El lipoma es un tumor cutáneo benigno de origen adiposo (graso), localizado en el tejido celular subcutáneo (capa profunda de la piel). Puede aparecer de forma única o múltiple, y afectan sobre todo a mujeres en edad adulta. Son tumoraciones de tejido blando benignas y comunes, afectando a 1 de cada 1.000 personas.
En algunas ocasiones se ha establecido un origen genético en su padecimiento. En general su causa es desconocida, aunque parece que pudiera influir la pérdida de la función reguladora de las enzimas que controlan el crecimiento celular, produciéndose una organización de los adipocitos o células grasas de la piel en pequeños nódulos, cubiertos por una capa fibrosa de tejido conectivo, y dándoles la característica de encapsulado.
Aparición en la piel de una masa o elevación circunscrita, redondeada, cubierta por piel normal y no dolorosa, que presenta una consistencia blanda y se desplaza fácilmente sin mostrar adherencia a planos más profundos de los tejidos. Pueden llegar a ser de gran tamaño y a producir síntomas por compresión de otras estructuras corporales adyacentes, aunque lo habitual es que tras una primera fase de crecimiento, mantengan una estabilidad llegando a medir unos 3-5 cm de diámetro. Se localizan más frecuentemente en cuello, espalda, brazos, glúteos y muslos, siendo raros en la cara, manos, piernas o pies.
A pesar de desarrollarse preferentemente en el tejido subcutáneo, en ocasiones pueden aparecer en otras zonas del cuerpo más profundas, por ejemplo, en relación a órganos profundos como órganos abdominales, intramusculares, cavidad oral, canal auditivo interno y tórax, entre otras.
Habitualmente los lipomas no requieren tratamiento. Si el tamaño del lipoma es grande y produce compresión de las estructuras anatómicas que tiene a su alrededor produciendo síntomas, entonces se plantea el tratamiento quirúrgico para su extracción.
Para identificar correctamente los lipomas, aparte de la sospecha clínica por la exploración física, se suelen realizar pruebas de imagen como una ecografía de partes blandas, y si es preciso para la correcta identificación, una resonancia magnética.
Tras el tratamiento quirúrgico de extracción del lipoma siempre se envía el tejido extraído al laboratorio de anatomía patológica para su estudio y la confirmación de su diagnóstico.
Los pacientes obesos, el aumento de peso, y aquellos que padecen hipercolesterolemia o diabetes, tienen mayor riesgo de sufrir un lipoma.
Tener antecedentes familiares de enfermedades lipomatosas múltiples también es un factor de riesgo de haber heredado las alteraciones genéticas que producen la enfermedad.
Los lipomas no pueden prevenirse, una vez aparecen, sí que es conveniente no aumentar el peso porque con ello puede aumentar su tamaño
Los lipomas son tratados cuando son sintomáticos por compresión por los médicos dermatólogos y, en caso de lipomas más profundos por cirujanos generales.
El fibrolipoma es una variedad de lipoma que contiene una mayor cantidad de tejido fibroso
El liposarcoma es un tumor maligno de tejido adiposo o graso.
La lipomatosis es una alteración en la que existe un crecimiento excesivo difuso del tejido adiposo o graso, que infiltra las estructuras adyacentes.
En el tronco, el cuello y la parte superior de los brazos y piernas.
El lipoma de colon es una tumoración que se localiza en su submucosa (capa de la pared intestinal entre la mucosa y la pared muscular), sobre todo en el colon ascendente y el ciego, que no suele malignizarse. Produce síntomas como dolor abdominal, alteraciones en el tránsito intestinal y sangrados con las heces (rectorragias).