Hoy en día casi toda la población sufre o ha sufrido alguna vez dolores musculares a causa de una contractura muscular. Las zonas más susceptibles son la espalda y el cuello, de hecho, la mayoría de las pacientes que acuden a la consulta del fisioterapeuta de forma frecuente suelen ser por lumbalgias, cervicalgias o tortícolis.
En este artículo, vamos a hablar concretamente de la torticolis: qué es, causas, prevención y su tratamiento, porque, ¿quién no se ha despertado alguna vez sin poder mover el cuello? A continuación, explicaremos y aclararemos cuáles son las causas de este bloqueo cervical y qué podemos hacer para prevenir su aparición.
La tortícolis o ‘’cuello torcido’’ es un bloqueo que afecta a la movilidad de la columna cervical. Provoca que la cabeza quede en una posición de inclinación y rotación hacia el lado opuesto ocasionando dolor, debido a una contracción involuntaria de la musculatura de la región. Existen diferentes tipos de tortícolis dependiendo de su forma de aparición. No todas son adquiridas por una mala postura o gesto, sino que también podemos nacer con ella.
La aparición de la torticolis en el adulto suele ser por estrés o por una fuerte contractura en la musculatura cervical debido a una sobrecarga continua en la zona. La realización de un mal gesto o una mala postura, como el quedarse dormido en el sofá, son factores que pueden desencadenar la aparición de una tortícolis, pero no son la causa directa ya que si mantenemos nuestra musculatura sana y flexible no tendríamos por qué sufrir este tipo de bloqueos. A continuación, explicamos con más detalle cada punto:
Estrés: Cuando sufrimos estrés o preocupación tensamos la musculatura de tal manera que, si se prolonga durante mucho tiempo, ésta puede provocar una contractura de la musculatura del cuello suficientemente aguda como para bloquear la movilidad de la articulación.
Sobrecargas: La contracción mantenida o repetitiva de la musculatura de una región como en este caso, el cuello, puede provocar también un acortamiento por fatiga. Trabajos con posturas mantenidas como el estar sentado durante muchas horas delante de un ordenador pueden propiciar la aparición de una tortícolis.
Como hemos comentado anteriormente, cuando ya sufrimos tensiones musculares por estrés o sobrecargas debido a nuestra actividad laboral o un mal gesto repentino, como es el giro rápido de la cabeza o el quedarse dormido en una superficie poco ergonómica, pueden acabar de agravar la situación de la musculatura con una contracción involuntaria que impide el movimiento libre del cuello.
El tratamiento de la tortícolis puede variar en función de la causa que la provoque, pero por lo general se recomienda reposo, toma de analgésicos y fisioterapia para disminuir el dolor y la inflamación. Estas lesiones se resuelven fácilmente si se aplica un tratamiento adecuado, no obstante, si los episodios se van repitiendo y no se tratan pueden acabar en una hernia discal, por lo que será importante abordar la lesión y evitar que vuelva a aparecer con medidas preventivas.
Existen una variedad de técnicas que pueden utilizarse para aliviar el dolor y devolver la elasticidad a la musculatura que está acortada. El ejercicio terapéutico y los estiramientos serán un complemento muy importante para la terapia física que realizará el fisio. Si acudes a un fisioterapeuta por una tortícolis, podrás experimentar la combinación de las siguientes herramientas durante el tratamiento:
La prevención es siempre la vía para evitar la aparición de una lesión o enfermedad, en el caso de la tortícolis, deberás tener en cuenta los siguientes puntos: