar una vida normal.