La diabetes insípida es una enfermedad poco frecuente, en la cual los riñones no pueden evitar la eliminación del agua a través de ellos. Es una enfermedad rara, que se produce en un caso de cada 25.000 personas y que suele presentarse en la segunda década de la vida. Es una enfermedad grave que puede provocar cuadros de deshidratación importantes.
Los tipos de diabetes son:
Los síntomas de la diabetes insípida serán la sed excesiva que hará beber sin parar, y la producción de orina de forma constante, que dará lugar a emisión de orina también de modo constante.
La diabetes insípida de origen central se va a corregir suministrando Vasopresina, en forma inyectable, por vía oral o por vía nasal.
Si la diabetes insípida de origen nefrógena está causada por fármacos, se va a proceder a retirar el fármaco causante, y tratar el exceso de calcio con adecuada ingesta de líquido para evitar la deshidratación. También pueden administrarse medicamentos que disminuyan la diuresis.
Las pruebas complementarias que se realizan son:
Son factores de riesgo para la diabetes insípida la presencia de dicha enfermedad en la familia, el consumo de litio, la hipercalcemia y la poliquistosis renal.
Las complicaciones de la diabetes insípida son:
La diabetes insípida se controla por un equipo multidisciplinar de neurólogos, neurocirujanos, endocrinos y nefrólogos, dependiendo de su origen. Si es central, participan más los neurólogos y endocrinos, y si es renal, la participación será mayor por parte de los nefrólogos.
El significado de dipsogeno es que produce sed. La angiotensina que se produce en el eje renal renina-angiotensina está involucrada en el proceso de la sed.
La ADH u hormona antidiurética es la hormona que se libera en relación con los cambios de osmolaridad o de volumen sanguíneo. En el riñón va a actuar dando lugar a una concentración de la orina, con reducción de su volumen, estimulando la reabsorción del agua. La hormona también funciona a nivel cerebral y de los vasos sanguíneos. Su función a nivel renal va a dar lugar a un aumento de volumen sanguíneo, disminuyendo la osmolaridad sanguínea. En los vasos sanguíneos se da lugar a un aumento del retorno venoso y del gasto cardíaco. En las situaciones de deshidratación, esta hormona va a ser secretada dando lugar a una disminución de la pérdida de agua, y por tanto mejorará la deshidratación.
No podemos hablar de un órgano que procese el azúcar, ya que todas las células de nuestro organismo necesitan el azúcar para su supervivencia. Si de lo que hablamos es del control de nivel de azúcar en sangre, dos son los órganos más implicados en este proceso. Así, tenemos el páncreas, que al producir insulina dará lugar a una correcta regulación de los niveles de azúcar en sangre, y el hígado, lugar donde el azúcar es transformado en glucógeno de esta forma queda almacenado pudiéndose quemar en caso necesario de falta de azúcar.
La insulina es una hormona que se produce en el páncreas y se encarga de la regulación del azúcar en la sangre a nivel celular, permitiendo que la glucosa se introduzca dentro de las células, para ser usadas por estas en la producción de energía.
La insulina se produce en el páncreas, este órgano se encuentra en el abdomen, en la parte alta del mismo, tras el estómago, y se encuentra conectado mediante un conducto sobre el duodeno.