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Xantelasmas: Causas y Tratamientos
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Xantelasmas: Causas y Tratamientos

Posiblemente se les conoce popularmente como «las bolsitas amarillas de colesterol que aparecen en las personas mayores alrededor de los ojos». Como veremos, no sólo son «bolsitas de colesterol» y no siempre aparecen en la gente mayor . Qué son Los xantelasmas son efectivamente unas pápulas o placas planas, de color amarillento y consistencia blanda, que contienen una acumulación de células llamadas histiocitos, cargadas de diversas sustancias grasas, entre ellas, colesterol. Pueden aparecer como resultado del envejecimiento o también en personas relativamente jóvenes. La zona donde más frecuentemente se ven es en el borde interno del párpado superior. Pueden llegar a abarcar áreas más grandes, casi siempre alrededor del ojo , pero también otras zonas de la cara. Son algo más frecuentes en las mujeres que en los hombres. Las personas con xantelasmas ¿tienen el colesterol alto? Es una pregunta frecuente. La realidad es que aproximadamente una tercera parte de las personas que tienen xantelasmas tiene un colesterol por encima del considerado sano. Otras tienen una proporción baja de «colesterol bueno» (el llamado colesterol HDL) o los triglicéridos altos. Esto puede venir causado por una dieta inadecuada, o por trastornos genéticos del metabolismo de las grasas denominados hiperlipidemias. El médico encargado de diagnosticar estos trastornos es el médico de familia o, en casos complejos, el endocrinólogo . Entonces, ¿si tengo xantelasmas debo acudir al médico y hacerme un análisis de sangre? Es conveniente, y en especial si se trata de una persona joven, de menos de 40 años de edad, y con antecedentes familiares de colesterol alto, o historia de muerte súbita por infarto o ictus en algún miembro de la familia. Tener el colesterol u otros lípidos altos es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular , y hoy día existen tratamientos muy eficaces y seguros para ello. ¿Pueden asociarse con otras enfermedades? Además de con la hipercolesterolemia, los xantelasmas pueden asociarse con la diabetes y con la cirrosis biliar (una enfermedad que afecta a las vías biliares), pero con menor frecuencia. ¿Tener xantelasmas se asocia entonces con el infarto o el ictus? Algunos estudios han demostrado que tener xantelasmas, sobre todo a una edad temprana (antes de los 40 años), se asocia con una mayor probabilidad de sufrir aterosclerosis, infarto de miocardio o ictus. Esta relación es independiente de tener el colesterol o los triglicéridos altos, por lo que las personas con xantelasmas deberían visitarse regularmente en el médico, seguir una dieta sana, controlar su colesterol (con dieta o con medicación) hacer ejercicio físico de forma moderada y regular, y no fumar. Desde el punto de vista estético, ¿tienen tratamiento? Los xantelasmas se pueden tratar con métodos ablativos como la crioterapia (congelarlos con aparatos que emplean el nitrógeno líquido), el láser, el peeling químico o incluso con cirugía, extirpándolos. Sin embargo, la norma es que vuelvan a aparecer en más de la mitad de los casos cuando pasa un tiempo. La recidiva suele ser más frecuente en las personas que tienen un mal control de su hiperlipidemia.
Molestias por Ojo Seco
Artículo especializado

Molestias por Ojo Seco

¿Sientes molestias de irritación en tus ojos de manera reiterada?  ¿Has pensado que podrías padecer de “ojo seco”? Esto, afortunadamente, tiene solución . La lágrima La glándula lagrimal, con su secreción, la lágrima, compuesta básicamente de agua y lípidos (grasas), lubrifica y nutre la córnea, ya que ésta carece de vasos sanguíneos y tiene tendencia a desecarse. Además, la lágrima cumple la función de mantener el saco conjuntival limpio , no sólo por acción mecánica (de arrastre), sino también por su acción bactericida, debido a su contenido en lisozima. Una alteración en cualquier punto de la vía lagrimal será sintomática. Típicamente, si la alteración está en una zona previa al saco lagrimal, el cuadro cursará sólo con lagrimeo constante. Si la obstrucción está en el saco o en una zona más alejada se asocia a secreción, que se acumula a nivel del párpado, provocando acúmulos de legaña . En los bebés Al nacer, la secreción lacrimal suele ser poco importante o nula. La aparición de las lágrimas se produce en las primeras semanas de vida y, a los tres meses de edad , la secreción está definitivamente establecida. Las vías lagrimales culminan su desarrollo durante las primeras semanas de la vida, de tal manera que en los primeros momentos después del nacimiento puede no estar definitivamente perforado (o, lo que es lo mismo, puede no ser permeable) el canal lacrimonasal y eso provoca una de las consultas más frecuentemente realizadas en pediatría (“mi hijo tiene mucha legaña acumulada en un ojo, pero el ojo no está rojo”). Como pediatras, aconsejaremos la realización de masajes al bebé utilizando el pulpejo del pulgar, de arriba a abajo sobre el canto nasal de forma repetitiva, con la intención de ayudar a permeabilizar el conducto lacrimonasal que, por culpa del acúmulo de secreciones nasales, se halla embozado. Causas del ojo seco Algunos fármacos de administración sistémica como los antihistamínicos, anticolinérgicos y psicótropos se asocian a un ojo seco, porque reducen la secreción lagrimal. Los trastornos que afectan directamente a la glándula lagrimal como la sarcoidosis o el síndrome de Sjögren también producen ojo seco. Algunos enfermos presentan un ojo seco después de la radioterapia, si el campo terapéutico incluye las órbitas. Los problemas de sequedad ocular son también comunes después de lesiones nerviosas que afectan a los nervios craneales (llamados pares craneales). Sobre todo el que afecta al “VII par craneal (nervio facial)”, provocando una “queratitis por exposición” de la superficie ocular, secundaria a la parálisis del nervio facial con incapacidad de cierre completo del párpado. Signos y síntomas El ojo seco (queratitoconjuntivitis secas) puede ser de gravedad variable: desde una afectación corneal superficial leve en las que el ojo puede tener un aspecto sorprendentemente normal, hasta una úlcera que puede progresar hacia la perforación. Producen ardor, intenso dolor (sobre todo con el parpadeo), ojo rojo, sensación de cuerpo extraño con el parpadeo (como de tener “arenilla” en el ojo), fotofobia (hipersensibilidad a la luz) y visión borrosa (por pérdida de la transparencia corneal). Suponen una amenaza para la visión debido al riesgo de opacidad corneal, cicatrización y perforación. A diferencia de otros procesos como pueden ser, por ejemplo, la uveítis o el glaucoma agudo, las molestias de la queratitis cesan con la instilación de colirio anestésico. Diagnóstico Las queratitis son fácilmente visibles a simple vista tras la instilación de una gota de fluoresceína y visualizando luego la córnea con una luz azul. El examen con aparatología oftalmológica específica (lámpara de hendidura) permite objetivar la existencia de rotura de la arquitectura corneal, un filtrado opaco o abscesos (acúmulos de infección), así como una reacción celular inflamatoria en la cámara anterior. La producción de lágrimas medida después de humectar un papel de filtro (la llamada tira de Schirmer) es deficiente. Lagrimas artificiales o lubricantes oculares Los problemas de sequedad ocular se controlan mediante la aplicación frecuente y abundante de lágrimas artificiales o lubricantes oculares. La dosis normal es de una gota en el ojo 2-4 veces al día (la dosis puede ser aumentada en caso necesario), separando los párpados del ojo/s afectado/s e instilando una gota dentro del párpado inferior, mientras se dirige la vista hacia arriba. Posteriormente, se debe mantener el ojo abierto y no parpadear durante 30 segundos como mínimo. Recordar que, después de la instilación, no se deben cerrar los ojos apretadamente y se debe intentar no parpadear más de lo normal. Además de ello, antes de usar otras gotas oftálmicas , se debe esperar como mínimo cinco minutos. Para evitar contaminación, el gotero no debe entrar en contacto con el ojo o con cualquier otra superficie. Las lágrimas artificiales pueden adquirirse en la farmacia sin receta médica y pueden utilizarse durante el periodo de embarazo y de lactancia con total seguridad . Cabe destacar que la aplicación de colirios anestésicos en los ojos afectos de sequedad puede resultar especialmente peligrosa, porque la ausencia de un reflejo de parpadeo normal expone a la córnea a lesiones indoloras no percibidas por el paciente. Cuando existe una erosión corneal diagnosticada por fluoresceína se debe proceder a la oclusión ocular y mantener dilatada la pupila, mediante colirio de atropina, para controlar el dolor. Además de ello, se aplicarán antibióticos tópicos para prevenir las infecciones secundarias.
Operaciones de Miopía con Láser, ¿Cuál es la Mejor?
Artículo especializado

Operaciones de Miopía con Láser, ¿Cuál es la Mejor?

