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Qué Provoca la Neuritis Vestibular
Artículo especializado

Qué Provoca la Neuritis Vestibular

El control del equilibrio está determinado por la integración de las señales obtenidas del mundo exterior a través de la vista, los receptores tanto cutáneos como osteoarticulares que informan sobre la posición y los movimientos del cuerpo, y el oído interno. Dicha acumulación de informaciones se procesa en el cerebro y el cerebelo, que dan las órdenes de reposición del cuerpo para mantener el equilibrio . La información que aporta el oído interno se transmite a través del nervio auditivo o vestibulococlear, también denominado octavo par craneal. Cuando por diferentes causas la porción de dicho nervio que se encarga del equilibrio (la otra porción se encarga de la audición) se inflama, se produce lo que se llama una neuritis vestibular y el equilibrio se ve afectado. A qué se debe La mayoría de las veces la neuritis vestibular es secundaria a una infección vírica de las vías respiratorias altas, un cuadro catarral que inflama el nervio y la información que envía al cerebro está alterada y no cuadra con la del resto de receptores, con lo que se produce una sensación de desequilibrio, pese a que el cuerpo no lo esté. En personas de edad avanzada la neuritis puede deberse a una isquemia de la arteria vestibular anterior, con lo cual se produce un déficit de aporte sanguíneo que daña el nervio y conlleva la neuritis y la alteración del equilibrio. Qué síntomas da La neuritis vestibular se caracteriza por ser un cuadro que se presenta de manera brusca y que cursa con síntomas como:          Inestabilidad cefálica.          Mareo.          Sensación rotatoria.          Falta de equilibrio.          Náuseas y vómitos.          Sudoración.          palpitaciones. Es una sensación muy desagradable que los pacientes toleran en mayor o menor grado y que en ocasiones puede llegar a provocar una crisis de ansiedad. Al ser una inflamación aislada de la parte conductora de la información del equilibrio, la audición está preservada, se oye bien y no existen pitidos en los oídos, a diferencia de lo que ocurre en la enfermedad de Ménière, donde sí se dan estos síntomas. La percepción de inestabilidad puede alargarse durante dos o tres semanas. Cuando caminan los pacientes con neuritis vestibular tienden a irse hacia el lado sano, pues el cuerpo tirará del paciente para que camine recto en función de la percepción que se tiene del equilibrio y de la posición de su cuerpo. Al hacer que el paciente cierre los ojos y se mantenga de pie veremos que el paciente se inclina o cae hacia el lado lesionado, lo que se conoce como signo de Romberg positivo. Las personas que padece una neuritis vestibular con frecuencia presentan un movimiento anómalo de los ojos que se llama nistagmo. Se trata de un movimiento involuntario de los ojos que baten o se desvían hacia un lado de manera rápida y luego regresan lentamente a la posición normal. Cuando una persona sufre una neuritis vestibular se producirá un nistagmo horizontal de los ojos hacia el lado sano. Cómo se diagnostica El diagnóstico de la neuritis vestibular se basa sobre todo en la descripción de los síntomas que da el paciente y la exploración física. Conviene llevar a cabo un examen del oído y una exploración neurológica completa, en la cual se debe evaluar tanto una posible alteración de la marcha como la imposibilidad del paciente para mantener el equilibrio al cerrar los ojos. Si existen dudas sobre la agudeza auditiva se puede realizar una audiometría. Asimismo, si después de tres semanas los síntomas se mantienen valdría la pena realizar un estudio electrofisiológico sobre la conducción eléctrica del nervio vestibulococlear mediante un electroneurograma. ¿Tiene tratamiento? En la mayoría de los casos la neuritis vestibular se curas por sí misma y lo que hacemos es tratar los síntomas. Se pueden dar antieméticos para las náuseas y los vómitos, como la metoclorpramida o la domperidona , así como medicación contra la sensación de vértigo, como la betahistina, la sulpirida o la biodramina. En casos rebeldes puede ser útil administrar una tanda corta de corticoides por vía oral. En caso de presentar unos síntomas que puedan hacer pensar en una neuritis vestibular es recomendable ponerse en contacto con su médico de familia o con un especialista en otorrinolaringología.
Infección Pulmonar
Artículo especializado

Infección Pulmonar

En la práctica habitual hablamos de neumonía para referirnos a la infección que afecta a la vía respiratoria baja. Sin embargo, debemos diferenciar el término neumonía del término bronquitis, ambos procesos relacionados con una infección respiratoria. La neumonía hace referencia a la afectación del parénquima pulmonar y suele ser de causa bacteriana, mientras que la bronquitis se refiere a la afectación de la vía respiratoria y suele ser de causa vírica. Tipos de neumonía La neumonía, por excelencia, es la llamada neumonía adquirida en la comunidad (NAC) o neumonía extrahospitalaria, que afecta a la población general. Se trata de una infección aguda pulmonar que se manifiesta por signos y síntomas de infección respiratoria baja. Otras neumonías específicas serían la neumonía en pacientes inmunodeprimidos y la neumonía nosocomial. La neumonía adquirida en la comunidad abarca el protagonismo por su gran incidencia y la morbimortalidad que acarrea. Un alto porcentaje de pacientes (sobre todo en la edad senil) precisa ingreso hospitalario e incluso en la unidad de cuidados intensivos no siendo despreciable el número de muertes que ocasiona. Diagnóstico El diagnóstico de neumonía se sospecha ante un paciente que presenta determinados síntomas como pueden ser: fiebre, escalofríos, tos persistente, mucosidad purulenta (amarilla o verdosa y espesa), dolor en el costado, disnea o falta de aire, mal estado general… En la auscultación podemos encontrar la presencia de moco.  Es frecuente que el paciente acuda a la visita médica tras varios días de presentar síntomas y después de haberse automedicado de forma sintomática sin evidenciar mejoría clínica. Tras la exploración, la prueba que solicitaremos para llegar al diagnóstico será una radiografía de tórax (siempre solicitamos dos proyecciones diferentes), donde evidenciaremos una lesión radiológica aguda compatible (en forma de infiltrado). Podremos valorar su localización, su extensión y la presencia de posibles complicaciones como pueden ser un derrame pleural. Si existe afectación del estado general nos ayudaremos de otras pruebas complementarias para el diagnóstico como puede ser una analítica sanguínea, una muestra del esputo, un hemocultivo o una broncoscopia. Quiénes tienen más riesgo de sufrirla El germen más frecuentemente encontrado en los aislamientos es el Streptococcus pneumoniae (o neumococo). Los pacientes más sensibles a este germen son: fumadores, pacientes respiratorios crónicos, con enfermedades avanzadas, edad senil, esplenectomizados (pacientes sin bazo) o pacientes tratados con corticoides. En esta población de riesgo está indicada la administración de la vacuna frente al neumococo de forma profiláctica. Existen otros posibles agentes causales de neumonía adquirida en la comunidad como pueden ser algunos virus (varicela, gripe…), el Mycoplasma , la Chlamydia , la Legionella , la Pseudomona o el Staphylococcus . Mención especial requiere la infección por legionella (bacteria gram negativa), cuyo único reservorio es el agua, especialmente la estancada a temperaturas entre 25 y 45ºC. Se transmite por inhalación de aerosoles o microaspiraciones de agua, y penetra en el organismo por vía aérea. Un foco temido es el sistema de agua hospitalario por suponer un riesgo para los pacientes hospitalizados. Los controles periódicos que deben realizarse son muy exhaustivos. La neumonía nosocomial es aquella adquirida en el hospital en las 48-72 horas tras el ingreso, siempre que se haya excluido un proceso infeccioso pulmonar ya presente antes. Es la segunda causa de infección hospitalaria tras la infección urinaria y la primera causa de infección en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital. Neumonía en inmunodeprimidos La neumonía en pacientes inmunodeprimidos puede tener características especiales, siendo posible encontrar unos agentes causales atípicos. Los síntomas pueden consistir en malestar general, escalofríos, fiebre, rigidez, tos, disnea y dolor torácico. Sin embargo, los pacientes inmunocomprometidos pueden no tener fiebre ni signos respiratorios y tienen menos cantidad de mucosidad purulenta. En algunos casos, el único signo de alarma es la fiebre sin un foco infeccioso aparente. La presentación atípica hace sospechar de una infección micótica o micobacteriana o viral oportunista. El tratamiento dependerá del estado inmunitario del paciente y del germen patógeno que cause la infección. Tratamiento Una vez confirmado el diagnóstico, se inicia inmediatamente un tratamiento antibiótico empírico. No siempre será necesario un ingreso hospitalario para el control evolutivo. En la mayoría de la población se realiza tratamiento ambulatorio. En pacientes de riesgo o con gran afectación del estado general estará indicado el ingreso hospitalario para la administración de antibiótico endovenoso y el seguimiento clínico de los síntomas. Es importante recalcar que la pauta antibiótica en caso de neumonía (infección respiratoria baja) es mucho más larga que la de una infección de vía respiratoria alta. Asimismo, puede estar indicada la combinación de dos antibióticos de familias diferentes. A pesar de que el tratamiento antibiótico aporta una gran mejoría clínica es posible notar cansancio y afectación del estado general hasta tres semanas después de finalizar el tratamiento. En general, la eficacia del tratamiento antibiótico no puede evaluarse hasta pasadas las primeras 48-72 horas, por lo que no es necesario modificarlo si no existe empeoramiento. La duración del tratamiento depende de varios factores específicos como la gravedad del paciente, la rapidez en la respuesta clínica y el microorganismo causal.
Enfisema Pulmonar, ¿Qué Debes Saber?
Artículo especializado

Enfisema Pulmonar, ¿Qué Debes Saber?

Este nombre viene del griego, ” emphysema”, que significa soplar o insuflar aire , algo que está relacionado con esta enfermedad respiratoria. Afecta a personas mayores de 40 años y más frecuentemente a hombres. La causa más directamente asociada es el tabaquismo e implica un problema de salud pública debido a su elevada prevalencia y su traducción económica y social. ¿Qué es el enfisema? Es una enfermedad englobada dentro de la entidad “enfermedad pulmonar obstructiva crónica” (EPOC ) junto a la bronquitis crónica.   La enfermedad pulmonar obstructiva crónica tiene repercusión sistémica y evolución progresiva. Se caracteriza por la presencia de una obstrucción crónica al flujo aéreo asociada a una reacción inflamatoria frente a partículas nocivas o irritantes (la principal el tabaco). Cursa con episodios de empeoramiento llamados exacerbaciones que pueden implicar un ingreso hospitalario y empeoramie n to progresivo basal del paciente. Factores de riesgo El principal factor de riesgo es la exposición al humo de tabaco: entre el 80-90% de los pacientes con EPOC son fumadores . Otros factores que pueden influir son: genéticos (como el déficit de la proteína α 1 -1-antitripsina , encargada de la proteger el tejido pulmonar), exposición laboral, contaminación ambiental, edad, infecciones en edades tempranas, etc. Se postula que la enfermedad se inicia con un proceso inflamatorio (inducida por el humo del tabaco debido a su contenido en oxidantes) que produce un estrechamiento de las vías respiratorias, sobre todo distales. Evoluciona con la destrucción del tejido elástico de las paredes de las vías respiratorias distales o bronquiolos (la disminución de la capacidad elástica del pulmón provoca el colapso de las vías aéreas distales). ¿POR QUÉ EL TABACO? El humo del tabaco y otros contaminantes provocan la liberación de productos químicos que dañan las paredes de los alvéolos. La lesión progresa con el tiempo dificultándose la expulsión de aire y afectando a la oxigenación. ¿Cómo se traduce esta afectación microscópica del pulmón? Durante la inspiración , el aire entra en el alveolo, pero la falta de elasticidad en la pared hace que se dificulte su salida quedando atrapado durante la espiración y dando lugar a la creación de unos espacios de atrapamiento aéreo llamados bullas, características del enfisema . Es decir, en caso de enfisema, si comparamos el alveolo con un globo comprobaríamos que, debido a la enfermedad, sería posible la entrada de aire, pero se vaciaría con dificultad quedando un remanente de aire en cada inspiración y comprometiendo la oxigenación. La pérdida progresiva de la elasticidad pulmonar y la destrucción de la estructura pulmonar provocaría el colapso de las pequeñas vías aéreas durante la respiración, conduciendo a una obstrucción respiratoria y a una retención de aire poco oxigenado en los pulmones. Según la causa desencadenante podríamos hablar de: Enfisema pulmonar hereditario : es el caso del déficit de α 1 -1-antitripsina que afecta a una de cada 2.500 personas. Se trata de una proteína sintetizada en el hígado cuya misión es la protección del tejido pulmonar. Enfisema pulmonar adquirido : en este caso la producción de α 1 -1-antitripsina es normal, pero existe un proceso inflamatorio de base por la exposición a irritantes que conlleva a la destrucción de las fibras elásticas del espacio alveolar. Por curiosidad, según el área pulmonar afectada encontraremos cuatro tipos de enfisema: panacinar, centrolobulillar, paraseptal (se asocia con neumotórax espontáneo) e irregular. Según la gravedad de los síntomas podríamos hablar de: leve, moderado, grave y muy grave. ¿Qué síntomas encontramos al inicio de la enfermedad? Al inicio los síntomas pueden estar ausentes o ser mínimos.  Sospecharemos esta enfermedad ante una persona fumadora de más de 40 años y algunos de estos síntomas: Tos crónica:  puede ser intermitente o persistente y productiva o no (acompañada o no de mucosidad).  Esta tos no se acompaña de fiebre ni síntomas gripales. Expectoración : tendrán un aumento en el volumen diario de expectoración o una sobreinfección de la misma (sospechada por un cambio de color, haciéndose amarilla o verdosa). Disnea : sensación de falta de aire o dificultad para respirar. Cuando la enfermedad evoluciona se añaden otros síntomas derivados de la progresión de la lesión como puede ser la taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria) para compensar el atrapamiento aéreo y la disminución de oxigenación. La función pulmonar empeorará con la progresión de la enfermedad y se harán más evidentes y frecuentes los síntomas de disnea, tos y expectoración. ¿Qué pruebas se realizan para confirmar el diagnóstico? Espirometría :  es una medición de los volúmenes estáticos pulmonares.  Soplamos en un tubo y se miden varios parámetros en el aire espirado. Este estudio permite valorar el grado de severidad de la enfermedad, en función de uno de los parámetros que valora: el FEV 1 (flujo espiratorio máximo en el primer segundo).  Cuanto más bajo es el flujo espiratorio más aire nos queda atrapado en el pulmón y más grave es el enfisema. Gasometría arterial: para comprobar la oxigenación. Pruebas de imagen: radiografía de tórax y tomografía axial computarizada (TAC). Con ellas comprobamos las áreas afectadas y su extensión y descartamos otras patologías. ¿Qué otras patologías provocan síntomas respiratorios? Las infecciosas (como la tuberculosis), cancerígenas, asma bronquial (en personas más jóvenes con tos crónica de predominio nocturno y disnea de intensidad variable), bronquiectasias (con expectoración abundante y purulenta), etc. ¿Qué tratamiento se recomienda a los pacientes afectados de enfisema? El objetivo del tratamiento es evitar la progresión de la enfermedad y estabilizar los síntomas para conseguir mayor calidad de vida y reducir los ingresos hospitalarios de repetición y la mortalidad. Para ello se utilizarán medidas farmacológicas, no farmacológicas y cuidados especiales. La elección del tratamiento será individualizada, en función de los síntomas, los valores de la frecuencia, la gravedad de las exacerbaciones y la espirometría. Sin embargo, en todos los pacientes debemos incidir en el cese del hábito tabáquico (si es preciso se ofrece ayuda para potenciar la deshabituación tabáquica) De entre los tratamientos farmacológicos el tratamiento por excelencia lo constituyen los fármacos broncodilatadores . No modifican el deterioro de la función pulmonar, pero mejoran los síntomas, reducen la frecuencia y gravedad de las exacerbaciones y mejoran la calidad de vida. La vía de administración de elección es la inhalatoria dado que minimiza los efectos secundarios. En fase avanzada de la enfermedad se puede precisar oxigenoterapia y programas de rehabilitación respiratoria. Como ves, se trata de una patología claramente asociada al tabaco. Si estás pensando en dejar de fumar tienes un buen argumento para dejar de hacerlo. Esta es una de las enfermedades incurables asociadas al tabaco. Las otras son de pronóstico igual o peor. Por favor, reflexiona.
¿Qué Hacer Para No Roncar?
Artículo especializado

¿Qué Hacer Para No Roncar?

