Empezar con un dato positivo en un artículo sobre cáncer no es fácil, pero como en este caso lo tenemos, aquí va: en el 70% de los casos el cáncer de próstata se diagnostica cuando todavía está solamente en la próstata y no se ha extendido a otras estructuras, adyacentes o en la distancia. Una buena noticia si tenemos en cuenta que se trata del tumor más frecuente en hombres y supone la tercera causa de muerte por cáncer (después del de pulmón y colorrectal). El tratamiento se establecerá en función del grado de extensión y agresividad del cáncer de próstata.
La próstata es una glándula que forma parte del aparato reproductor masculino. Se encuentra bajo la vejiga, por detrás del pubis y por delante del recto, y pesa unos 20 gramos aproximadamente, más o menos como una castaña. Está formada por dos zonas:
Parte externa: se denomina cápsula y se localiza en la periferia. En ella se hallan las glándulas que producen la secreción prostática, uno de los principales componentes del esperma. Es precisamente en esta zona donde se pueden ubicar los cánceres de próstata.
Parte central: a través de ella pasa la uretra.
El cáncer de próstata es lo que se llama un adenocarcinoma, un tumor que se forma a partir de las glándulas de la próstata. El 99% de los cánceres de próstata son de este tipo y solamente un 1% son de otros tipos, como sarcomas, carcinomas o bien metástasis de otros tumores primarios, como de vejiga, colon, pulmón, melanoma o linfoma. El adenocarcinoma de próstata es un tumor multifocal, es decir, que puede aparecer simultáneamente en diferentes puntos de la próstata.
Cada año se diagnostican 30 nuevos casos de cáncer de próstata por cada 100.000 habitantes. Este cáncer, como la mayoría, es multifactorial, es decir, son varios los factores que pueden influir en su aparición, siendo los principales:
Hoy en día se detectan un mayor número de cánceres de próstata en parte porque la esperanza de vida es mayor, han descendido otras causas de muerte, han mejorado los protocolos de detección precoz y se realizan más intervenciones quirúrgicas para solventar la hiperplasia benigna de próstata y, en algunos casos, se halla en dichas próstatas focos de cáncer que no habían sido detectados previamente.
El cáncer de próstata es un tipo de tumor cuyo crecimiento es muy insidioso, muy lento, por lo que puede que no de síntomas hasta un estado más avanzado. Por esto mismo es esencial la detección precoz de estos tumores.
En caso de dar síntomas el cáncer de próstata se puede manifestar como:
El cáncer de próstata crece lentamente y se extiende hacia las vesículas seminales y la vejiga urinaria. Si no se trata se puede diseminar por la sangre y originar metástasis, principalmente a nivel óseo y, con menor frecuencia, en los pulmones, el hígado, las glándulas suprarrenales o el cerebro.
El diagnóstico del cáncer de próstata se fundamenta inicialmente en la exploración física mediante el tacto rectal. Al tacto se puede palpar una zona indurada y no dolorosa a nivel de la próstata.
El tratamiento, como en todos los tumores, será multidisciplinar y se deben valorar varias aproximaciones en cada caso. Algunas de las opciones terapéuticas son:
El tratamiento se establecerá en función del grado de extensión y agresividad del cáncer de próstata.
Ante cualquier síntoma urológico, es de vital importancia ponerse en contacto con un urólogo que pueda asesorarnos en el diagnóstico y el tratamiento.