¿Estás considerando operarte la vista para quitarte esas molestas gafas? Infórmate de las técnicas que existen en el mercado. El defecto refractivo (ametropía) aparece cuando los rayos de luz paralelos que entran en el ojo no quedan enfocados sobre la retina y el resultado visual es una imagen borrosa . Sería el caso de la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo. La cirugía refractiva se refiere a los distintos procedimientos quirúrgicos encaminados a corregir estas afecciones oftalmológicas. El objetivo de la intervención es dejar el ojo en las máximas condiciones de normalidad refractiva, esto es, alcanzar la máxima agudeza visual posible sin corrección óptica, de manera que no sea necesario el uso de gafas o lentes de contacto. ¿SABÍAS QUE…? el Dr. José Ignacio Barraquer es considerado el padre de la cirugía refractiva y ya en 1949 publicó su primer libro escrito acerca de la posibilidad de la corrección de la miopía mediante la modificación de la curvatura de la córnea? Técnicas para tratar la miopía Existen diversas técnicas quirúrgicas oftalmológicas para tratar las ametropías: Técnica LASIK (Queratomileusis in situ asistida con láser Excimer): en estos momentos es la técnica más utilizada y fue descrita en 1988. Consiste en tallar una lamela corneal mediante un aparato denominado microqueratomo, aplicando el láser Excimer sobre el tejido corneal. Posteriormente, se recoloca la lamela sobre la zona tratada, conservando de esta manera la zona superficial de la córnea. Otras técnicas: como el láser de femtosegundo (con resultados también muy positivos), la queratectomía fotorefractiva (PRK) con láser Excimer, la colocación de implantes intracorneales, la queratotomía radiada … ¿Cuándo se indica el LASIK? Pacientes mayores de 21 años. Error de refracción estable (dentro de +/- 0’5 dioptrías en los 12 meses anteriores). Miopías o hipermetropías con o sin astigmatismo y astigmatismo mixto.   Ventajas del LASIK Esta técnica ofrece ventajas frente a las demás opciones: Es útil para la corrección de la miopía, permite mejorar la agudeza visual espontánea y disminuir la corrección óptica. Se logra mayor exactitud en la corrección del defecto ocular. Es una técnica segura. No provoca dolor. La recuperación postoperatoria es rápida. Se consigue una disminución notable del riesgo de aparición de complicaciones postquirúrgicas. Se realiza de forma ambulatoria (sin necesidad de ingreso hospitalario). Se utiliza una cantidad mínima de anestésico tópico (aplicado directamente en el ojo). Se pueden tratar ambos ojos en una misma sesión. Existe la posibilidad de volver a realizar la técnica en un futuro. Efectos adversos del LASIK Como toda técnica médica, el LASIK también tiene riesgos, efectos adversos o desventajas. No es una técnica perfecta ni inocua. Algunos ejemplos serían: Ojo seco: es el efecto adverso más frecuente asociado con el LASIK, con más de 95% de pacientes que experimentan estos síntomas en el primer mes después de la cirugía. Suele mejorar en los siguientes 6-12 meses posteriores a la intervención, de tal manera que tan sólo un pequeño porcentaje de pacientes desarrollarán un ojo seco severo resistente a tratamiento. No puede tratar la presbicia (o vista cansada), que sería debida a una pérdida de capacidad de enfoque del cristalino del ojo, como resultado de la progresión natural de la edad. Puede ser necesario el uso de gafas o lentes para la lectura o la conducción nocturna, una vez realizada la intervención con láser. Alto coste económico en la compra y mantenimiento de los equipos necesarios para la realización de esta cirugía, que hacen su uso limitado en un gran número de países. Está contraindicada en los algunos casos. Algunos ejemplos serían: Mujeres embarazadas o en lactancia. Enfermedades del colágeno (síndrome de Sjögren, lupus, artritis reumatoide, etc.), autoinmunes o inmunodeficiencia. En casos de alergia ocular no controlada, glaucoma no controlado o cualquier grado de catarata. Historia de queratitis por herpes zóster. La diabetes mellitus no controlada. En conclusión Se debe realizar una cuidadosa selección de los pacientes candidatos, basándose en una exhaustiva evaluación “caso por caso”.
Respuestas Sobre la Electrólisis
Artículo especializado

Respuestas Sobre la Electrólisis

Este tratamiento suscita muchas preguntas al paciente. Es por ello que vamos a intentar responder a todas ellas. La electrólisis percutánea intratisular o EPI es un tipo de técnica invasiva que utilizan los fisioterapeutas para tratar lesión en tejidos blandos (tendones, músculos y fascias), es decir, tendinopatías, roturas musculares, fascitis, etc. ¿En qué consiste? Consiste en introducir de manera ecoguiada hasta la zona lesionada una aguja de acupuntura que se conecta a un aparato que produce una corriente eléctrica galvánica. Al aplicarla se produce una destrucción del tejido fibrótico y un proceso local inflamatorio que a su vez produce una fagocitosis y reparación del tejido. La fagocitosis , para que se entienda, sería el proceso en el que el cuerpo envía ciertas células allí donde hay lesión y éstas se van a encargar de procesar las partículas nocivas (las que producen la inflamación), al detectarlas como dañinas o extrañas. ¿Pinchar con una aguja es peligroso para el tendón/lesión? Cuando se plantea esta técnica estamos en una situación en la que el dolor no se ha reducido y el traumatólogo ya se está planteando el tratamiento de infiltración o intervención quirúrgica . Ambos casos más agresivos que la EPI. En esta técnica la aguja que se introduce es más pequeña que la de la infiltración y esta evidenciado en diferentes estudios que sobre el tendón sano no se produce ninguna lesión. Es más, es en los tendones más degenerados donde se podrán observar mejores resultados. ¿Cómo de eficaz es esta técnica? Podríamos decir que según la evidencia científica tiene entorno a un 80 y 85% de eficacia, siempre teniendo en cuenta la persona, el contexto, y el tipo de patología/ tejido que se trate. Es una técnica que ha ahorrado muchas intervenciones quirúrgicas y que poco a poco se utiliza más por los grandes resultados que ofrece. Si bien es cierto es una técnica muy controvertida y el origen de esta controversia es la novedad. Al igual que paso con la punción seca en sus inicios, la EPI Es una técnica que pese a que ya tiene evidencia científica que la abala cuesta que se normalice en el mundo sanitario. ¿En qué patología se utiliza y cuántas sesiones serían necesarias? La técnica nació para tratar tendinopatías , aunque se ha mostrado útil en el tratamiento de tejidos blandos. De hecho, en fascitis plantar de mucho tiempo de evolución es una técnica que está ayudando mucho a deportistas que ya no sabían a dónde acudir. Además, tiene un efecto de prevención ya que el número de recaídas una vez se ha tratado al paciente, es muy bajo. Respecto al número de sesiones suele ser de unas cuatro o cinco, siendo lo recomendado una por semana. Además, el tratamiento de EPI irá ligado a un trabajo activo especifico que se realizará de manera paralela. No obstante, tras cada intervención de EPI, es fundamental educar al paciente para que evite cualquier actividad deportiva que implique la aparición de dolor. Además, es importante que una vez sale de consulta, aunque el paciente perciba dolor, no se aplique antiinflamatorios ni hielo , ya que se conseguiría el efecto contrario a lo que se está buscando, que es crear una fagocitosis. ¿Es totalmente necesario el ecógrafo? Es imprescindible. Con el ecógrafo podremos apreciar todas las estructuras anatómicas y los posibles fibromas . Es mediante este aparato que conseguimos aplicar la corriente galvánica en el lugar correcto, asegurándonos de que el tratamiento sea efectivo. ¿Y cuánto dura esta técnica? ¿Duele? La duración de cada punción dura escasos segundos (de tres a cinco, dependiendo de la patología y el estado en el que se encuentre), y el número de punciones que se realizarán dependerá de la valoración de fisioterapeuta, aunque el tiempo total de todas las punciones suele ser de entre 16 a 36 segundos . Respecto a si duele o no duele depende mucho de cada persona. Los pacientes acuden a consulta con miedo, y muchos se van sorprendidos porque no duele tanto como pensaban. Pese a todo, se considera una técnica dolorosa y si lo piden se les puede llegar a aplicar anestesia superficial. ¿Qué efecto tiene sobre el tendón sano? Esta pregunta me la hacen mucho. El motivo es que cuando un tendón tiene una parte más fibrosa no significa todo sea así, por lo que la mayor duda es qué le pasará al tendón si se aplica esta corriente sobre la parte que está sana. Pues bien, se ha demostrado que sobre el tendón sano no tiene ningún efecto negativo por lo que podemos estar totalmente tranquilos en ese aspecto. ¿Y sobre una rotura muscular podría ser útil? Totalmente. En el tratamiento de la rotura muscular se utiliza en una fase inicial para minimizar todo el hematoma que a su vez ayudará a que haya una menor cicatriz y de esta manera reducir los fibromas y el tiempo de introducción a la vida diaria. Por el otro lado están los pacientes que tienen la patología cronificada. En este grupo de pacientes, se evidencia un tejido fibroso e inelástico que hace que el músculo del paciente no realice correctamente su función por culpa de una cicatriz . Mediante EPI eliminaremos esta cicatriz y conseguiremos que el músculo vuelva a realizar sus funciones de manera correcta y sin dolor. ¿Y qué efectos secundarios y contraindicaciones tiene esta técnica? Las contraindicaciones son las mismas que las de la electroterapia , es decir, no se debe aplicar en personas con marcapasos, en procesos tumorales, embarazadas, cuadros de bacteremias (presencia de bacterias en la sangre), linfodemas, alteraciones de coagulación, psoriasis en placas, osteoporosis severas, prótesis metálicas de osteosíntesis… Respecto a si tiene algún efecto secundario la aplicación de esta técnica la respuesta es no. Ni sobre tejidos colindantes ni sobre un tendón sano. Por último, sólo me queda recomendar que antes de realizar esta técnica os aseguréis de que la persona que la realizará tiene la formación y el título correspondiente. Sólo así podréis estar tranquilos de que estáis en buenas manos. Y recordad, si tenéis dudas preguntad sin reparos al personal sanitario que os atiende.
¿Cómo Controlar la Glucemia?
Artículo especializado

¿Cómo Controlar la Glucemia?