¿Te desesperas porque tu acompañante de cama no para de roncar y eres incapaz de dormir? ¡No te desanimes! Puede solucionarse. Y mejorar tu calidad de vida pero, sobre todo, la de tu acompañante. El ronquido esencial es un síntoma nocturno muy frecuente, producido por una dificultad del paso del aire por la orofaringe (parte alta de las vías respiratorias) . La elevación de la resistencia de las vías aéreas superiores y su vibración durante el sueño son las que producen el tan molesto, antisocial y desesperante sonido del ronquido en todo el trayecto de la vía aérea superior. Éste puede dar lugar a despertares que conllevan una fragmentación de la arquitectura del sueño, provocándose con ello secundariamente, por ejemplo, una somnolencia diurna importante en el paciente. Principales causas del ronquido El sobrepeso y la obesidad. La edad avanzada (con el aumento de edad hay pérdida de tonicidad muscular). Cualquier otra razón de pérdida de tonicidad muscular (por ejemplo, las enfermedades neuromusculares). Las alteraciones anatómicas de la vía respiratoria: la existencia de pólipos nasales, rinitis (inflamación), infecciones catarrales simples, hipertrofia (exuberancia) del tejido adenoideo (también llamadas vegetaciones) y amigdalar, la dismorfia septal (o desviación del tabique nasal), la retro o micrognatia (mentón pequeño o retraído), la macroglosia (lengua demasiado grande). Ingesta de alcohol. Fumar. Ingesta de medicamentos tipo hipnóticos (pastillas para dormir) o antihistamínicos, a la hora de acostarse. El estrés y el cansancio. Apnea obstructiva El ronquido es el precursor del denominado Síndrome de las Apneas Obstructivas del Sueño (SAOS). Es la pausa respiratoria causada por la obstrucción o colapso de la vía aérea superior a nivel de la nasofaringe u orofaringe. Tiene como característica que cuando la persona se duerme y pierde el tono muscular, los músculos y las estructuras que rodean la vía aérea superior (entre las cuales están el velo del paladar, la úvula o  “campanilla“, los pilares de la faringe, las amígdalas, las adenoides o “vegetaciones” y la lengua) se relajan, bloquean totalmente la vía aérea y limitan o, más bien, evitan el paso del aire y, consecuentemente, con ello se impide la respiración. Esta suspensión respiratoria involuntaria es por lapsos de por lo menos 10 segundos , pero a veces llegan hasta casi los dos minutos. La hipopnea se describe cuando la faringe no se cierra del todo, pero, aun así, se produce en ella una constricción parcial lo suficientemente importante como para provocar una desaturación (bajada) del nivel de oxígeno en sangre, de tal forma que provoca despertares en el paciente y, por consiguiente, alteraciones en la arquitectura normal del sueño. CURIOSIDAD Se aceptan como normales en el ser humano hasta cuatro suspensiones (apneas/hipopneas) de más de 10 segundos de duración, por hora de sueño. Decálogo de síntomas para reconocer y diagnosticar un SAOS Roncar habitual y pesadamente más de 5 noches por semana. Dejar de respirar al dormir , y cuando se vuelve a respirar, hacerlo entre jadeos y ruidos, a veces hasta con movimientos musculares. Tener excesiva somnolencia diurna (porque no se duerme bien de noche), por lo que el paciente “cabecea” o dormita en todas partes. Despertar con cefalea (dolor de cabeza), con la garganta reseca o dolorida. Dormirse por las noches antes de que pasen 5 minutos después de poner la cabeza  sobre la almohada. Dificultad de levantarse por las mañanas y hacerlo muy cansado/a. Tener problemas de concentración en las tareas a realizar. Tener problemas de memoria. Bajada del rendimiento en el trabajo. Disminución de la libido en ambos sexos y, en los varones, presentar problemas de disfunción eréctil. El SAOS se diagnostica mediante la polisomnografía y es una enfermedad potencialmente mortal, cuando no se controla. Los casos con resultado de muerte suelen ser, generalmente, por isquemias cardiacas o cerebro-vasculares (infartos de corazón o ictus). ¿Cómo se trata? El tratamiento del ronquido se basa en el tratamiento de la causa que lo provoca. Por ejemplo: Perder peso. Realizar actividades físicas que aumenten el tono muscular. Evitar alcohol y tranquilizantes. Establecer una rutina de sueño. Dormir de costado en lugar de en posición supina (boca arriba). Dormir con uno o varios cojines extra que eleven la altura de la cabeza, por lo menos 10 centímetros. Un ejemplo de tratamiento del SAOS sería un aparato o equipo denominado CPAP (consiste en un dispositivo que emite aire a presión positiva continua, evitando así el colapso de la vía aérea superior, a través de una mascarilla que se encaja en la cara del paciente). Los especialistas del sueño concuerdan, en general, en que el tratamiento del ronquido, y en especial del SAOS, debe tratarse de manera multidisciplinaria (varias especialidades médicas integradas y coordinadas), siendo muchas veces necesario combinar distintos tipos de tratamiento en un solo paciente para lograr los resultados adecuados.
¿Qué es la EPOC?
Artículo especializado

¿Qué es la EPOC?

Como indican sus siglas, se trata de una Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Podríamos decir que es una enfermedad progresiva con afectación sistémica caracterizada por una obstrucción al flujo aéreo y directamente relacionada con el tabaco. Cursa con periodos de exacerbación o empeoramiento de los síntomas (sobre todo en invierno coincidiendo con las infecciones respiratorias agudas). Factores de riesgo Afecta a la población fumadora , aunque debemos incluir a un pequeño porcentaje de fumadores pasivos que debutan con la enfermedad. El principal factor de riesgo es, rotundamente, la exposición al humo del tabaco . Existen otros factores estrechamente relacionados como pueden ser el déficit de alfa1 antitripsina (enfermedad genética), la exposición a irritantes (por ejemplo, en el entorno laboral), la contaminación ambiental, o las enfermedades respiratorias previas (enfisema y bronquitis crónica), entre otros. Es una enfermedad muy prevalente que supone un alto gasto sanitario y cuyo pronóstico empeora por la presencia de otras enfermedades que pueda presentar el paciente (comorbilidades) como pueden ser la cardiopatía, las arritmias, la hipertensión arterial , la diabetes, la patología tiroidea, la obesidad… ¿Ante qué síntomas sospecharemos esta enfermedad? En estadios iniciales los síntomas son escasos y de intensidad leve. Sospecharemos EPOC en aquellos pacientes adultos fumadores que presenten estos síntomas: Tos de carácter crónico: no siempre es productiva (con producción de mucosidad o esputo). Por ello siempre insistimos en acudir a visita médica ante un cuadro de tos persistente de tiempo de evolución que no mejora con el tratamiento convencional. Expectoración:  es fisiológica si es transparente o mucosa. Sin embargo, si es espesa y/o cuantiosa debe valorarse pues puede enmascarar una patología respiratoria de base. Así mismo, la expectoración con sangre debe despertarnos una alarma, pues puede deberse a un simple esfuerzo al toser, pero también, puede tratarse de la manifestación de una enfermedad relevante. Disnea:  sería la sensación de falta de aire. Todos presentamos algo de disnea al realizar una actividad física. Sin embargo, nos referimos a la disnea persistente que empeora con el ejercicio y obliga al cese de su realización. Se establecen diferentes grados de severidad en función de la limitación funcional que suponga para el paciente siendo el grado 0 el más leve y el grado IV el más limitante.  Otros posibles síntomas que podríamos encontrarnos serían: cianosis o color azulado de las mucosas (por poca oxigenación), sibilancias (pitidos al respirar), fatiga extrema, retención de líquidos (sobre todo en tobillos), … La espirometría Es importante indagar sobre los antecedentes personales y familiares y sobre los hábitos tóxicos (tabaco, alcohol…). La exploración física aporta poca información al inicio de la enfermedad para confirmar el diagnóstico. Una de las primeras pruebas que vamos a solicitar va a ser una espirometría , que es una exploración de la función respiratoria que mide los flujos y los volúmenes respiratorios. Se emplea para el diagnóstico y el seguimiento evolutivo de la patología respiratoria.  La espirometría simple se realiza haciendo inspirar profundamente y soltar todo el aire que se pueda. Mide el volumen máximo inspirado y espirado. A veces se solicita una espirometría forzada (tras la inspiración profunda el paciente mantiene la espiración alargándola hasta no poder más), que mide el aire espirado en relación al tiempo. Con la espirometría tendremos claramente catalogado el tipo de patología respiratoria, aunque pueden ser precisas otras pruebas complementarias para definir el grado y/o finalizar el estudio, como pueden ser una radiografía de tórax, un electrocardiograma y un TAC torácico . Asimismo, podremos hacer el despistaje de otras enfermedades respiratorias que pueden manifestarse con síntomas similares como pueden ser el asma, las bronquiectasias o la insuficiencia cardíaca. ¿Cómo se trata? Una vez clasificado el paciente según su gravedad (EPOC leve, moderado, grave y muy grave) procederemos al abordaje terapéutico incidiendo en la eliminación del hábito tabáquico y tratando los síntomas respiratorios. Todo ello estará enfocado en la mejoría de su calidad de vida. Recodemos que el abandono del hábito tabáquico supone un punto de inflexión muy importante dado que influye en el pronóstico y la evolución de la enfermedad. Es muy probable que el paciente precise un tratamiento con corticoides (inhalados o vía oral) con finalidad antiinflamatoria para mejorar la función pulmonar y reducir el número de agudizaciones. Otros tratamientos implicados pueden ser los broncodilatadores , la oxigenoterapia o los mucolíticos. Es importante el adiestramiento del paciente en cuanto a la diferenciación de su medicación de base y la de rescate (que debe emplearse sólo en caso de aumento puntual de síntomas). Es fácilmente deducible que si el paciente precisa más medicación de rescate ello significa que su medicación de base no es suficiente o bien que su enfermedad está evolucionando. En estadios avanzados de la enfermedad el paciente puede requerir unos cuidados más específicos, no sólo médicos sino también de soporte psicológico, social o familiar. Ante todo, debe sentirse arropado y en situación de confort.
Neumonía en el Anciano
Artículo especializado

Neumonía en el Anciano

Es un hecho: la incidencia de la neumonía aumenta con la edad . Así, entre los 65 y 74 años se calcula en 10/1.000 habitantes por año y en mayores de 85 en de cerca de 30/1.000. Ante el progresivo envejecimiento de la población, nos encontramos con una enfermedad para la que, pese a los avances terapéuticos, aún se requiere ingreso en el 75% de los mayores. Las infecciones respiratorias y, en concreto, las propias del tejido pulmonar, las pulmonías o neumonías, siguen siendo situaciones de importancia clínica. Si esto es cierto a cualquier edad, más aún en personas de edad avanzada, ya frágiles por enfermedades coincidentes o sólo por el paso del tiempo. La neumonía como causa de muerte se estabiliza e incluso tiende a disminuir (19,31 contra 18,6 por 1.000 de los fallecimientos en el 2000 y 2010, respectivamente) si bien aún supone la sexta causa de muerte entre los ancianos . ¿Qué factores de riesgo hay a estas edades? Los factores de riesgo principales para la presencia de neumonía en mayores de 65 años son: La disminución que con la edad se produce en la primera línea de defensa respiratoria, es decir, la función de protección de la mucosa y sus cilios, que provoca una disminución del barrido de bacterias y otros microorganismos en puedan entrar en el árbol respiratorio. Alteraciones en la capacidad deglutoria , no sólo por alteraciones neurológicas, sino también por deterioro muscular general debido a la edad. Cambios en la flora bacteriana de la boca: enfermedad periodontal, falta de piezas dentarias, disminución de la secreción y función de la saliva. Coincidencia con otras enfermedades respiratorias como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Coincidencia con otras alteraciones infecciosas (como úlceras por presión sobreinfectadas en pacientes encamados) Síntomas La típica clínica de la neumonía es fiebre alta , tos con expectoración purulenta o “fea” y dolor en el pecho , habitualmente “en punta de costado”, como si clavaran un cuchillo en las costillas.  Sin embargo, en los ancianos este síntoma frecuentemente no se presenta. Fiebre sin foco (no se descubre el origen), dificultad para respirar sin otros síntomas, deterioro general, e incluso deterioro de funciones superiores (lo que se conoce como síndrome confusional agudo) son las presentaciones más frecuentes en ancianos, más cuanto más frágiles son. Cuando se sospecha neumonía en un anciano por fiebre sin foco o presencia de síndrome confusional, se debe estudiar la posibilidad de neumonía mediante analítica de sangre (deberemos encontrar signos de activación de las defensas), así como pruebas de imagen, fundamentalmente radiografía de tórax , en la que encontraremos las típicas “manchas” en el pulmón, zonas en las que la infección aumenta la densidad del tejido pulmonar.   ¿Cómo se trata? Aunque en más de la mitad de los casos de neumonía en ancianos no es posible llegar a conocer el microorganismo causal de la infección, en la mayoría de los casos los microorganismos responsables son neumococo, pseudomona (sobre todo en EPOC y enfermedades relacionadas), gérmenes anaerobios si se trata de una neumonía por aspiración (dificultad en la deglución).  Así, es frecuente administrar antibióticos de amplio espectro como levofloxacino o moxifloxacino, o combinaciones de otros antibióticos, También se utilizan para el control de complicaciones asociadas: la administración de oxígeno, corticoides desde fase tempranas para disminuir la inflamación de los tejidos pulmonares, y otras combinaciones para prevenir o controlar complicaciones cardiacas, neurológicas o renales. Vacunación Dado que el microorganismo que más provoca neumonías en ancianos sigue siendo el neumococo, una de las principales acciones de prevención es la vacunación antineumocóccica . Es altamente recomendable para todo adulto mayor de 65 años que reciba una dosis de la vacuna de 23 serotipos. La vacunación anual de la gripe también es importante, no porque el virus gripal pueda producir neumonías (que lo hace, y cuando lo hace en ancianos es de especial gravedad), sino porque provoca alteraciones inmunológicas que favorecen el desarrollo de neumonías como complicación de cuadros gripales. Otras formas de prevención Evidentemente, si mantenemos a nuestros ancianos en mejor estado general, retrasando la fragilidad, lo que implica mejorar la nutrición y procurar que realicen ejercicio suave para tratar de evitar la pérdida de masa muscular, también nos ayudará a disminuir el riesgo de neumonía y que, cuando se presente, tenga mejor pronóstico. Por supuesto, se debe evitar, o al menos reducir, el consumo de tabaco y alcohol. Es importante detectar las dificultades en la deglución, presentes sobre todo en las alteraciones neurológicas (demencia, ictus) pero también en pacientes más frágiles, con medidas posturales y cambios en las texturas de la dieta (triturados, espesantes). Finalmente, mantener una adecuada higiene bucal nos va a ayudar siempre a que, en caso de aspiración, haya un menor número de gérmenes que puedan pasar al aparato respiratorio.  
Motivos y Mejora de la Dificultad Respiratoria
Artículo especializado

