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Bursitis

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¿Qué es la bursitis?

Se denomina bursitis a la inflamación de las bursas sinoviales, que son estructuras a modo de bolsas situadas próximas a articulaciones y que contribuyen a la función de almohadillado entre huesos, tendones y músculos. La incidencia de las bursitis varía según la bursa que se vea afectada. Existen en el organismo 150 bursas descritas. La bursitis del hombro, el codo y la rodilla son las más frecuentes. Las asociadas a una infección se dan con mayor frecuencia en varones entre 40-50 años, con profesiones donde se ejerce presión sobre las bursas y en las que coexisten factores de riesgo predisponentes. La bursitis es una patología que puede causar mucho dolor, aunque no se considera una patología grave. En aquellas personas en las que se le asocia la bursitis a una infección, es importante detectarlas cuanto antes y poner el tratamiento adecuado para evitar complicaciones.
Para el diagnóstico de la bursitis el médico realiza al paciente una historia clínica y una exploración física adecuadas.

Tipos de Bursitis

Las bursitis se pueden dividir según la localización de la bursa afectada:

  • Aquellas que se producen en bursas superficiales: olécranon (codo), prepatelar o infrapatelar superficial (rodilla).
  • Aquellas que se producen en bursas profundas: subacromial o subdeltoidea (hombro), iliopsoas (ingle-cadera), trocantérea (parte lateral superior del muslo), isquiopubiana (parte inferior de la pelvis), infrapatelar profunda (rodilla), poplítea (parte posterior de la rodilla), anserina (parte interna de la rodilla), retrocalcánea (tobillo), metatarsofalángica (parte distal del pie).

También se pueden clasificar dependiendo de si se asocia a una infección, bursitis séptica, o no, bursitis aséptica.

Por último, según el tiempo de duración se clasifican en agudas (de pocos días de duración), o crónicas (de larga evolución o bursitis de repetición).

Causas de la bursitis

En las bursitis sépticas, la causa es la infección producida por una bacteria, en el 80-90% de los casos el Staphylococcus aureus.

Las bursitis asépticas se producen tras traumatismos o movimientos repetidos con aumento de presión en la zona de la bursa, por acúmulo de sustancias, como microcristales de ácido úrico, por ejemplo, por presencia de cuerpos extraños que se han introducido hasta la zona de la bursa, o por el padecimiento de ciertas enfermedades sistémicas (que afectan a todo o a parte del organismo).

Síntomas de la bursitis

Las bursitis se pueden presentar de forma progresiva o de forma brusca. Aparecen como una zona inflamada, dolorosa, caliente y con coloración roja de la piel. En el caso de las bursitis profundas no son tan evidentes los síntomas externos, aunque sí el dolor. Este dolor suele aumentar con los movimientos de la articulación más próxima y puede llegar a limitarlos. En las bursitis de origen infeccioso puede aparecer fiebre.

Tratamiento para la bursitis

El tratamiento de las bursitis asépticas se basa en la aplicación de frío local, el reposo relativo de las articulaciones adyacentes evitando las actividades que favorezcan la bursitis, aunque no se recomienda el reposo de forma prolongada. Además, se puede realizar un vendaje elástico de la articulación y la punción y aspiración del líquido que está aumentado en la bursa para disminuir la presión y con ello el dolor. Se puede asociar un tratamiento farmacológico con antiinflamatorios y analgésicos. Si estas medidas no mejoran los síntomas, se plantea la posibilidad de realizar infiltraciones con glucocorticoides (inyectándose con una aguja en las zonas próximas), cuya acción es disminuir la inflamación de forma local y más potente.

En las bursitis sépticas es importante realizar un tratamiento antibiótico precoz para tratar la infección, que en el caso de pacientes de riesgo o si existen complicaciones, se administra por vía intravenosa. Si a pesar del tratamiento no hay una buena evolución, se plantea un abordaje quirúrgico abierto o por vía endoscópica (introduciendo una pequeña cámara en un tubo flexible en la articulación junto con los utensilios quirúrgicos precisos), para la extracción de la bursa.

Pruebas complementarias para el diagnóstico de la bursitis

Para el diagnóstico de la bursitis el médico realiza al paciente una historia clínica y una exploración física adecuadas. En ocasiones solo con eso el médico puede realizar un diagnóstico de la patología.

Cuando el médico lo ve necesario para determinar el posible origen de la bursitis, se puede realizar una punción con una aguja en la zona de la inflamación para extraer líquido y analizarlo, realizando cultivos y detectando la presencia de bacterias y otro tipo de análisis.