Cuando hablamos del correcto control metabólico de la glucemia hacemos referencia, sobre todo, al control de las cifras elevadas. Sin embargo, tenemos que saber identificar y manejar perfectamente una bajada brusca del nivel de glucemia por suponer una urgencia de riesgo vital para el paciente. ¿Qué es la diabetes? La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de glucemia (glucosa en sangre) mantenidos. Si los niveles de glucosa se mantienen elevados persistentemente ocasionan daños en los órganos periféricos (ojos, riñón, corazón…) que se traducirán en complicaciones , agudas o crónicas (a largo plazo). En estados avanzados de la enfermedad o en casos mal controlados observaremos, además de la hiperglucemia, la presencia de glucosa, incluso en la orina, llamada glucosuria (normalmente inexistente) y se explica por una afectación renal. Diagnóstico Ante el debut de una diabetes es muy importante realizar diferentes mediciones de glucosa en diferentes momentos del día (en ayunas, tras dos horas de ingesta, antes de las comidas…). Debemos tener catalogado el perfil glucémico del paciente para indicarle la conducta más adecuada a seguir y prescribir la familia de fármacos más recomendada (en caso de que sea preciso medicar). En aquellos pacientes con valores límite de glucemia y antecedentes personales o familiares relevantes debemos realizar un seguimiento exquisito. Hablaremos de prediabetes ante aquellos valores persistentes de glucosa plasmática entre 110 y 125. Hablaremos de diabetes ante valores mantenidos superiores a 126 mg/dl o nivel de glucemia al azar mayor de 200 mg/dl. Desde el punto de vista de seguimiento médico nos guiaremos por este parámetro y otros específicos que solicitamos en la analítica de control: la hemoglobina glicosilada, la presencia o no de glucosuria y los valores aportados por el paciente y medidos en domicilio antes y después de las ingestas. La importancia de la dieta y el ejercicio Tras la confirmación diagnóstica tenemos que emplear todo el tiempo necesario en concienciar al paciente en cuanto a la dieta que debe seguir, pues va a ser fundamental en el control de los valores en las fases iniciales de la enfermedad y en el enlentecimiento de la progresión de la misma. El objetivo será también la prevención de sus complicaciones. Para ello, nuestras áreas de acción son la dieta y el ejercicio. En cuanto a la prevención y detección precoz de las posibles complicaciones de la enfermedad actuamos derivando al paciente a otros especialistas como son el nefrólogo y el oftalmólogo. Centrándonos en la dieta recomendaremos al paciente una valoración por la enfermera experta en diabetes o por la nutricionista. Estos expertos analizan los hábitos dietéticos del paciente para realizar un plan personalizado y le adiestran en el manejo de los grupos de alimentos y su contenido en azúcares. Indican la distribución horaria de las ingestas (se recomiendan 5 comidas al día). Al final de esta entrevista el paciente debe estar familiarizado con el consumo calórico y saber identificar los alimentos que más le perjudican (los azúcares simples): a zúcar, miel, bollería industrial, mermelada, caramelos, chocolate, frutas en conserva , determinadas frutas frescas, cerveza y vino. Le recordaremos la importancia de comer mucha fibra por su propiedad de disminuir la absorción de hidratos de carbono. Advertiremos del consumo controlado de grasa (idealmente 70% de grasas vegetales y 30% de animales). Estos consejos dietéticos los conjugaremos con la potenciación de la actividad deportiva pues no solamente le ayudará a mantener las cifras de glucemia, sino también a controlar el peso. Tratamiento farmacológico Cuando, a pesar de nuestro plan de actuación, las cifras no consiguen controlarse debemos optar por iniciar un tratamiento farmacológico y para ello consideraremos varias características del paciente: peso, niveles de glucemia, otras patologías que presente, otros tratamientos que realice, si es fumador y su capacidad de adherencia (cumplimiento) al tratamiento. Inicialmente pautaremos una familia de fármacos y una dosis mínima que iremos aumentando según su tolerancia y eficacia. A largo plazo puede precisarse la combinación de varios fármacos orales o de varios tipos de insulina e incluso, de fármacos orales e insulina a la vez. Por si no lo sabías, en caso de embarazo optamos directamente por tratamiento insulínico . Tras la instauración del tratamiento monitorizaremos al paciente en cuanto a la posible aparición de efectos adversos y valores glicémicos conseguidos. Por supuesto, entre los efectos adversos no podemos dejar de mencionar la hipoglucemia, por su gran trascendencia y frecuencia (tanto con algunos fármacos orales como con insulina). Qué hacer en la hipoglucemia Hablaremos de hipoglucemia ante cifras de glucemia menores a 60 mg/dl. Sus síntomas son: sudor frío, temblores, nerviosismo, hambre, debilidad, palpitaciones , hormigueos, alteración de la visión, respuestas o conductas incoherentes, cefalea, convulsiones e, incluso, pérdida de conocimiento o coma. Lo más importante ante esta situación es identificarla y actuar rápidamente. Si nos resulta posible mediremos la glucemia, pero igualmente actuaremos ante la sospecha, aunque no podamos medirla. En tal caso daremos una bebida azucarada si el paciente está consciente y puede tragar. Si la persona está inconsciente (no podrá ingerir correctamente) lo correcto será inyectarle Glucagón®, que es un antagonista de la insulina (estará guardado en la nevera) que sube inmediatamente los niveles de glucemia. Si no tenemos Glucagón® a nuestra disposición podemos poner miel o azúcar bajo la lengua para garantizar su absorción rápidamente.
Hemorragias Oculares
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Hemorragias Oculares

Un día, te miras al espejo y, sin haber notado nada raro, observas que tienes una hemorragia ocular… Seguramente te preguntarás: ¿es grave?  o ¿por qué me ha pasado? Resuelve tus dudas leyendo el siguiente artículo. Los derrames o hemorragias sanguíneas oculares pueden ser de varios tipos y afectar a distintas estructuras del ojo: a las más superficiales y, con ello, visibles a simple vista, o a las más internas (retina, vítreo), y, por tanto, visibles sólo con aparatos de oftalmología específicos. Son: el hiposfagma, el hipema, la hemorragia vítrea y la hemorragia retiniana. Hiposfagma También llamado hemorragia subconjuntival , es una colección de sangre localizada en la porción anterior del ojo, por debajo de la conjuntiva (se ve sobre “el blanco del ojo”). Es una mancha roja de extensión sectorial, sin traspasar el limbo corneal (es decir, no afectará nunca a la altura de la porción coloreada del ojo o iris). Puede ser localizada o masiva (quemosis hemorrágica). Se diferencian de la simple inyección vascular en que en la hemorragia no se identifican los vasos sanguíneos. Causas: se produce por la rotura de vasos sanguíneos de la zona, de muy pequeño calibre. Esta rotura puede ser de causa desconocida espontánea o también, generalmente si son recidivantes, puede deberse a factores desencadenantes como accesos de tos, estornudos, vómitos o cualquier otro mecanismo que produzca una maniobra de Valsalva (aumento de presión facial conteniendo la respiración), así como la toma de tratamientos farmacológicos como antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes, traumatismos oculares (incluidos los provocados durante el parto) o crisis hipertensivas. Otras causas más raras pueden ser las discrasias sanguíneas (hemofilia, enfermedad de las células falciformes) y otras alteraciones vasculares como los tumores vasculares denominados angiomas, las púrpuras o las telangiectasias (arañas vasculares). También pueden aparecer en el contexto de algunas conjuntivitis, entre otros ejemplos. Clínica: generalmente no provoca ningún síntoma. De color rojo intenso, indolora. Más raramente puede generar una sensación de “cuerpo extraño” en el ojo (sensación de tener “arenilla” en el ojo). Es habitual que en los momentos inmediatamente posteriores a la generación del hiposfagma, la hemorragia siga creciendo y extendiéndose, aspecto que no debe producir alarma al afectado ni a sus allegados. Diagnóstico: se diagnostica por apreciación del sangrado a simple vista. Siempre debe ser descartada la existencia de hipertensión arterial asociada. Tratamiento: no se dispone de tratamiento. La hemorragia se reabsorbe espontáneamente, generalmente en una o dos semanas. Hipema Es una colección de sangre situada en la cámara anterior del ojo (se ve sobre el iris, la parte coloreada del ojo) por debajo de la pupila. Causas : la causa más frecuente es el traumatismo directo o contusión severa con objetos romos (p.ej. impacto de una pelota o un puñetazo sobre el ojo) o resultar de una intervención quirúrgica realizada sobre el ojo, como puede ser una intervención de cataratas. Otras causas más raras o menos frecuentes son los sangrados provocados por enfermedades que se caracterizan por alteraciones de la coagulación sanguínea, roturas o inflamaciones del iris (p.ej. por infección por virus herpes zóster) o  tumores oculares como el retinoblastoma, entre otros ejemplos. Clínica: el hipema es un sangrado de características más graves y de mayor repercusión que el hiposfagma. Sus síntomas dependen de la envergadura o magnitud del sangrado, pudiendo provocar dolor, pérdida de visión y fotofobia (hipersensibilidad a la luz). El hipema se puede complicar con la formación de un glaucoma debido a la obstrucción, por parte de la sangre derramada, de los canales de desagüe del humor acuoso ocular, provocando con ello su acúmulo y consecuente aumento agudo de la presión ocular. Ese sangrado también puede provocar, con el paso del tiempo, la tinción y opacificación de la córnea (“hematocórnea” por la impregnación de la córnea con el pigmento férrico de la sangre), dificultando su función de lente trasparente que filtra la luz. Pueden existir resangrados (se observan hasta en un 20% de los casos entre el tercer y el quinto día). Los síntomas mejoran progresivamente a medida que el sangrado se va reabsorbiendo. Diagnóstico: Al estar situada la hemorragia en la parte anterior del ojo, puede valorarse simplemente por inspección visual del facultativo. Tratamiento: Se debe tomar una conducta expectante, esperando a la reabsorción espontánea del sangrado. Puede ser necesaria la aplicación de colirios ciclopléjicos (atropina, para mantener dilatada de forma permanente la pupila del ojo afecto) o la administración de corticoides tópicos oculares. En ocasiones se considera oportuno incluso el ingreso hospitalario y la oclusión binocular, de ambos ojos,  para impedir la movilidad ocular. También puede solucionarse el problema mediante la intervención quirúrgica para evacuar la hemorragia. Se deberán dar consejos al paciente acerca de la necesidad de evitar esfuerzos físicos (p.ej. la práctica de ejercicio físico), promocionando el reposo y la conveniencia de mantener la cabeza elevada al acostarse (ángulo de 30-45º, para que la sangre ocupe la zona inferior de la cámara anterior y no afecte al área pupilar). Deberán realizarse controles periódicos de la presión ocular, con la finalidad de diagnosticar la evolución hacia la generación de un glaucoma lo más precozmente posible. Pronóstico: El pronóstico empeora claramente cuando ocurre el resangrado, en cuanto a la recuperación visual y la aparición posible de glaucoma. Hemorragia vítrea El vítreo es una sustancia gelatinosa y transparente que ocupa 2/3 del volumen total del ojo. Está formado en el 99% de su composición por agua y limita en su parte anterior con el cristalino y posterior con la retina. La hemorragia vítrea es la presencia de sangre en la zona interna del ojo denominada cavidad vítrea . Si se produce una hemorragia en el humor vítreo, éste pierde su transparencia y la luz no puede atravesarlo, lo que ocasiona pérdida de visión en ese ojo. Causas: La hemorragia vítrea puede ser espontánea en el contexto de diferentes enfermedades oftalmológicas y también puede tener un origen traumático (p.ej. un golpe directo sobre el globo ocular. En esta etiología estarían incluidas las intervenciones quirúrgicas). Las enfermedades oftalmológicas que característicamente predisponen a padecerla, y que suponen hasta el 95% de casos espontáneos, son: la retinopatía diabética (la más frecuente, suponiendo un total del 50% de los casos), el desprendimiento de retina regmatógeno, la retinopatía hipertensiva, el desprendimiento de vítreo posterior (en este caso el humor vítreo desprendido puede tirar de algún vaso de la retina, romperlo y causarse la hemorragia) y la obstrucción de la vena central de la retina.  Otras causas menos frecuentes pueden ser: las i nflamaciones (uveítis) o los tumores oculares. En el caso concreto de la retinopatía diabética o con oclusión de vena central de la retina, la falta de oxígeno en dicha retina, estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos anómalos y frágiles, que pueden romperse y producir sangrados. Frecuencia: la incidencia es de alrededor de 7 casos por cada 10.000 personas a lo largo de un año, por lo que es una de las principales causas de pérdida aguda de visión.   Clínica: el síntoma principal es una pérdida brusca de agudeza visual que se desarrolla a lo largo de pocos minutos. Según la intensidad de la hemorragia, el déficit de visión puede ser completo o incompleto, con una ceguera total o parcial del ojo afectado. A veces, si el sangrado es leve, se manifiesta únicamente como la aparición de manchas que flotan (“miodesopsias” ) o visión borrosa de ese ojo. Pueden llegar a provocar glaucoma por la obstrucción, por parte de la sangre derramada, de la vía natural de desagüe del humor acuoso del ojo denominada “malla trabecular”. Diagnóstico: es importante acudir al oftalmólogo para comprobar que no asocie ninguna complicación como un desprendimiento de retina o un glaucoma, así como para controlar su evolución. En los casos de sangrado muy extenso, se podrá realizar una ecografía ocular , para descartar el desprendimiento de retina asociado. También serán necesarios controles de presión ocular. Tratamiento: al producirse por causas muy diversas no se puede establecer un tratamiento único para todos los casos y pacientes. El tratamiento debe ser individualizado a cada caso, en función de su causa. Si la hemorragia es leve, puede resolverse de forma espontánea, por lo que sólo requerirá tiempo de espera, pudiéndose demorar la recuperación plena de la visión incluso varios meses. En otras ocasiones, tras un tiempo de espera, si no se reabsorbe el sangrado de forma espontánea, se recomienda una intervención quirúrgica denominada “vitrectomía”, que consiste en la extracción del humor vítreo mediante cirugía mínimamente invasiva. Pronóstico: cuando no existen causas asociadas que predispongan a la repetición de la hemorragia, la evolución suele ser buena y favorable . Sin embargo, si el origen es una retinopatía diabética, el riesgo de repetición de nuevas hemorragias es alto, la mejoría más lenta y aparecen frecuentemente complicaciones. Hemorragias retinianas Alteración del ojo en el que el sangrado ocurre en la fina capa retiniana , que se sitúa en la parte posterior del globo ocular, tapizando su interior. Pueden aparecer aisladas o asociadas a desprendimiento de retina o desprendimiento de vítreo posterior. Causas : pueden ser provocadas por crisis hipertensiva s (hipertensión arterial), por una oclusión de alguna vena retiniana, por causa del padecimiento de una diabetes mellitus (la cual provoca la formación anómala de pequeños vasos sanguíneos frágiles  y que pueden romperse con facilidad, secundarios a la falta de oxígeno a nivel retiniano que provoca la enfermedad). Las hemorragias retinianas pueden también producirse por violencia de zarandeo, especialmente en niños pequeños (provocándose el denominado “síndrome del bebé zarandeado-sacudido”, característico de los casos de maltrato infantil). Clínica: Las hemorragias retinianas se describen a veces como hemorragias “en astilla”. Aquéllas que afectan a regiones periféricas de la retina pueden  no dar ningún síntoma y, por tanto, pasar del todo desapercibidas  durante años. Muchas veces sólo se diagnostican de forma incidental cuando el ojo se somete a una prueba oftalmoscópica de fondo de ojo por otro motivo. Otras veces, cuando la hemorragia retiniana afecta al área más central y de mayor potencial visual (mácula-fóvea) el defecto de visión puede ser importante. Diagnóstico: Mediante la realización de un fondo de ojo. En ocasiones se administra intravenosamente un contraste fluorescente al paciente, previamente a la realización del retinograma, con la finalidad de obtener una imagen de los vasos sanguíneos de la retina más precisa. Tratamiento: Las más leves y no asociadas a enfermedades crónicas podrán habitualmente reabsorberse solas , sin precisar intervención terapéutica. La cirugía láser es una opción de tratamiento con la que se intenta sellar los vasos sanguíneos dañados en la retina. También han sido usados tratamientos farmacológicos del tipo inhibidores del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) en pacientes diabéticos.
Ojo Vago: Tratamiento y Cirugía
Artículo especializado

