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¿Tengo la Helicobacter Pilory?

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Si alguna vez has sentido inflamación o sensación de quemazón en la parte superior del abdomen, es posible que la causa sea alimentaria: algún exceso, comidas pesadas o picantes, etc. No obstante, si ese malestar es intermitente, dura varios días y va acompañado de náuseas o pérdida de peso a corto plazo, podría tratarse de una úlcera gástrica, en cuyo caso deberías consultar con el médico especialista en sistema digestivo para valorar si el culpable de todo esto es el denominado Helicobacter Pylori.
El único tratamiento que erradica la bacteria Helicobacter Pylori es la terapia con una combinación de antibióticos específicos

Sobre la bacteria y de sus consecuencias

El Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria que habita exclusivamente en nuestro estómago ya que es altamente resistente al PH ácido de los fluidos gástricos. Dicha bacteria se encuentra, aproximadamente, en dos tercios de la población mundial y es asintomática en el 70 % de los casos.

Sin embargo, el H. pylori puede provocar una infección, muy común en los países en vías de desarrollo, que puede empezar en la niñez y cuyos síntomas no aparecen hasta la edad adulta. Esta infección se debe a los daños que provoca esta bacteria en el revestimiento de la mucosa gástrica que protege el estómago y el duodeno, permitiendo así que los ácidos estomacales irriten dicha mucosa y se originen inflamaciones gástricas (gastritis) e incluso úlceras de estómago y del intestino delgado. De hecho, el H. pylori es responsable de más de la mitad de las úlceras pépticas en todo el mundo.

Además, recientemente se ha clasificado esta bacteria dentro del grupo I de carcinógenos ya que su infección puede ser un factor de riesgo para desarrollar cáncer gástrico, según la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer.

En definitiva, la infección por H. pylori puede producir diferentes patologías según la severidad y duración de dicha infección, entre las que encontramos: gastritis aguda (duración de unos días), o gastritis crónica (permanente) que, a su vez, puede ocasionar úlceras gástricas y duodenales, cáncer gástrico y linfoma MALT (cuyo acrónimo en inglés significa «tejido linfoide asociado a mucosas»).

Síntomas de la infección por Helicobacter Pylori

Cuando existe una infección por H. pylori, los principales síntomas que se pueden sufrir son:

  • Hinchazón abdominal.
  • Mayor sensación de saciedad tras la ingesta de alimentos.
  • Dolor ardiente que se presenta con el estómago vacío (o entre comidas) de aparición intermitente que puede durar días o semanas.
  • Cambios en las heces.
  • Náuseas y/o vómitos.
  • Pérdida de peso.
  • Falta de apetito.
  • Debilidad.
  • Anemia.
  • Eructos y regurgitación.

¿Cómo se diagnostica una úlcera causada por esta bacteria?

Ante la aparición de los signos de sospecha de infección que hemos mencionado, es necesaria una evaluación completa del paciente por parte del médico para valorar si los síntomas de gastritis son debidos a un uso continuado de AINES (antiinflamatorios no esteroideos) o debidos a la presencia de H. pylori.

Entre los test no invasivos para evaluar la presencia de H.pylori, encontramos:

  • Prueba de sangre: su principal objetivo es la detección de anticuerpos contra el H.pylori.
  • Prueba de aliento: el paciente ingiere una solución con urea que, ante la presencia de la bacteria, será transformada en dióxido de carbono, gas detectable por el aire expirado al cabo de 10 minutos. En dicha prueba, se recomienda que el paciente no tome antibióticos ni inhibidores de la bomba de protones (protectores de estómago) en las dos semanas anteriores a ésta.
  • Prueba en heces: es necesaria para detectar antígenos de H. pylori.

Además, según el caso, el médico puede ordenar una endoscopia a través de la cual se realizará una biopsia para analizar el tejido esófago-gastro-duodenal y confirmar la presencia de H. pylori

¿Cuál es su tratamiento?

El único tratamiento que erradica la bacteria H. pylori es la terapia con una combinación de antibióticos específicos (claritromicina, tetraciclina y/o metronidazol) administrados entre siete y 14 días. No obstante, aunque los antibióticos pueden curar el 80-90% de las úlceras causadas por H. pylori, también es necesario combinar los antibióticos con la toma de otros medicamentos que ayuden a reducir la secreción de ácido en el estómago y a favorecer la cicatrización de la úlcera. Estos medicamentos se denominan comúnmente “antiácidos” y entre ellos encontramos los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, pantoprazol, etc.)

Tras cuatro semanas de tratamiento, se deberán realizar nuevamente las pruebas de aliento o de heces para confirmar que la bacteria ha sido eliminada

¿Qué alimentación puede ayudar a mejorar los síntomas de infección?

Aunque el tratamiento principal se lleve a cabo mediante la medicación pautada por el médico, también podemos mejorar la sintomatología derivada de esta infección (gastritis, úlceras, irritación, etc.) mediante una dieta de protección gástrica (o dieta “blanda”), cuyas principales premisas son:

  • Evitar comidas copiosas.
  • Realizar pequeñas ingestas de alimentos varias veces al día (seis o siete).
  • Comer despacio, masticando bien y reposando tras las comidas.
  • Beber suficiente agua o infusiones (ni muy frías ni muy calientes).
  • Evitar los zumos de frutas, las bebidas con gas, el café, el té, el cacao y el alcohol.
  • Preparar los alimentos con poca sal, sin especias picantes y con poco aceite (evitar fritos y rebozados).
  • Evitar los alimentos ultraprocesados (dulces, galletas, bollería salsas, snacks, patatas chips) y los fiambres y embutidos (pavo, jamón dulce, salchichón, etc.)
  • Tomar los cereales refinados (arroz, avena, maíz, etc.) en vez de integrales.
  • Priorizar la ingesta de vegetales y frutas cocidas al vapor, hervidas o al horno o en forma de purés frente a verduras y frutas crudas.
  • Optar por el consumo de carnes blancas (pollo o pavo) y pescado blanco frente a la ingesta de pescado azul (atún salmón, etc.), marisco y carnes rojas (ternera).
  • Evitar la ingesta de leche entera y probar la tolerancia a yogures o quesos frescos.
  • Evitar la yema de huevo o, según tolerancia, ingerir el huevo muy cocido (en forma de tortilla o huevo duro).
  • Probar la tolerancia a legumbres cocidas o en forma de puré.

¿Qué puedo hacer para evitar una infección por h. pylori?

La principal forma de transmisión de la bacteria de H. pylori de una persona a otra es por medio de la boca (concretamente la saliva) o del contacto con vómitos o heces. A su vez, éstas pueden contaminar aguas o alimentos, por lo que resulta indispensable una correcta higiene y preparación de los alimentos para minimizar los riesgos de infección. En general, las principales acciones que nos pueden ayudar a prevenir una infección por H.pylori son:

  • Lavarse las manos con agua y jabón después de usar el baño y antes de comer.
  • Comer alimentos correctamente lavados, higienizados y cocinados.
  • Beber agua de fuentes limpias y seguras.

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