Descarga la aplicación
google play storeapple store


  1. Savia
  2. Contenidos de salud
  3. Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Regístrate y recibe un mes de servicios ilimitados gratuitos en Savia
videoconsulta 24 horasVideoconsulta 24 horas
chat médico 24 horasChat médico 24 horas
evaluador de síntomasEvaluador de síntomas
Regístrate ahora gratis

Atención, porque niños (o adultos) considerados socialmente como unos “veletas”, “oveja descarriada” o “cabeza loca”, pueden esconder el diagnóstico de un TDAH.

Las bases científicas del conocimiento de las peculiaridades del TDAH clínicas se establecieron a principios del siglo XX.

Aunque el cuadro clínico se conoce “desde siempre” a lo largo de la historia de la Humanidad, las bases científicas del conocimiento de sus peculiaridades clínicas se establecieron a principios del siglo XX. El TDAH había sido considerado como un cuadro que predominaba ampliamente en los varones, pero esta teoría va perdiendo fuerza a medida que pasa el tiempo y, actualmente, se estima que su prevalencia es muy similar en ambos sexos, si bien en los varones parece predominar la hiperactividad y en las mujeres el déficit de atención.

Qué es

Desde la reciente publicación de la edición actualizada del “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5)”, se considera un TDAH cuando se cumplen los siguientes criterios diagnósticos:

  • Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo, que se caracteriza por (1) y/o (2):

1. Inatención: seis (o más) de los siguientes síntomas (observados con frecuencia) se han mantenido durante al menos seis meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales (Nota: los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso en la comprensión de tareas o instrucciones). (Para adolescentes mayores y adultos se requiere un mínimo de cinco de los siguientes síntomas).

  • Falla en prestar la debida atención a detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades.
  • Tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas (por ejemplo, tiene dificultad para mantener la atención en clases, conversaciones o la lectura prolongada).
  • Parece no escuchar cuando se le habla directamente (por ejemplo, parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia de cualquier distracción aparente).
  • No sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los quehaceres o los deberes laborales (por ejemplo, inicia tareas, pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad).
  • Tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por ejemplo, dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner los materiales y pertenencias en orden; descuido y desorganización en el trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple los plazos).
  • Evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo, preparación de informes, completar formularios, revisar artículos largos, etc.).
  • Pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por ejemplo, materiales escolares, billetero, llaves, papeles del trabajo, gafas, móvil…).
  • Se distrae con facilidad por estímulos externos (en adolescentes mayores y adultos puede incluir pensamientos no relacionados).
  • Olvida las actividades cotidianas (como devolver las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas).

2. Hiperactividad e impulsividad: seis (o más) de los siguientes síntomas (observados con frecuencia) se han mantenido durante al menos seis meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente a las actividades sociales y académicas/laborales. (Nota: ídem a la anterior). (Ídem para adolescentes mayores y adultos).

  • Juguetea con o golpea las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
  • Se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado (por ejemplo, en la clase, en la oficina o en otras situaciones).
  • Corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado. (En adolescentes o adultos puede limitarse a estar inquieto).
  • Es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas.
  • Está “ocupado,” actuando como si “lo impulsara un motor” (por ejemplo, es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones, etc.).
  • Habla excesivamente.
  • Responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta (por ejemplo, termina las frases de otros, no respeta el turno de conversación).
  • Le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras espera en una cola).
  • Interrumpe o se inmiscuye con otros (por ejemplo, se mete en las conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen otros).

Cómo se trata

El tratamiento de los niños y jóvenes con TDAH conlleva:

  • Prestar una información adecuada acerca del cuadro clínico a los padres, siempre intentando tranquilizar, relajar y motivar al entorno familiar para facilitar el sacarlos adelante.
  • También incluiría el negar cualquier tipo de culpabilidad en su aparición tanto a padres como profesores.
  • Reafirmar que el niño lleva el cuadro en su constitución y tampoco es culpable del mismo.
  • Hay que recalcar que el cuadro persiste siempre, pero que ello no impide que la mayoría de los niños que lo padecen sean personas normales.
  • Hay que informar de que la mejor medicina para ellos es la paciencia, la comprensión, la ayuda y la firmeza de criterio.
  • Desde el punto de vista farmacológico, hay que saber que las sustancias estimulantes (el metilfenidato es el fármaco de elección) suelen calmarles y los tranquilizantes les ponen más nerviosos.