Ojo Vago: Tratamiento y Cirugía

Ojo vago o perezoso, así es como llamamos coloquialmente a la ambliopía, ya que se produce cuando uno de los dos ojos se utiliza menos que el otro por una falta de desarrollo visual que provoca pérdida de visión. Se trata de la causa más frecuente de déficit visual entre los niños y jóvenes de los países desarrollados, con una prevalencia de hasta un 2-3% en menores de seis años. Cómo se produce La función visual experimenta un rápido desarrollo en los primeros años de vida. La agudeza visual, que en el momento del nacimiento es prácticamente nula, adquiere el 100% de su potencial entre los cinco y seis años de edad. El desarrollo de la visión, por su parte, se produce de forma progresiva desde el nacimiento hasta alcanzar los ocho a nueve años. Además, durante este periodo de “plasticidad”, la función visual es reversible y puede volver atrás. Por esta razón, cualquier anomalía ocular que, en este periodo inicial de la vida, dificulte el estímulo visual de la retina provocará una detención del desarrollo visual, e, incluso, una regresión de la función existente en el momento de la aparición de la anomalía.  A este proceso de paro o recesión de la función visual, se le conoce como ambliopía (coloquialmente “ojo vago” u “ojo perezoso”). ¿SABES QUÉ ES LA VISIÓN BINOCULAR? Esta fina función nos permite ver como única la imagen que perciben por separado cada uno de los dos ojos.  Para que la visión binocular se establezca es necesario que se cumplan tres condiciones sucesivas: Que cada ojo perciba una imagen nítida. Que las dos imágenes puedan ser superpuestas. Que las dos imágenes sean vistas con sensación de relieve , es decir, lo que denominamos “visión estereoscópica”, algo normal a los seis meses de edad. Para que todos ellos se produzcan es necesario que tanto los factores anatómicos como los funcionales que intervienen en el aparato ocular alcancen un grado de desarrollo aceptable. Por qué se produce Para que el complejo proceso de desarrollo visual se produzca de forma correcta, es necesario que el ojo reciba una imagen nítida y enfocada . Si durante este período aparece algún proceso de enfermedad que impide la llegada del estímulo visual en buenas condiciones, se interrumpirá el proceso de maduración natural y, cuanto más precozmente se produzca esta interrupción, más graves o peores serán las consecuencias. Se ha demostrado que un defecto visual congénito (presente ya en el momento del nacimiento) provoca cambios en la anatomía y en la funcionalidad a lo largo de toda la vía visual (ojo, nervio óptico, sistema nervioso central). Por eso, si la causa está presente ya en el momento del nacimiento, el niño no ha iniciado a tiempo el desarrollo de la visión. Cuando el defecto se instaura pasado el período crítico de los 3-4 meses de vida, se producirá una detención en la maduración del sistema visual, pero sin producirse cambios celulares o estructurales, por lo que las posibilidades de revertir la situación son claramente mejores. Factores de riesgo Los mecanismos patológicos capaces de interrumpir el desarrollo de la visión son:   Ausencia del estímulo visual por falta de transparencia de las estructuras oculares (p.ej. las cataratas infantiles, que afectan al cristalino, o también las opacidades de la córnea) o por ptosis palpebral (caída del párpado sobre el eje de visión).   Defectos de refracción no corregidos (miopía, hipermetropía, astigmatismo) en los que la imagen alcanza la retina pero desenfocada, con dos situaciones posibles: Anisometropía (diferencia de graduación significativa en ambos ojos)  con posibilidad de aparición de una ambliopía unilateral. Ametropía bilateral elevada (defecto de agudeza visual de ambos ojos a la vez), pudiendo provocar una ambliopía bilateral.   Estrabismo: cuando se instaura una desviación ocular, se produce una diplopía o visión doble que el niño es capaz de solucionar suprimiendo uno de los dos ojos, de forma que éste deja de utilizarse para ver. Diagnóstico En la mayoría de los casos de ojo vago unilateral (un solo ojo) el niño no tendrá ningún otro síntoma, por lo que el pediatra debe descartar, en todas las exploraciones, las posibles anomalías oculares que puedan suponer un factor de riesgo para la aparición del mismo. Igualmente, las revisiones pediátricas y escolares deben incluir pruebas de agudeza visual adecuadas a la edad para detectar defectos de visión y diferencias de visión entre ambos ojos. Tratamiento Si el déficit está presente desde el momento del nacimiento, se debería iniciar el tratamiento antes de los cuatro meses de vida, para intentar conseguir un cierto grado de visión. Si es de causa más tardía, aunque dependerá de la edad de inicio de tratamiento, hasta los dos años el resultado es muy bueno, de los dos a los cuatro años es bueno y de los cuatro a los ocho años es difícil conseguir una buena visión si el defecto era importante. A partir de los ocho o nueve años es prácticamente imposible. Por tanto, es fundamental aplicarlo lo más tarde a los cuatro años de edad. El tratamiento consta de: El tratamiento de las causas que lo pueden provocar (la aplicación de lentes correctoras en las miopías-hipermetropías-astigmatismos; tr atamiento quirúrgico del estrabismo o de la ptosis palpebra l, etc.). El tratamiento de la ambliopía propiamente dicho, aplicando gafas correctoras con una graduación adecuada y consiguiendo que el ojo amblíope se estimule convenientemente mediante la penalización del ojo sano. Solamente dos métodos de penalización han demostrado ser eficaces: la oclusión con parche (el más utilizado) y la nebulización con colirio de atropina, dilatando así la pupila del ojo bueno. ¿Qué pronóstico tiene? Las posibilidades de recuperación serán menores: Cuanto más baja sea la agudeza visual del ojo afecto. Cuanto más precozmente se instaure el déficit. Cuanto más tiempo transcurra entre la instauración del déficit y el inicio de tratamiento. Por el contrario, si el tratamiento se aplica en el momento correcto, la recuperación de la visión suele ser total en la gran mayoría de los casos. Los pacientes tratados de ambliopía suelen recuperar la visión totalmente y desarrollan su vida con normalidad.
Remedios Para los Ojos Secos
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Remedios Para los Ojos Secos

