Los infartos son, en la mayoría de los países del primer mundo, la primera causa de muerte por enfermedad cardiaca. El tratamiento médico oportuno reduce este riesgo y el daño permanente e irreversible causado al corazón por el bloqueo de flujo de sangre hacia él, de ahí la importancia en reconocer sus síntomas y saber actuar con responsabilidad ante ellos.
Si quieres saber más sobre este tema, te invitamos a que sigas leyendo este artículo.
Los síntomas pueden variar y no ser específicos, así como que no estén presentes todos a la vez. Es importante, si el paciente está consciente, preguntarle por sus antecedentes personales, sobre todo, hipertensión arterial o si ha presentado síntomas iguales a estos en algún momento de su vida. Suelen ser:
Un punto importante, al momento de presenciar a alguien con dolor en el pecho, es nuestra primera actuación. Hay que estar tranquilo y tomar el control de la situación llamando a emergencias inmediatamente. También le preguntaremos al paciente si anteriormente se le ha presentado ese mismo dolor o si toma alguna medicación para ello, en cuyo caso mientras llegan los servicios de urgencias procederemos a administrársela.
La atención médica oportuna es vital en el éxito del tratamiento de estos pacientes, en especial, la eficacia del tratamiento trombolítico, que disuelve los trombos producidos en el infarto, limitando el daño permanente cardiovascular.
Si estamos con una persona que sospechamos que presenta dolor en el pecho producido por un infarto, lo primero que debemos hacer es mantener la calma, ofrecerle tranquilidad al paciente y llamar al servicio de urgencias. Mientras el servicio de urgencias llega, existen una serie de medidas que podemos adoptar para colaborar con el confort del paciente:
El dolor torácico no siempre es sinónimo de infarto; el tórax alberga numerosas estructuras y órganos que pueden causar molestias que asemejan el dolor torácico de origen cardíaco, como pueden ser:
El dolor torácico del infarto es un dolor característico difuso, localizado detrás del esternón con irradiación hacia el hombro y brazo izquierdo, así como la mandíbula izquierda. El dolor no se alivia con los cambios posturales y suele acompañarse de otros síntomas, como sudoración profusa, náuseas, vómitos, falta de aire o pérdida de conocimiento.
Ante la sospecha de dolor torácico, aunque no sea un dolor típico cardiaco, es importante acudir al servicio de urgencias inmediatamente, donde realizarán las pruebas necesarias, como electrocardiograma y analítica, para descartar enfermedad cardíaca u otras patologías agudas graves, especialmente, en personas con factores de riesgo cardiovasculares.
Es importante reconocer los signos de alarma de un infarto, los cuales pueden variar entre hombres y mujeres, siendo estas últimas más propensas a presentar síntomas vasovagales con mayor número de complicaciones.
Ante la sospecha de enfermedad cardiaca, es importante llamar a urgencias o acudir al centro de salud más cercano para realizar las pruebas pertinentes y descartar enfermedad cardiaca aguda.
Entre los signos de alarma clásicos encontramos en dolor opresivo retroesternal de minutos de duración irradiado a hombro y brazo izquierdo, así como cuello y mandíbula izquierda, malestar en el pecho con mareos, desmayos, sudoración, náuseas o dificultad respiratoria. Signos menos comunes son el dolor abdominal sin dolor de pecho, palpitaciones, ansiedad, debilidad o fatiga inexplicable, sensación de quemazón epigástrica como indigestión o dolor parecido a la flatulencia.
Puedes acceder a la consulta de un especialista o si tienes alguna duda urgente puedes chatear de forma inmediata con un cardiólogo.