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Sarampión

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¿Qué es el sarampión?

El sarampión es una enfermedad vírica altamente contagiosa, clasificada como una de las llamadas enfermedades exantemáticas, que se caracterizan por aparición de síntomas generales y que afectan a la piel con la presencia de “granitos” o “manchitas”.

El sarampión, aunque se considera una enfermedad vírica benigna en la mayoría de los casos, puede derivar en complicaciones que pueden llegar a ser graves.

Es una enfermedad que, antes de la vacunación generalizada contra el sarampión, se presentaba en niños de 5 – 9 años con epidemias recurrentes cada 2 – 5 años sobre todo en invierno y primavera. Con la introducción de la vacuna en España a partir de 1973 de forma individual, por un lado, y de forma conjunta con la vacuna triple vírica, que incluye la vacuna de la rubéola y la parotiditis, la frecuencia de aparición disminuyó de forma radical, siendo excepcional su presentación y elevándose también la edad de presentación por encima de los 10 años.

Aunque se considera una enfermedad vírica benigna en la mayoría de los casos, puede derivar en complicaciones que pueden llegar a ser graves.

Tipos de sarampión

  • Sarampión de presentación típica: presenta la sintomatología típica de la enfermedad.
  • Sarampión hemorrágico o negro: complicación del sarampión donde se producen múltiples lesiones hemorrágicas.
  • Sarampión modificado: se presenta en pacientes parcialmente inmunizados (menores de 9 meses, vacunación parcial y forma raras de sarampión recurrente). Los síntomas en este caso son menos intensos.

Causas del sarampión

La causa del sarampión es el contagio del virus del sarampión (un mixovirus de la familia paramixovirus), transmitido por la vía respiratoria de una persona infectada (a través de gotas de saliva, mocos, etc.). El periodo de transmisión de un paciente a otro se produce desde 10 días antes de la aparición de las primeras lesiones dérmicas.

Síntomas del sarampión

Inicialmente se tiene un periodo llamado prodrómico que dura aproximadamente 2 – 4 días, en el que aparece irritación de la conjuntiva del ojo (lo blanco del ojo), lagrimeo, estornudos, moqueo continuo, dificultad para tragar (disfagia), tos seca, afonía, malestar general, dolores generalizados o molestias con la luz (fotofobia). A los pocos días aparece fiebre alta.

Durante los tres y cuatro primero días del inicio de los primeros síntomas se observan unas pequeñas ”manchas”  blanco-azuladas en la mucosa (revestimiento) del interior de la boca (manchas de Koplik), que son características de esta enfermedad. Posteriormente aparece un erupción o “sarpullido” en la piel, que comienza en la cabeza (detrás de las orejas) y se va extendiendo por el cuello, tronco, brazos y piernas, pudiendo afectar a las palmas de las manos y plantas de los pies. En raras ocasiones pueden verse afectados los oídos, pulmones y cerebro. Tras tres días, desaparecen en el mismo orden que aparecieron dando lugar a una descamación de la piel (excepto en palma de manos y planta de los pies).

Tratamiento para el sarampión

En los casos de sarampión típico sin complicaciones el tratamiento va destinado al control y disminución de los síntomas. Se pautan antitérmicos para disminuir la fiebre, lavados oculares con suero, adecuada hidratación bebiendo abundantes líquidos y reposo en el domicilio.

Solo en el caso de complicaciones como sobreinfecciones bacterianas se pauta un tratamiento antibiótico y, en caso de complicaciones graves y mala evolución del tratamiento, se hospitaliza al paciente.

Diagnóstico del sarampión

El diagnóstico se realiza, sobre todo, a través la exploración física y la valoración de los síntomas que presenta el paciente. Si existen dudas, se puede solicitar una analítica para detectar los anticuerpos (proteínas del sistema de defensa que reconocen al virus).

Factores desencadenantes del sarampión

Hay más riesgo de sarampión entre aquellas personas que no han sido vacunadas antes de entrar en las edades más propensas, además, las defensas bajas también pueden ser un desencadenante de la enfermedad. A continuación, vemos un listado de cuáles son los factores más potenciales para padecer el sarampión.

Factores de riesgo del sarampión

  • Bajo nivel socioeconómico.
  • Vivir en países con baja tasa de vacunación.
  • Padecer un estado de inmunodepresión (defensas bajas), por ejemplo, enfermos con virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o SIDA.
  • Edad menor a 2 años.

Complicaciones del sarampión

  • Aparición de una infección bacteriana secundaria como otitis media aguda o neumonía (infección en el pulmón)
  • Desarrollo de sarampión hemorrágica con sangrados nasales, orales e intestinales.
  • Meningoencefalitis: infección grave del cerebro y las membranas que lo recubren.
  • Neumonía de células gigantes (cuadros respiratorios graves poco frecuentes).
  • Complicaciones menos frecuentes son: la afectación del músculo cardíaco; la miocarditis o la disminución de las plaquetas o trombopenia.
  • Si la infección se produce en una mujer embarazada, hay una alta probabilidad de muerte fetal o aparición de malformaciones asociadas.

Prevención del sarampión

  • Vacunación infantil generalizada.
  • No estar en contacto con pacientes infectados.

Especialidades a las que pertenece el sarampión

El sarampión puede ser diagnosticado y tratado por el pediatra de atención primaria o el médico de familia. Si existen complicaciones es frecuente que se precise la hospitalización del paciente.

Preguntas frecuentes

¿Qué diferencia hay entre sarampión y varicela?

El sarampión y la varicela son dos enfermedades llamadas exantemáticas, que producen la aparición de “salpullido” en la piel, en el caso del sarampión son manchas rojas pequeñas que pueden confluir (unirse) y formar “manchas” de mayor tamaño. Después de tres o cuatro días desaparecen las “manchas” y aparece descamación de la piel. En el caso de la varicela aparecen lesiones más vesiculosas, (como ampollitas pequeñas), que se rompen y forman costras. Estas lesiones “conviven” en distinto estadio evolutivo.

En la varicela la sensación de picor aparece de manera más frecuente que en el sarampión.  El periodo de contagio en el sarampión se da desde 10 días antes de la aparición de las lesiones y en la varicela es de dos días previos a la aparición de las lesiones hasta la formación de las costras. La fase prodrómica es de menor duración en la varicela.

Si he tenido la varicela… ¿Puedo tener el sarampión en el futuro?

Sí, porque son dos enfermedades originadas por dos virus diferentes.

Si me vacuno… ¿Quiere decir que ya no tendré el sarampión nunca?

Con solo la primera dosis, la vacuna evita la enfermedad durante el resto de la vida en más del 90 % de los pacientes.

¿A qué edad hay que ponerse la vacuna contra el sarampión?

En España, como en la mayoría de los países desarrollados, la vacuna forma parte del calendario de vacunación infantil: la primera dosis se recomienda entre los 12 y 15 meses de edad, aunque puede adelantarse la vacunación hasta los 6 meses si existen brotes epidémicos o si se va a realizar un viaje a zona de riesgo. La segunda dosis de vacuna es entre los 3 y los 6 años (se recomienda a los 3 – 4 años). Los lactantes vacunados antes de 1 año requerirán dos dosis adicionales más.

Si ya he tenido sarampión, ¿no lo tendré más?

Por lo general, el organismo de un paciente que padece la enfermedad se queda con un recuerdo inmunológico (en el sistema de defensa), sobre cómo reconocer al virus si toma contacto con él para poderlo eliminar. Solo podría volver a padecer Sarampión en caso de que el virus con el que toma contacto sufra una mutación (alteración de su estructura) muy importante, provocando que falle el reconocimiento del virus por parte del organismo.