La hernia discal se produce cuando un disco intervertebral se desplaza de su lugar y protruye sobre la médula a una raíz nerviosa, dando lugar a dolor por irritación de la misma. Es una dolencia muy frecuente que puede producirse hasta en el 45% de las personas mayores de 45 años y produce entre el 1 y el 3% de los dolores de espalda. Cuando la hernia discal presiona sobre la zona caudal se puede producir una necesidad de cirugía inmediata, este es un proceso poco frecuente. Se trata de una enfermedad leve pero crónica y bastante dolorosa.
Los tipos de hernia de columna son:
Las causas más comunes de la hernia discal van a ser, la degeneración o el envejecimiento articular, los microtraumatismos, los movimientos de flexión y extensión del tronco cargando mucho peso, los movimientos de rotación de la espalda estando sentado, como los que se hacen en las sillas giratorias empujando con los pies, el exceso de peso y la atrofia muscular por falta de ejercicio.
El síntoma principal es el dolor que, en las hernias cervicales se irradia hacia los brazos, en la zona dorsal se irradiará hacia la cintura, y en las hernias lumbares irá en dirección a las piernas pudiendo llegar hasta los pies. Es un dolor lacerante, que algunos pacientes describen como una corriente eléctrica y que puede ir acompañado de sensación de adormecimiento u hormigueo de la zona afectada, pudiendo llegar a producir debilidad en la musculatura de dicha zona.
El tratamiento de la hernia discal será médico, fisioterápico, quirúrgico y con terapias alternativas como la acupuntura.
El tratamiento médico incluye analgésicos, relajantes musculares y fármacos anticonvulsionantes, como la Pregabalina y Gabapentina, que han demostrado su eficacia a la hora de tratar el dolor neurológico de forma eficaz.
El tratamiento fisioterápico será mediante manipulación por masajes, punciones secas en puntos gatillo, ejercicios que permitan fortalecer la musculatura de la espalda, aprendizaje de control de la postura, y medidas como la descompresión axial del espacio intervertebral.
La cirugía tiene en el momento actual diferentes técnicas mínimamente invasivas, así, existe la inyección de ozono en el disco afectado mediante microagujas, la micro discopatía percutánea y la nucleoplastia directa, en la cual se procede a la vaporización del disco herniado. Por último está la discectomía, en la cual el cirujano retira la lámina vertebral haciendo lo mismo posteriormente con el disco.
La acupuntura y la electroacupuntura pueden ser tambien métodos alternativos de tratamiento.
Las pruebas complementarias de la hernia de disco serán pruebas de imagen como el escáner o la resonancia magnética. También se realiza un electromiograma para valorar la posible afectación neurológica.
El factor desencadenante suele ser el envejecimiento, ya que la mayoría de las hernias tienen un origen degenerativo.
El exceso de peso, la falta de ejercicio y el trabajo con movimientos de flexoextensión de la columna con peso, son las causas principales de esta enfermedad,
El especialista de la hernia de disco será el traumatólogo o el neurocirujano, pero también se suele consultar a médicos rehabilitadores o fisioterapeutas.
Realmente la quiropraxia no es una especialidad médica, esto quiere decir que no es necesario ser médico para ser quiropráctico. En la mayoría de los casos son fisioterapeutas que se han especializado en la quiropraxia, que es una forma de masaje osteo muscular.
Las hernias discales se pueden tratar con fármacos como analgésicos y anticonvulsivantes, tratamientos fisioterapéuticos para fortalecer la espalda y el estiramiento axial, y, en algunos casos, con técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas como son la microdiscopalstia percutánea o las inyecciones de ozono.
Una hernia discal en teoría podría dañar de forma importante la médula, pero los métodos quirúrgicos actuales impiden que esto ocurra, ya que cuando hay daño medular se procede a operar de forma urgente.
Se podrán hacer aquellos deportes que no tengan un importante impacto sobre la espalda, entre ellos caminar a paso rápido durante una hora al día, la natación, en la cual no hay peso sobre la espalda, y el pilates. Se deberán evitar deportes que supongan dar saltos.
No. En la protrusión discal, el disco se ha desplazado pero no daña raíces nerviosas ni la médula. En la hernia discal no solo protruye el disco, si no que este estrecha el canal medular, o la salida de la raíz nerviosa por el agujero de conjunción.