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Tuberculosis

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¿Qué es la tuberculosis?

La tuberculosis, antiguamente conocida en Europa como “gran peste blanca” y anteriormente por los griegos denominada “tisis”, es una infección infectocontagiosa de larga duración producida por agentes de la especie mycobacterium tuberculosis complex, en España sobre todo por la mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch (BK). Esta infección puede afectar a cualquier órgano.

La tuberculosis es una infección infectocontagiosa de larga duración producida por agentes de la especie mycobacterium tuberculosis complex.

Se trata de la infección crónica más importante del mundo, con una incidencia de 8 millones de casos nuevos al año. El 90-95% de casos se producen en países en vías de desarrollo, siendo una de las mayores causas de muerte de origen infeccioso.

Tipos de tuberculosis

Se puede dividir la tuberculosis en dos maneras según la presentación en el paciente:

  • La infección tuberculosa latente: Se produce cuando la persona entra en contacto con mycobacterium tuberculosis desencadenandose, en su organismo, una respuesta del sistema de defensa (llamado chancro de inoculación) en el lugar donde se asienta (habitualmente el pulmón). Esta respuesta inmune consigue controlar la multiplicación de la mycobacteria y con ello frenar la infección y eliminar cualquier síntoma. Pero el paciente tiene el riesgo de poder desarrollar la enfermedad en el futuro.
  • La enfermedad tuberculosa activa: Se define por la presencia de síntomas y alteraciones en la exploración física y en la realización de pruebas complementarias. El desarrollo de la enfermedad puede darse en una gran variedad de localizaciones: pulmonar, pleura (membrana que recubre los pulmones), ganglionar (estaciones del sistema de defensa), meníngea (membranas que recubren el cerebro y la médula), osteoarticular, gastrointestinal, genitourinaria, etc. Se presenta de forma más frecuente (85%) en los pulmones.

Causas de la tuberculosis

La causa de la infección es el contagio por especies del complejo mycobacterium tuberculosis. En nuestro país sobre todo por la mycobacterium tuberculosis, con algún brote esporádico por Mycobacterium bovis. La vía de contagio habitual es la respiratoria y por secreciones respiratorias (esputo) emitidas por un adulto con enfermedad tuberculosa pulmonar. En el caso del origen bovino (infección producida por la m. bovis), se transmite tras la ingestión de leche contaminada.

Síntomas de la tuberculosis

Los síntomas son variables dependiendo de la zona de afectación del organismo, la edad del paciente, la situación de su sistema de defensas, la coexistencia de otras enfermedades y la virulencia de la mycobacteria.

Pueden presentarse síntomas generales como fiebre, sudoración nocturna profusa, pérdida de apetito (anorexia) y disminución de peso, cansancio (astenia), y malestar general.

Cuando afecta al pulmón, que es lo más frecuente, aparece tos que inicialmente no arranca flemas y después es productiva arrastrando un esputo purulento (infeccioso, con aspecto de pus), en ocasiones va acompañado por la expulsión de sangre (hemoptisis), dolor torácico y sensación de falta de aire (disnea).

  • La tuberculosis extrapulmonar es menos común. Puede aparecer por ejemplo en: los ganglios linfáticos que se inflaman y pueden fistulizar la piel (tener comunicaciones anómalas hacia la piel).
  • Tuberculosis pleural: Aparece una acumulación de líquido en el espacio pleural (espacio virtual entre las dos membranas que cubren los pulmones), con dolor torácico agudo y sensación de falta de aire.
  • Si existe afectación del sistema nervioso central con meningitis, aparecerán síntomas como dolor de cabeza, disminución del nivel de conciencia y rigidez en la nuca.
  • Cuando la infección se da en el aparato genitourinario, el paciente suele tener molestias al orinar, sangre en la orina, dolor lumbar, febrícula e ir de forma frecuente a orinar. En las mujeres, además, aparece dolor en la pelvis, alteraciones de la menstruación e infertilidad. Y en los varones, aparece prostatitis y orquitis (inflamación de la próstata y/o el testículo). Puede darse también la infección en el tubo digestivo desde la boca hasta el ano, cursando con síntomas como diarrea, dolor abdominal, fístulas a la piel, hemorragia digestiva, aparición de una masa palpable en el abdomen, etc.
  • En el corazón, concretamente en el pericardio que es la membrana que lo recubre, el paciente puede presentar dolor torácico que se modifica con la inspiración o la posición y otros síntomas de todo el organismo (malestar, fiebre, etc). Si existe un derrame puede comprometer la función del corazón.

Tratamiento para la tuberculosis

En la infección latente está indicado tratar a todos los pacientes menores de 35 años. Los médicos ofrecen tratamiento a todos los pacientes de entre 35-65 años con infección tuberculosa latente y riesgo de desarrollar una tuberculosis activa (salvo riesgo elevado de toxicidad en el hígado por los fármacos). Este tratamiento se denomina quimioprofilaxis y en él se indica la toma de antibióticos en distintas pautas (isoniazida durante 6 meses o Isoniazida + rifampicina durante 3 meses).

En la enfermedad tuberculosa activa incluye la administración de 4 tipos de antibióticos, dos de ellos con actividad bactericida (mata a las mycobacterias que se están multiplicando), otro con buena actividad esterilizante (mata a las que están en situación latente), y otro que se denomina acompañante (sirven para disminuir las resistencias de los microorganismos).

Es fundamental el cumplimiento terapéutico dado que su incumplimiento o el cumplimiento irregular compromete la eficacia y es el principal mecanismo de inducción de resistencias.

