La lepra o enfermedad de Hansen (el médico noruego Gerhard Armauer Hansen en 1873 descubrió el microorganismo que la produce), es una enfermedad crónica producida por la bacteria Mycobacterium leprae, que afecta en su expresión primaria a los nervios periféricos y de forma secundaria a la piel y a otros tejidos. Es una enfermedad de distribución mundial que afecta de forma endémica en regiones de Asia y Sudamérica. Se trata de una patología grave por sus posibles repercusiones y complicaciones.
La lepra se divide según su estado de presentación y el estado de las defensas del paciente en:
La causa de la enfermedad es la infección por la bacteria Mycobacterium leprae, cuyo reservorio es el ser humano. La transmisión se produce por el contacto entre personas a través de gotas nasales infecciosas. La transmisión a través de las lesiones cutáneas es más rara.
La forma de inicio es la Lepra indeterminada, afectando más a niños. Aparecen lesiones dérmicas a modo de manchas rojizas o con disminución del color (hipocrómicas), redondeadas y con bordes mal definidos. Se localizan en la espalda, en la parte superior de los brazos, en los muslos y en las nalgas. En las lesiones existe una alteración de la sensibilidad al calor y al dolor. Un 75% de los pacientes evoluciona a la curación tras meses o años.
La lepra tuberculoide es la más frecuente. Aparecen un número escaso de lesiones en la piel, ovaladas de color rojizo parduzco, con bordes bien definidos y con la región central más clara, que surgen en nalgas, tronco, hombros muslos y cara. En las lesiones no existe sensibilidad en esa piel, ya que existe un engrosamiento de los troncos nerviosos periféricos que además produce parálisis de la musculatura.
La lepra lepromatosa es la forma más grave y contagiosa. Las lesiones que aparecen de forma simétrica son pequeñas manchas (máculas) rojizas con bordes difusos y superficie brillante. Otra de las lesiones son nódulos o leproma, que son las lesiones más características. Son pequeñas tumoraciones de hasta 3-4 cm, duras y recubiertas por una piel alterada (atrófica, rojiza o roja parduzca). En estas lesiones también está comprometida la sensibilidad de la piel. Además, es frecuente que estas lesiones se ulceren. Es típica la afectación del tracto respiratorio superior, los ojos y la pérdida del vello corporal, incluyendo las cejas y pestañas, y la deformación del tabique nasal.
El tratamiento de la lepra comprende medidas generales para proteger las áreas en las que el paciente no tiene sensibilidad. Se le explican al paciente los cuidados y prevenciones que debe llevar a cabo para evitar contagios, así como se atiende a las alteraciones psicológicas y sociales que puede padecer de forma crónica.
La pauta del tratamiento farmacológico según el tipo de presentación clínica es:
A parte de la entrevista clínica y la exploración física, se procede a la toma de muestras para su estudio. Así, se coge una muestra del borde de las lesiones para la visualización directa mediante el uso de un colorante de la bacteria presente en el tejido. Además, se pueden realizar biopsias cutáneas (toma de un pequeña porción de tejido alterado), para su estudio por el laboratorio de anatomía patológica y la detección de bacterias.
En ocasiones, para diferenciar en qué estadío de la enfermedad está el paciente, se realiza una prueba llamada prueba de la lepromina, con la inyección cutánea de una suspensión de la bacteria de forma inactiva, desencadenando una reacción en la piel característica de cada fase.
El factor desencadenante es el contacto con las secreciones del aparato respiratorio de un paciente enfermo, cuando se establece un contacto cercano y prolongado.
La lepra es una enfermedad que puede ser valorada y tratada por el dermatólogo, por el médico de enfermedades infecciosas, el neumólogo, el oftalmólogo, o el neurólogo, en muchas ocasiones de forma conjunta, según la afectación del paciente.
Sí, aparece sobre todo en regiones tropicales y subtropicales. En Europa su aparición está limitada a los países de la cuenca mediterránea.
La lepra se contagia a través del contacto persona a persona, por medio del contacto con las secreciones respiratorias (mucosidad, goteo nasal, o al estornudar).
Sí, se utilizan varios antibióticos de forma conjunta (sinérgica) para evitar la aparición de resistencias. El tratamiento se debe mantener hasta que se objetiva mediante análisis que las lesiones cutáneas no presentan bacterias.
Las zonas donde la lepra aparece de forma endémica sobre todo son Asia y América del sur. En Europa, su mayor incidencia aparece en España y Portugal.
La enfermedad de Hansen es otra forma de denominar a la lepra. Hace referencia al nombre de este médico noruego que descubrió a la bacteria que produce la lepra, el médico noruego Gerhard Armauer Hansen.