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Balanitis

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¿Qué es la balanitis?

La balanitis es una inflamación del glande, parte más extrema del pene, que muy frecuentemente se asocia a la afectación del prepucio,  piel que lo recubre,  denominándose en este caso balanopostitis. Es una enfermedad que se produce de forma más frecuente en varones no circuncidados. La gravedad de esta enfermedad depende de la causa que la origine y siempre debe ser consultada al médico para instaurar el tratamiento óptimo lo más rápido posible y así evitar complicaciones.

En muchos de los tipos de balanitis el diagnóstico se realiza por la anamnesis (preguntas realizadas por el médico) y la exploración física

Tipos de balanitis

La balanitis puede estar causada por infecciones producidas por distintos microorganismos. Así, se pueden diferenciar balanitis por candidiasis, infección frecuente producida por un hongo, balanitis producidas por bacterias llamadas anaerobias o aerobias (según si pueden vivir en un medio con oxígeno o sin él), o por una infección bacteriana que produce la sífilis, enfermedad de transmisión sexual.

También pueden producirse por infecciones víricas como es el caso del virus del papiloma humano (VPH), o por el virus del herpes simple (VHS). Otro tipo de enfermedad de transmisión sexual que puede producir balanitis es la tricomoniasis, infección producida por un microorganismo del grupo de los protozoos.

Por otro lado, están las balanitis llamadas inflamatorias. Dentro de este grupo se encuentra la balanitis xerótica obliterans o liquen escleroso, producida por irritación crónica de la piel del prepucio.

También puede producir balanitis el liquen plano, que es un trastorno inflamatorio crónico producido por una alteración del sistema inmune (de defensa). La balanitis de Zoon (de células plasmáticas) es otro tipo producido por irritación crónica. Enfermedades inflamatorias que pueden afectar al prepucio son la psoriasis u otra enfermedad llamada síndrome de Reiter, que es una artritis que se puede manifestar también afectando a la piel y a la mucosa, produciendo en este caso la balanitis circinada.

También se pueden producir balanitis por reacciones alérgicas o irritantes, por dermatitis seborreica o por lesiones producidas por la aplicación de un determinado fármaco (exantema fijo medicamentoso).

Por último, se describen balanitis consideradas lesiones premalignas o precursoras de lesiones tumorales malignas. Así, existen la Eritroplasia de Queyrat, la enfermedad de Bowen o la Papulosis Bowenoide. En este tipo de balanitis se producen alteraciones de las células del glande desencadenadas por distintas causas (irritaciones crónicas, infecciones víricas, mala higiene, etc.)

Causas de la balanitis

La balanitis se produce generalmente por irritación local o traumatismo y, con mayor frecuencia, de forma secundaria a una infección por una higiene inadecuada o por dificultad para la retracción del prepucio (fimosis). También por el lavado frecuente con jabones que contengan sustancias que producen irritación.

Síntomas de la balanitis

Según el tipo de balanitis que se padezca, los síntomas pueden variar ligeramente.  

  • Síntomas de las balanitis infecciosas: lesiones rojizas en la mucosa del glande (“piel” que lo recubre), vesículas (ampollas pequeñas), úlceras (erosiones), secreción blanquecina o verrugas, inflamación o edema,  dependiendo del tipo de microorganismo que lo produzca. Además los síntomas pueden ir acompañados en algunos casos de aparición de adenopatías inguinales (ganglios o bultos en la zona inguinal).
  • Síntomas de las balanitis inflamatorias: picor y a veces dolor. Las lesiones en el glande pueden variar dependiendo del tipo de balanitis, por ejemplo, en el liquen escleroso, aparecen lesiones de coloración grisácea o blanquiazules en el glande y/o en la superficie interna del prepucio. En el liquen plano aparecen lesiones planas y elevadas,  a veces lineales y blanquecinas y se pueden ulcerar.
  • Síntomas de la balanitis de Zoon: una o varias lesiones redondeadas rojo anaranjadas y brillantes.
  • Síntomas de la balanitis por psoriasis: aparece en varones circuncidados como lesiones rojas escamosas y en no circuncidados como lesiones rojas satinadas.
  • Síntomas de la balanitis circinada:  lesiones blanco-grisáceas y de bordes blanquecinos.
  • Síntomas de la balanitis de tipo alérgico o irritante: lesiones en la zona de exposición al fármaco o agente donde se ha aplicado o ha tenido contacto con la sustancia causante. Aparece enrojecimiento y edema del glande con picor, y además a veces pequeñas vesículas y secreción.

Las lesiones premalignas suelen ser con bordes irregulares, rojos y frecuentemente se ulceran, a veces se endurecen y pican, duelen o sangran. Varían según el tipo de balanitis y para diferenciarlas se deben de  estudiar y analizar las alteraciones celulares para la correcta diferenciación.

Tratamiento de la balanitis

El tratamiento de la balanitis depende de la causa que lo origina.