Motivos y Mejora de la Dificultad Respiratoria

La dificultad respiratoria es una sensación desagradable de falta de aire, de sensación de ahogo, que se puede manifestar en reposo o durante el esfuerzo físico. En términos médicos, se llama disnea. Su causa no siempre es tan obvia como puede parecer, ya que no sólo las enfermedades del pulmón la pueden provocar, sino que hay muchas otras causas que pueden ocasionar dificultad para respirar.  Veámoslas. Causa de disnea o dificultad respiratoria  La dificultad para respirar puede ser debida a diferentes causas, algunas debidas a una enfermedad, al estrés, a accidentes o, en otras ocasiones, a circunstancias como la altura.  Factores externos que pueden causar disnea :  Intoxicación por gases.  Cuerpo extraño en la vía aérea.  Altura o alta montaña. Factores psicológicos : Crisis de ansiedad o de pánico con hiperventilación.  Enfermedades pulmonares : Asma bronquial.  Bronquitis aguda o crónica. EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica).  Enfisema.  Neumonía.  Fibrosis pulmonar.  Edema pulmonar.  Neumotórax.  Tromboembolia pulmonar.  Sarcoidosis.  Bronquiectasias.  Derrame pleural.  Tumores pulmonares.  Enfermedades cardiovasculares : Insuficiencia cardíaca.  Enfermedad coronaria.  Cardiopatías congénitas.  Miocarditis o pericarditis.  Arritmias.  Enfermedades infecciosas :  Gripe.  Infección de vías respiratorias altas.  Difteria.  Tos ferina.  Crup o laringitis.  Epiglotitis.  Traqueítis.  Tuberculosis.  Enfermedades de la musculoesqueléticas : Cifoescoliosis severa.  Parálisis diafragmática bilateral.  Otras   Alergias graves que causan edema laríngeo. Las enfermedades neurológicas que afecten al control de la respiración.  La apnea del sueño.  ¿Cómo se diagnostica?  Como en cualquier situación médica, un correcto y extenso interrogatorio (historia clínica) y una completa exploración física nos permitirán realizar un buen diagnóstico. La auscultación del paciente, el inicio de los síntomas, su aparición con el esfuerzo o la presencia de fiebre o dolor, orientan en el diagnóstico.  Tras la auscultación del paciente, se puede realizar una determinación del oxígeno que hay en la sangre, como una gasometría o bien, valorar cómo está el pulmón mediante una radiografía. Una analítica o un electrocardiograma también pueden ser útiles. Una manera objetiva de valorar también la dificultad respitario y la capacidad pulmonar es mediante la realización de una espirometría o  peak flow .  Tratamiento de la dificultad respiratoria  El tratamiento está enfocado a la causa que provoca la  disnea. La dificultad para respirar no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma secundario a un problema de base. Si el problema es una obstrucción de la vía aérea, ya sea por mucosidad u obstrucción nasal o por un cuerpo extraño, el tratamiento será liberar la vía aérea para dejar pasar el aire.  Si la dificultad respiratoria la causa el estrechamiento de los bronquios (asma o bronquitis), el tratamiento irá dirigido a broncodilatarlos mediante fármacos inhalados, como el salbutamol o corticoides.  En el caso de las infecciones bacterianas , como la neumonía, deben ser tratadas con antibióticos y, si hay tumores o líquido en la pleura o pulmones, deben ser tratados quirúrgicamente.  Los pacientes con cardiopatías o arritmias , deben ser estabilizados y tratados con fármacos específicos.  Los pacientes con manifestaciones graves de alergia , deben evitar el alérgeno que les causa problemas y llevar siempre consigo la medicación.  ¿Podemos evitarla o prevenirla?  Los fumadores tienen mayor riesgo de presentar disnea o problemas respiratorios.  Vacunarse contra la gripe, sobre todo, las personas con enfermedades crónicas, respiratorias o cardíacas.  Se recomienda, como normal general, dejar de fumar para evitar complicaciones futuras.  En las ascensiones a gran altura se recomienda la aclimatación progresiva , comer poco, beber mucho y descansar, con la toma de algún fármaco si fuera necesario.  En caso de dificultad a la hora de respirar por la noche, debido a enfermedades cardíacas , al permanecer tumbado (ortopnea), es recomendable dormir con varias almohadas.  En algunas ocasiones, el médico puede prescribir oxígeno domiciliario o bien puede ser necesario, según la gravedad, ingresar e intubar al paciente para ventilarlo adecuadamente.  Complicaciones o secuelas  En función de la gravedad o la frecuencia de episodios de dificultad respiratoria , se pueden observar complicaciones como:  Problemas respiratorios: un episodio grave puede comprometer la función pulmonar o dañar el tejido.  Problemas de memoria o   cognitivos: niveles de oxígeno bajos en la sangre durante un largo tiempo puede provocar pérdida de memoria y problemas cognitivos transitorios o permanentes.  Depresión: suele ser transitoria y mejora con el tiempo.  Cansancio y debilidad muscular: sobre todo después del tratamiento recibido.  Mejorar la dificultad respiratoria  Para ayudar con la dificultad para respirar, pueden realizarse varias cosas :  Sentarse erguido  Dormir semincorporado, en una silla reclinable  Elevar la cabecera de la cama o usar almohadas   Inclinarse hacia delante  Encontrar maneras de relajarse es importante para manejar un episodio de disnea:  Escuchar música suave.  Realizar actividades relajantes como un baño o darse un masaje.  Ponerse un paño frío sobre el cuello o la cabeza.  Respirar con calma por la nariz y echando el aire por la boca.  Pedir ayuda a familiares y amigos.  Abrir la ventana, salir a la calle para recibir aire fresco.  Realizar actividades preventivas como:  Dejar de fumar  Realizar yoga y meditación, basados en la respiración (mejoran la capacidad respiratoria)  Realizar ejercicio moderado.  Aprender a utilizar los medicamentos recetados por el médico y conocer los signos de alarma para acudir a urgencias. 
Disnea: Aguda o Crónica
Artículo especializado

Disnea: Aguda o Crónica

¿Cómo podemos definir la disnea? Es una sensación subjetiva de malestar respiratorio en la que uno nota que su respiración es cualitativa y cuantitativamente insuficiente. Hacemos referencia a disnea aguda si se instaura en minutos, horas o unos pocos días. Puede deberse a patologías de nueva aparición o a patologías crónicas reagudizadas como puede ser una crisis asmática o una descompensación en un paciente crónico respiratorio. ¿Qué sospecharemos ante una disnea de inicio brusco? Debemos descartar entidades relevantes como neumotórax espontáneo, neumonía, embolismo pulmonar, angioedema, arritmia cardiaca, infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca, crisis de pánico…. Una apreciación respecto a la disnea psicógena (de causa no orgánica), que será diagnosticada como tal sólo tras descartar todas las otras posibles causas. Como curiosidad, las principales causas de disnea en la infancia serían la bronquiolitis, la epiglotitis, la laringitis, la aspiración de un cuerpo extraño , etc. ¿Cómo se clasifica? Existen diferentes clasificaciones que se manejan en función de la patología de base que tenga el paciente. Las dos clasificaciones más empleadas son: Clasificación de la New York Heart Association (NYHA ): recomienda su escala para medir la disnea y definir la capacidad funcional en pacientes con insuficiencia cardiaca de base. Cuantifica cuatro clases: Clase I: ausencia de síntomas que impidan su actividad ordinaria. Clase I I: presencia de síntomas con su actividad ordinaria. Clase III : presencia de síntomas que le impiden su actividad ordinaria. Clase IV: síntomas ante mínimos esfuerzos o en reposo. Es la más grave. La escala de disnea del Medical Research Council es la recomendada por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) cuando hay una enfermedad pulmonar obstructiva de base. Hablaríamos de: Clase 0: no sensación de falta de aire al correr en llano o subir cuestas. Clase 1 : sensación de falta de aire al correr en llano o subir cuestas. Clase2 : anda más despacio que las personas de su edad en llano por falta de aire o tiene que parar para respirar cuando anda a su propio paso en llano. Clase 3 : para para respirar después de andar unos 100 metros o tras pocos minutos en llano. Clase 4 : la falta de aire le impide salir de casa o se presenta al vestirse o desnudarse. ¿Cómo actuar en la disnea aguda? Centrándonos en la disnea aguda de cualquier causa debemos remarcar que es siempre una situación potencialmente grave que requiere una actuación médica urgente. El manejo es complicado, siendo necesario administrar, de forma inmediata, fármacos vía parenteral (endovenosa o intramuscular) así como otras medidas de apoyo como oxígeno en forma de mascarilla a alto flujo con medicación broncodilatadora. No podemos dudar. Debemos acudir inmediatamente a urgencias donde, si es factible, se hará un interrogatorio dirigido (en ocasiones el estado del paciente no nos lo permite y debemos interrogar a los acompañantes o, actuar directamente), una exploración (fundamental es la auscultación y la monitorización de la saturación de oxígeno o pulsioximetría) y administraremos medicación parenteral y, muy probablemente, una nebulización.  Por supuesto, si se trata de un paciente con antecedentes respiratorios y dispone de un aerosol broncodilatador en casa puede administrárselo hasta ser visitado médicamente. Cuando la causa es una anafilaxia Sin duda, la causa de disnea que más angustia a cualquier edad es la debida a una anafilaxia que suele instaurarse en pocos minutos y acompañarse de s ensación de ausencia de entrada de aire y de muerte inminente. Es debida a una reacción de hipersensibilidad sistémica. Es grave y puede ser mortal. Se trata de una reacción aguda , con presentaciones clínicas variadas. Puede progresar rápidamente hacia la obstrucción de la vía aérea o una situación de shock. Por ello, en urgencias, ante un caso de disnea aguda grave por anafilaxia actuaremos de forma muy dirigida y sospechando las principales causas : farmacológica (sobre todo por alergia a antibióticos y contrastes radiológicos), alimentaria (alergia a frutas, frutos secos, marisco, pescado, huevo o leche, fundamentalmente) o picaduras de insecto. ¿Cuáles son los principales síntomas de gravedad? Especial alarma nos creará el paciente que esté obnubilado o adormecido , con mucosas azuladas o cianosis (indicativas de poca o insuficiente oxigenación tisular), una frecuencia cardíaca o respiratoria elevadas (sugieren esfuerzo compensatorio), h ipotensión , tiraje intercostal (o sobrecarga de musculatura respiratoria), ruido al inspirar o saturación de oxígeno baja. Cuando el paciente está estabilizado, en caso de disnea leve-moderada (estando el paciente bien ventilado) realizamos una batería de pruebas (radiografía de tórax, electrocardiograma, analítica, gasometría…) ¿Qué sospecharemos ante una disnea subaguda? Cuando la disnea es progresiva en su evolución sospecharemos una afectación cardiaca, una enfermedad pulmonar o una anemia . Es este caso la instauración será lenta y a su vez progresiva. En cuanto al tiempo de duración, hablaremos de disnea crónica para referirnos a aquella de más de un mes de evolución. Asimismo, es importante hacer mención de determinadas situaciones que pueden agravar la disnea y le confieren un nombre específico. Para tu conocimiento te nombraré las más comúnmente empleadas entre el colectivo médico: Trepopnea es la disnea que se produce en decúbito lateral (con el paciente estirado y de lado). Es característica del derrame pleural y de algunas cardiopatías. Ortopnea es la que se produce en decúbito supino (con el paciente estirado y mirando hacia arriba): Es característica de la insuficiencia cardiaca y de enfermedades respiratorias. Disnea paroxística nocturna es aquella que despierta al paciente por la noche obligándole a permanecer sentado y se asocia a tos y en ocasiones a sibilancias o pitidos al respirar. Característica de la insuficiencia cardiaca, obesidad y enfermedades crónicas respiratorias. Disnea de esfuerzo es aquella que aparece ante un aumento de solicitud, normalmente al realizar una actividad física. Debe descartarse una patología isquémica como la angina de pecho. ¿Cómo se diagnostica? La mayoría de los pacientes con disnea crónica tiene uno de estos diagnósticos de base: asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad intersticial pulmonar, disfunción miocárdica u obesidad/sedentarismo. Todo paciente con disnea debe ser valorado de forma integral. Asimismo, es importante la valoración de otros posibles síntomas que describa como dolor torácico, palpitaciones, tos, dolor al tragar, fiebre, etc. En el momento del estudio es muy importante descartar las dos principales causas: respiratoria y cardíaca. La secuencia óptima de las pruebas diagnósticas a utilizar en la disnea crónica no está establecida. Se solicitan pruebas diagnósticas de forma secuencial, en función de las características clínicas del paciente, por ejemplo, en un paciente con sospecha de patología respiratoria la primera prueba sería una espirometría para evidenciar su capacidad pulmonar mientras que ante la sospecha de insuficiencia cardiaca empezaríamos con un electrocardiograma y una radiografía de tórax . Existe una prueba específica que empleamos en urgencias cuando una persona sufre una crisis de disnea y sospechamos una insuficiencia cardíaca. Se trata del llamado Péptido natriurético y nos permite saber con rapidez si se trata de una insuficiencia cardíaca o no. Valores elevados sugieren cierto grado de insuficiencia cardíaca y se asocia a peor pronóstico. Sus concentraciones en sangre están relacionadas con la gravedad de la insuficiencia cardíaca.  Si los resultados son normales debe pensarse en otra posible causa de los síntomas, distinta de la insuficiencia cardíaca. Esta determinación sanguínea la utilizamos con frecuencia. El estudio posterior del paciente dependerá de la orientación diagnóstica (respiratoria, cardíaca, ansiedad…). El tratamiento dependerá, obviamente, de la causa que los ha llevado a la disnea. En ocasiones, existe más de una causa que contribuye a la presencia de disnea, y ello debe ser tenido en cuenta a la hora de prescribir el tratamiento. No obstante, no podemos dudar en la conducta a seguir ante un caso de disnea aguda o crónica descompensada: ¡debemos acudir a urgencias!
Cómo combatir la Bronquiolitis en Niños y Bebés
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Cómo combatir la Bronquiolitis en Niños y Bebés

