También conocida como hepatitis sérica, la hepatitis B es una enfermedad vírica que se transmite mediante los fluidos corporales (sangre, semen, orina, fluidos vaginales, lágrimas, y/o saliva), y afecta indiferentemente del sexo y de la edad del paciente. Puede darse en forma leve, aguda o crónica. Pertenece a la especialidad de los especialistas en digestivo o en enfermedades infecciosas y es una enfermedad considerada de tipo grave.
Todos los casos de hepatitis afectan al hígado y los principales tipos son:
La hepatitis B es causada por el virus VHB, el cual se transmite mediante los fluidos corporales de una persona enferma a una sana.
Cualquier contacto que se produzca entre dos personas mediante saliva, lágrimas, sangre o fluidos sexuales provoca que si una de las dos personas estaba contagiada se lo transmita a la otra, ya que además el paciente infectado puede contagiar el virus VHB sin saber que lo padece, puesto que los síntomas pueden tardar en aparecer hasta 6 meses.
Por ello es muy importante realizarse chequeos médicos sobre todo si es un paciente con factores de riesgo.
La hepatitis B presenta los siguientes signos y síntomas:
Si el paciente se ha expuesto al virus y no sabe si se encuentra inmunizado, deberá acudir al médico para que le administren una dosis de anticuerpos en las 12 horas posteriores a la exposición para prevenir el contagio.
En caso de que el virus se haya manifestado de manera leve es posible que no requiera ningún tratamiento médico.
Pero por el contrario, si la enfermedad se ha dado con gravedad y puede producirse la infección crónica, el paciente deberá seguir un tratamiento de antivirales, inyecciones para combatir las infecciones y, en casos muy graves donde el hígado este severamente dañado, podrá necesitar de un trasplante.
Para diagnosticar si el paciente sufre hepatitis B se le realizarán análisis de sangre para determinar si existe el virus VHB en el organismo del paciente o si se han desarrollado anti-VHB, que son los anticuerpos correspondientes al virus de esta enfermedad.
Después, para observar si hay anomalías graves en el hígado, se realizará una ecografía que recibe el nombre de elastografía transitoria, ya que permite observar la extensión del daño hepático. En algunas ocasiones si el daño es grave se puede realizar una biopsia del hígado para cerciorarse.
La hepatitis B se transmite mediante el contacto de los fluidos corporales tales como semen, sangre o lágrimas, entre otros. Por tanto el contacto con una persona que padezca el VHB es un factor desencadenante de contagio.
Al ser una enfermedad que se transmite por el contacto de los fluidos corporales de una persona enferma a una sana. Los factores de riesgo para contraer hepatitis B son:
Las ramas médicas especializadas en tratar la hepatitis B, así como todas las hepatitis, son los especialistas en digestivo y en enfermedades infecciosas.
La hepatitis D y la autoinmune. La primera debido a que se requiere que el paciente esté infectado por el virus de la hepatitis B para que prolifere, por lo que su gravedad es mayor, y la segunda, debido a que es el propio cuerpo el que no reconoce sus células.
Suelen durar varias semanas por lo general, aunque se pueden prolongar hasta 6 meses.
La hepatitis B.
La hepatitis ataca al hígado, por tanto, en función del tipo de hepatitis y de la gravedad de la misma así serán las consecuencias, es decir, el hígado estará en mayor o menor medida dañado.
Según el tipo de hepatitis, la enfermedad se puede contagiar por la sangre (VHC) , por los fluidos corporales (VHB, VHD) o por el consumo de alimentos o agua contagiados (VHA) por el virus.