El ictus es la falta de aporte de sangre a una zona cerebral. Se conoce también como trombosis cerebral y TÍA, y hay 252 casos por cada 100.000 habitantes. Es la segunda causa de muerte en España en el total de la población, en las mujeres se trata de la primera causa de muerte, siendo la primera causa de discapacidad en los adultos. Es una enfermedad grave que necesita una atención de urgencia hospitalaria.
Los síntomas pueden ser variados, pero los más comunes son: pérdida de fuerza y movilidad en una parte del cuerpo, pérdida de visión de forma brusca, dolor de cabeza intenso en especial si la sensación se parece a llevar un casco apretado, dificultad para hablar, dificultad para entender lo que le dicen, no poder cerrar o abrir los párpados, no poder tragar o atragantarse con facilidad.
El tratamiento del ictus trombótico en las primeras tres horas, se hará en una UVI, es importante acudir en los primeros síntomas al hospital para ser tratado lo más rápidamente posible. El tratamiento es con un medicamento conocido como rt-PA, y que será de uso intravenoso. Posteriormente todos los pacientes van a necesitar un proceso de rehabilitación que, a lo largo del primer año, les ayudará a mejorar la movilidad y a recuperar sus funciones.
En el ictus hemorrágico será necesario reconocer alteraciones de la coagulación que deben de ser conocidas y tratadas. En los pacientes sin problemas de coagulación conocidos, la administración de factor VII recombinante activado suministrado en las 4 primeras horas ha demostrado su eficacia. El tratamiento quirúrgico de drenaje del hematoma sólo será útil en casos de hidrocefalia, en el resto de los pacientes puede ser necesaria si el hematoma crece, pero no está demostrada su eficacia.
Las pruebas complementarias en el estudio de un ictus, serán en primer lugar de las constantes vitales con electrocardiograma, valoración de oxigenación, que deberá estar por encima de 92%, el control de glucemia para evitar la hiperglucemia, y el control de la tensión arterial que nunca se deberá de bajar de forma brusca. En las pruebas de imagen se realizará una resonancia magnética, un angio-TAC con valoración de la circulación intracraneal y extracranea,l y un estudio de perfusión cerebral.
El factor desencadenante del ictus trombótico es la presencia de un coágulo de sangre por motivos cardiológicos o placas de ateroma (lesiones arteriales por el colesterol). Los ictus hemorrágicos están más relacionados con subidas de tensión arterial que dan lugar a rotura de arterias.
Los factores de riesgo del ictus son los factores de riesgo cardiovasculares, que son: tabaco, colesterol, diabetes, tensión arterial elevada y valvulopatías cardíacas, fibrilación auricular, consumo de drogas, y consumo de alcohol.
El ictus es tratado por las especialidades de neurología y rehabilitación.
La mortalidad por ictus en España está entre el 8 y el 14% del total de ictus. Es la segunda causa de muerte en España en la población total y la primera causa de muerte en mujeres.
Sí, puede haber niños con ictus, aunque es un enfermedad muy rara en ellos, algunos niños con cardiopatías congénitas graves pueden sufrir émbolos de origen cardíaco que darán lugar a una trombosis cerebral y la anemia de células falciformes. Los trastornos de coagulación también puede ser una causa de ictus en niños.
Los primeros síntomas del ictus serán variados, ya que dependen de la zona donde se produzca el trombo, pero en general la pérdida de fuerza o dificultad para mover una extremidad, la desviación de la boca hacia un lado, la dificultad para hablar o para entender, la imposibilidad de mover una párpado hacia arriba, la sensación de giro de objetos, alteraciones de la visión, son los síntomas más comunes del proceso.
Sí, la mayoría de las personas que sufren un ictus sobreviven al mismo, tan solo un 8% de las personas que lo sufren morirán, es importante acudir a un centro hospitalario si usted cree que está sufriendo un ictus, esto evitará, no sólo la mortalidad, sino también las lesiones permanentes.