La anorexia o anorexia nerviosa es un trastorno de la alimentación que se caracteriza por el peso corporal anormalmente bajo, el temor intenso a aumentar de peso, y la percepción distorsionada del mismo. Para las personas con anorexia, es muy importante controlar su peso y su figura corporal. La anorexia es más frecuente en niñas y en mujeres. Sin embargo, cada vez más, los niños y los hombres presentan trastornos de la alimentación. La anorexia también es más frecuente en adolescentes, aunque se puede sufrir de anorexia a cualquier edad. La anorexia, al igual que otros trastornos de la alimentación, puede tomar el control de la vida de las personas y volverse muy difícil de sobrellevar. Pero con tratamiento, se puede lograr una mejor percepción de uno mismo, volver a tener hábitos de alimentación más saludables y revertir algunas de las complicaciones graves que causa la anorexia. Es una enfermedad común que si no se trata a tiempo puede llegar a ser grave.
Existen dos tipos de anorexia, estas son:
No se conocen las causas exactas de la anorexia. Muchos factores probablemente estén involucrados y, al igual que otras muchas enfermedades, probablemente sea una combinación de factores biológicos, psicológicos y del entorno. Los genes y las hormonas pueden jugar un papel importante. Las actitudes sociales que promueven tipos de cuerpos muy delgados también pueden contribuir a su desarrollo.
El factor cultural es una de las causas principales de la anorexia. La cultura occidental moderna resalta la delgadez. El éxito y la valoración suelen estar equiparados con la delgadez. La presión de grupo puede ayudar a fomentar el deseo de estar delgado, especialmente en las mujeres jóvenes.
Existen factores biológicos que pueden causar la anorexia. Si bien aún no está claro qué genes están involucrados, podría haber cambios genéticos que hacen que algunas personas presenten un mayor riesgo de padecer anorexia. Algunas personas pueden tener una tendencia genética al perfeccionismo, la sensibilidad y la perseverancia, características vinculadas a la anorexia.
Los síntomas de la anorexia incluyen: pérdida excesiva de peso, aspecto pálido y ojos hundidos, piel y labios secos y quebradizos, retraso en el crecimiento, problemas hormonales, tener un miedo intenso de aumentar de peso o engordar incluso cuando su peso es insuficiente, tener una imagen corporal que está muy distorsionada, restringir estrictamente la ingesta de alimentos mediante las dietas o el ayuno, hacer ejercicio de forma excesiva, negar el hambre o poner excusas para no comer, saltar comidas o rehusarse a comer con frecuencia. Quejarse por estar gordo o tener partes del cuerpo que son gordas, piel amarillenta o manchada que está reseca y cubierta con un fino vello, depresión, sensibilidad extrema al frío, insomnio, disminución del interés en las relaciones sexuales, mentir sobre la cantidad de comida que se ingirió, retraimiento social, adoptar rituales rígidos para las comidas o la alimentación, como por ejemplo, escupir la comida después de masticarla, pigmentación azulada en los dedos de la mano, ausencia de menstruación, deshidratación, erosión dental y callosidades en los nudillos por la provocación de vómitos… etc.
El mayor desafío en el tratamiento de la anorexia nerviosa es ayudar a la persona a reconocer que tiene una enfermedad. La mayoría de las personas que sufre este tipo de anorexia niega tener un trastorno alimentario y, con frecuencia, buscan tratamiento solo cuando su afección es grave.
El tratamiento para la anorexia suele llevarse a cabo mediante un abordaje en equipo, que incluye médicos, profesionales de salud mental y dietistas, todos con experiencia en trastornos de la alimentación. La terapia permanente y la educación sobre nutrición son muy importantes para la recuperación continua.
Los objetivos del tratamiento son, primero, restaurar el peso corporal normal y los hábitos alimentarios. Para comenzar, se puede recomendar una estancia corta en el hospital. Debido a la gran cantidad de complicaciones que causa la anorexia, tal vez se necesite controlar con frecuencia los signos vitales, el nivel de hidratación y electrolitos, además de otras afecciones físicas relacionadas. En los casos graves, es posible que las personas con anorexia primero necesiten recibir alimentación a través de un tubo que se coloca en la nariz y va hasta el estómago.
El tratamiento a menudo es muy arduo. Las personas afectadas y sus familias necesitan trabajar intensamente. Se pueden tratar muchas terapias hasta que el trastorno esté bajo control. La terapia individual cognitiva conductista (un tipo de psicoterapia), la terapia de grupo y la terapia de familia, han sido todas efectivas.
No hay medicamentos aprobados para tratar la anorexia porque ninguno ha demostrado funcionar bien. Sin embargo, los antidepresivos u otros medicamentos psiquiátricos pueden ayudar a tratar este trastorno.
Para el diagnóstico y tratamiento de la anorexia se inicia con una exploración física, consistente en medir la estatura y el peso, controlar los signos vitales, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura, controlar la piel y las uñas para detectar problemas, escuchar el corazón y los pulmones, y examinar el abdomen. El médico para confirmar el diagnóstico puede solicitar: análisis de sangre, análisis de orina, una evaluación psicológica, radiografías, electrocardiogramas, pruebas de densidad ósea para buscar huesos delgados (osteoporosis), prueba de función renal, hepática, tiroidea… etc.
Entre los factores desencadenantes de la anorexia están la muerte o enfermedad de un ser querido, separación de los padres, fracasos escolares, rechazo social, accidentes, sucesos traumáticos, etc.
Los factores de riesgo de la anorexia incluyen: tener un trastorno de ansiedad en la niñez, una imagen negativa de sí mismo, tener ciertas ideas culturales o sociales respecto de la salud y la belleza, estar más preocupado o prestarle más atención al peso y la figura, tratar de ser perfeccionista o demasiado centrado en reglas.
La anorexia puede tener muchas complicaciones. En su forma más grave, puede ser mortal. Las complicaciones de la anorexia incluyen:
Para prevenir la anorexia es necesario:
La anorexia une varias ramas de la medicina, es decir, se necesita más de un especialista para tratarla. En la mayoría de los casos la anorexia es tratada por un médico general, un psicólogo y un nutricionista.
Es un tipo de anorexia donde los pacientes recurren de forma puntual o sistemática a atracones o purgas (vómitos, laxantes o diuréticos). Existen algunos pacientes que no presentan atracones pero sí recurren a la purga de forma sistemática.
La anorexia nerviosa se caracteriza por un miedo exagerado a engordar y por una distorsión de la imagen corporal, que hace que las personas que la padecen se vean y sientan gordas cuando no lo están. En el caso de la bulimia nerviosa, además del miedo a la gordura, existe un sentimiento de pérdida de control con la comida.
Sí, la anorexia es más común en mujeres que en hombres. Se estima que la anorexia es 10 veces más común que mujeres que en hombres.
El tratamiento de la anorexia suele ser largo y difícil para la mayoría de los pacientes. El tiempo que tarda el tratamiento depende de la condición del estos.
La anorexia nerviosa restrictiva es el tipo de anorexia donde los pacientes logran un bajo peso a través de dietas muy restrictivas, ayuno muy prolongado y abundante ejercicio de intensidad elevada.