La taquicardia ventricular es la arritmia cardiaca que se produce por el aumento de los latidos ventriculares, perdiendo el corazón su función de bomba efectiva ya que, al latir tan rápido, los ventrículos no se llenan de sangre correctamente y, por tanto, la sangre expulsada por ellos es menor de la necesaria.
La taquicardia ventricular se clasifica en función del tiempo de duración:
La causa más frecuente de una taquicardia ventricular es la complicación de un infarto de miocardio. No necesariamente ocurre de forma inmediata, en muchos casos, la taquicardia se establece tiempo después de este proceso, pudiendo transcurrir incluso años antes de que aparezca.
Los síntomas de la taquicardia ventricular son palpitaciones, mareo, descenso de la tensión arterial, disnea, fatiga y pérdida de conocimiento.
Algunos pacientes que presentan taquicardia ventricular pueden permanecer asintomáticos, encontrándose la anomalía en el contexto de una exploración física por otra causa.
El tratamiento de la taquicardia ventricular es el que conlleve el frenado del latido cardiaco, entre ellos destacan los siguientes:
Tras las medidas intervencionistas, es posible que el especialista indique fármacos que mantengan el ritmo cardíaco dentro de lo normal.
La prueba complementaria principal es el electrocardiograma, que permite conocer el ritmo cardiaco en el momento, en caso de que este sea normal, es necesario realizar un Holter, que va a permitir conocer el ritmo a lo largo de 24 horas, pudiendo localizar las situaciones en que se presenta la taquicardia y valorando el tiempo y la duración de la misma, para poder decidir el mejor tratamiento a realizar.
El factor desencadenante de una taquicardia ventricular es una vía de reentrada de la conducción eléctrica que hace contrarse a los ventrículos, esta vía hace que el latido cardiaco no parta del nodo sinusal y siga una vía de conducción normal, sino que se establece una vía anómala que hace que el latido sea más rápido.
La causa de una taquicardia ventricular es la enfermedad isquémica, ya sea tras un infarto agudo o en proceso crónicos en el que, tras años de un infarto, aparece la taquicardia.
Las complicaciones de una taquicardia ventricular vienen dadas por la falta del efecto de bomba del corazón, esto da lugar a que se produzca disnea intensa, desmayos y pérdidas de conocimiento.
La complicación más importante es el paro cardiaco, que puede lleva a una muerte súbita o incluso a una fibrilación ventricular, que es similar al paro cardiaco.
La prevención de una taquicardia ventricular es la prevención de enfermedades cardiovasculares, con control de factores de riesgo evitando el tabaco, con control de la tensión arterial, del colesterol y de la diabetes mellitus.
El especialista encargado del control de la taquicardia ventricular es el especialista en cardiología. Del control de los factores de riesgo cardiovasculares se encarga el especialista en medicina de familia.
Las pulsaciones normales son las que varían entre 50 y 100 latidos por minuto. Por debajo de 50 latidos por minuto hablamos de bradicardia, es decir, el corazón va más lento de lo normal. Por encima de 100 latidos por minuto hablamos de taquicardia, esto quiere decir que el corazón va más rápido de lo normal.
La arritmia cardiaca es la alteración en el ritmo cardíaco normal, en vez de latir el corazón de forma rítmica, en el que cada latido está a la misma distancia del anterior y posterior, en una arritmia cardiaca la distancia entre los diferentes latidos es diferente entre sí.
La causa de las arritmias cardiacas son las alteraciones en el seno, en la llamada enfermedad del seno, cicatrices tras infartos que pueden dar lugar a vías anormales en la conducción, ya sean a nivel auricular o ventricular.
También puede producirse por alteración en la conducción eléctrica de forma congénita, como es el caso del Wolff-Parkinson White.
Las alteraciones hormonales como el hipertiroidismo y el hipotiroidismo, también pueden producir arritmias cardíacas, y con el consumo de ciertos fármacos o drogas como la cocaína también se producen alteraciones.
La tensión normal se establece en un rango en que la tensión sistólica, conocida coloquialmente como la alta, está en niveles de entre 110 y 140 milímetros de mercurio y, la tensión diastólica, conocida como la baja, oscila entre niveles de 60 a 90 milímetros de mercurio.
Los síntomas de estrés y ansiedad pueden ser variados; el paciente puede presentar palpitaciones, taquicardia, sudoración, sensación de falta de aire, sensación de opresión en el pecho, mareos, vértigos, malestar intestinal, sudoración profusa, pérdida de conocimiento, preocupación excesiva por problemas pequeños que el paciente magnifica, preocupación de que algo malo va a ocurrir y miedo a enfermedad, entre otros.
El síntoma inicial de la taquicardia son las palpitaciones, además se presenta disnea, fatiga al caminar rápido o al hacer esfuerzos, mareos, pérdida de conocimiento, dolor torácico y cansancio.