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Últimos Tratamientos para las Varices

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Pesadez, dolor, picor, cansancio, calambres musculares e incluso hinchazón en las piernas. Estos son los síntomas que acompañan a las varices, estas venas que presentan dilataciones y ondulaciones permanentes y patológicas en su pared. En las mujeres los síntomas pueden empeorar con la menstruación, el embarazo y con tratamientos hormonales sustitutivos o anticonceptivos orales.
La principal causa es la incompetencia de las válvulas venosas que provoca un aumento de la presión venosa de los miembros inferiores y el paso de sangre desde el sistema profundo al superficial.

¿Cómo funciona el sistema venoso?

Las venas de las piernas son las responsables del ascenso del flujo sanguíneo hasta el corazón en cantidad adecuada a las necesidades de cada momento. Ello es posible gracias a los trayectos venosos y a un sistema muscular impulsor a modo de bomba que permiten la movilización del flujo sanguíneo.

Existen dos sistemas venosos bien diferenciados en las extremidades inferiores: el superficial (sistema venoso superficial) y el profundo (sistema venoso profundo), ambos relacionados mediante las venas perforantes o comunicantes. Las venas del sistema superficial tienen unas paredes más finas y distensibles y se distribuyen en forma de red. El sistema venoso profundo alberga el 90% de la sangre venosa de los miembros inferiores y presenta paredes más gruesas (menos distensibles). Un sistema de válvulas es el responsable de encauzar el flujo sanguíneo en dirección ascendente y centrípeta (es decir, el flujo se dirige del sistema venoso superficial al profundo y, posteriormente, en sentido ascendente). ¿Cuál es el sistema que permite que la sangre se mueva en contra de la gravedad? Gracias a la contracción muscular la sangre se impulsa en sentido ascendente.


¿Cuándo hablaremos de insuficiencia venosa crónica?

Cuando existe dificultad para el retorno venoso. La principal causa es la incompetencia de las válvulas venosas que provoca un aumento de la presión venosa de los miembros inferiores y el paso de sangre desde el sistema profundo al superficial (en sentido opuesto a la normalidad). Generará la aparición de varices y daño en los capilares. En efecto, las varices son mucho más frecuentes en las extremidades inferiores y, al evolucionar, llevan a una insuficiencia vascular crónica (cinco veces más frecuente en la mujer que en el hombre).

¿Cuáles son los principales factores de riesgo?

En mujeres el factor de riesgo más frecuente es el embarazo mientras que en los hombres es el sobrepeso. Los profesionales sometidos a bipedestación (posición de pie) o sedestación (posición sentada) prolongada y poca movilidad tendrán mayor riesgo. El calor empeora los síntomas (el frío los mejora).

¿SABES QUIÉN ESTUDIA, CONTROLA Y TRATA ESTA PATOLOGÍA?

Es el cirujano vascular. En la primera visita realiza un interrogatorio extenso sobre el entorno médico y personal, y realiza una exploración física exhaustiva (inspección y palpación). Muy probablemente realizará una Eco-Doppler, procedimiento no invasivo que aporta la información necesaria para confirmar el diagnóstico y orientar hacia el tratamiento más adecuado.

¿Con qué propuestas terapéuticas contamos en la actualidad?

El tratamiento propuesto va a depender de la frecuencia e intensidad de los síntomas.
Como es evidente, vamos a recomendar unas medidas higiénico-dietéticas eficaces en todos los casos de varices, aunque, en más del 90% de casos vamos a precisar de tratamiento específico. Por ello no nos cansaremos de recomendar la realización de ejercicio físico de forma regular, el chorro de agua fría en las extremidades inferiores al finalizar la ducha o la alternancia de agua fría con tibia para estimular el tono venoso (se llama Hidroterapia de Kneipp), la elevación de las extremidades al finalizar el día, el control del peso y el abandono del hábito tabáquico.

Como medidas más específicas disponemos de:

  • Medidas de compresión mediante el uso de medias de compresión elástica que aplican una presión decreciente desde el tobillo, que mejora el retorno venoso y el edema. Normalmente se emplean durante todo el día con la mayor compresión tolerada por el paciente. ¡Ojo! Han de ponerse antes de levantarse de la cama (en ese momento las venas están desinflamadas).
  • Medias de compresión inelástica: se basa en la creación de un envoltorio rígido alrededor de la pierna para potenciar el vaciado venoso.
  • Drenaje linfático: mediante un masaje rítmico y suave ascendente sobre las paredes de los vasos linfáticos para redirigir el flujo y facilitar el retorno linfático hacia las venas.
  • Fármacos venotónicos: que proporcionan alivio a corto plazo.
  • Terapia invasiva: puede ser química (escleroterapia), térmica (radiofrecuencia y ablación por láser) o mecánica (fleboextracción parcial o completa de la vena safena)
  • La escleroterapia consiste en la inyección intravenosa de una sustancia y la posterior compresión local para obstruir la vena. Indicada en varices de pequeño tamaño y varices postquirúrgicas. Mención especial tiene la escleroterapia con espuma, que consiste en la inyección de una sustancia (polidocanol) que se convierte en microespuma en el interior de la vena, y se adhiere a su pared interna, provocando su retracción. Este procedimiento es de mucha utilidad en el tratamiento de las varices recidivadas. Permite tratar varices de cualquier tamaño, ya sean superficiales o profundas. Se realiza de forma ambulatoria. Posteriormente, se recomienda el uso de medias de compresión.
  • La radiofrecuencia consiste en la esclerosis del interior de la vena safena interna o externa mediante la aplicación de un sistema de oclusión en el interior de su luz. Para ello, primero se cateteriza la vena y posteriormente se libera energía en forma de calor provocando la retracción de sus paredes. El láser puede ocasionar efectos secundarios locales como cambios de pigmentación y quemaduras superficiales.
  • El CHIVA es una técnica quirúrgica que requiere un estudio hemodinamico con Eco-Doppler del sistema venoso de los miembros inferiores. Realiza una eliminación selectiva de la variz y preserva la vena safena interna.

La intervención quirúrgica estará indicada en caso de síntomas floridos o con riesgo de complicaciones (varicoflebitis, varicorragia) o en caso de recidiva (a los 10 años de la intervención un 25% de pacientes desarrollarán varices de nuevo).

¿Podemos prevenir la aparición de varices?

La prevención es fundamental en caso de poseer factores de riesgo (hipertensión, obesidad, dislipemia, diabetes, tabaco…) o antecedentes familiares próximos.

Las técnicas más eficaces son: ducha diaria con agua fría sobre las piernas o ducha de contraste (alternando agua caliente y fría), buena hidratación de la piel con cremas o aceites corporales, realizar ejercicio físico de forma regular, combatir el sobrepeso, evitar el estreñimiento, evitar posturas mantenidas durante tiempo prolongado, intentar dormir con las piernas ligeramente levantadas y levantar las piernas al final del día.

Respecto al calzado, como en muchas otras situaciones, se deben evitar los extremos. Tanto el calzado plano como el tacón muy alto dificultan el retorno venoso y el sistema muscular de bombeo sanguíneo ascendente. ¿Cuál es el calzado ideal? El amplio, cómodo, de tacón medio y con cordones. Ello no quiere decir que no podamos lucir unos estupendos tacones y lo compensemos después con un chorro de agua fría o baños de contraste y un buen masaje ascendente, o la elevación de las piernas durante unos minutos al finalizar la jornada.