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Variedades de Micosis Cutáneas

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Los hongos, concretamente las especies denominadas Dermatofitos, Malassezia y Candida, son responsables de diversas infecciones en la piel (micosis cutáneas o tiñas). Su frecuencia es alta, ya que se encuentran en el suelo, los animales y otras personas, y el contagio es posible por contacto directo o a través de superficie húmedas.
El diagnóstico de las micosis cutáneas suele ser clínico. En algunos casos puede ser necesario un cultivo de las lesiones

Síntomas

Como los hongos responsables suelen alimentarse de la queratina de la capa superior de la piel, un síntoma habitual es la descamación y el picor. Cuando afectan a las mucosas (boca o vulva, por ejemplo) la manifestación habitual son secreciones blancas. Algunos pueden ocasionar una reacción inflamatoria muy acusada, con gran reclutamiento de unas células llamadas neutrófilos, con la formación de granos de pus (pústulas). Cuando afectan al cabello pueden provocar una destrucción del mismo y alopecia permanente.

Tipos de micosis

  • Superficiales: afectan al estrato córneo, pelo y uñas. Son las que explicamos a continuación.
  • Subcutáneas: afectan a tejido subcutáneo.
  • Sistémicas: profundas y oportunistas. Pueden afectar órganos como el pulmón o el sistema nervioso

Micosis superficiales

  • Pitiriasis versicolor: producida por una levadura denominada Malassezia. No es contagiosa, ya que este microorganismo forma parte de la flora de la piel sana, y crece exageradamente en situaciones de calor y humedad. Afecta a personas jóvenes, sobre todo hombres. Provoca manchas y descamación y, en ocasiones, despigmentación de la piel (la llamada variante alba), en la parte superior de la espalda y el pecho. Suele aparecer en época de calor y disminuir durante el invierno.
  • Dermatofitosis: causadas por los hongos Tricophyton, Epidermophyton y Mycrosporum, cada uno de ellos con varias especies. El contacto con animales es la forma de transmisión habitual. La infección se produce por el contacto directo de una persona, animal, superficie u objeto infectado. Se pueden clasificar según el área corporal afectada.
  • Tinea corporis, también llamada herpes circinado. No tiene nada que ver con las infecciones por el virus herpes. Se suele manifestar como una lesión en anillo, única o múltiple.
  • Tinea cruris: infección de la región inguinal y raíz de miembros inferiores. Es más frecuente en varones. Se encuentra frecuentemente asociada a tiña de los pies y onicomicosis (infección por hongos de la uña).
  • Tinea Manum: afecta las manos.
  • Tinea barbae: afectación de la zona de la barba, en varones. El contagio suele ser por contacto directo con animales o cuchillas de afeitar contaminadas.
  • Tinea capitis: infección del área del cuero cabelludo. Es casi exclusiva de los niños, y rara en adultos. Puede ser inflamatoria (querion de Celso) o no inflamatoria (formas fávicas o tonsurantes).
  • Tinea pedis o pie de atleta: muy frecuente. Asociada a caminar descalzo por suelos húmedos de lugares públicos y a calzado poco transpirable, como las zapatillas deportivas. Existen formas secas en «mocasín», formas interdigitales (descamación y picor entre los dedos), inflamatorias y ulcerativas
  • Tinea ungium u Onicomicosis dermatofítica: es la afectación por hongos de las uñas. La más frecuente es la forma distal, que afecta el extremo de la uña y va avanzando hacia la base.
  • Candidiasis: producidas por la levadura Candida albicans. Suele tener apetencia por zonas húmedas, provocando cuadros de micosis en mucosas (boca, vulva, glande, vagina) o en zonas de pliegues donde hay humedad y maceración. Afecta más a personas con la inmunidad debilitada, como ancianos y diabéticos.

¿Cómo se diagnostican las tiñas?

El diagnóstico suele ser clínico. En algunos casos puede ser necesario un cultivo de las lesiones o un examen directo al microscopio con hidróxido de potasio.

¿Cómo se tratan?

Los tratamientos médicos consisten principalmente en antifúngicos tópicos o sistémicos durante dos a cuatro semanas. En el caso de las micosis de las uñas el tratamiento puede ser más largo, entre tres y seis meses.

En cuanto al tratamiento preventivo cabe seguir diversos consejos:

  • No compartir objetos como toallas o ropa
  • Mantener una buena higiene de la piel y las uñas, con cuidado de que estén limpias y secas.
  • Evitar calzado no transpirable, sobre todo zapatillas deportivas o botas muy cerradas
  • Secarse bien los pies después de ducharse, sobre todo si se acude a baños o piscinas públicas.
  • Evitar caminar descalzo en áreas públicas.
  • Si hay contacto estrecho con animales, vigilar y comprobar periódicamente si tienen áreas donde han perdido el pelo o descaman. Esto es especialmente importante en animales domésticos: cobayas, hamsters, perros o gatos.




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