La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria producida por la Leishmania, que es un protozoo que se transmite por la picadura de un insecto flebotomo (que se alimenta de sangre). En España se detectan unos 110 casos de leishmaniasis humana al año, se presenta principalmente en casos de adultos y niños inmunodeprimidos. Los perros son el reservorio animal y se considera una enfermedad endémica en los mismos. Es una enfermedad considerada como grave.
Los diferentes tipos de leishmaniasis son:
La causa es la picadura del mosquito flebotomo infectado transmitiendo el protozoo por la picadura.
En el tratamiento de la leishmaniasis cutánea se usará terapia de calor o frío sobre las úlceras y Paramomicina en pomada sobre las úlceras. En casos de leishmaniasis más agresiva se pueden usar fármacos intravenosos u orales como el Fluconazol, la Anfotericina B, Estibogluconato de sodio y Miltefosina. Estos mismos fármacos se usan para los caso de leishmaniasis mucocutánea.
La leishmaniasis visceral se trata con Anfotericina B Liposomal, en zonas de América Latina, se usan fármacos con Antimonio, y en casos de resistencia a antimonio se trata con Miltefosina.
Las pruebas complementarias serán la observación del parásito de las zonas donde se encuentre y también la búsqueda de anticuerpos en la sangre de los pacientes.
El factor desencadenante es la picadura del flebotomo infectado junto con un estado de inmunodepresión del individuo.
Las malas condiciones de vida y las viviendas insalubres aumentan el riesgo de infección por leishmaniasis. También lo hacen el hacinamiento, ya que este atrae a los flebotomo, así como la malnutrición, la deforestación y el ocupar hábitat previamente boscosos.
La leishmaniasis la tratan especialistas de medicina interna con la subespecialidad de medicina infecciosa.
Hay tres parásitos de la leishmaniasis que son diferentes según la zona del mundo donde se encuentran, así, encontramos la leishmania donovani, da lugar a leishmaniosis visceral y se da principalmente en el continente indio, China, África e Irak, la leishmania infantum, típica de la cuenca mediterránea europea y africana, y la leishmania chagasi causante de la leishmaniasis visceral en América.
Sí, es posible tener la enfermedad en personas. La leishmaniasis es una zoonosis, esto quiere decir que desde animales donde se encuentran como pueden ser perros, conejos, zarigüeyas y zorros que tienen la enfermedad, puede pasar al humano, tras ser picados por un mosquito.
La leishmaniasis se transmite por la picadura de la hembra del mosquito que tiene el parásito. Cuando pica al humano u otro animal va a inyectar el parásito por medio de la picadura.
Los antimoniales pentavalentes son el Glucantime (se usa más en el primer mundo) y Pentostam (se usa en países en desarrollo) son los fármacos de primera línea en el tratamiento de la leishmaniasis. Aunque no se conoce bien su mecanismo de acción, parece que actúan alterando el funcionamiento de las enzimas de los protozoos. Se administra en dosis inyectable durante 20 días de forma diaria si se trata de leishmaniasis cutánea y el tratamiento se prolonga hasta 28 días en dosis intravenosa si es leishmaniasis mucocutánea. Son fármacos tanto más efectivos cuanto más rápido se usan tras la infección.