La queratosis es una afección de la piel en la que se produce un engrosamiento de la capa externa de la piel o capa córnea. Uno de los tipos de queratosis que se pueden dar es la queratosis pilaris o pilar.
La queratosis pilaris es una afección cutánea infantil y juvenil benigna consistente en la presencia de pápulas de un tamaño inferior a 1 cm de diámetro que se sitúan alrededor del folículo piloso y que se agrupan en placas de consistencia áspera.
Se produce por la formación de tapones de queratina en el interior de los folículos pilosos que dan lugar a la aparición de los granos.
En niños suele afectar a la zona de las mejillas. En adolescentes y adultos jóvenes afectan sobre todo a zonas cutáneas de brazos, muslos y zona glútea.
La causa de la queratosis pilaris no es bien conocida. En ocasiones aparece asociada a fototipos de piel oscura y a la presencia de dermatitis atópica. También se asocia con patologías como la obesidad, la diabetes, la insuficiencia renal, el síndrome de Down, y con diversos trastornos hereditarios como la ictiosis vulgar, entre otros.
Finalmente, el tratamiento con algunos fármacos determina un mayor riesgo de queratosis pilaris. Entre ellos se encuentran los corticoides sistémicos y el litio.
El diagnóstico de la queratosis pilaris se debe llevar a cabo mediante la historia clínica y una adecuada exploración física.
Entre los síntomas más destacables destacan la aparición de las pústulas que pueden tener implicaciones negativas de índole estético, especialmente, cuando las lesiones aparecen en zonas más expuestas como el rostro. Estas suelen desaparecer sin ninguna lesión residual, aunque en ocasiones pueden dejar cicatriz, especialmente las que aparecen en la cara.
Normalmente, la queratosis mejora en las épocas de calor y tiende a empeorar con el frío y una menor humedad ambiental.
Otros síntomas que pueden aparecer incluyen:
El tratamiento suele consistir en la combinación de varios principios activos con el fin de ablandar los acúmulos de queratina que se producen en las pústulas. En cualquier caso, las lesiones no desaparecen de forma inmediata, por lo que el tratamiento puede alargarse durante períodos de varios meses.
Algunos de los tratamientos para la queratosis pilar pueden incluir:
En general la queratosis pilar empeora con el frío y una mayor sequedad del ambiente. También puede empeorar con cosméticos y tratamientos agresivos para la piel.
Por el contrario, el correcto cuidado de la piel, incluyendo una buena higiene e hidratación pueden ayudar a mejorar los síntomas de la queratosis pilaris, así como sucede con la mayoría de afecciones de la piel.
Los hábitos de higiene y mantener una adecuada humedad en la piel son las claves para cuidar la piel con queratosis pilaris.
En lo relativo a propiciar los cuidados necesarios para conseguir una adecuada humedad e hidratación de la piel, es recomendable:
En cuanto a las cremas hidratantes son preferibles las lociones emolientes que incluyan ingredientes que humecten la piel y creen una película protectora.
Por último, ante cualquier síntoma o sospecha, siempre es importante acudir al dermatólogo para que podamos encontrar la mejor respuesta a los problemas de la piel de manera rápida.