¿Sientes molestias de irritación en tus ojos de manera reiterada?  ¿Has pensado que podrías padecer de “ojo seco”?  Esto, afortunadamente, tiene solución. La lágrima La glándula lagrimal, con su secreción, la lágrima, compuesta básicamente de agua y lípidos (grasas), lubrifica y nutre la córnea , ya que ésta carece de vasos sanguíneos y tiene tendencia a desecarse. Además, la lágrima cumple la función de mantener el saco conjuntival limpio, no sólo por acción mecánica (de arrastre), sino también por su acción bactericida, debido a su contenido en lisozima. Una alteración en cualquier punto de la vía lagrimal será sintomática. Típicamente, si la alteración está en una zona previa al saco lagrimal, el cuadro cursará sólo con lagrimeo constante . Si la obstrucción está en el saco o en una zona más alejada se asocia a secreción, que se acumula a nivel del párpado, provocando acúmulos de legaña. En los bebés Al nacer, la secreción lacrimal suele ser poco importante o nula. La aparición de las lágrimas se produce en las primeras semanas de vida y, a los tres meses de edad , la secreción está definitivamente establecida. Las vías lagrimales culminan su desarrollo durante las primeras semanas de la vida, de tal manera que en los primeros momentos después del nacimiento puede no estar definitivamente perforado (o, lo que es lo mismo, puede no ser permeable) el canal lacrimonasal y eso provoca una de las consultas más frecuentemente realizadas en pediatría (“mi hijo tiene mucha legaña acumulada en un ojo, pero el ojo no está rojo”). Como pediatras, aconsejaremos la realización de masajes al bebé utilizando el pulpejo del pulgar, de arriba a abajo sobre el canto nasal de forma repetitiva, con la intención de ayudar a permeabilizar el conducto lacrimonasal que, por culpa del acúmulo de secreciones nasales, se halla embozado. Causas del ojo seco Algunos fármacos de administración sistémica como los antihistamínicos, anticolinérgicos y psicótropos se asocian a un ojo seco, porque reducen la secreción lagrimal. Los trastornos que afectan directamente a la glándula lagrimal como la sarcoidosis o el síndrome de Sjögren también producen ojo seco. Algunos enfermos presentan un ojo seco después de la radioterapia, si el campo terapéutico incluye las órbitas. Los problemas de sequedad ocular son también comunes después de lesiones nerviosas que afectan a los nervios craneales (llamados pares craneales). Sobre todo el que afecta al “VII par craneal (nervio facial)”, provocando una “queratitis por exposición” de la superficie ocular, secundaria a la parálisis del nervio facial con incapacidad de cierre completo del párpado. Signos y síntomas El ojo seco (queratitoconjuntivitis secas) puede ser de gravedad variable: desde una afectación corneal superficial leve en las que el ojo puede tener un aspecto sorprendentemente normal, hasta una úlcera que puede progresar hacia la perforación. Producen ardor, intenso dolor (sobre todo con el parpadeo), ojo rojo, sensación de cuerpo extraño con el parpadeo (como de tener “arenilla” en el ojo), fotofobia (hipersensibilidad a la luz) y visión borrosa (por pérdida de la transparencia corneal). Suponen una amenaza para la visión debido al riesgo de opacidad corneal, cicatrización y perforación. A diferencia de otros procesos como pueden ser, por ejemplo, la uveítis o el glaucoma agudo , las molestias de la queratitis cesan con la instilación de colirio anestésico. Diagnóstico Las queratitis son fácilmente visibles a simple vista tras la instilación de una gota de fluoresceína y visualizando luego la córnea con una luz azul. El examen con aparatología oftalmológica específica ( lámpara de hendidura ) permite objetivar la existencia de rotura de la arquitectura corneal, un filtrado opaco o abscesos ( acúmulos de infección ), así como una reacción celular inflamatoria en la cámara anterior. La producción de lágrimas medida después de humectar un papel de filtro (la llamada tira de Schirmer) es deficiente. Lagrimas artificiales o lubricantes oculares Los problemas de sequedad ocular se controlan mediante la aplicación frecuente y abundante de lágrimas artificiales o lubricantes oculares. La dosis normal es de una gota en el ojo 2-4 veces al día (la dosis puede ser aumentada en caso necesario), separando los párpados del ojo/s afectado/s e instilando una gota dentro del párpado inferior, mientras se dirige la vista hacia arriba. Posteriormente, se debe mantener el ojo abierto y no parpadear durante 30 segundos como mínimo. Recordar que, después de la instilación, no se deben cerrar los ojos apretadamente y se debe intentar no parpadear más de lo normal. Además de ello, antes de usar otras gotas oftálmicas, se debe esperar como mínimo cinco minutos. Para evitar contaminación, el gotero no debe entrar en contacto con el ojo o con cualquier otra superficie. Las lágrimas artificiales pueden adquirirse en la farmacia sin receta médica y pueden utilizarse durante el periodo de embarazo y de lactancia con total seguridad. Cabe destacar que la aplicación de colirios anestésicos en los ojos afectos de sequedad puede resultar especialmente peligrosa, porque la ausencia de un reflejo de parpadeo normal expone a la córnea a lesiones indoloras no percibidas por el paciente. Cuando existe una erosión corneal diagnosticada por fluoresceína se debe proceder a la oclusión ocular y mantener dilatada la pupila, mediante colirio de atropina, para controlar el dolor. Además de ello, se aplicarán antibióticos tópicos para prevenir las infecciones secundarias. Dra. Gemma Cardona Médico consultor de Advance Medical
Hipermetropia: Síntomas y Tratamiento
Artículo especializado