En el caso de la balanitis de origen infeccioso, el tratamiento suele ser a base de cremas antibióticas (contra las bacterias) o antifúngicas (contra los hongos), que se aplican a nivel tópico sobre el glande, o bien se tratan con antibióticos, antifúngicos y antivirales tomados por vía oral, en dosis únicas o en pautas de varios días dependiendo del fármaco.

En la sífilis sin embargo, el tratamiento antibiótico de elección (penicilina) se administra con una única inyección por vía intramuscular.

En el caso de las balanitis producidas por el virus del papiloma humano, al no haber fármacos antivíricos específicos, se suelen utilizar otros tratamientos tópicos que modifican la respuesta del sistema inmune (Imiquimod) o quimioterápicos tópicos con acción antivírica (Podofilotoxina).

En las balanitis de origen inflamatorio, el tratamiento de elección suele ser cremas de corticoides de moderada a alta potencia con aplicación tópica sobre el glande en distintas pautas, acompañadas, cuando se asocian a una infección, de tratamientos tópicos antifúngicos o antibióticos.

En los casos de balanitis consideradas como lesiones premalignas, el tratamiento de elección es la extirpación de la lesión con cirugía, láser, crioterapia (tratamiento con frío) o con terapia fotodinámica (administración de un fármaco fotosensible con posterior aplicación de una luz específica que actúa sobre la lesión).

Pruebas complementarias para el diagnóstico de la balanitis

En muchos de los tipos de balanitis el diagnóstico se realiza por la anamnesis (preguntas realizadas por el médico) y la exploración física, sin precisar ningún tipo de prueba complementaria para tener la sospecha diagnóstica.

En otros casos se realizan pruebas como la toma de muestras para realizar cultivos microbiológicos y detectar el agente (virus, hongo o bacteria) que produce la infección.

En otras ocasiones se debe realizar la toma de una muestra de tejido o biopsia para analizarlo en el laboratorio de anatomía patológica y determinar las características de las alteraciones celulares que producen la enfermedad y así ayudar al diagnóstico definitivo.

En las balanitis infecciosas es preciso a veces solicitar un análisis de sangre para determinar la serología (para detectar el tipo de agente que produce la infección).

Factores desencadenantes y de riesgo de la balanitis

Los factores que pueden favorecer la aparición de una balanitis son: mala higiene, exposición crónica a la orina, dificultades para la retracción del prepucio o fimosis, irritación local con sustancias (jabones, lubricantes, látex de preservativos, detergentes, medicamentos tópicos… etc), traumatismos, relaciones sexuales de riesgo, padecimiento de diabetes o patologías que afectan al sistema inmune.

Complicaciones de la balanitis

  • Cronificación de la balanitis.
  • Transmisión de enfermedades a parejas sexuales si no se usa protección.
  • Desarrollo de lesiones tumorales malignas tras la evolución de infecciones o lesiones celulares del glande que evolucionan desfavorablemente.

Prevención de la balanitis

  • Una adecuada higiene y limpieza del glande y el prepucio es fundamental.
  • Evitar la exposición crónica a la orina con un secado completo y limpieza después de cada micción.
  • La circuncisión es un factor protector para no padecer balanitis.
  • Relaciones sexuales con medidas de prevención para la trasmisión de enfermedades con el uso de preservativos.
  • Identificar sustancias que producen alergia o irritación de la zona y no volverlas a usar.
  • Utilización de jabones y detergentes suaves que no alteren la piel ni la mucosa.

Especialidades a las que pertenece la balanitis

Cuando un paciente tiene síntomas y lesiones producidas por la balanitis puede consultar a al médico de familia, al urólogo y, en determinados casos, ser orientado por el médico de familia y el dermatólogo,  para que le evalúen, le diagnostiquen e indiquen el tratamiento adecuado.

Preguntas frecuentes:

¿Qué crema se usa para la balanitis?

En el tratamiento de la balanitis se pueden utilizar distintas cremas de aplicación tópica, directamente sobre el glande, utilizadas según la causa que produzca la enfermedad. En su composición pueden tener fármacos antifúngicos (como el Clotrimazol), bactericidas (como el Metronidazol), corticoides (como la Betametasona) o inmunomoduladores (como el Imiquimod).

¿Qué es la balanitis aguda?

La balanitis aguda es aquella que se presenta con escasos días de evolución. La denominación de una patología como aguda o crónica se diferencia únicamente por el tiempo de evolución de la enfermedad.

¿Qué es la postitis?

La postitis es la inflamación del prepucio, que es la piel que recubre el glande. Habitualmente va asociada a la inflamación del glande, lo que se denomina balanopostitis.

¿Qué es la fimosis?

La fimosis en la imposibilidad de bajar completamente el prepucio y exponer el glande totalmente.

¿Se puede prevenir la balanitis practicando una circuncisión?

Sí, los hombres circuncidados tienen una prevalencia 68% menor de balanitis que los hombres que no lo están.

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