La bronquiolitis es la infección de vías respiratorias inferiores más frecuente en los menores de un año . Afecta hasta a un 75% de los bebés, y supone casi un 20% de las hospitalizaciones infantiles. Qué es la bronquiolitis Es una infección vírica aguda que provoca la inflamación de los bronquios más pequeños (también llamados bronquiolos) junto con una producción importante de mucosidad . El virus más frecuentemente implicado es el virus respiratorio sincitial (VRS), seguido de los rinovirus, bocavirus, adenovirus e incluso el virus de la gripe. En el caso del VRS, el virus más frecuente en los bebés con bronquiolitis, hay que destacar que su incidencia es estacional, siendo típico entre los meses de noviembre y febrero. Desde 1993 tenemos establecidos los criterios diagnósticos de bronquiolitis, gracias al doctor McConnochie. Podemos decir que un niño padece bronquiolitis si presenta lo siguiente: Primer episodio de sibilancias (pitos a la auscultación) en un bebé menor de dos años. Dificultad para respirar . Antecedentes de síntomas de catarro (tos, mucosidad, congestión nasal y, en ocasiones, fiebre). SOBRE TODO, EN BEBÉS Los bebés entre dos y tres meses son los más afectados y, muchos de ellos, requieren hospitalización, incluso, en cuidados intensivos . Aunque en los países industrializados, dados los medios y la atención sanitaria adecuada, no suele ser una enfermedad mortal (pero puede ser muy grave en algunos casos), en el mundo fallecen cada año hasta 200.000 niños por bronquiolitis por VRS . Esta es la segunda causa de muerte tras la malaria en menores de un año. Síntomas Lo más frecuente es que tras un catarro aparentemente común (mucosidad nasal, estornudos, tos y, en ocasiones, fiebre no muy elevada) que dura de unos dos a cuatro días, la tos se hace más intensa , impidiendo comer o conciliar el sueño, incluso, provocando el vómito . Junto a esto el bebé manifiesta rechazo del alimento, irritabilidad y dificultad para respirar . La mayor parte de bronquiolitis son leves y, aunque los síntomas suelen desaparecer a la semana, la tos sigue dando el alta y puede quedar residual hasta tres o cuatro semanas . Lo importante es que dicha tos no interfiera en la alimentación y no cause dificultad para respirar. En un bebé menor de seis meses siempre se debe acudir al pediatra para valorar la presencia de sibilantes o pitos al respirar . Es importante acudir también si se observa que el bebé rechaza el alimento, está irritable o somnoliento, tiene tos muy persistente o dificultad para respirar. Diagnóstico Para el diagnóstico el pediatra solo tendrá que explorar al bebé . En los casos de bronquiolitis típicas y no graves, el pediatra no hará ninguna prueba complementaria. En algunos casos, es necesario realizar: Pulsioximetría transcutánea : es el típico sensor que colocamos en el dedo para valorar los niveles de oxígeno que hay en sangre. Es una prueba indolora pero que nos da mucha información para valorar la gravedad del niño nada más acudir a urgencias. Radiografía de tórax : no se realiza de forma rutinaria a todos los niños porque no nos aporta demasiada información. Únicamente está justificada en niños con bronquiolitis grave o si existen dudas diagnósticas. Analítica de sangre : sólo se realiza en los niños que presentan fiebre muy elevada, en los que podamos sospechar una infección bacteriana. Urocultivo : siempre se realiza de manera rutinaria en menores de dos meses si presentan fiebre. Test de VRS : se realiza en época de epidemia a los niños que quedan ingresados para aislar los VRS+ de los VRS-. En la mayoría de los hospitales ya se dispone de test de detección rápida a partir de la mucosidad nasal. Tratamiento Al ser una infección causada por un virus , los antibióticos no son adecuados ni tienen ninguna acción. El empleo de fármacos es escaso. El tratamiento se basa, fundamentalmente, en medidas de soporte . En los casos más graves, se requiere ingreso hospitalario, donde, a las medidas de soporte habituales, se suele añadir oxígeno o medidas de soporte ventilatorio y fármacos en los casos más graves. Las medidas de soporte adecuadas para aliviar la bronquiolitis son: Lavados nasales : esto permite la limpieza de secreciones y alivia la congestión nasal. Para ello podemos utilizar suero fisiológico o agua de mar. Es recomendable realizarlos antes de las tomas. Elevar la cabecera de la cuna unos 30º : esta postura mejora la dificultad respiratoria, es decir, ayuda al niño a respirar mejor. Nutrición e hidratación adecuada : al tratarse de bebés que toman leche materna o artificial, se recomienda, en el primer caso, la demanda (debido al estado del bebé las tomas son más cortas y frecuentes) y, en el caso de lactancia artificial, se recomienda la ingesta oral fraccionada. Esto quiere decir, que ofreceremos al bebé tomas con menos volumen de leche, pero más frecuentes. Temperatura ambiental no superior a 20ºC . Evitar el humo del tabaco . Mantener un ambiente tranquilo en la casa , ponerle ropa cómoda y evitar sobre abrigarlo. Controlar la temperatura tres veces al día y estar atento a los posibles síntomas de alarma para acudir a urgencias: dificultad para respirar, somnolencia, agitación, mal color, pausas sin respirar, rechazo del alimento o vómitos. No se recomienda el uso del humidificador porque no hay evidencia de que sea beneficioso en los bebés con bronquiolitis. La fisioterapia respiratoria no ha demostrado eficacia en la fase aguda. Para bajar la fiebre o aliviar el malestar, el pediatra le puede pautar paracetamol . ¿Podemos saber si un bebé tiene mayor riesgo de presentar una bronquiolitis grave? Sí, hay indicadores que nos permiten estar más atentos a la evolución del niño, tales como: Niño menor de tres meses. Prematuro o con bajo peso al nacer. Si presenta enfermedades crónicas como cardiopatías congénitas , enfermedad pulmonar crónica (fibrosis quística), enfermedades neuromusculares o inmunodeficiencias . Tabaquismo en el hogar. Ausencia de lactancia materna. Prevención Para los niños prematuros o con cardiopatías congénitas menores de dos años se dispone de una vacuna llamada palivizumab que protege contra el VRS . Para los niños sin ninguna enfermedad de base, la mejor medida de prevención es la higiene : Los padres, familiares y cuidadores deben realizar siempre un buen lavado de manos . Evitar o limitar las visitas a recién nacidos o prematuros (sobre todo si la persona está enferma o con síntomas de catarro). Evitar el humo del tabaco. Evitar la escolarización temprana de los prematuros. Promover la lactancia materna . ¿Puede tener secuelas una bronquiolitis? Desde hace casi medio siglo se postula que hay una relación entre el desarrollo de asma en el niño mayor y haber padecido bronquiolitis en los primeros dos años de vida . Actualmente se cuestiona si es exacta esta afirmación o simplemente, la bronquiolitis, pudiera ser un marcador que nos marca la predisposición genética a desarrollar asma. Sea como fuere, la asociación asma y bronquiolitis, existe.
El Síndrome de Aspiración de Meconio
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El Síndrome de Aspiración de Meconio

El parto de un niño a término normalmente sucede sin problemas, pero, en algunos casos, las complicaciones pueden estar presentes y una de ellas es el síndrome de aspiración meconial, una situación que potencialmente puede ser muy grave . ¿Qué es el meconio? La palabra meconio deriva del griego mekoni , que significa “jugo adormecedor u opio”. Aristóteles observó que había una relación entre la tinción por meconio del líquido amniótico y un estado de sueño fetal. El meconio es una sustancia viscosa y espesa de color verde oscuro a negro que se compone de células muertas y secreciones del aparato digestivo y la bilis que secreta el hígado. Es la materia fecal que se va formando en el colon del feto. El meconio son las primeras heces que el bebé expulsa tras el nacimiento en las primeras 48 horas de vida. La no expulsión del meconio es un signo de alarma en el bebé que debe ser valorado por el pediatra. ¿Qué es el síndrome de aspiración meconial? Si el bebé realiza su primera deposición antes de nacer o durante el parto, puede aspirarlo con la primera respiración. Ese material denso y pegajos o puede obstruir total o parcialmente las vías respiratorias, irritarlas y comprometer la vida del bebé . La aspiración de meconio afecta al sistema respiratorio porque produce una irritación química de los tejidos del pulmón, dificulta el paso del aire, se puede infectar y afecta a la correcta función pulmonar. Puede no ser grave, porque se ha detectado a tiempo y el pediatra puede retirar el meconio antes de la primera respiración, o muy grave, debido a que el bebé ha inhalado muchísima cantidad. En el caso de que el bebé haya realizado su primera expulsión de meconio dentro del útero, éste puede quedar en la tráquea y llegar a los pulmones cuando el feto boquea por alguna situación de estrés intrauterino. Aproximadamente hasta el 25% de los nacimientos presentan el líquido amniótico amarillento (es lo que llamamos aguas meconiales). Sólo el 10% de estos presenta un síndrome de aspiración meconial. Causas Como hemos comentado antes, la aspiración meconial se relaciona con el sufrimiento fetal , aunque no siempre. Está relacionada con problemas durante el embarazo como infecciones, vuelta de cordón umbilical o dificultades durante el parto. El bebé intraútero no respira, ya que el oxígeno que necesita para vivir lo obtiene de su madre mediante el cordón umbilical. Cuando cualquier circunstancia que provoca una hipoxia (disminución del aporte de oxígeno), incrementa la actividad o peristaltismo en el intestino del bebé y una relajación del esfínter anal se produce la consiguiente expulsión de meconio en el líquido amniótico. Además, en las situaciones de hipoxia, el feto tiene el reflejo de boquear para conseguir más oxígeno y es en estas circunstancias donde puede aspirar el meconio que está flotando en el líquido amniótico. Factores de riesgo para desarrollar un síndrome de aspiración meconial Podemos relacionar el síndrome de aspiración meconial con las siguientes circunstancias : Dificultades en el parto o parto difícil. Edad gestacional avanzada (42 semanas o más). Madre fumadora. Diabetes, hipertensión, o enfermedad respiratoria o cardiovascular de la madre durante el embarazo. Complicaciones del cordón umbilical, como la vuelta de cordón. Retraso del crecimiento intrauterino. La prematuridad no es un riesgo, sino todo lo contrario. Es muy infrecuente que los bebés nacidos antes de las 34 semanas presenten un síndrome de aspiración meconial. ¿Cómo podemos sospecharlo? Síntomas y signos Durante el nacimiento, el ginecólogo o la matrona pueden detectar uno o más signos que los alertan de una expulsión de meconio precoz : Observar restos de meconio en el líquido amniótico: pueden ser sólo aguas teñidas o bien presentar vetas de color verde oscuro. Piel del recién nacido con manchas verdosas. Cianosis del bebé: un color azulado de la piel y las mucosas del bebé que es un reflejo de que tiene problemas respiratorios. Dificultad para respirar al nacer: esto puede ir desde la apnea (no se observan movimientos respiratorios en el recién nacido) hasta la taquipnea (es una respiración muy rápida y dificultosa). Baja frecuencia cardíaca o bradicardia antes del nacimiento. Esto es un reflejo de sufrimiento fetal. Puntuación baja en el APGAR: es la escala que evalúa el bienestar del recién nacido, donde se miran los reflejos, la frecuencia cardíaca, el tono muscular y la respiración. Hipotonía. Signos de postmaduridad: son signos de que el bebé ha pasado más de 42 semanas dentro del útero. Tratamiento Tras la sospecha de una posible aspiración meconial, el tratamiento empieza en el mismo momento del parto. Lo ideal es que el bebé no haga su primera respiración para que el pediatra o neonatólogo revise y limpie, en el caso de que haya meconio, la vía aérea superior. Esta rápida maniobra evita la aspiración meconial y la introducción del mismo hasta los pulmones. En el caso de que el bebé haya aspirado el meconio y presente signos de dificultad respiratoria, el pediatra también intenta limpiar la vía aérea. Para ello se emplean unos tubos especiales que permiten introducirlos hasta la tráquea y permiten aspirar los restos de meconio. En estos casos una revisión exhaustiva del bebé, una radiografía de tórax y medidas de soporte ventilatorio pueden ser necesarias. Complicaciones En los casos más graves puede haber complicaciones pulmonares inmediatas como el neumotórax o las infecciones pulmonares, lo que llamamos neumonía por aspiración. Parece que los niños que han presentado el síndrome de aspiración meconial son más propensos a tener hiperreactividad bronquial o asma. Si la situación ha sido muy grave, en el momento del alta hospitalaria pueden necesitar oxígeno domiciliario. Como los alveolos del recién nacido se pueden regenerar, a largo plazo, el pronóstico es favorable. Los bebés gravemente afectados corren el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar crónica, anomalías en el desarrollo y sordera. Es por ello que a los bebés que padecen un síndrome de aspiración de meconio se les hacen pruebas para detectar posibles deficiencias auditivas o lesiones neurológicas. ¿Se puede prevenir? Es importante informar a la embarazada de que si rompe aguas y observa que el líquido es de color amarillo o verde acuda de inmediato a su hospital de referencia. Además, durante los partos, la importancia de la monitorización, informa a las matronas y ginecólogos de un posible sufrimiento fetal. Si se sospecha a tiempo la presencia de meconio en el líquido amniótico, se puede realizar una amnioinfusión (infusión de solución salina en la cavidad amniótica), para eliminar el meconio del saco amniótico antes de que el bebé pueda inhalarlo durante el parto. Además, el tratamiento precoz del recién nacido ha disminuido drásticamente las complicaciones y secuelas. Haz nuestro test de embarazo y averigua todo lo que debe saber una embarazada. Descubre todos los consejos y cuidados de las mujeres embarazadas.
Qué es el Tapón Mucoso
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Qué es el Tapón Mucoso

