El ácido fólico o vitamina B9 es una vitamina hidrosoluble que es necesaria para la estructura de la hemoglobina que forma parte de los glóbulos rojos. También tiene importancia en la mujer embarazada, ya que el déficit de esta vitamina, provoca alteraciones tanto a nivel cerebral, como a nivel de la médula del feto.
El ácido fólico se usa para la prevención y tratamiento de las enfermedades que se producen por el déficit de ácido fólico.
En anemia megaloblástica, se produce un número menor de glóbulos rojos y, además, estos presentan un mayor tamaño de lo normal.
En casos de malnutrición o de enfermedades celíacas, enfermedades hepáticas graves y en los casos de alcoholismo, es necesario un aporte suplementario.
Y, en el embarazo, para prevenir malformaciones fetales a nivel del tubo neural, se debe comenzar a tomar cuando se planea el embarazo y se debe tomar, al menos, durante el primer trimestre.
El ácido fólico puede perder eficacia si se suministra junto con sulfametrosazol o trimetopin.
Potencia los efectos del fluorouracilo o 5-FU, por lo que en numerosos esquemas de quimioterapia se administran conjuntamente para que se produzca sinergia y sea más efectivo el efecto anticancerígeno.
El uso de ácido fólico junto con fármacos antiepilépticos, da una disminución de la acción de los antiepilépticos. Por tanto, es importante comunicar al médico la toma de estos medicamentos.
El ácido fólico puede ser usado durante el embarazo y la lactancia sin riesgo alguno para el feto, es un fármaco que se usa como suplemento, tanto previo al embarazo, como durante el mismo, y que puede continuarse tomando durante la lactancia.
El ácido fólico se administra generalmente en comprimidos orales, con dosis que varían según se pretenda corregir un déficit, como es el caso de las anemias, o suplementar, como es el caso de la prevención de la espina bífida durante el embarazo.
En los casos de embarazo, la ingesta de ácido fólico debe comenzar en los meses previos al mismo, desde que se planea un embarazo y continuar durante el primer trimestre del embarazo.
También hay presentaciones parentales para administrar de forma endovenosa en quimioterapia.
El ácido fólico se debe tomar desde que se planea un embarazo como medida preventiva. Madres que tienen un déficit de ácido fólico desconocido, pueden tener con mayor frecuencia alteraciones cerebrales y del tubo neural o espina bífida y, dar un aporte suplementario, impide este tipo de lesiones en el feto.
El ácido fólico se debe tomar desde el momento que se planea un embarazo, para disminuir el riesgo de espina bífida en el feto. Si no se ha tomado previamente, se debe comenzar a tomar desde el momento que se conoce el estado de embarazo, en dosis de 5 mg, hasta al menos la semana 12 de embarazo. En algunos casos, esto se puede prolongar unas semanas más por parte del obstetra.
El ácido fólico se usa en el tratamiento de la anemia megaloblástica, esta anemia se caracteriza por tener un número menor de glóbulos rojos de lo normal. Además de esta característica, tiene los glóbulos rojos más grandes de lo que es esperable, y es necesario el aporte de ácido fólico para mejorar esta anemia.
Cuando se da ácido fólico, se debe comprobar que la vitamina B12 se encuentra en niveles correctos, ya que es necesario suplementar también esta si está baja.
En el embarazo se usa a nivel preventivo, aunque la madre no presente anemia.
Las personas celiacas o con alteraciones de absorción por enfermedades intestinales, precisan de un aporte extra de ácido fólico. También personas con insuficiencias hepática graves, ya que, un mayor aporte, favorece que el intestino sea capaz de absorber la cantidad necesaria que el organismo necesita de esta vitamina.