En la exploración del bebé o el niño en la edad pediátrica, existen una serie de parámetros objetivos que ayudan al pediatra a llevar el seguimiento antropométrico. Estos parámetros vienen establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Existen diferentes tablas de crecimiento a disposición del pediatra. Hay que tener en cuenta que, para la mayoría de los niños se podrán utilizar las tablas estándar de crecimiento, aunque para los bebés prematuros se utilizarán unas tablas específicas para ellos, y también en función de su origen racial.
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Los indicadores principales de crecimientos son:
Los datos antropométricos se deben comparar con los de la población mediante gráficas de crecimiento. Las tablas discriminan por sexo y edad.
Para evaluar el crecimiento y desarrollo de un niño, todas las medidas antropométricas que tomemos deben valorarse en relación con las tablas de percentiles. Se considera dentro de la normalidad los valores que se encuentran entre la media y +/- 2DS (desviaciones estándar).
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Es frecuente que los padres en la revisión del niño sano nos pregunten con preocupación en qué percentil está su hijo, en talla, peso o perímetro craneal. En ese instante les mostraremos el puntito sobre la gráfica de crecimiento obteniendo al instante el percentil correspondiente.
El percentil no es más que un método estadístico que compara niños y niñas de su misma edad en peso, talla o índice de masa corporal. Pongamos un par de ejemplos:
Hasta los cuatro años, la velocidad de crecimiento en cuanto a estatura es la mayor de cualquier periodo de la vida postnatal. Al llegar a la pubertad aumenta de la velocidad de crecimiento, que es más precoz en las niñas y suele coincidir con el inicio del desarrollo mamario.
El indicador más importante para detectar pronto las alteraciones del crecimiento es la velocidad de crecimiento.
Lo más importante es que tu hijo crezca de forma armónica y proporcionada a su talla. El pediatra en cada revisión seguirá su evolución con las tablas de crecimiento y valorará si es necesario realizar algún estudio complementario (analítica, edad ósea…).
Un descenso de 2 desviaciones estándar del percentil de peso o talla nos obligará a realizar estudios complementarios para descartar que nuestro paciente pediátrico tenga, por ejemplo, alguna enfermedad del sistema digestivo como la enfermedad celíaca o bien un retraso del crecimiento, aunque a veces son alteraciones del crecimiento que no implican ninguna enfermedad.
Y en caso de obesidad o sobrepeso, el pediatra pautará una mejora de la alimentación y la práctica de más actividad física.
El perímetro craneal (PC) es un indicador del tamaño de la cabeza de un niño desde el nacimiento hasta los dos años. El PC al nacer es de 35 cm aproximadamente y es mayor al perímetro torácico. Al final del primer año ambos perímetros se igualan y, después, el perímetro torácico es mayor. A partir de los dos años sólo utilizaremos tablas de peso y talla según el sexo del niño o niña.
Es muy importante el concepto de perímetro craneal en un percentil adecuado ya que diferenciará variaciones anormales de crecimiento de la cabeza como microcefalia y macrocefalia y, en estos casos, se realizarán controles más estrictos.
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