En la recta final del embarazo, muchas mujeres expulsan el llamado tapón mucoso. Esto no significa que se tenga que ir corriendo al hospital pues, aunque es indicativo de que el proceso del parto se pone en marcha, a veces llegan a pasar incluso días hasta el gran momento. Qué es El tapón mucoso es una secreción formada en parte por las células del cérvix uterino de la embarazada, que empieza a formarse en las primeras semanas de embarazo (entre la cuarta y sexta). La composición del tapón es, sobre todo, agua (hasta en un 90%).  Además, contiene proteínas, cloro, calcio, sodio, enzimas, fosfatos e inmunoglobulinas, en concreto del tipo Ig G y Ig A. Está formado también por mucopolisacáridos, que son las moléculas que le confieren la consistencia mucosa. ¿Qué funciones tiene? El tapón mucoso constituye una barrera físico-química, pero también inmunitaria, por eso es importante que esté íntegro durante el embarazo, de cara a evitar que posibles agentes infecciosos penetren en el útero. Es decir, el tapón mucoso protege el embarazo al crear una separación física entre la cavidad uterina y la vagina, ya que en ésta hay siempre presencia de hongos y otros gérmenes saprófitos (beneficiosos), pero también constituye en sí misma una puerta de entrada a otros microorganismos que pueden ser patológicos. Tanto como barrera física como barrera inmunológica el tapón sirve para cuidar al futuro bebé durante las 40 semanas de gestación. ¿Cuándo se expulsa? El tapón permanece en el canal endocervical hasta el final del embarazo . A veces no se expulsa hasta la fase de dilatación del parto, aunque hay situaciones en las que se puede expulsar en parte por la presencia de contracciones que producen modificaciones en el cuello del útero. Todos esos cambios no tienen que ocurrir de forma acelerada, más bien poco a poco, y además de manera no muy evidente. Es más bien como una fase preparatoria para el parto . La expulsión del tapón suele durar hasta varios días , y suele pasar de ser un flujo transparente, como clara de huevo, a ser un flujo de aspecto mas amarillento. En ocasiones, puede estar teñido con sangre, a veces más marrón, como sangre oscura, o sólo como unos hilillos rosados-rojizos.   ¿Por qué se expulsa? La expulsión del tapón es indicativa del inicio del parto , aunque puede faltar mucho tiempo, incluso días, hasta que se desencadene del todo. No significa que cuando se inicie la expulsión tengas que ir corriendo al hospital, pero sí debes extremar las medidas de higiene , sobre todo tienes que evitar los baños de inmersión, cambiarte de ropa interior frecuentemente si notas humedad… medidas para evitar una infección. Por el contrario, sí que debes acudir al médico si la expulsión del tapón mucoso va acompañada de un sangrado de aspecto rojo intenso y abundante. Si la expulsión del tapón se produce antes de la semana 37 habrá que examinar muy bien el cuello uterino, y lo primero que hay que hacer es visualizarlo colocando, sin forzar, un espéculo en la vagina. Después, hay que realizar una ecografía transvaginal y medir su longitud. Si se confirma que el cuello se está modificando y que se puede desencadenar un parto prematuro hay que tomar ciertas medidas para evitarlo. Por un lado, pondremos medicación para frenar las contracciones que están dando lugar a la modificación cervical y, por otro, administraremos a la embarazada corticoides para acelerar la maduración pulmonar y neuroprofilaxis. ¿Sabré identificar la expulsión del tapón mucoso? La expulsión del tapón mucoso se puede confundir en ocasiones con la rotura de membranas , es decir, con la salida del líquido amniótico, motivo por el cual también debes acudir al médico porque es uno de los síntomas de inicio del parto. La rotura de membranas y la pérdida de líquido amniótico se identifica como un liquido claro que sale por vagina, incoloro, no maloliente, a veces ligeramente rosado por estar teñido de sangre. No obstante, ante la duda de si estás expulsando el tapón o de si has roto la bolsa de las aguas, debes acercarte al médico y comprobar que todo se encuentra en perfecto estado , sobre todo si eso sucede en semanas cercanas al momento de dar a luz. Haz nuestro test de embarazo y averigua todo lo que debe saber una embarazada. Descubre todos los consejos y cuidados de las mujeres embarazadas.
Es Hereditario el Cáncer de Pulmón
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Es Hereditario el Cáncer de Pulmón

Hay datos para la esperanza respecto al cáncer de pulmón, y es que, aunque en la actualidad es el tumor con mayor mortalidad de nuestro país , en aquellos casos en los que se detecta de forma precoz, la supervivencia puede llegar al 70%. El tabaco es el principal causante de este tipo de cáncer. ¿Qué es? El cáncer de pulmón se produce cuando algunas células pulmonares sufren una mutación que provoca que se multipliquen sin control. Esto genera una masa de células que va creciendo continuamente, de forma desestructurada. Este crecimiento puede ir afectando a las estructuras cercanas, pero también puede producirse el hecho de que alguna de las células tumorales penetre en algún vaso sanguíneo y se traslade a otro órgano del cuerpo originando una metástasis. ¿Cuánto nos afecta? El cáncer de pulmón, a nivel global, es el tercer cáncer con más frecuencia en nuestro país , por detrás del cáncer de próstata o de colon. Cada año se detectan aproximadamente unos 60 nuevos casos de cáncer de pulmón por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, si diferenciamos entre su prevalencia por sexos, vemos que ésta es muy superior en hombres, entre los que se detectan unos 22.500 casos anuales, comparado con los 5.900 casos detectados en mujeres. Esta diferencia por sexos se aprecia también en la evolución de la incidencia en los últimos años, ya que en los hombres la incidencia ha disminuido más de un 8% en la última década comparado con el aumento de incidencia del 93% en mujeres. Pese a ser el tercer cáncer más frecuente en nuestro país, el cáncer de pulmón es el que más muertes provoca , con algo más de 21.000 fallecimientos anuales. Así pues, tan solo algo más del 10% de pacientes diagnosticados de cáncer de pulmón sobrevivirá más allá de 5 años. Sin embargo, esta cifra dependerá en gran medida del tipo de cáncer de pulmón y de su extensión en el momento del diagnóstico, llegando a supervivencias superiores al 70% cuando el diagnóstico es precoz. ¿Podemos evitarlo? La única forma efectiva de disminuir el riesgo de cáncer de pulmón es evitando los factores de riesgo que favorecen su aparición. Y entre ellos hay uno que destaca por encima de todos. El tabaco. Bien es cierto que existen casos de cáncer de pulmón en personas no fumadoras, pero alrededor del 90% de los casos se presenta entre los fumadores . Y si tenemos en cuenta que, según los últimos datos, alrededor de un 30% de la población es fumadora habitual, podemos concluir que el consumo habitual de tabaco aumenta en un 2.000% el riesgo de padecer cáncer de pulmón (21 veces más riesgo). La exposición pasiva al tabaco (el fumador pasivo) tiene un riesgo aumentado también de desarrollar cáncer de pulmón, estimándose dicho riesgo en torno a un 20% superior al de una persona no expuesta al humo del tabaco. Existen otros factores de riesgo para el desarrollo del cáncer de pulmón, como la contaminación del aire, la exposición al radón, asbesto, arsénico, etc., pero son de menor relevancia comparado con el riesgo que ocasiona el tabaquismo. ¿Cómo se manifiesta? Uno de los principales problemas del cáncer de pulmón es que los síntomas que provoca son poco específicos y muchas veces se presentan de forma tardía , provocando que el diagnóstico se efectúe cuando el tumor ya está extendido: La tos: es el síntoma más común del cáncer de pulmón, muchas veces acompañada de expectoración. El principal problema es que la tos es uno de los síntomas más frecuentes en una consulta de salud. La principal causa de tos son los cuadros catarrales o infecciones respiratorias. La expectoración con sangre : llamada hemoptisis. Es un síntoma más específico y que nos llevará a iniciar un estudio radiológico, aunque la principal causa de hemoptisis sigue siendo las sobreinfecciones pulmonares. La falta de aire: llamada disnea. Es un síntoma poco específico y puede estar causado tanto por infecciones pulmonares como por problemas cardíacos, entre otros. El dolor torácico : en el caso de tumores que afectan a la pared torácica o la pleura (membrana que recubre los pulmones). Puede ser uno de los síntomas iniciales de este tipo de tumores. Existen otro tipo de síntomas menos frecuentes como pueden ser la disfonía (cambios de voz), la disfagia (dificultad para deglutir) o síntomas inespecíficos y comunes a cualquier tipo de cáncer como son la pérdida de peso, debilidad, cansancio, etc. QUE NO TE ASUSTE LA TOS En multitud de ocasiones nos encontramos con pacientes que presentan una tos de varios días de evolución tras un proceso catarral y que están asustados por si pudiera estar provocada por algún tipo de cáncer de pulmón. Tras un cuadro catarral, la tos puede prolongarse durante varias semanas, y hasta pasadas las ocho semanas consecutivas de tos, no podemos hablar de una tos crónica que nos llevaría a iniciar un estudio en profundidad. ¿Cómo se diagnostica? Las principales pruebas que se suelen solicitar para diagnosticar un cáncer de pulmón son: La radiografía de tórax. Es una prueba sencilla y con poca irradiación, pero los tumores de pequeño tamaño son difíciles de visualizar mediante esta técnica. El TAC de tórax : es una muestra mucho más sensible para aquellos tumores de pequeño tamaño, pero también supone un aumento en la radiación sobre el paciente, por lo que su realización debe estar justificada en una duda diagnóstica. La citología de esputo : consiste en el estudio microscópico del esputo del paciente para descubrir la presencia de células tumorales. Da un diagnóstico definitivo, pero es poco sensible. La broncoscopia : consiste en la inspección visual del árbol bronquial a través de unas cámaras que se introducen en la vía respiratoria. Otras pruebas diagnósticas útiles en ocasiones podrían ser el PET/TC o la RMN. ¿Cómo se trata? En general el tratamiento se basará en cirugía, quimioterapia o radioterapia , y variará en función del tipo de célula que ocasiona el cáncer y de su extensión. Como norma general: Por tipo celular : el cáncer de pulmón tipo “Célula pequeña” suele tener una buena respuesta a la quimioterapia por lo que, en general, no se trata con cirugía. Por el contrario, el cáncer de pulmón tipo “No célula pequeña” tiene una respuesta inferior a la quimioterapia, por lo que en muchos casos se valorará la posibilidad de realizar cirugía. Por extensión : alrededor de uno de cada tres pacientes diagnosticados de cáncer de pulmón lo presentan de forma localizada, cosa que permite realizar una resección quirúrgica (extirpación). Sin embargo, otro tercio presentará diseminación tumoral a nivel ganglionar, por lo que, en general, se les recomendará quimioterapia y/o radioterapia. El tercio restante de pacientes tendrá metástasis al diagnóstico, por lo que el tratamiento se basará en quimioterapia.
Causas y Tratamientos de la Tos
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Causas y Tratamientos de la Tos

La mayoría de las personas considera la tos más como una molestia que como un evento de salud y, cuando se presenta, se tiende a buscar aceleradamente algún “remedio exprés” que nos permita seguir sin obstáculos nuestro ritmo de vida. ¿Qué es la tos? La tos es un mecanismo de defensa inherente a la protección del aparato respiratorio . La duración de la tos se ha establecido en: aguda (aquella tos que no sobrepasa las cuatro semanas), subaguda (entre cuatro y ocho semanas) y, finalmente, crónica (que es aquella que dura más de ocho semanas). A su vez, puede subdividirse en específica o inespecífica (según esté asociada o no a una causa conocida). La tos crónica es el signo clínico más frecuentemente consultado en la práctica médica ambulatoria. Causas Numerosas publicaciones científicas sugieren que la mayoría de las toses agudas se relacionan con infecciones de las vías respiratorias superiores y se suelen resolver en un periodo no superior a tres semanas. En el caso de la tos crónica las causas son múltiples como, por ejemplo: Infecciones traqueo-bronquiales, incluyendo tos ferina. Bronquiectasias, tuberculosis o fibrosis quística. Asma, fibrosis pulmonar intersticial difusa, sarcoidosis (enfermedad que provoca inflamación, generalmente en pulmones, piel y ganglios linfáticos). Tumores pulmonares, tumores de la vía aérea benignos o mediastínicos (en la cavidad que separa los pulmones). Cuerpos extraños en la vía aérea. Enfermedades cardiovasculares. Reflujo gastroesofágico (RGE) y broncoaspiraciones. Efecto secundario de fármacos (IECA, etc). Tos psicógena (que no se debe a una enfermedad respiratoria, sino que es un acto autoprovocado, de forma más o menos consciente y que característicamente mejora por la noche). Otros… Signos y síntomas La tos puede aparecer del todo aislada o como un síntoma más junto a otros . La vida del niño sano está repleta de episodios de tos, sobre todo cuando van a la guardería o comienzan la escolarización. Se pueden definir distintos tipos de tos: Tos seca : se llama así a la tos que no mueve secreciones y que puede resultar particularmente molesta y poco eficaz. Su origen es la inflamación de las vías respiratorias, clásica tos de inicio de los resfriados, pero también la producen los atragantamientos.  Cuando es persistente puede ser un síntoma de asma, aunque en este caso se suele acompañar de sibilancias (pitos) al respirar. También es de este tipo la tos nerviosa o psicógena. Tos ronca o perruna : es un tipo de tos seca muy ruidosa característica de las laringitis por inflamación de las cuerdas vocales. Suele acompañarse de afonía y, a veces, de otro ruido áspero característico al inspirar aire, llamado estridor inspiratorio, aspecto que aumenta su gravedad. Tos blanda : también llamada tos productiva. Es la que evacúa secreciones (flemas), que en el caso de los niños no son expectoradas como en los adultos, sino que habitualmente son tragadas y, posteriormente, o bien pueden vomitarlas (muy frecuente) o bien son digeridas.  Puede considerarse una “tos buena” ya que ayuda a la curación. Ataques de tos: en un niño pequeño que previamente se encontraba bien y no estaba siendo vigilado, puede ser un síntoma de que ha aspirado un cuerpo extraño (muy frecuente que sea por piezas pequeñas de juguete, fichas o frutos secos, por eso no están recomendados en la dieta de los niños menores de cinco años). También se da en la tos ferina, que puede ser grave en los más pequeños. Se puede observar la presencia de un ruido inspiratorio característico llamado “gallo inspiratorio” entre las tandas de tos continua, que no dejan mucho espacio de tiempo para coger aire. SÍNTOMAS DE ALARMA ACOMPAÑANTES A LA TOS Hemoptisis (esputo sanguinolento). Ronquera. Producción importante de esputo. Enfermedad por reflujo gastroesofágico complicada con pérdida de peso, anemia, hematemesis (vómito sanguinolento) o disfagia (dificultad para tragar). Episodio de atragantamiento. Neumonías recurrentes. Radiografía de tórax anómala. Diagnóstico Una detallada historia clínica (entrevista) y una minuciosa exploración física nos puede orientar hacia una causa de tos específica y evitar exploraciones complementarias diagnósticas innecesarias. Historia clínica: preguntar aspectos acerca de las características de esa tos tales como: ¿Cómo es?: sonido (laríngea, traqueal, bronquial) y características (seca o húmeda-productiva). ¿Cuándo?: Diurna, nocturna, al levantarse, con el acto del ejercicio o de la risa, en algún ambiente concreto o época anual determinada. ¿Cuánto?, ¿cómo comenzó?. Exploración física. Analíticas sanguíneas. Pruebas cutáneas (Prueba de la tuberculina, prick tests cutáneos…). Estudios radiológicos (Rx, TC, Tránsito digestivo…). Pruebas de función pulmonar (espirometría, prueba de hiperreactividad con la prueba de esfuerzo o con metacolina…). Estudios microbiológicos (cultivo de esputo, frotis faríngeo, aspirado nasal…). Pruebas de pHmetría (para confirmar la existencia de reflujo gastroesofágico). Endoscopias (fibrobroncoscopia…). Tratamiento La tos es un síntoma y no una enfermedad , por lo que el objetivo médico fundamental será identificar su causa para tratar ésta última (por ejemplo, el uso de broncodilatadores y antiinflamatorios en el asma; azitromicina en la tos ferina; antiácidos en el reflujo gastroesofágico; retirada de fármaco provocador de un efecto secundario…). Se considera un éxito y ya suficiente el control parcial de la tos, puesto que es difícil lograr, en algunos casos, la total erradicación de la misma. El uso de medicamentos antitusivos es controvertido para algunos autores. Otros remedios naturales descritos para el tratamiento de la tos pueden ser la ingesta de abundantes líquidos, la toma de miel, la realización de vahos, Vitamina C…
Factores de Riesgo de la Tuberculosis
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Factores de Riesgo de la Tuberculosis

