La anorexia nerviosa o, anorexia, como se la denomina comúnmente, es un trastorno de desorden alimentario cuya principal característica recae en tener un peso extremadamente bajo (por debajo de lo que se considera saludable), a consecuencia de la propia restricción alimentaria del individuo por miedo a engordar. La persona anoréxica tiene una percepción distorsionada de su peso y su cuerpo, lo que la lleva a evitar el aumento de peso, ingiriendo menos cantidad de comida, provocando el vómito después de comer, o tomando laxantes o diuréticos. La anorexia es una enfermedad común grave que, aunque puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente en mujeres adolescentes de clase social media y media-alta, también es común en bailarinas, gimnastas y modelos.
Existen dos tipos distintos de anorexia:
La anorexia nerviosa puede desencadenarse por la combinación de diferentes factores genéticos, psicológicos y socioculturales como:
Los síntomas de la anorexia a menudo pueden pasar desapercibidos durante bastante tiempo porque el propio enfermo los trate de ocultar.
Algunos síntomas físicos presentados son: delgadez extrema, cansancio, mareos, desmayos, ausencia de menstruación, piel seca, dolor de abdomen, presión arterial baja, deshidratación, sensación de frío constante, callosidades en los nudillos por la provocación de los vómitos, anemia, estreñimiento, caída del cabello, problemas dentales y arritmias, entre otros.
En cuanto a los síntomas emocionales y de conducta, puede presentarse un régimen estricto o saltarse las comidas poniendo excusas, preocupación por los alimentos, sobre todo los de alta carga calórica, mentir acerca de la comida, acudir al baño siempre inmediatamente después de comer para provocar los vómitos, miedo a engordar, quejarse del aspecto y peso, distorsión de la imagen corporal, irritabilidad, tristeza, falta de apetito sexual, vestirse con muchas capas de ropa, mirarse continuamente al espejo, aislamiento social, baja autoestima…etc.
El tratamiento más urgente de la anorexia nerviosa es la realimentación para intentar alcanzar cuanto antes un aumento del peso (es posible que se necesite una sonda nasogástrica para recibir los alimentos). Educación nutricional para volver a coger buenos hábitos alimenticios y tratar de recuperar la normalidad biológica en los indicadores sanguíneos y regreso de la menstruación.
Posteriormente, se tratan de resolver los problemas psicológicos con un psicoterapeuta o grupo de apoyo. Es un proceso largo, ya que primero hay que hacer entender al paciente que tiene una enfermedad y luego proceder a mejorar su autoestima y el resto de problemas psíquicos que se presenten.
Si la desnutrición o los desórdenes psíquicos son graves, se debe hospitalizar al paciente para controlar los signos vitales, la deshidratación y otras afecciones, aunque el tratamiento continúe después en el domicilio.
También pueden prescribirse algunos medicamentos antidepresivos como parte de ayuda complementaria al tratamiento.
Algunas pruebas son determinantes para el diagnóstico y ayudan a determinar si existen otras complicaciones derivadas de la anorexia:
Algunos de los factores que pueden desencadenar la anorexia nerviosa son el exaltamiento de la delgadez en la mujer que promueve la cultura occidental y la presión de determinados grupos sociales, algunos actos, como ponerse a dieta, cambiar de casa o de instituto, terminar una relación sentimental, la muerte de un familiar y el estrés emocional.
Las niñas y mujeres adolescentes son más propensas a sufrir esta enfermedad. El paciente que haya tenido un pariente que ha sufrido anorexia en alguna ocasión, corre más riesgo de padecerla por los cambios en los genes específicos y, si ya se ha padecido anorexia previamente o no se reconoce el problema, también es más fácil sufrir recaídas.
La anorexia puede tener muchas complicaciones, algunas de ellas especialmente graves:
Algunas recomendaciones útiles para prevenir la anorexia son:
El diagnóstico y tratamiento de la anorexia nerviosa es multidisciplinar, normalmente es realizado de forma coordinada por la los especialistas en medicina familiar, medicina interna, psiquiatría, psicología, endocrinología y ginecología.
En los tipos de anorexia nerviosa se puede diferenciar un subtipo restrictivo, en el cual el enfermo disminuye de peso mediante dietas, una restricción alimentaria y la realización de ejercicio físico intenso o, un subtipo bulímico, compulsivo o purgativo, en el que el enfermo recurre a atracones de comida para después desprenderse de lo comido provocándose vómitos o tomándose laxantes.
La anorexia es un trastorno de la conducta alimentaria, habitualmente con origen neurótico o psiquiátrico.
Las principales causas de la anorexia tienen un origen psicológico (trastornos obsesivos, depresión, insatisfacción personal…), sociocultural (patrones de belleza establecidos en países occidentales y presión de grupos sociales a los que pertenece el individuo) y/o genético (antecedentes en familiares de primer grado).
La anorexia nerviosa purgativa consiste en darse atracones de comida para posteriormente purgarse o eliminar los alimentos ingeridos mediante la toma de diuréticos, laxantes o la provocación auto inducida de vómitos.
La bulimia es un trastorno de la conducta alimentaria consistente en la toma recurrente y descontrolada de grandes cantidades de comida (atracones), que después provocan en el enfermo un fuerte sentimiento de vergüenza o culpabilidad, derivando en la auto provocación de vómitos o la toma de laxantes para tratar de eliminar los alimentos y calorías ingeridos.