Hipermetropia: Síntomas y Tratamiento

Si acaban de diagnosticarle hipermetropía a tu hijo y quieres saber más sobre el tema, este artículo te interesa. ¿Qué es? La hipermetropía es un defecto de refracción frecuente en los niños . En el ojo hipermétrope, debido al menor tamaño del ojo del que sería deseable, la imagen de los objetos lejanos no se forma sobre la retina, sino detrás de ella. Esto hace que la visión sea borrosa a cualquier distancia de posición del objeto. En el ojo hipermétrope el defecto de visión puede ser compensado por el mecanismo de acomodación (capacidad de modificación del tamaño del cristalino para enfocar los objetos), que es muy activo en la etapa infantil y va disminuyendo su capacidad con el paso de los años. Debido a e este gran poder del mecanismo de acomodación en la infancia, exámenes convencionales de la agudeza visual pueden no detectar la existencia de hipermetropías ligeras o medianas, ya que el niño hipermétrope puede ver normalmente.   Cuando el defecto de refracción en ambos ojos es diferente hablamos de anisometropía , una afección que da lugar a una ambliopía (un “ojo vago”) en el ojo con más defecto de refracción y que es más frecuente y más grave cuanto más pequeño sea el niño. La anisometropía hipermétrope origina ambliopía más fácilmente que la miope. ¿Por qué se produce? En general, las ametropías tienen un origen hereditario multifactorial, aunque se expresa de forma muy diferente en cada persona. Por lo tanto, debe descartarse siempre que existan antecedentes familiares de este tipo de patologías. La causa más frecuente de hipermetropía es la debida a una longitud axial del globo ocular (una longitud antero-posterior del ojo) más pequeña de lo normal. Con menos frecuencia, su causa hay que buscarla en la existencia de menores curvaturas de las que serían deseables en la córnea o el cristalino. Asimismo, existen causas de hipermetropía extrema que serían el microoftalmos (ojo en general más pequeño de lo normal) y la afaquia o ausencia de cristalino (generalmente quirúrgica). Síntomas Los signos evidentes y síntomas pueden variar considerablemente en función del grado de hipermetropía y de la capacidad de acomodación del niño. Las hipermetropías moderadas pueden cursar con una agudeza visual incluso normal, mientras que las más importantes cursan con visión borrosa , especialmente en la visión próxima (“de cerca”) con “astenopatía acomodativa” (dolor de cabeza frontal, escozor y enrojecimiento de los ojos tras esfuerzos continuados de acomodación). Un signo frecuente de aparición es la blefaritis crónica (la inflamación de los párpados), secundaria a la contracción crónica que realizan los párpados con la finalidad de enfocar la visión. La hipermetropía puede provocar un estrabismo , denominado convergente acomodativo (endotropía acomodativa), que se corrige con el uso de gafas correctoras. El colegio supone un lugar donde los defectos visuales se manifiestan de forma evidente, ocasionando un bajo rendimiento escolar. Diagnóstico El diagnóstico de los defectos de refracción deberá ser realizado por el oftalmólogo. Desde la consulta del pediatra debemos derivar al niño al especialista ante la sospecha de la existencia de alguno de estos defectos oculares. Son pruebas o métodos subjetivos los llamados optotipos (objetos/dibujos/letras) que deben situarse a cinco metros de distancia del niño a explorar y, a ser posible, en un ambiente con condiciones de buena iluminación y con el niño lo más tranquilo posible. También se puede utilizar, a partir de los 4 años de edad, la clásica prueba de la “E de Snellen”: se presentadas diversas letras “E” en diferentes posiciones y s tamaños y el niño debe identificar su posición señalando con los dedos o colocando una “E” grande a su lado en la misma posición. Con esta exploración simple se pueden diagnosticar las hipermetropías, siendo obviamente necesaria la colaboración del niño. Para la exploración concreta de las hipermetropías, posteriormente se valorará al niño colocando unas gafas con una corrección de +2 dioptrías en cada ojo, volviendo a explorar los optotipos. El niño hipermétrope continuará viendo los optotipos con la corrección de +2 dioptrías ya que habrá estado corregida parte de su hipermetropía. En cambio, el niño que no padezca hipermetropía verá borroso con esa corrección. En este caso, igualmente se procederá a explorar primero la visión de un solo ojo y posteriormente de ambos, haciendo que el niño mire las figuras primero de manera aislada y luego agrupadas con la finalidad de detectar ambliopías ligeras. Además de todo lo especificado, el oftalmólogo, previa administración de colirios para provocar la parálisis medicamentosa del sistema de acomodación ocular, puede realizar pruebas como la llamada esquiascopía (prueba que mide la refracción de manera objetiva). Es muy importante tener presente que la agudeza visual del niño pequeño no está completamente desarrollada y que los resultados, por tanto, podrán variar con el paso del tiempo. ¿Cómo se trata? El uso de la corrección debe ser permanente en niños pequeños y en defectos importantes, aunque en niños más mayores con defectos leves sólo será necesario aplicar los cristales correctores en algunas situaciones (para ver concretamente de lejos o concretamente de cerca). La corrección óptica de las ametropías se realizará con lentes esféricas o cilíndricas , que pueden ser positivas (convexas) o negativas (cóncavas), dependiendo del defecto de refracción a tratar. En el caso concreto de la hipermetropía, el tratamiento se basa en la aplicación de cristales correctores positivos (esféricos, convexos). Pronóstico Respecto a la evolución de los defectos de refracción (ametropías) en general, aunque no siempre se cumple, se puede admitir que el ojo del niño es hipermétrope en el momento del nacimiento y tiende hacia la normalidad (la emetropía) durante la etapa del crecimiento y desarrollo, sin acabar de conseguirla con plenitud, ya que el patrón refractivo de la especie humana es ligeramente hipermétrope.  Partiendo de este esquema evolutivo, las hipermetropías tienden a mejorar con el paso del tiempo, las miopías empeoran y los astigmatismos se mantienen relativamente estables. Esquemáticamente se dice que la ambliopía es recuperable hasta los cinco años, difícilmente se recupera a partir de esta edad y es prácticamente irrecuperable a partir de los 9-11 años.  Por esta razón, tiene tanta importancia llevar a cabo la detección y tratamiento precoz de las anomalías que pueden causar ambliopía (defectos de refracción, opacidades, estrabismos, etc.) MEJOR RENDIMIENTO VISUAL, MEJOR RENDIMIENTO ESCOLAR En la época de aprendizaje escolar, si mejora el rendimiento visual, paralelamente mejora el rendimiento escolar. El porcentaje de defectos de refracción que se detectan entre los niños más avanzados y los más atrasados en la adquisición de contenidos dentro de una misma clase evidencian que entre los que presentan más dificultades hay un tanto por ciento más elevado de defectos de refracción que en el grupo de los más avanzados.
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Derrame Ocular
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Derrame Ocular

¿Qué es un derrame ocular? El derrame ocular es la aparición de sangre entre la conjuntiva y la esclerótica , por ruptura de los vasos sanguíneos de esta última, apareciendo una lesión hemática en la parte anterior del ojo, sostenida por la conjuntiva, que no permite que salga al exterior ni traspase a la córnea. El derrame ocular o, como también se conoce, hemorragia subconjuntival o hiposfagma, es una patología bastante común multifactorial, y de resolución espontánea con el paso de los días en la mayoría de ocasiones. Tipos de derrame ocular Existen diferentes tipos de derrame que suceden en el interior del ojo: Hemorragia vítrea: es un tipo de hemorragia intraocular que no se ve a simple vista, ya que se encuentra en el humor vítreo del ojo y, en condiciones normales, es transparente. Al sangrar pierde su transparencia, por lo que la luz no puede atravesarlo y se expresa como pérdida de visión o visión borrosa, según su gravedad. Este tipo de hemorragia intraocular requiere una exploración oftalmológica completa, incluyendo fondo de ojo y, a veces, valoración en cámara de hendidura. Hifema: es la acumulación de sangre en la zona frontal del ojo, entre la córnea y el iris, pudiendo cubrir parcial o totalmente el iris. Se origina por una rasgadura del iris. En ocasiones, puede ser confundida con una hemorragia subconjuntival, ya que es una hemorragia visible, pero, a diferencia de esta última, los hifemas son dolorosos. Hemorragia subconjuntival: es la más benigna y de resolución espontánea. A diferencia del hifema y la hemorragia vítrea, esta no afecta a la agudeza visual, ya que el vaso implicado en el sangrado no altera los medios transparentes del ojo y solo permanece en la conjuntiva. Causas de un derrame ocular Las causas del derrame ocular más frecuentes son: Causas idiopáticas o sin razón aparente que ceden en periodo inferior a 5 días. Traumatismos, muy frecuentes en deportistas por lesiones directas severas en el ojo que afectan a los vasos sanguíneos. Malformaciones de los vasos sanguíneos que pueden ocasionar hemorragias espontáneas. Inflamaciones de la conjuntiva o úvea que pueden ocasionar como complicación hemorragias subconjuntivales Oclusión venosa en la retina. Elevación de la presión en los capilares, por elevaciones de la presión arterial sistémica o por realización de maniobras de valsalva en pacientes sensibles, como puede ser realizar grandes esfuerzos, estornudar o toser fuertemente. Trastornos de la coagulación sanguínea, déficit de vitamina K, algunos tipos de anemia e intoxicación por anticoagulantes. Cirugía de cataratas, puede ocasionar una hemorragia subconjuntival como reacción secundaria. Diabetes Mellitus, aunque no es la lesión más frecuente, los cambios de estrechamiento y obliteración a nivel de capilares pueden ocasionarla. Diferencias de presión, en recién nacidos, a través del canal del parto. Síntomas de un derrame ocular El síntoma más característico del derrame ocular o hemorragia subconjuntival es una zona roja delimitada en conjuntiva por la presencia de sangre. Esta, con el transcurso de los días, puede ir modificando su estructura, ya que desciende a través del ojo y disminuye de tamaño espontáneamente. No se debe presentar ningún tipo de secreción, dolor o pérdida de la visión, ya que estos son signos que hacen sospechar la presencia de otro tipo de hemorragia intraocular que no son la subconjuntival benigna. Tratamiento de un derrame ocular En general, el tratamiento de un derrame ocular es sintomático. La lesión en la conjuntiva desaparece en el transcurso de los días o semanas, ya que se va reabsorbiendo poco a poco conforme a su tamaño. Si el ojo se encuentra irritado, se pueden indicar lágrimas artificiales. El uso de antibióticos o corticoides no ofrece ninguna mejoría significativa y, por lo tanto, no se prescriben. Es importante medir la tensión arterial y valorar los factores desencadenantes, como el uso de anticoagulantes o trastornos de coagulación, para su oportuna corrección .   Pruebas complementarias de un derrame ocular El diagnóstico de un derrame ocular o hemorragia subconjuntival puede realizarse a través de una simple valoración oftalmológica que debe incluir fondo de ojo para descartar otro tipo de hemorragias intraoculares. En el caso de la aparición de dolor en el ojo o traumatismo previo, es importante, además del fondo de ojo, realizar un escáner del globo ocular y de las estructuras contiguas, así como la evaluación, a través de la cámara de hendidura, para detallar todas las estructuras internas del ojo. En pacientes con trastornos de coagulación y anemia, es conveniente realizar una analítica buscando alguna alteración, sobredosificación de anticoagulantes o déficit de vitamina K.   Por último, y no menos importante, se debe medir la tensión arterial. Factores desencadenantes de un derrame ocular Lo factores desencadenantes son similares a las causas del derrame subconjuntival. En ocasiones, se pueden sumar, como por ejemplo un traumatismo ocular en un paciente con trastorno de coagulación o un paciente con emergencia hipertensiva, quienes además tienen un tratamiento con anticoagulantes. Factores de riesgo de un derrame ocular Los factores de riesgo son: Pacientes con hipertensión arterial, sobre todo, aquellos con hipertensión arterial poco controlada. Pacientes con diabetes mellitus mal controlada que como complicaciones crónicas tengan dificultades en la microvasculatura (capilares). Pacientes con trastornos de coagulación o déficit de vitamina K. Uso de antiagregantes y/o anticoagulantes. Pacientes con malformaciones congénitas en los capilares sanguíneos. Complicaciones de un derrame ocular Las complicaciones de un derrame ocular o subconjuntival son poco frecuentes, si aparece dolor, fotofobia, pérdida de la agudeza visual o dolor de cabeza, se debe acudir al médico inmediatamente, ya que probablemente no sea el diagnóstico correcto. La mayoría de estos derrames subconjuntivales desaparecen espontáneamente en el transcurso de 3 semanas aproximadamente . Si es un gran área de sangrado subconjuntival, la zona afectada puede elevarse debido al gran cúmulo de sangre, pudiendo ocasionar en la conjuntiva sequedad ocular o molestias en el párpado, que pueden mejorar con lágrimas artificiales. En los casos de traumatismo, puede surgir un desprendimiento de retina, pero no debido a la hemorragia, sino al traumatismo. Prevención de un derrame ocular Ante la presencia de sobredosificación por anticoagulante o déficit de vitamina K, se debe tratar de no realizar esfuerzo físico severo o maniobras de valsalva, así como tampoco frotar muy fuerte los ojos. Si se presenta algún traumatismo ocular, hay que evitar el ejercicio físico durante las 48 horas posteriores al traumatismo. Para el resto, no existe ningún tipo de prevención adicional . Especialidades a las que pertenece La especialidad a la que pertenece es oftalmología y medicina de atención primaria. Preguntas frecuentes ¿Qué son los vasos sanguíneos del ojo? Los vasos sanguíneos del ojo son estructuras arteriales y venosas que transportan sangre desde y hasta el ojo, a través de pequeños micro capilares, hasta formar la arteria y vena central de la retina. En la conjuntiva, por su extrema delgadez , los capilares son más propensos a romperse, originando hemorragias subconjuntivales sin mayor significación, no ocurriendo lo mismo en otras partes del ojo como el vítreo.   ¿Qué pasa cuando el ojo se llena de sangre? Si el ojo se llena en la conjuntiva de sangre, no afectando al iris y sin pérdida de la agudeza visual, no tiene mayor importancia que la parte estética o cierto prurito (picazón) o sequedad ocular. Ahora bien, si el sangrado va acompañado de dolor ocular , dolor de cabeza o pérdida de agudeza visual, se debe acudir inmediatamente al oftalmólogo para descartar otras enfermedades más graves del globo ocular, que pueden dejar incapacidad permanente o parcial en el mismo.   ¿Por qué el ojo palpita? El ojo no palpita, lo que palpita realmente es el músculo orbicular del párpado, provocando una falsa impresión de palpitación del globo ocular. Aunque no existe una causa específica, se cree que puede estar relacionada con estrés, insomnio o déficit de vitamina B12 . ¿Qué es la Hiposfagma? La hiposfagma es otra manera de denominar a la hemorragia subconjuntival que se produce por la rotura de pequeños capilares entre la conjuntiva y la esclerótica. ¿Cuáles son los síntomas de presión en la vista? Los síntomas más frecuentes de presión en la vista son: pérdida gradual de la visión, ojos rojos, cefalea, dolor ocular y, en ocasiones más graves, náuseas y vómitos.
Uveítis Anterior
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Uveítis Anterior