La pauta principal suele ser de 2 meses con administración de isoniazida + rifampicina + pirazinamida + etambutol, seguido durante otros 4 meses de la toma de isoniazida + rifampicina. Existen otros tipos de pautas que se indican dependiendo de las características del paciente y de la presentación de la enfermedad.

El paciente con enfermedad activa debe ser aislado respiratoriamente para el control de contagio.

Pruebas complementarias del tratamiento de tuberculosis

La infección tuberculosa latente se diagnostica mediante la denominada prueba de la tuberculina o mantoux en la que se detecta una hipersensibilidad del organismo frente a las proteínas de la mycobacteria como memoria del sistema de defensa al haber tenido contacto previo con el microorganismo cuando se infectó. Para ello, se inyecta a nivel subcutáneo un líquido y a las 48 – 72 horas se objetiva si el organismo ha presentado una reacción en la piel, en el sitio donde se inyectó. Se considera que la prueba es positiva si hay un enrojecimiento e inflamación por encima de 10mm.

En la enfermedad tuberculosa activa se realiza una recogida de muestras de esputo, orina, jugos gástricos, sangre, líquido cefalorraquídeo, aparato genital, etc, según la localización de la infección y se visualiza de forma directa el microorganismo mediante el uso de una tinción que colorea de forma específica la bacteria. Además, se realizan cultivos para detectar la presencia de microorganismos, una analítica de sangre y técnicas de imagen fundamentalmente radiografía de tórax y TAC, donde se objetivan las lesiones en el pulmón, en el caso de la radiografía, y de forma más ampliada al resto de zonas del organismo según la afectación que presente el paciente.

Factores desencadenantes de la tuberculosis

El principal factor desencadenante de la tuberculosis es el contagio a través de los fluidos.

Factores de riesgo de la tuberculosis

  • Convivencia con una persona enferma de tuberculosis.
  • Vivir en situaciones de hacinamiento.
  • Ventilación pobre.
  • Riesgo laboral (personal de instituciones sanitarias, etc.).
  • Inmigración.
  • Nivel socioeconómico bajo.
  • Personas adictas a drogas por vía parenteral, alcohol, etc.
  • Padecer una situación de inmunosupresión (alteración del sistema de defensa): pacientes con VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), ingesta crónica de corticoides, pacientes transplantados, etc.

Complicaciones de la tuberculosis

  • Lesión del tejido pulmonar con su destrucción y cavitación.
  • Desarrollo de un tipo de tumor pulmonar que se asocia frecuentemente al padecimiento de tuberculosis (carcinoma broncogénico).
  • Lesiones de la vía aérea (bronquiectasias), estenosis (estrechamiento traqueobronquial), etc.
  • Alteraciones vasculares (vasculitis, trombosis,etc.)
  • Calcificaciones de los ganglios linfáticos.
  • Neumotórax (entrada de aire en la cavidad pleural).

Prevención de la tuberculosis

  • La principal medida de prevención es actuar sobre el paciente enfermo que es el reservorio para transmitir la enfermedad. Para ello es fundamental realizar un diagnóstico precoz y un tratamiento idóneo con aislamiento respiratorio del paciente.
  • Controlar los animales enfermos y garantizar una adecuada higiene de la leche de vaca.
  • Uso de la vacuna, que está reservada a casos seleccionados (niños con prueba de tuberculina negativa con exposición crónica a los esputos de un familiar con la enfermedad, trabajadores de instituciones sanitarias con prueba de la tuberculina negativa en contacto frecuente con enfermos o muestras biológicas, etc.)

Especialidades a las que pertenece la tuberculosis

Según la forma de presentación de la enfermedad puede ser tratada y evaluada por el especialista en enfermedades infecciosas, por el neumólogo, el médico internista, y todos aquellos especialistas según el tipo de afectación desarrollada.

Preguntas frecuentes

¿Cómo se transmite la tuberculosis?

La tuberculosis se transmite por vía respiratoria a través de las secreciones y las pequeñas gotas de saliva expulsadas por la tos de un paciente con la enfermedad activa. Además, otra de las micobacterias que pueden desencadenar la infección se transmite por el consumo de leche bovina sin control higiénico sanitario.

¿Cuál es la vacuna contra la tuberculosis?

La vacuna contra la tuberculosis o BCG, constituida por la bacteria modificada viva, no patógena (no produce la infección), que se administra por vía intradérmica. En Europa occidental no se recomienda la vacunación masiva de la población, salvo en casos específicos de mayor riesgo de infección. En los países de bajo nivel socioeconómico, donde la enfermedad es más frecuente, sí se aplica de forma habitual.

¿Cuál es la bacteria de la tuberculosis?

La bacteria que habitualmente en nuestro medio produce la tuberculosis es el mycobacterium tuberculosis (bacilo de la familia mycobacteriaceae, género mycobacterium y especie mycobacterium complex).

¿Cuánto tiempo dura viva la bacteria de la tuberculosis?

Una vez infectado el cuerpo por la bacteria, esta puede vivir en el organismo de forma latente sin dividirse y sin producir infección con síntomas, encapsulada por una reacción del sistema de defensa del organismo en lo que se denomina granuloma.

Otras veces el cuerpo es capaz de eliminarla de forma completa. En pacientes con alteración del sistema inmune, meses o años después puede reactivarse la enfermedad y producir síntomas típicos.

¿Cuánto dura el tratamiento de la tuberculosis?

El tratamiento de la infección activa de tuberculosis se establece como mínimo en unos 6 meses.

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