También conocida como fiebre entérica. La prevalencia de la fiebre tifoidea es desconocida pero se encuentra con mayor frecuencia en Asia, África y Sudamérica, donde el acceso al agua potable tratada adecuadamente puede ser limitado. Es poco frecuente en Europa y en los países occidentales, y generalmente sólo se produce importada de una localización endémica. La incidencia anual en Europa se estima que es menor de 1/30.000 personas/año. Se transmite vía fecal-oral.
Los tipos de fiebre tifoidea se dividen en dos tipos:
La fiebre tifoidea o fiebre entérica se produce por el contagio de una bacteria conocida como Salmonella Typhi.
Esta bacteria habita en agua y alimentos contaminados, al ingerir estos alimentos la bacteria pasa al organismo de las personas, quienes pueden quedar contagiados.
La fiebre tifoidea se transmite por vía fecal-oral, es decir, mediante las heces y la orina de las personas infectadas, pero no solo de manera directa sino ante la manipulación de alimentos realizada por personas contagiadas y que no han mantenido una correcta higiene después de ir al baño.
Los síntomas de la fiebre tifoidea aparecen en el paciente de forma gradual, apareciendo los primeros síntomas entre la primera y la tercera semana tras la exposición a la bacteria.
Los principales síntomas son:
Al tratarse de una enfermedad bacteriana el principal tratamiento para hacerle frente a la fiebre tifoidea son los medicamentos antibióticos.
Además, se aconseja que el paciente se mantenga correctamente hidratado, ya que la fiebre y la diarrea pueden dañar su organismo y sufrir complicaciones.
En algunos casos, si los intestinos están muy dañados y se han perforado es necesario que el paciente se someta a una intervención quirúrgica de urgencia.
Al tratarse de una enfermedad que prolifera en determinadas áreas geográficas el médico iniciará el diagnóstico preguntado al paciente los lugares en los que ha estado en los últimos meses, por si ha viajado a los países donde prolifera la bacteria de la fiebre tifoidea, de manera que se pueda descartar o no la enfermedad.
Para cerciorarse del diagnóstico, se emite una analítica sanguínea para detectar si hay anticuerpos específicos contra la fiebre tifoidea así como un cultivo de líquido, sangre o tejidos corporales para proliferar la aparición de bacterias y observar si existe la bacteria Salmonella Typhi, la causante de esta enfermedad.
Esta enfermedad se transmite por una bacteria llamada Salmonella Typhi. La forma de contagio es fecal-oral, por tanto, el principal factor desencadenante es el consumo de alimentos o de agua contaminada por la bacteria.
La fiebre tifoidea es una enfermedad que se da en ciertos países y regiones, por tanto, los pacientes con mayor factor de riesgo de padecerlo son los que habitan en estas zonas o acuden a ellos de viaje.
También aumenta el riesgo cuando el paciente entra en contacto con una persona contagiada.
La especialidad médica que se encarga de la fiebre tifoidea es la infectología o unidades de enfermedades infecciosas.
Se contagia por vía fecal-oral, tanto por el consumo de alimentos o agua contaminadas por la bacteria como mediante las heces de una persona contagiada.
La infección por fiebre tifoidea la ocasiona una bacteria llamada Salmonella Typhi.
En países de Asia, África y Sudamérica.
La vacuna contra la fiebre tifoidea tiene un precio aproximado de 12 €. No obstante, la vacunación suele ser realizada en el centro de vacunación internacional y tiene un suplemento de 18 €.
La vacuna de la fiebre tifoidea debe administrarse al paciente como mínimo dos semanas antes de emprender el viaje, y debe ser reforzada a los 2 años si el paciente sigue expuesto al riesgo de contraerla.