¿Qué es la uveítis anterior? La uveítis anterior es una inflamación del segmento anterior de la úvea . La úvea es la capa intermedia del ojo. La uveítis anterior afecta al iris (iritis), el cuerpo ciliar (ciclitis) y se denomina iridociclitis anterior. La inflamación puede estar asociada con enfermedades autoinmunitarias , pero en la mayoría de los casos se presenta en personas sanas. Se manifiesta en forma de dolor, enrojecimiento ocular y fotofobia (sensibilidad ante la luz). Este trastorno puede afectar únicamente a un ojo y es más frecuente en personas jóvenes de mediana edad. Se trata de una condición potencialmente grave, que requiere atención inmediata para prevenir la pérdida de la visión. Tipos de uveítis Los tipos de uveítis son: Uveítis anterior: es la forma más común. Implica la inflamación de la parte frontal del ojo (se denomina iritis) y puede afectar al cuerpo ciliar (ciclitis). La inflamación puede estar asociada con enfermedades autoinmunitarias, pero en la mayoría de los casos se presenta en personas sanas. Se manifiesta en forma de dolor, enrojecimiento ocular y fotofobia (sensibilidad ante la luz). Uveítis posterior: afecta la parte posterior de la úvea y compromete principalmente a la coroides (que son una capa de vasos sanguíneos y tejido conectivo en la parte media del ojo). Este tipo de uveítis se denomina coroiditis y si la retina también está comprometida se llama coriorretinitis. Esta afección se puede presentar si ha habido una infección generalizada  o una enfermedad autoinmunitaria. Uveitis intermedia : También llamada pars planitis , existe cuando se produce disminución de la agudeza visual (visión de moscas volantes), en ocasiones puede presentar fotofobia (sensibilidad a la luz). Se presenta con frecuencia en hombres jóvenes y generalmente no está asociada con ninguna enfermedad. Sin embargo, existe alguna evidencia que puede estar ligada a la enfermedad de Crohn y posiblemente a la esclerosis múltiple. Causas de la uveítis anterior La causa de la uveítis anterior es desconocida. Sin embargo, en algunos casos puede deberse a un traumatismo o a una infección . Las agudas, que aparecen solo en un ojo en cada episodio pero que pueden alternar ambos ojos en diferentes episodios, se asocian con frecuencia a enfermedades reumáticas como la espondiloartropatía y suelen tener un marcador genético que es el HLA-B27. Las infecciones asociadas con la uveítis anterior incluyen: enfermedad de Lyme, sífilis, tuberculosis, toxoplasmosis, virus del herpes y paperas. Las crónicas son procesos más graves porque, a menudo el ojo no está enrojecido y suelen existir ya múltiples secuelas en el momento del diagnóstico, puede asociarse a enfermedades reumáticas de la infancia como artritis idiopática juvenil. Síntomas de la uveítis anterior Los síntomas de la uveítis anterior son: Ojos enrojecidos. Dolor intenso. Lagrimeo. Visión borrosa. Sensibilidad a la luz (fotofobia). Pupila pequeña o de forma irregular. Disminución de la agudeza visual. Tratamiento de la uveítis anterior El tratamiento de la uveítis anterior se basa en aliviar los síntomas y reducir el cuadro inflamatorio para mejorar y preservar la visión. También es importante tratar las causas subyacentes de la uveítis anterior. La uveítis anterior se puede tratar con: Colirios con corticoesteroides para controlar la inflamación. Antiinflamatorios no esteroides (AINE). Agentes ciclopléjicos (dilatadores de la pupila) para ayudar a disminuir el dolor, la fotofobia y para evitar que el iris se adhiera al cristalino que está debajo. Agonistas beta de uso tópico para ayudar a aliviar la presión intraocular. Antibióticos sistémicos y locales. Reposo. Pruebas complementarias de la uveítis anterior Las pruebas complementarias para el diagnóstico de la uveítis anterior deben iniciarse con una completa historia clínica, un examen ocular más profundo del interior del ojo, las pupilas, y los músculos extraoculares. Factores desencadenantes de la uveítis anterior No existen factores desencadenantes. Factores de riesgo de la uveítis anterior Los factores de riesgo de la uveítis anterior están relacionados con algunos trastornos inmunitario y problemas de salud como son: Espondilitis anquilosante Sarcoidosis Artritis reumatoide VIH Enfermedades inflamatorias intestinales Virus del herpes Complicaciones de la uveítis anterior Las complicaciones de la uveítis anterior son: Glaucoma secundario Desprendimiento de la retina Catarata Ceguera Prevención de la uveítis anterior. Actualmente, no existen pautas para prevenir la uveítis anterior. Especialidades a las que pertenece La especialidad médica a la que pertenece la uveítis es la oftalmología, que es la rama de la medicina que se encarga de tratar las enfermedades de los ojos. Preguntas frecuentes ¿Qué es el Tyndall en los ojos? El Tyndall en los ojos se refiere a la presencia, en la cámara anterior del ojo, de pequeños corpúsculos flotando en el humor acuoso y que está constituido por células inflamatorias y proteínas. Aparece en los procesos inflamatorios del cuerpo ciliar. ¿Cuánto dura el tratamiento de la uveítis? El tratamiento de la uveítis va depender de las causas que lo provoquen y del tipo de uveítis que el paciente tenga. Suele durar de tres a cuatro meses . Si el paciente tiene recaídas la duración del tratamiento puede variar. ¿Qué es la uveítis en los ojos? La uveítis en los ojos es una inflamación de la úvea (capa intermedia de ojo entre la retina y la esclerótica, o lo que es lo mismo, la parte blanca del ojo). Consiste en una inflamación en el interior del ojo que afecta a una o más partes de la úvea: el iris (que da color a los ojos), cuerpo ciliar (detrás del iris donde se produce el humor acuoso) y coroides (parte detrás de la retina). ¿Qué es un glaucoma? El glaucoma es una neuropatía óptica que deteriora progresivamente el nervio óptico hasta su atrofia total, con asociación de pérdida de campo visual . El principal factor de riesgo es el aumento de la presión intraocular y los daños de fibras retinales. ¿Qué es la iridoclitis? La iridoclitis es la inflamación del iris (que da color a los ojos) y el cuerpo ciliar (detrás del iris donde se produce el humor acuoso).
Síndrome de Reiter
Enfermedad