Puede ser que al oír la palabra tuberculosis nos suene a enfermedad lejana y propia del pasado, pero desgraciadamente no es así, sino que es un problema serio, generalizado y muy actual . La tuberculosis, llamada antiguamente “tisis”, es una infección bacteriana contagiosa que compromete principalmente a los pulmones, pero que puede propagarse a otros órganos. La especie de bacteria más importante y representativa causante de la tuberculosis en humanos es el Mycobacterium tuberculosis o también llamado Bacilo de Koch (en honor al científico que la descubrió, Robert Koch, en 1882). Como curiosidad, otra bacteria del mismo grupo, llamada Mycobacterium bovis , fue en algún momento del pasado una causa importante de tuberculosis transmitida por vía digestiva, tras la ingesta leche no pasteurizada, procedente de vacas tuberculosas infectadas por este germen. Incluso en la actualidad, causa un pequeño porcentaje de casos en todo el mundo. ¿Cómo se contagia? La enfermedad se contagia por vía aérea mediante partículas en suspensión en el aire , o núcleos de gotitas, cuando las personas con enfermedad activa estornudan, hablan o escupen. La inhalación de una sola de las bacterias puede causar la infección. La forma extrapulmonar no es contagiosa. Cabe destacar que los niños eliminan escasos bacilos a través de las secreciones respiratorias, por lo que no suelen transmitir la infección. La tuberculosis no es una enfermedad hereditaria. Enfermedad muy extendida La tuberculosis está presente en todo el mundo. En 2016, 10,4 millones de personas enfermaron de tuberculosis, siendo el 56% de ellos varones, el 34% mujeres y el 10% niños. Es la segunda causa de muerte a nivel global y la primera entre las enfermedades infecciosas . Más del 95% de las muertes se producen en países de recursos deficitarios. En concreto, siete países acaparan el 64% de la mortalidad total: encabeza esta triste lista la India, seguida de Indonesia, China, Filipinas, Pakistán, Nigeria y Sudáfrica. Factores de riesgo Una persona infectada no siempre enferma. Los principales factores de riesgo que predisponen a desarrollar la enfermedad tuberculosa son: Personas con el sistema inmunitario (defensas) comprometido por la toma de medicamentos inmunosupresores, abuso de drogas o que padecen SIDA. Senilidad. Desnutrición. Alcoholismo. Pobreza. Personas con contactos frecuentes, prolongados o intensos en espacios cerrados y relativamente pequeños (número de habitantes elevado=hacinamiento de los hogares). Fumadores. Personal sanitario, en zonas geográficas de alto riesgo. Personas afectas de diabetes mellitus, linfoma de Hodgkin, enfermedad renal terminal o enfermedad pulmonar crónica. Estados deficitarios de vitamina D. Signos y síntomas Los síntomas clásicos de la neumonía tuberculosa incluyen la tos crónica con esputo sanguinolento, febrícula, cansancio, pérdida de apetito, malestar general, sudores nocturnos y pérdida de peso. Como secuela, la tuberculosis pulmonar puede formar cavidades en el pulmón. La infección de otros órganos causa una amplia variedad de cuadros clínicos tales como: Pleuritis tuberculosa. Tuberculosis del sistema nervioso central (cerebro, medula espinal o meninges). Tuberculosis cardiovascular: puede provocar como secuela una pericarditis constrictiva. Tuberculosis ocular. Tuberculosis genitourinaria: causa habitual de piuria estéril (presencia de leucocitos, que son las células de defensa, sin germen visible, en orina). Puede causar secuela de esterilidad masculina (por afectación de los epidídimos testiculares) o femenina (por afectación de las trompas de Falopio). Tuberculosis ganglionar: compromete las cadenas ganglionares cervicales y supraclaviculares. Produce hinchazón de los ganglios linfáticos. Tuberculosis osteoarticular (osteoartritis y osteomielitis). Tuberculosis miliar: generalizada, por diseminación sanguínea del bacilo. ¿SABÍAS QUE…? Algunas veces los bacilos pueden permanecer viables y latentes , sin manifestación de síntomas, durante muchos años en el organismo humano (generando la llamada infección latente tuberculosa). Diagnóstico Debido a la gran cantidad de formas clínicas diferentes que pueden llegar a afectar a la práctica totalidad de órganos del cuerpo humano, es una enfermedad que compete a todas las especialidades de la medicina. El diagnóstico se basa en la detección del germen en cualquier muestra del tracto respiratorio (tuberculosis pulmonar) o fuera de él (tuberculosis extrapulmonar), mediante las siguientes pruebas: Prueba de la tuberculina cutánea (intradermoreacción) mediante la técnica de Mantoux: consiste en la inoculación subcutánea del reactivo PPD (Derivado Proteico Purificado). Su positividad sólo implica contacto, no infección. Si ha existido contacto previamente con el bacilo se producirá una reacción de induración cutánea en la zona de inoculación que se valorará tras el paso de 72 horas. Radiología simple (generalmente torácica) y TC torácica. Analítica sanguínea. Examen al microscopio y cultivo microbiológico de los fluidos corporales en medio de Lowestein-Jensen: se consideran las pruebas Gold Estandard del diagnóstico. Nuevas técnicas modernas como el diagnóstico molecular y también el método MODS (Microscopic observation drug susceptibility). Tratamiento El tratamiento de la tuberculosis es complicado y requiere largos periodos de sometimiento a antibioticoterapia .  En los últimos años la tuberculosis ha experimentado una creciente resistencia a los antibióticos habitualmente utilizados. Fármacos de primera línea: isoniacida, rifampicina, pirazinamida, etambutol, estreptomicina, etc. Fármacos de segunda línea: cicloserina, etionamida, ciprofloxacino, etc. Prevención Como medida de prevención, en algunos países se ha sometido a la población (principalmente infantil) a vacunación con la vacuna BCG (Bacilo de Calmette-Guérin), desarrollada en el Instituto Pasteur (Francia), a principios del siglo XX. La vacunación sistemática a los recién nacidos en España se abandonó en el año 1980 (1974 en Cataluña), manteniéndose actualmente sólo en el País Vasco. La vacuna BCG no reduce el riesgo de infección. Disminuye el riesgo de progresión de infección tuberculosa latente a tuberculosis activa, especialmente la forma diseminada o la afección del sistema nervioso central en niños. OTRAS MEDIDAS PREVENTIVAS Vida sana e higiénica. Alimentación equilibrada y variada. Ventilación adecuada de los hogares. Protección al toser con pañuelos desechables y lavado frecuente de manos. Aislamiento de enfermos con neumonía activa tuberculosa durante dos semanas después de haber iniciado el tratamiento. Utilización de mascarillas en zonas comunes. No fumar y no consumir alcohol en exceso. Pronóstico La tuberculosis es curable, pero es necesario un diagnóstico temprano (acudir inmediatamente al médico) ya que es una enfermedad grave si no se sigue el tratamiento adecuado.  Si se trata correctamente, la tuberculosis causada por cepas sensibles a los fármacos se cura prácticamente en todos los casos, pero sin tratamiento el 50 a 65% de los pacientes pueden morir en un plazo de cinco años. Es indispensable no abandonar el tratamiento porque, con ello, se favorece la recaída y el empeoramiento clínico rápido, así como la proliferación de resistencias del bacilo a los medicamentos.
Cómo Saber si Tengo Asma: Síntomas y Pruebas
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Cómo Saber si Tengo Asma: Síntomas y Pruebas

Ante la palabra asma reaccionamos con una inspiración profunda y es porque se asocia a la obstrucción del flujo aéreo . El asma se define, concretamente, como la inflamación crónica de las vías aéreas que suele acompañarse de una hiperreactividad bronquial (abanico de síntomas de predominio alérgico como rinorrea, obstrucción nasal y tos seca). ¿Existen factores predisponentes? Algunas características clínicas incrementan la probabilidad de sufrir asma en adultos, por ejemplo: Síntomas respiratorios: sibilancias (pitidos), disnea (dificultad para respirar), opresión torácica y tos. Suelen empeorar por la noche y de madrugada. Síntomas desencadenados por el ejercicio o tras la exposición a alérgenos y aire frí o o tras la ingesta de determinados fármacos (como aspirina o beta bloqueantes). Antecedentes personales de alergia o atopia. Antecedentes familiares de asma o atopia. Espirometría basal alterada en un reconocimiento médico rutinario. ¿Cómo se llega al diagnóstico de asma? El diagnóstico de asma se sospecha ante la manifestación de determinados signos y síntomas por parte del paciente ( disnea, sibilancias, tos, opresión torácica y tos). Existen pacientes con síntomas durante todo el año, pero es más frecuente la manifestación en forma de episodios que pueden ser espontáneos o desencadenados por los factores mencionados (ejercicio, infecciones, animales, tabaco, exposición a alérgenos o aire frío, ingesta de determinados fármacos como ácido acetil salicílico o ß-bloqueantes y ambientes húmedos). Estos síntomas no son patognomónicos o exclusivos de asma, puesto que pueden encontrarse en otras patologías respiratorias. Es preciso realizar una exploración funcional que incluiría tres tipos de pruebas: Espirometría. Test de broncodilatación. Test de broncoconstricción. No siempre se realizan las tres pruebas para llegar al diagnóstico. Sin embargo, en algunas ocasiones, a pesar de realizar las tres, tampoco puede confirmarse. La espirometría La espirometría sería la prueba estrella (ya sabes que es aquella en la que hacemos inspirar profundamente y soplar fuertemente en un tubo para analizar el aire espirado). Es una prueba respiratoria funcional que analiza los volúmenes pulmonares y los flujos aéreos pudiendo evidenciar la obstrucción al flujo aéreo (característica del asma). Tengo que decirte que una espirometría negativa no descarta el diagnóstico de asma , pero un resultado positivo es útil para confirmarlo. Sería la primera prueba a realizar para valorar la presencia y la gravedad de la obstrucción. Por si has lo has oído en alguna ocasión, te aclaro que existen dos tipos de espirometrías: la simple y la forzada. La espirometría simple es aquella que se realiza haciendo que el paciente inspire fuertemente y expulse todo el volumen de aire posible sin límite de tiempo. La espirometría forzada es aquella es aquella en que se pide al paciente que inspire fuerte y expulse todo el aire contenido en los pulmones en el menor tiempo posible (con una espiración rápida). Para el diagnóstico de asma se solicita la espirometría forzada. De todos los parámetros que obtenemos en el estudio, uno de los más relevantes es el llamado volumen espiratorio máximo espirado en el primer segundo (Forced Espiratory Volume o FEV1): es el volumen de aire expulsado en el primer segundo de la espiración forzada. En caso de asma estará característicamente disminuido por tratarse de una alteración ventilatoria obstructiva. El Test de broncodilatación Consiste en la realización de una segunda espirometría 15 minutos después de que el paciente inhale un broncodilatador de acción rápida . La consideraremos positiva cuando mejora el parámetro analizado comparando con la espirometría convencional. Es decir, aumenta el volumen de aire que espira el paciente porque el broncodilatador le ha abierto la vía respiratoria obstruida. Concretamente, en el caso del FEV1 se debe obtener un aumento mayor de 12% del valor de la espirometría basal. Un resultado positivo nos permite estar bastante seguros del diagnóstico y nos confirmaría el diagnóstico de asma. Sin embargo, una prueba negativa no sirve para descartar asma y obliga a seguir investigando. El Test de broncoconstricción o de provocación, ¿en qué consiste? Pretende justo lo contrario del anterior, provocar un broncoespasmo controlado y detectable . Se emplean diferentes sustancias o se hace realizar determinadas maniobras (como ejercicio físico) que persiguen una acción broncoconstrictora. Tras administrar la sustancia (normalmente metacolina) o realizar ejercicio (en tapiz rodante) se hace una nueva espirometría comparando con los resultados de la inicial. En este caso si el FEV1 disminuye más de un 10% la prueba será positiva y sugerirá Hiperreactividad bronquial (característica de varias entidades: asma, EPOC, bronquiectasias, infecciones respiratorias…). ¿Qué tipos de asma podemos encontrar? Hasta ahora, la clasificación utilizada diferenciaba entre asma leve intermitente o persistente, asma moderada y asma grave. Actualmente la gravedad se mide por el grado de control con el tratamiento correspondiente. Así, un paciente que sólo precise tratamiento para los episodios asmáticos esporádicos tendrá un asma “leve intermitente” mientras que el que precisa tratamiento a diario puede tener asma leve persistente, asma moderado o asma grave. ¿Qué es una crisis asmática? El asma suele manifestarse en forma de episodios recurrentes (llamados crisis asmáticas) y caracterizados por la presencia de sibilancias (pitidos de predominio espiratorio), disnea (dificultad en la respiración), opresión torácica (dificultad de expansión torácica) y tos, sobre todo durante la noche o la madrugada. Estos episodios se asocian a un mayor grado de obstrucción al flujo aéreo del habitual y revierten de forma espontánea o con tratamiento. Todos los pacientes con asma pueden sufrir episodios de exacerbaciones que se caracterizan por un incremento progresivo de los síntomas con empeoramiento de la función respiratoria durante las mismas. ¿Por qué se producen? Las causas más frecuentes de las crisis son la exposición a alérgenos, las infecciones respiratorias víricas, un tratamiento mal ajustado o un mal cumplimiento . La gravedad de las exacerbaciones o crisis puede variar desde leve hasta grave. El tratamiento de una crisis es diferente al tratamiento de base del paciente. Pueden requerirse corticoides endovenosos, inhalaciones en forma de nebulizaciones y oxígeno . Tras la crisis siempre debe revisarse el tratamiento de base, su cumplimiento y los posibles desencadenantes (es importante detectarlos para intentar prevenir futuras crisis). Es importante comprobar que el paciente esté correctamente adiestrado en cuanto al manejo del tratamiento. No dudes en consultar con tu neumólogo si te queda alguna duda al respecto.
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Edema Pulmonar
Enfermedad