También se pueden realizar pruebas de imagen, sobre todo en regiones más profundas del organismo, donde no se puede realizar un diagnóstico concreto solo con la exploración física. Estas pruebas suelen ser ecografía, resonancia magnética o TAC. La radiografía simple aporta menos información para el diagnóstico de esta patología.

Factores desencadenantes y de  riesgo de la bursitis

Los factores de riesgo descritos para que se pueda desencadenar una inflamación de la bursa son:

  • Tener un antecedente de traumatismo, sobre todo si se producen de forma repetida, aunque sean de mínimo impacto.
  • Padecer lesiones en regiones donde se localizan las bursas, desencadenadas por actividades profesionales o recreativas (deporte, etc.), sobre todo cuando se repiten  movimientos o se ejercen presiones constantes sobre determinadas regiones.
  • El haber padecido un episodio previo de bursitis, lo cual puede favorecer a que se repita dicho episodio, porque se mantengan las mismas circunstancias favorecedoras, etc.
  • En pacientes inmunodeprimidos, con un sistema de defensas alterado, pueden ser más frecuentes sobre todo las bursitis sépticas.
  • Cuando el paciente ha sido sometido a cirugías en regiones próximas a la localización de una bursa.
  • Si el paciente ha tenido un tratamiento local de infiltraciones con corticoides para el tratamiento de una patología tendinosa, articular… etc.
  • Pacientes que padezcan enfermedades como la diabetes mellitus, EPOC, enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, alcoholismo, o pacientes con insuficiencia renal sometidos a hemodiálisis.
  • También puede ser un factor de riesgo padecer enfermedades reumatológicas como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la artritis psoriásica o la gota.

Complicaciones de la bursitis

  • Padecimiento de bursitis de repetición convirtiéndose la enfermedad en una patología crónica.
  • Extensión de la infección en las bursitis sépticas con aparición de abscesos (acúmulos de pus), artritis séptica (infección dentro de la articulación), o osteomielitis (infección en el hueso).

Prevención de la bursitis

  • Evitar los movimientos repetitivos y la presión constante y contínua sobre la bursa.
  • Es aconsejable realizar estiramientos y calentamiento del aparato locomotor previo a la realización de ejercicios o actividades intensas con movimientos repetitivos.
  • Mantener una higiene postural adecuada y no forzar los movimientos ni posiciones corporales.
  • Hacer descansos y cambios posturales frecuentes.
  • Se pueden utilizar rodilleras, coderas, etc para disminuir el impacto de traumatismos repetidos originados en el trabajo, realizando deporte, etc.

Especialidades a las que pertenece la bursitis

La bursitis puede ser diagnosticada y tratada por el médico de atención primaria. Si la evolución no es buena o si se sospecha de un posible origen infeccioso que requiere la realización de pruebas complementarias urgentes o específicas, el paciente debe ser valorado por el traumatólogo.

Preguntas frecuentes:

¿Qué es la bursitis subacromial?

La bursitis subacromial es una causa frecuente de dolor en el hombro producida por la inflamación de la bursa localizada por debajo del acromion, que es una parte de la escápula u omóplato. Puede producir un dolor agudo que implique la limitación de los movimientos del hombro.

¿Qué es el hombro congelado?

El hombro congelado o capsulitis adhesiva es una inflamación de la cápsula de la articulación del hombro que produce su endurecimiento y la aparición de adherencias y retracción de los ligamentos de la articulación. Se manifiesta con dolor e impotencia funcional, es decir, limitación del movimiento de la articulación del hombro.

¿Qué es el síndrome de pinzamiento subacromial?

El pinzamiento subacromial es una compresión de los tendones que forman el llamado manguito de los rotadores (inserción tendinosa de tres músculos en el hombro), que se produce por la disminución en el espacio que hay entre este y el acromion, por aumento de las estructuras blandas que se encuentran en ese espacio (bursa o tendones con inflamación) o de la parte ósea (calcificaciones). Produce dolor y limitación del movimiento del hombro.

¿Qué es una capsulitis en el hombro?

La capsulitis de hombro es una inflamación de la cápsula que rodea la articulación del hombro a modo de envoltura de tejido conectivo. Produce dolor y alteración del movimiento del hombro por dolor.

¿Qué es una trocanteritis de cadera?

La trocanteritis de la cadera o bursitis trocantérea es una inflamación de esta bursa, producida por la fricción excesiva de los tendones de los músculos del glúteo medio y el tensor de la fascia sobre la cara externa del fémur, en una región de este hueso llamado trocánter. Produce dolor de aparición constante o con la presión de la zona.

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