La tendinitis rotuliana también conocida como rodilla de saltador o tendinopatía rotuliana, es una inflamación del tendón rotuliano, que es el tejido que une la rótula a la tibia. Es una lesión que se produce por sobrecarga, movimientos repetitivos muy continuados y saltos que causen daños o irritación en los tejidos. Afecta fundamentalmente a deportistas y es muy común en jugadores de baloncesto, voleibol, tenis y también en corredores. Sin embargo, se puede presentar en personas con menos actividad deportiva por deformidades de los ejes de la pierna, ya sea en el plano frontal o por defectos de rotación del fémur y la tibia, sobre todo en la pisada. Es una afección grave, y aunque parezca menor puede empeorar progresivamente ya que si no se trata a tiempo y adecuadamente puede causar un daño importante y requerir cirugía.
No existen tipos de tendinitis rotuliana ya que éste es uno de los tipos de tendinitis que existe. Pero si existen estadios para medir el grado de dolor y la intensidad de la lesión:
Las causas de la tendinitis rotuliana más frecuentes son los microtraumatismos repetitivos, como los que se producen al saltar de forma reiterada y continua o al correr sobre superficies duras, especialmente si se hace con un calzado que no es el adecuado y que no amortigua lo suficiente el impacto del cuerpo sobre el suelo. También los golpes directos sobre el tendón rotuliano, los músculos pocos flexibles, la obesidad o algunas enfermedades crónicas que debilitan el tendón.
Cuando se extiende la rodilla, el cuádriceps tira del tendón del cuádriceps que a su vez tira de la rótula. Luego, la rótula tira del tendón rotuliano y la tibia, y permite que la rodilla se enderece. Al flexionar la rodilla, en cambio, los músculos de la corva tiran de la tibia, y esto hace que la rodilla se flexione. En la rodilla de saltador, el tendón rotuliano está dañado. Dado que este tendón es fundamental para enderezar la rodilla, el daño en él hace que la rótula pierda el soporte.
Los síntomas de la tendinitis rotuliana son: dolor directamente sobre el tendón rotuliano (o, más específicamente, debajo de la rótula), rigidez en la rodilla, en particular al saltar, arrodillarse, agacharse, sentarse o subir las escaleras, dolor al flexionar la rodilla, dolor en el cuádriceps, debilidad en la pierna o la pantorrilla con problemas de equilibrio, aumento de la temperatura, sensibilidad excesiva o hinchazón alrededor de la parte inferior de la rodilla.
El tratamiento para la tendinitis rotuliana va a depender del grado de la lesión y de la intensidad del dolor. Se determina si la lesión es leve o moderada:
En raras ocasiones, cuando hay dolor persistente o el tendón rotuliano está gravemente dañado, la rodilla de saltador requiere cirugía. La cirugía incluye la extracción de la parte dañada del tendón rotuliano, la extracción del tejido inflamatorio de la zona inferior (o polo inferior) de la rótula o la realización de pequeños cortes en los costados del tendón rotuliano para aliviar la presión de la zona media. Tras la cirugía, el paciente debe ser sometido a un programa de rehabilitación que incluye masajes y ejercicios de fortalecimiento durante varios meses.
Las pruebas diagnósticas de la tendinitis rotuliana comienzan con un examen físico de la rodilla. El médico solicitará al paciente que corra, salte, se arrodille o se agache para determinar el nivel de dolor. Además, es posible que recomiende una radiografía, que en estos casos no es muy específica. El ultrasonido o ecografía y una imagen por resonancia magnética (IRM) son más apropiadas para detectar cambios estructurales en el tendón.
No existen factores desencadenantes de la tendinitis rotuliana.
Los factores de riesgo de la tendinitis rotuliana son: realizar cierto tipo de deportes como el baloncesto, voleibol, fútbol, la actividad física de correr y saltar, aumento en la frecuencia e intensidad de las actividades deportivas, calzado inadecuado, la rigidez muscular de los muslos (cuádriceps), desequilibrio muscular y la obesidad.
Las especialidades a la que pertenece la tendinitis rotuliana es la traumatología y ortopedia. Esta especialidad es la que se dedica al diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y prevención de lesiones y enfermedades del sistema musculoesquelético del cuerpo humano.
La pata de ganso es una estructura tendinosa localizada a nivel de la rodilla, formado por la inserción de los tendones de tres músculos que son: recto interno (que recorre la cara interna del muslo desde la cadera a la rodilla y su movimiento afecta a ambas articulaciones, pertenece al grupo de los músculos aductores), sartorio (músculo de la región anterior del muslo, que se extiende desde la parte exterior del hueso ilíaco hasta la interior de la tibia en la pierna y permite flexionar la rodilla y separar y rotar la cadera hacia el exterior) y semitendinoso (que es un músculo flexor de rodilla y extensor de la cadera).
Los ejercicios que se deben realizar para la tendinitis rotuliana son aquellos que tienen como objetivo fortalecer el músculo, como son:
El ligamento rotuliano también conocido como tendón rotuliano o tendón patelar es la continuación del tendón del cuádriceps que pasa por debajo de la rótula. Se inserta, por un lado, en la rótula y, por otro, en la tuberosidad tibial. Une dos estructuras óseas y se trata de un cordón fibroso que mide unos 4 y 5 cm de largo, algo menos de 3cm de ancho y 1 cm de grosor.
El tendón rotuliano junto con el tendón del cuádriceps femoral participa en el movimiento de la rodilla y hacen posible la extensión de la pierna cuando se contrae el músculo del cuadriceps. Es una estructura fundamental que permite mantenernos de pie frente a la gravedad, necesario para caminar, correr y saltar.
Sí, la tendinitis tiene grandes posibilidades de curarse. Para ello debe seguir un tratamiento adecuado y ser debidamente tratada.
El tiempo de recuperación que requiere una tendinitis rotuliana es de 4 a 5 semanas aproximadamente, aunque en algunas ocasiones puede durar meses. Lo ideal es no hacer deportes o actividades que puedan agravar la rodilla y empeorar las afecciones.