Edema Pulmonar

¿Qué es un edema pulmonar? El edema pulmonar, edema agudo de pulmón o congestión del pulmón, es una enfermedad producida por la acumulación de líquido en los pulmones afectando al sistema respiratorio y disminuyendo la capacidad de respiración. El líquido se acumula en los sacos de aire de los pulmones (alvéolos). El edema pulmonar puede aparecer de repente. Es una urgencia médica que precisa de atención rápida porque puede llegar a ser mortal si no recibe tratamiento. Tipos de edemas Los tipos de edema son: Edema pulmonar cardiogénico : el corazón recibe sangre del sistema respiratorio por el ventrículo derecho y de ahí pasa a los pulmones. Cuando existen problemas aparece la insuficiencia cardiaca, donde el corazón no consigue evacuar de manera eficaz la sangre que recibe del sistema sanguíneo. Esto provoca un aumento de presión en los pulmones haciendo que el líquido pase de los vasos sanguíneos a los alvéolos. Edema pulmonar no cardiogénico: cuando el causante no es el mal funcionamiento del corazón sino del sistema sanguíneo. La sangre no es capaz de mantenerse dentro de los vasos sanguíneos invadiendo el interior de los alvéolos de líquido. Causas del edema pulmonar La causa del edema pulmonar es cualquier situación que eleve la presión capilar de los pulmones.También puede ser entre otras por: Infarto agudo de miocardio. Arritmia cardiaca. Aumento de la presión arterial. Hipoxemia (disminución de oxígeno en sangre) por altura. Sobrecarga de líquidos administrados necesidades terapéuticas unidas a un mal funcionamiento renal. Traumatismos graves. Problemas cardiacos. Tabaco y drogas. Altitudes superiores a 2500 m. Síntomas del edema pulmonar El síntoma principal es la disnea , dificultad para respirar sensación de asfixia bien en reposo o al realizar alguna actividad física. Otros síntomas son: Dificultades para hablar. Sensación de sangre o espuma con sangre en la boca. Ruido de tipo ronquera al respirar. Sudoración. Ansiedad. Palidez en la piel o coloración azulada. Inflamación de piernas y abdomen. Respiración rápida. Taquicardia. No tolerar estar tumbado Disminución de orina. Malestar general. Molestias en el pecho. Fiebre. Tratamiento del edema pulmonar El tratamiento depende de la gravedad, pero en cualquier caso tiene tres objetivos fundamentales que son: Administración de oxígeno para mejorar la función pulmonar con una mascarilla o con un respirador en casos más graves. Administración de diuréticos que permiten eliminar líquidos a través de la orina para disminuir la presión pulmonar (venocapilar). Medicación para dilatar las venas y por tanto disminuir la cantidad de sangre que llega al corazón. Si la causa es por alguna enfermedad el tratamiento será específico de esa patología. Pruebas complementarias del edema pulmonar Las principales pruebas complementarias del edema pulmonar son: Exploración física, auscultación pulmonar, saturación de oxígeno, toma de tensión arterial y frecuencia cardiaca. Radiografía de tórax. Electrocardiograma. Ecocardiograma. Análisis de orina y sangre. Factores desencadenantes del edema pulmonar Cuando el corazón no es capaz de bombear la sangre de los pulmones al resto del organismo. Esto produce un aumento de la presión de los vasos sanguíneos haciendo que el líquido pase a los sacos de aire (alvéolos) en los pulmones. Por lo tanto, el intercambio de oxígeno entre los vasos sanguíneos y los alvéolos se reduce y causa dificultad para respirar. El factor desencadenante se debe a cualquier situación que eleve la presión pulmonar. Factores de riesgo del edema pulmonar Entre los principales factores de riesgo destacamos: Tensión arterial elevada. Fumar en exceso. Consumo de drogas. Dieta rica en grasa y exceso de sal. Estrés. Antecedentes familiares de cardiopatías. Padecer enfermedades que comprometan las funciones respiratorias, cardiacas y renales. Abandono de medicación habitual de determinadas patologías que puedan provocar edema pulmonar. Sobrecarga de líquidos administrados de manera terapéutica. Anemias graves. Deportes de altitud. Enfermedades de las válvulas del corazón. Complicaciones del edema pulmonar La complicación del edema pulmonar es la muerte por paro cardiorrespiratorio. Prevención del edema pulmonar Hacer una dieta cardiosaludable, baja en grasa y sal. Tomar la medicación adecuadamente en caso de padecer alguna enfermedad con riesgo de provocar un edema pulmonar o problemas cardiacos. Hacer ejercicio físico regularmente. Especialidades a las que pertenece La especialidad médica para tratar el edema pulmonar son los neumólogos y cardiólogos. Preguntas frecuentes ¿Qué puede producir un edema pulmonar? El edema pulmonar lo puede producir cualquier enfermedad o situación que produzca un aumento de la presión pulmonar. Los vasos sanguíneos y los alvéolos no hacen de manera eficaz el intercambio de oxígeno, llenándose, estos últimos, de líquido. ¿Qué es tener líquido en los pulmones? Tener líquido en los pulmones significa que los alvéolos están llenos de líquido. ¿Qué es la trombosis pulmonar? La trombosis pulmonar es la obstrucción, de manera súbita, de una arteria de los pulmones. Generalmente es causado por un coágulo de la pierna que emigra y circula por el torrente sanguíneo hasta el pulmón. Provoca bajos niveles de oxígeno en sangre y por tanto lesiones en algunos los órganos por falta de oxígeno. También puede causar daños permanentes en el pulmón afectado. ¿Qué es un enfisema pulmonar? El enfisema pulmonar es una enfermedad pulmonar obstructiva donde los alvéolos están dañados y no pueden coger el oxígeno necesario. Esto hace que sea más difícil recuperar la respiración tras el ejercicio y que se tenga tos crónica. El causante principal es el tabaco . ¿Qué es un infarto pulmonar? El infarto pulmonar llamada también embolia pulmonar, es la obstrucción de uno o más vasos grandes pulmonares que impide que la zona afectada tenga riego sanguíneo . Puede manifestarse con sensación de ahogo, dolor torácico, mareo, coloración azulada de la piel, tos con esputos de sangre, fiebre. Es una enfermedad grave que puede provocar la muerte súbita del paciente.
Hiperreactividad Bronquial
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Hiperreactividad Bronquial

¿Qué es la hiperreactividad bronquial? La hipersensibilidad o hiperreactividad bronquial (HRB) es la respuesta anormal y exagerada de la vía respiratoria y la mucosa bronquial y responsable del origen de broncoespasmo. No es una enfermedad por sí misma. Se refiere a que los bronquios reaccionan más de lo habitual frente a muchos estímulos, como infecciones, alergias, aire frío, contaminación, ejercicio, tabaco, etc. La hiperreactividad bronquial es una característica, un rasgo del asma. Puede ser debida a alguna alergia y también puede aparecer como resultado de infecciones de los bronquios y persistir durante mucho tiempo. Suele ser más frecuente en niños y adolescentes, aunque puede ocurrir a cualquier edad, también en personas que realizan alguna actividad física frecuente. Es una afección muy común, la gravedad va a depender de las causas que la provocan, ya que, si no se trata adecuadamente, puede derivar a complicaciones más serias. ¿Tienes dudas?  Regístrate ahora  en Savia y habla gratis con nuestros especialistas médicos por chat o videoconsulta. Tipos de hiperactividades No se conocen variantes de esta enfermedad. Causas de la hiperreactividad bronquial No está claro por qué algunas personas contraen hiperreactividad bronquial y otras no, sin embargo, es probable que se deba a una combinación de factores ambientales y genéticos (hereditarios). La hiperreactividad bronquial puede también presentarse en algunos pacientes (aunque no todos) con la fiebre del heno , fibrosis quística, bronquitis crónica e incluso puede detectarse en algunas personas sin enfermedad respiratoria. También puede aparecer de forma transitoria tras infecciones respiratorias o exposiciones a irritantes. La causa que produce la hiperreactividad bronquial en los pacientes con asma se desconoce, aunque parece que, en parte, puede ser debida a una ruptura de la integridad de la mucosa bronquial ocasionada por una inflamación persistente, principalmente a base de eosinófilos, que se detecta en todos los pacientes asmáticos, incluso en los más leves. Síntomas de la hiperreactividad bronquial Los síntomas pueden incluir: Falta de aire. Dolor u opresión en el pecho. Tos con o sin producción de esputo (flema). Problemas para dormir causados por falta de aire, tos o silbido al respirar. Retracción o tiraje de la piel entre las costillas al respirar. Dificultad para respirar que empeora con el ejercicio o la actividad. Un pitido o silbido al respirar que puede oírse al exhalar. Tos o silbido al respirar que empeora con un virus respiratorio, como un resfrío o influenza, presión torácica y sensación de tirantez, entre otros síntomas. ¿Tienes dudas?  Regístrate ahora  en Savia y habla gratis con nuestros especialistas médicos por chat o videoconsulta. Tratamiento de la hiperreactividad bronquial El tratamiento para la hiperreactividad bronquial puede ser el mismo que para el asma. El tratamiento, generalmente, implica aprender a reconocer los desencadenantes, tomar medidas para evitarlos y controlar la respiración para garantizar que los medicamentos diarios para el asma mantengan los síntomas bajo control. Los medicamentos adecuados dependen de una serie de cuestiones, como la edad, los síntomas, los desencadenantes de la hiperreactividad bronquial y lo que sea más efectivo para mantener los síntomas bajo control. Los medicamentos preventivos de control a largo plazo reducen la inflamación de las vías respiratorias que produce los síntomas . Los inhaladores de alivio rápido (broncodilatadores) abren rápidamente las vías respiratorias inflamadas que restringen la respiración. En algunos casos, es necesario tomar medicamentos contra la alergia. Existen diversos medicamentos que tienen efecto antiinflamatorio en la mucosa bronquial, pero los más potentes y eficaces son los corticoides (cortisona) inhalados. Para el tratamiento inmediato, se utilizan broncodilatadores, que normalmente se administran por vía inhalatoria. Pruebas complementarias de la hiperreactividad bronquial Las pruebas complementarias para el diagnóstico de la hiperreactividad bronquial pueden incluir : pruebas de alergias, examen de sangre o piel para ver si una persona es alérgica a ciertas sustancias, gasometría arterial (normalmente se lleva a cabo sólo con pacientes que están sufriendo un ataque de asma grave), radiografía de tórax y pruebas de la función pulmonar, entre otras pruebas. Factores desencadenantes de la hiperreactividad bronquial En las personas con vías respiratorias sensibles, los síntomas pueden desencadenarse por la inhalación de sustancias llamadas alérgenos o desencadenantes . Los más comunes incluyen: animales (caspa o pelaje de mascotas), ácaros del polvo, ciertos medicamentos (ácido acetilsalicílico o aspirina y otros AINE), cambios en el clima (con mayor frecuencia el clima frío), químicos en el aire o en los alimentos, moho, polen y humo del tabaco, entre otros desencadenantes. Factores de riesgo de la hiperreactividad bronquial Entre los factores que aumentan el riesgo de padecer hiperreactividad bronquial están: tener un pariente consanguíneo (como padre o hermano) con asma, tener una afección alérgica, como dermatitis atópica o rinitis alérgica (fiebre del heno), ser fumador, exposición al tabaquismo pasivo, y exposición a desencadenantes en el ámbito laboral, como los productos químicos utilizados en las industrias de la agricultura, la peluquería y la fabricación, entre otros factores. Complicaciones de la hiperreactividad bronquial Las complicaciones de la hiperreactividad bronquial pueden incluir: Signos y síntomas que interfieren en el sueño , el trabajo o las actividades recreativas. Estrechamiento permanente de los tubos bronquiales que afecta la forma en que se puede respirar. Efectos secundarios del consumo a largo plazo de algunos medicamentos que se utilizan para estabilizar el asma grave. Prevención de la hiperreactividad bronquial La mejor forma de prevenir la hiperreactividad bronquial es evitar los factores que puedan desencadenar los síntomas. Especialidades a las que pertenece La hiperreactividad bronquial pertenece a la especialidad de neumología, está es la rama de la medicina que está dedicada a la evaluación, prevención, diagnóstico y tratamiento de las patologías del aparato respiratorio. Preguntas frecuentes: ¿Qué es el asma? El asma es una afección en la que se estrechan y se hinchan las vías respiratorias, lo cual produce mayor mucosidad. Esto podría dificultar la respiración y provocar tos, silbido al respirar y falta de aire. ¿Es lo mismo hiperreactividad bronquial que asma? La hiperreactividad bronquial es una característica, un rasgo del asma. Por lo que podría ser lo mismo. ¿Qué es la hiperreactividad bronquial por frío? Se refiere a que los bronquios reaccionan más de lo habitual frente a los estímulos del frío. ¿Qué remedios naturales hay para la hiperreactividad bronquial? El té de jengibre es una gran alternativa para aliviar la hiperreactividad bronquial de manera natural. La cebolla también contiene un flavonoide llamado quercetina que ayuda a relajar los bronquios y disminuir la constricción de las vías respiratorias. El belcho (efedra) contiene efedrina y seudoefedrina, sustancias broncodilatadoras que expanden las vías respiratorias para ayudar a respirar más fácilmente. Pero se recomienda que si el paciente tiene algún síntoma respiratorio acuda al médico. ¿Qué remedios caseros hay para el asma? El ajo era usado como un medicamento natural mucho antes de ser usado como condimento. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, ha sido considerado como uno de los remedios caseros más eficaces contra el asma. Tomar jugo de limón mezclado con agua ayuda a evitar que la mucosidad se acumule en los bronquios, mejora la respiración y limpia el aparato respiratorio de bacterias y gérmenes que podrían dificultar el paso del aire. La cúrcuma es una especia con propiedades antiinflamatorias y expectorantes, lo que la convierte en una gran opción para curar el asma naturalmente. El té de jengibre es una gran alternativa para aliviar el asma de manera natural. Aunque existen estos remedios naturales, lo más recomendable es acudir al médico. ¿Tienes dudas?  Regístrate ahora  en Savia y habla gratis con nuestros especialistas médicos por chat o videoconsulta.
Enfermedad Pulmonar Onstructiva Crónica
Enfermedad

