El cólico del lactante es un síndrome conductual que afecta a lactantes sanos, independientemente del tipo de lactancia. Se caracterizan por largos episodios de llanto inconsolable de predominio vespertino (puede variar), e irritabilidad, que se producen durante los primeros meses de vida del bebé. Son episodios de llanto durante más de tres horas al día, y durante más de tres días a la semana, durante por lo menos tres semanas. El cólico del lactante no suele tener importancia médica y acaba desapareciendo por sí solo. Suele empezar entre la tercera y la sexta semana de vida del niño y acaban cuando el bebé tiene entre tres y cuatro meses de edad. Su prevalencia varía entre el 10-40% de los niños, y va a depender de los distintos criterios empleados para el diagnóstico y de la subjetividad de las familias en la observación del llanto prolongado. Es una enfermedad muy común en los primeros meses del bebé y es de carácter leve.
Las causas del cólico del lactante son desconocidas. Se han sugerido múltiples teorías que probablemente se relacionan entre sí, como son:
La manifestación principal de los cólicos del lactante es el llanto del bebé, que es de predominio súbito, sin causas aparentes e irritabilidad, y que puede persistir durante varias horas. También pueden presentarse síntomas acompañando al llanto como: el bebé suele llevarse las rodillas cerca del abdomen (flexión de los muslos sobre el abdomen), enrojecimiento de la cara en el que su piel adquiere un color rojo, casi morado, cabeza elevada, contractura abdominal, disminución de las horas de sueño, gases y flatulencias, y, en ocasiones, estreñimiento.
No existe ningún tratamiento que, aplicado de forma aislada, haya demostrado que haga remitir los cólicos o que sea efectiva. Pero sí existen algunos tratamientos terapéuticos y farmacológicos que ayudan aliviar los mismos. El objetivo terapéutico es aliviar los síntomas del lactante.
No existen pruebas complementarias ni estudios analíticos que nos puedan dar el diagnóstico de cólico del lactante. Para el tratamiento de este se pueden realizar pruebas en función de la observación clínica. Se suele aplicar la forma clínica diagnóstica de Wessel, es decir, si el llanto es prolongado, y este aparece a partir de la tercera semana del nacimiento, perdura al menos tres horas al día, tres días a la semana, durante tres semanas, posiblemente el recién nacido tenga un cólico.
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de que el bebé padezca el cólico lactante están: la edad, ya que aparece las primeras semanas de vida y desaparece a los 4 meses aproximadamente, intolerancia a la lactosa, inmadurez intestinal basada en la inmadurez del recién nacido para absorber completamente la lactosa de la dieta, las técnicas de alimentación, el estrés familiar, el uso del alcohol y el tabaco durante el embarazo, la depresión materna y la prematuridad del bebé.
Esta afección no suele ser grave y tiende a desaparecer por sí sola, por lo que no suele presentar complicaciones para la vida del bebé.
Para evitar el cólico lactante es necesario:
El cólico del lactante pertenece a la especialidad de pediatría. La pediatría es la parte de la medicina que se ocupa del estudio del crecimiento y el desarrollo de los niños hasta la adolescencia, así como del tratamiento de sus enfermedades.
Los cólicos suelen manifestarse alrededor de la segunda o tercera semana de vida del bebé aproximadamente.
La fisioterapia en el cólico del lactante ayuda a tratar esta condición, valorando los distintos aspectos que pueden estar influyendo en los intensos llantos, y aplicando las técnicas manuales oportunas que alivian el malestar del bebé, mediante un protocolo de masaje infantil, que es una técnica sencilla que favorece al sistema digestivo, circulatorio e inmunológico, previniendo así la aparición de cólicos del lactante y favoreciendo a la relajación y el desarrollo del bebé.
Existen muchos remedios caseros que refieren son efectivos para el cólico del lactante como son, las infusiones de té de manzanilla que calman al bebé, o algunas hierbas como el hinojo para los gases y los espasmos intestinales. También propiciar un ambiente relajante con música, acunar al bebé y aplicarle masajes. No obstante, se recomienda que si el bebé empieza con síntomas de cólicos se acuda al pediatra para valoración y orientación adecuada.
Algunos bebés con cólico del lactante también tienen gases, pero no está claro si los gases causan el cólico o si el bebé tiene gases porque traga demasiado aire mientras llora.
Sí, el cólico lactante no suele ser grave y tiende a desaparecer por sí solo entre los tres o cuatro meses de vida del bebé.