Síndrome de Reiter

El síndrome de Reiter también conocido como artritis reactiva, es una afección que comprende desde una reacción inflamatoria hasta una infección en algún sitio del cuerpo. Suele aparecer después de una infección de las vías urinarias, el tracto genital o digestivo. Es una afección que atañe a los ojos causando conjuntivitis y/o uveítis; a las articulaciones provocando artritis reactiva, a la uretra y, en ocasiones menos frecuentes, también a la piel causando lesiones cutaneomucosas. Es más frecuente en hombres que en mujeres y predomina en edades comprendidas entre los 20 y los 40 años de edad. Es una afección rara y poco grave aunque es importante tratar los síntomas para evitar complicaciones mayores. Tipos de síndromes más comunes El síndrome de Reiter no tiene otros tipos de síndromes. Causas del síndrome de Reiter Las causas exactas del síndrome de Reiter se desconocen, pero pueden considerarse como posibles causas las siguientes: Infección urogenital: con frecuencia empieza en el tracto urinario o genital y es ocasionada por la bacteria clamidia trachomatis , que se contagia mediante la actividad sexual. La infección también puede iniciar en el aparato digestivo después de comer alimentos contaminados con la bacteria, usualmente shigella , salmonella o campylobacter . Alrededor de una a cuatro semanas después de la infección se puede desarrollar el síndrome de Reiter. Genéticamente puede que una persona sea más propensa a contraer la afección, sobre todo en los casos donde algún familiar haya sufrido el síndrome. Estos pacientes tienen un factor genético específico llamado HLA-B27 (o el gen B27). Síntomas del síndrome de Reiter Los síntomas del síndrome de Reiter envuelven tres sistemas corporales: el tracto genitourinario, los ojos y las articulaciones. En el tracto urinario y aparato reproductor masculino se produce dolor o dificultad al orinar , secreción en el pene, dolor en el pene, escalofríos y fiebre. En el tracto urinario y aparato reproductor femenino, ocasiona sensación de ardor al orinar, cistitis, hematuria y vagina inflamadas. En los ojos se produce un enrojecimiento ( conjuntivitis ), dolor, irritación, visión borrosa, lagrimeo, sensibilidad al sol y párpados hinchados. En las articulaciones es frecuente que aparezca inflamación, dolor y enrojecimiento, principalmente en la rodillas, tobillos y pies, dolor en el talón, acortamiento y endurecimiento de los dedos de las manos y los pies, dolor y rigidez de espalda. Otros síntomas pueden ser el sarpullido , especialmente en las palmas de las manos y plantas de los pies, úlceras en la boca o la lengua, pérdida de peso, falta de apetito, fatiga, etc. Tratamiento del síndrome de Reiter El síndrome de Reiter no tiene cura . Sin embargo, el tratamiento de la infección puede alentar o detener el curso de la enfermedad. Los pacientes se recuperan del episodio inicial a los seis meses. Aunque algunos pacientes pueden desarrollar arteritis crónica. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas. Entre los tratamientos más comunes están: el reposo en cama que ayuda a relajar las articulaciones, terapia física con ejercicios específicos para mantener los músculos fuertes y mover las articulaciones. Los medicamentos que se deben pautar son los analgesicos y antiinflamatorios , inyecciones de corticoides (sólo están indicadas si la inflamación persiste por largo tiempo), cremas tópicas con esteroides y, en casos de infecciones, antibióticos. Pruebas complementarias del síndrome de Reiter Las pruebas complementarias para el diagnóstico del síndrome de Reiter son: análisis de sangre para ver la velocidad de sedimentación globular que mide el grado de inflamación en determinadas partes del cuerpo, examen de orina para observar el factor genético asociado al síndrome (HLA-B27), extirpación del líquido sinovial de las articulaciones para buscar infección, radiografía de las articulaciones, ecografía, resonancia magnética y tomografía axial computarizada. Factores desencadenantes del síndrome de Reiter No existen factores desencadenantes. Factores de riesgo del síndrome de Reiter Los factores de riesgo del síndrome de Reiter son : Los hombres tienen más probabilidades de desarrollarlo que las mujeres. Miembros de la familia con el Síndrome de Reiter. Tener una enfermedad de transmisión sexual. Heredar el rasgo genético (HLA-B27). Ingerir alimentos manipulados incorrectamente. Complicaciones del síndrome de Reiter Las complicaciones en término general del síndrome de Reiter son raras, pero entre éstas se incluyen: Pulmonares : Neumonía o derrame pleural. Sistema nervioso : Neuropatía o cambios en el comportamiento. Cardíacos : Insuficiencia aórtica, pericarditis, arritmias y necrosis aórtica. Ésta última secundaria al tratamiento. Oftalmología : Uveítis o cataratas. Articulares : Artritis recurrentes, artritis crónica ó sacroileítis y espondilitis anquilosante. Prevención del síndrome de Reiter La prevención del síndrome de Reiter es: Evitar las enfermedades de transmisión sexual. Se recomienda que los pacientes se realicen pruebas de clamidia y otras infecciones similares para evitar que degeneren en el síndrome de Reiter. Lavarse las manos antes de comer y cocinar. Consumir alimentos que hayan sido guardados y preparados adecuadamente para evitar las infecciones intestinales. Especialidades a las que pertenece Las especialidades a las que pertenece el síndrome de Reiter son urología, reumatología, oftalmología y medicina interna. Preguntas frecuentes: ¿Qué es la artritis reactiva? La artritis reactiva es un trastorno que causa tres síntomas aparentemente no relacionados como son: artritis, enrojecimiento de lo ojos (conjuntivitis) y problemas del tracto urinario. Es un grupo de enfermedades que causan inflamación en el cuerpo. ¿Es contagioso el síndrome de Reiter? El síndrome de Reiter no es contagioso , pero la causa subyacente es con frecuencia una infección que puede propagarse mediante contacto sexual o por transmisión de la bacteria que la produce. ¿Se cura la artritis reactiva? La artritis reactiva no tiene cura, sólo se tratan los síntomas de esta afección. ¿Qué es considerada una enfermedad rara? El síndrome de Reiter es considerada una enfermedad rara, también conocida como “enfermedad huérfana”. Las enfermedades raras son aquellas que afectan a un pequeño porcentaje de la población.
Endoftalmitis
Enfermedad

Endoftalmitis

¿Qué es la endoftalmitis? La endoftalmitis es la infección que afecta a todo el globo ocular , y cuya causa más frecuente es postquirúrgica, siendo muy poco frecuente, aproximadamente un 0.28% de los casos. La cirugía donde hay más incidencia de endoftalmitis es la de cataratas . Es una enfermedad grave que pone en peligro la visión del enfermo. Tipos de endoftalmitis La endoftalmitis se puede clasificar en función de cómo se produce la infección. Endoftalmitis exógena : es la entrada de la infección al interior del ojo por un trauma, por una cirugía o erosión. Es una de las complicaciones más graves de la cirugía ocular. Endoftalmitis endógena : se da cuando el interior del ojo se infecta a través del torrente circulatorio. Suele darse en pacientes con sepsis severa o déficit de su sistema inmunitario. Causas de la endoftalmitis La causa de la endoftalmitis es la entrada de algún germen en el interior del ojo, que debería de ser estéril, ya sea por cirugía o por otras causas. Síntomas de la endoftalmitis Los síntomas de la endoftalmitis serán dolor, calor, enrojecimiento local, alteración de la visión y/o dolor producido por la luz . En el caso de cirugía ocular, esta se produce en los dos primeros días tras la misma. En casos menos graves, se produce a los 5 días de la cirugía, y en los casos de cirugía de glaucoma siempre hay riesgo de estas infecciones. Tratamiento de la endoftalmitis El tratamiento de la endoftalmitis será, en primer lugar, con antibióticos , que serán tanto a nivel de tratamiento local como a nivel intravenoso. En algunos casos puede ser necesaria la cirugía, mediante  una vitrectomía para tratar de retirar el material infectado de dentro del ojo. La vitrectomía es la extracción del humor vítreo, inyectando en su lugar un gas o sustancia gelatinosa que puede tener que retirarse posteriormente. Pruebas complementarias de la endoftalmitis Las pruebas complementarias son: extracción de material del ojo para cultivo y antibiograma , y como prueba de imagen se realiza la ecografía, la cual nos dará información tanto de la extensión de la infección como de la severidad de la misma. Factores desencadenantes de la endoftalmitis Son factores desencadenantes de la endoftalmitis los traumas oculares o las cirugías, que pueden producir la entrada de gérmenes el interior del ojo. Factores de riesgo de la endoftalmitis Los pacientes con inmunodepresión como son los diabéticos o pacientes con HIV tienen mayor probabilidad de sufrir una endoftalmitis. Complicaciones de la endoftalmitis Pérdida de la visión del ojo afecto. Pérdida del ojo afectado. Prevención de la endoftalmitis Uso de antibióticos tópicos previos a la cirugía. Control adecuado postoperatorio con uso de antibióticos tópicos Especialidades a las que pertenece la endoftalmitis La endoftalmitis debe de ser controlada y tratada de modo adecuado por el oftalmólogo. Preguntas frecuentes ¿Qué es un hongo intraocular? Al hablar de un hongo intraocular, nos referimos a la infección de hongos en el interior del ojo . Dicho hongo invade los fluidos internos del ojo que deben ser estériles. También pueden dar lugar a queratitis, que es la infección de la córnea, que se produce sobre una zona ulcerada de la misma. Está relacionado en muchos casos con las lentillas o con procesos de úlceras producidas por heridas de plantas.    ¿Qué son las cataratas? Las cataratas son la opacificación de la lente intraocular conocida como cristalino. Al pacificarse el cristalino se produce pérdida de visión, y cuando esto ocurre, se va a retirar esta lente natural y se va a situar en su lugar una lente artificial. Es la operación conocida como faquectomía. ¿Qué es la fotofobia? La fotofobia es un síntoma de diferentes enfermedades oculares, en el cual el paciente siente dolor ocular cuando hay una luz intensa . Esto hace que el paciente se cubra los ojos de la luz intensa. También puede darse fotofobia en las cefaleas oftálmicas, en las cuales el paciente precisa sentirse a oscuras ya que la luz aumenta el dolor de cabeza. ¿Por qué se puede producir una inflamación ocular? La inflamación ocular, que es el enrojecimiento y edema del ojo y sus anejos, se puede sufrir por diferentes infecciones . Así, por ejemplo, se puede producir la celulitis ocular. En este caso se inflaman los párpados y el tejido que rodea los ojos, y suele darse secundaria a una sinusitis. Se puede producir también la blefaritis, que es la inflamación solo de los párpados, que suele ser secundaria a infecciones en la zonas glandulares de las pestañas. La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, que puede darse por infecciones bacterianas o víricas. De entre estas, las más peligrosas son las infecciones por el virus herpes, ya que estas pueden dar lugar a úlceras corneales peligrosas. Por último, tenemos las endoftalmitis, en estos casos se inflama e infecta la parte interior del ojo y suele ser por una infección vírica, bacteriana, o por hongos, en la cual un germen externo se introduce en el interior del ojo, ya sea por una cirugía por un trauma. ¿Qué es la profilaxis antibiótica? La profilaxis antibiótica es el antibiótico que se da previamente a una intervención , para evitar las posibles infecciones que se pueden diseminar durante la cirugía. Así, en los casos de intervenciones en los ojos, es posible que el oftalmólogo le indique ponerse unas gotas de antibiótico previamente, que eviten la diseminación de una infección si estuviera presente, también es normal tomar profilaxis antibiótica en las intervenciones v bucales de los pacientes con problemas cardíacos.