Enfermedad Pulmonar Onstructiva Crónica

¿Qué es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica? La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, bronquitis crónica o EPOC es la enfermedad pulmonar que se produce por alteración inflamatoria de los bronquios . Los casos de enfermedad obstructiva en mayores de 40 años en España es de 10,2 por ciento, siendo en varones de 15,1 por ciento. Es una enfermedad que va desde leve a grave y que puede dar lugar a episodios de hipoventilación , con descenso del oxígeno en sangre a niveles que pueden poner en peligro la vida del enfermo.   Tipos de enfermedades pulmonares Las enfermedades pulmonares se pueden dividir en enfermedades infecciosas, asma, bronquitis crónica y enfisema pulmonar. Enfermedades infecciosas neumonías y tuberculosis son las enfermedades pulmonares infecciosas más frecuentes y precisan de tratamiento antibiótico para su mejoría. Asma , es una enfermedad que produce inflamación de los bronquios y se caracteriza por dificultad en la espiración (cuando sale el aire del pulmón) produciendo un ruido conocido como sibilancias. Puede ser intrinseca o extrinseca, el asma extrínseca está relacionada con procesos alérgicos. Bronquitis crónica es la enfermedad que produce inflamación bronquial, relacionada sobre todo con el humo del tabaco. Enfisema pulmonar es la destrucción o dilatación de los alvéolos pulmonares, alterando el intercambio gaseoso en los mismos. Causas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica La causa principal de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es el humo del tabaco en los países desarrollados, en las zonas en vía de desarrollo será la contaminación y la combustión en zonas mal ventiladas de cocinas de carbón y calefacciones. El 1 por ciento de la enfermedad obstructiva crónica se debe al déficit genético de alfa 1 antitripsina. Síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica Los síntomas principales de la enfermedad obstructiva crónica son la tos, dificultad para respirar, ruido de mucosidad en el pecho, fatiga y sensación de falta de aire . En los estadios más avanzados aparecen labios y uñas azules y se puede producir hinchazón en las piernas debido al daño cardíaco que se produce en el avance de la enfermedad. Tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica El tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica se va a realizar con: Broncodilatadores inhalados , cuya función será disminuir la inflamación del bronquio, aumentando la capacidad respiratoria del paciente. Entre los inhaladores tendremos broncodilatadores de acción rápida como el salbutamol o la terbutalina, broncodilatadores de acción prolongada como el tiotropio, el salmeterol o el formoterol, esteroides inhalados como la budesonida y la fluticasona. Combinaciones de estos fármacos pueden también usarse como inhalador único. Los esteroides orales tipo prednisona o deflazacort pueden usarse en casos de recidivas, con grave compromiso bronquial, en pautas cortas de entre 3 y 5 días. Teofilinas son fármacos antiguos con poco uso en el momento actual. Será necesaria la vacunación preventiva tanto de su gripe como del neumococo . La oxigenoterapia podrá usarse en caso avanzados, cuando el nivel de oxígeno que se encuentra en el aire no es suficiente para garantizar una correcta oxigenación de la sangre del paciente. La rehabilitación pulmonar pretende enseñar al enfermo a expulsar las flemas de forma correcta usando tanto el diafragma como los músculos intercostales para una correcta respiración. Pruebas complementarias de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica Las pruebas complementarias para llegar al diagnóstico y controlar el tratamiento serán: Análisis de sangre con medición del oxígeno en sangre arterial y hemograma ya que la falta de oxígeno puede dar lugar a un aumento de los glóbulos rojos. Radiografía de tórax que permite conocer la situación pulmonar. TAC puede ser necesario en los casos de sospecha de un enfisema, para valorar qué parte del pulmón puede estar dañada por este proceso. Electrocardiograma que permite conocer si existe una sobrecarga cardíaca, secundaria al proceso pulmonar. Espirometría valorando tanto la capacidad vital, esto es la cantidad de aire que entra en los pulmones, como la capacidad espiratoria a través del volumen espiratorio forzado en el primer segundo. En muchos casos se realiza una espirometría tras administrar broncodilatadores, esto permite conocer cuánto va a mejorar un paciente con un tratamiento correcto. Factores desencadenantes de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica La causa desencadenante de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica será principalmente la exposición al humo del tabaco , que se asocia a otros modos de exposición a contaminantes ambientales y lugares de trabajo con sustancias químicas o humos. También existen causas genéticas como es la falta de alfa 1 antitripsina. Factores de riesgo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica Son factores de riesgo: Humo del tabaco , cuantos más cigarrillos se fuman y durante más años en la vida de una persona, es más probable que se tenga una enfermedad pulmonar obstructiva crónica. También se da en personas que fuman en pipa o marihuana, y en personas que soportan el llamado tabaquismo pasivo. Exposición a sustancias químicas y polvos en suspensión. Está relacionado con ciertos tipos de trabajo como mineros, personas que trabajan con piedra, con polvo de madera, vapores de pinturas y barnices pueden sufrir con más facilidad esta enfermedad. Personas que se ven sometidas a humos de calefacciones o de cocinas con carbón o maderas. Edad , siendo más frecuente a partir de los 40 años. Genetica ,  personas con déficit de alfa 1 antitripsina. Complicaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica Las complicaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica son: Infecciones pulmonares de repetición. Daño cardiaco. Insuficiencia cardiaca. Fibrilación auricular. Hipertensión pulmonar. Cancer de pulmon. Prevención de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica La prevención de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica requiere: Dejar de fumar. No exponerse a vapores de sustancias químicas. No exponerse a combustión en lugares mal ventilados. Especialidades a las que pertenece La bronquitis crónica o enfermedad obstructiva crónica va a ser controlada en sus fases más precoces por el médico de familia , que también deberá de encargarse de la vacunación de la gripe y la neumonía, y de ayudar al enfermo a dejar de fumar. En las fases más avanzadas de la enfermedad se deberán de controlar por el neumólogo . Preguntas frecuentes: ¿Qué es la EPOC? El EPOC es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, también conocida como bronquitis crónica , es una enfermedad pulmonar en la cual se va a producir una inflamación y constricción de los bronquios que origina dificultad para poder inhalar, exhalar y hacer un intercambio gaseoso correcto en los pulmones. ¿Qué es la bronquitis crónica? La bronquitis crónica o enfermedad pulmonar obstructiva crónica será la inflamación crónica de los bronquios , dando lugar a una alteración del intercambio gaseoso en los mismos lo que da lugar a una menor cantidad de oxígeno en sangre a nivel arterial, de la que es necesaria para una correcta oxigenación de los tejidos. ¿Qué es la fibrosis pulmonar? Los pulmones están formados por un tejido elástico , que se distiende al llenarse de aire , cuando se produce la fibrosis pulmonar. Este tejido se endurece y como consecuencia no se puede distender de forma adecuada ¿A qué órganos afecta la EPOC? La bronquitis crónica afecta primero a los pulmones que se encuentran inflamados, esto hace que se aumente la tensión pulmonar y posteriormente se dañe el corazón. No obstante, otros muchos órganos sufren con esta enfermedad ya que en algunas ocasiones no llega bastante oxígeno a órganos vitales, como puede ser el cerebro y los riñones , que van sufriendo daños a lo largo de la enfermedad. ¿Qué es un enfisema pulmonar? El enfisema es la enfermedad pulmonar que provoca la rotura de los alvéolos pulmonares , que es la parte más pequeña del pulmón donde tiene lugar el intercambio gaseoso, entre la sangre y el aire. Cuando esto ocurre la sangre se oxigena de forma más pobre. Se trata de una forma de enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Insuficiencia Respiratoria
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Insuficiencia Respiratoria

¿Qué es una insuficiencia respiratoria? La insuficiencia respiratoria es un tra storno en el que no se produce una correcta oxigenación de la sangre debido a alguna patología o afectación pulmonar, de forma aguda, de forma crónica, o progresiva. Es una alteración que se da bastante que puede llegar a ser muy grave, ya que compromete la vida del paciente y que de forma más frecuente se da en paciente mayores con patologías de base. Tipos de insuficiencias respiratorias Insuficiencia respiratoria hipercápnica : se produce por retención aguda de dióxido de carbono (CO2). Insuficiencia respiratoria hipóxica : se produce cuando el intercambio gaseoso de oxígeno y dióxido de carbono se altera, lo que lleva a la hipoxemia o disminución de oxígeno en la sangre (saturación de sangre arterial de oxígeno menor a 90%). Dentro de este tipo se engloba el síndrome de insuficiencia respiratoria aguda (SIRA), producida por una lesión pulmonar aguda. Causas de una insuficiencia respiratoria Las causas que producen una insuficiencia respiratoria son aquellas alteraciones que afectan al normal funcionamiento del pulmón como aparición de edema en su tejido, obstrucción de las vías respiratorias, inflamación de sus tejidos, obstrucciones vasculares, infecciones, alteraciones anatómicas torácicas o pulmonares, alteraciones neurológicas…etc. De esta forma, se pueden enumerar una gran cantidad de enfermedades, alteraciones y situaciones que pueden determinar la aparición de una insuficiencia respiratoria: E nfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma, sarcoidosis, neumonía, embolia pulmonar, insuficiencia cardiaca , infarto de miocardio, sepsis, permanencia en regiones de gran altitud, ahogamiento, politraumatismos, aspiración de un cuerpo extraño, apnea del sueño, escoliosis, intoxicaciones por drogas o alcohol, inhalación de gases y humos, fibrosis pulmonar…etc. Síntomas de una insuficiencia respiratoria Se produce una d ificultad respiratoria, sensación de falta de aire, respiración agitada, acelerada, debilidad, incapacidad para realizar grandes esfuerzos , coloración azulada de la piel, confusión, somnolencia, mareo, puede haber hasta pérdida de conocimiento. También aceleración del ritmo del corazón con sensación de palpitaciones por taquicardia, y, en ocasiones, aparición de arritmias. A veces, según la causa de la insuficiencia respiratoria se puede realizar una autoescucha de ruidos respiratorios anormales (sibilantes, etc). Tratamiento para la insuficiencia respiratoria Los pacientes que presentan una insuficiencia respiratoria aguda reciben tratamiento en la urgencia hospitalaria o, si su gravedad así lo determina, en los servicios de cuidados intensivos. El tratamiento fundamental es el aporte de oxígeno que, en casos de gravedad extrema, se realiza mediante una ventilación mecánica no invasiva (mediante CPAP, máquinas que por medio de una mascarilla amplia aportan una presión positiva al final de la espiración al paciente) o por ventilación invasiva con intubación. Además, debe tratarse la enfermedad de base que produce la insuficiencia respiratoria de forma específica. Pruebas complementarias del tratamiento de la insuficiencia respiratoria Además de la exploración física y la anamnesis (interrogatorio clínico), que se le realiza al paciente, se puede realizar una prueba inicial básica e inocua que es la toma de la saturación de oxígeno en sangre con ayuda de un pulsioxímetro. La prueba diagnóstica fundamental es la realización de una gasometría arterial , que ayuda a determinar a los médicos el tipo de insuficiencia respiratoria que sufre el paciente (hipóxica, hipercápnica o mixta), y la asociación con desequilibrios ácido-básicos de la sangre derivados. Se puede acompañar para llegar al origen de la insuficiencia respiratoria con otras exploraciones como analítica de sangre, electrocardiograma , pruebas de imagen como radiografía de tórax, TAC torácico, ecocardiograma, angio-TAC pulmonar, determinación de tóxicos en orina…etc. Factores desencadenantes de una insuficiencia respiratoria Presencia de cortocircuitos en el corazón o en el sistema vascular periférico, que determinan que una fracción de sangre venosa (con dióxido de carbono), pasa a la circulación arterial oxigenada, bajando la oxigenación global de la sangre en mayor o menor medida. Aparición de un desequilibrio entre la ventilación del pulmón y la perfusión sanguínea de su tejido. Existencia de un bajo oxígeno inspirado , por ejemplo, si se inhalan tóxicos. Lesiones neurológicas que disminuyan el mecanismo de la respiración y con ello la ventilación del pulmón por minuto. Factores de riesgo de una insuficiencia respiratoria Edad : la capacidad respiratoria, la pérdida de masa muscular, la disminución de la elasticidad de la caja torácica…etc, que se producen con el envejecimiento, pueden favorecer la aparición de una insuficiencia respiratoria en ciertas circunstancias. Abuso de drogas o alcohol. Tabaquismo . Padecer traumatismos : caídas que afecten a la caja torácica. Padecer enfermedades neurodegenerativas . Padecimiento de enfermedades pulmonares y cardíacas . Complicaciones de una insuficiencia respiratoria Hipertensión pulmonar. Enfermedad tromboembólica venosa. Insuficiencia cardíaca. Arritmias cardíacas. Insuficiencia renal. Alteraciones neurológicas. Fallo multiorgánico. Muerte. Prevención de la insuficiencia respiratoria No fumar, no tomar drogas. Evitar inhalar humos y otros tóxicos. Mantener medidas generales de higiene para prevenir la transmisión de infecciones (lavado de manos…etc). Vacunarse. Mantener una vida activa y una alimentación equilibrada. Especialidades a las que pertenece la insuficiencia respiratoria La insuficiencia respiratoria es un trastorno tratado por los médicos que trabajan en los servicios de urgencias (especialistas en medicina familiar, internistas…etc), por médicos intensivistas o por neumólogos. Preguntas frecuentes: ¿Qué es la disnea respiratoria? La disnea es un síntoma físico que describe la sensación de falta de aire , fatiga, de no poder respirar adecuadamente que tiene el paciente. ¿Qué es el asma? El asma es una enfermedad crónica respiratoria producida por una hiperreactividad bronquial que deriva en la aparición de “ataques” de disnea o sensación de no respirar bien de duración variable, acompañada de tos, ruidos respiratorios como silbidos (sibilancias) y sensación de constricción debida al espasmo que se produce en los bronquios y cuyos precipitantes pueden ser varios. ¿Qué es la disnea de esfuerzo? La disnea de esfuerzo es la sensación de dificultad respiratoria cuando se realiza algún esfuerzo como subir escaleras, hacer ejercicio físico, etc. ¿Qué es la disnea paroxística? La disnea paroxística es una sensación de dificultad respiratoria abrupta que aparece en el paciente cuando este está acostado, tumbado en horizontal, y que le obliga a incorporarse y sentarse para poder volver a respirar bien. ¿Qué es la apnea? Es una pausa o suspensión transitoria de la respiración a la que habitualmente le sigue una respiración forzada y más profunda.