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¿Qué Hacer Para No Roncar?

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¿Te desesperas porque tu acompañante de cama no para de roncar y eres incapaz de dormir? ¡No te desanimes! Puede solucionarse. Y mejorar tu calidad de vida pero, sobre todo, la de tu acompañante.

El ronquido esencial es un síntoma nocturno muy frecuente, producido por una dificultad del paso del aire por la orofaringe (parte alta de las vías respiratorias). La elevación de la resistencia de las vías aéreas superiores y su vibración durante el sueño son las que producen el tan molesto, antisocial y desesperante sonido del ronquido en todo el trayecto de la vía aérea superior. Éste puede dar lugar a despertares que conllevan una fragmentación de la arquitectura del sueño, provocándose con ello secundariamente, por ejemplo, una somnolencia diurna importante en el paciente.
Los especialistas del sueño concuerdan, en general, en que el tratamiento del ronquido, y en especial del SAOS, debe tratarse de manera multidisciplinaria.

Principales causas del ronquido

  • El sobrepeso y la obesidad.
  • La edad avanzada (con el aumento de edad hay pérdida de tonicidad muscular).
  • Cualquier otra razón de pérdida de tonicidad muscular (por ejemplo, las enfermedades neuromusculares).
  • Las alteraciones anatómicas de la vía respiratoria: la existencia de pólipos nasales, rinitis (inflamación), infecciones catarrales simples, hipertrofia (exuberancia) del tejido adenoideo (también llamadas vegetaciones) y amigdalar, la dismorfia septal (o desviación del tabique nasal), la retro o micrognatia (mentón pequeño o retraído), la macroglosia (lengua demasiado grande).
  • Ingesta de alcohol. Fumar. Ingesta de medicamentos tipo hipnóticos (pastillas para dormir) o antihistamínicos, a la hora de acostarse.
  • El estrés y el cansancio.

Apnea obstructiva

El ronquido es el precursor del denominado Síndrome de las Apneas Obstructivas del Sueño (SAOS). Es la pausa respiratoria causada por la obstrucción o colapso de la vía aérea superior a nivel de la nasofaringe u orofaringe. Tiene como característica que cuando la persona se duerme y pierde el tono muscular, los músculos y las estructuras que rodean la vía aérea superior (entre las cuales están el velo del paladar, la úvula o  “campanilla“, los pilares de la faringe, las amígdalas, las adenoides o “vegetaciones” y la lengua) se relajan, bloquean totalmente la vía aérea y limitan o, más bien, evitan el paso del aire y, consecuentemente, con ello se impide la respiración. Esta suspensión respiratoria involuntaria es por lapsos de por lo menos 10 segundos, pero a veces llegan hasta casi los dos minutos. La hipopnea se describe cuando la faringe no se cierra del todo, pero, aun así, se produce en ella una constricción parcial lo suficientemente importante como para provocar una desaturación (bajada) del nivel de oxígeno en sangre, de tal forma que provoca despertares en el paciente y, por consiguiente, alteraciones en la arquitectura normal del sueño.

CURIOSIDAD

Se aceptan como normales en el ser humano hasta cuatro suspensiones (apneas/hipopneas) de más de 10 segundos de duración, por hora de sueño.

Decálogo de síntomas para reconocer y diagnosticar un SAOS

  • Roncar habitual y pesadamente más de 5 noches por semana.
  • Dejar de respirar al dormir, y cuando se vuelve a respirar, hacerlo entre jadeos y ruidos, a veces hasta con movimientos musculares.
  • Tener excesiva somnolencia diurna (porque no se duerme bien de noche), por lo que el paciente “cabecea” o dormita en todas partes.
  • Despertar con cefalea (dolor de cabeza), con la garganta reseca o dolorida.
  • Dormirse por las noches antes de que pasen 5 minutos después de poner la cabeza  sobre la almohada.
  • Dificultad de levantarse por las mañanas y hacerlo muy cansado/a.
  • Tener problemas de concentración en las tareas a realizar.
  • Tener problemas de memoria.
  • Bajada del rendimiento en el trabajo.
  • Disminución de la libido en ambos sexos y, en los varones, presentar problemas de disfunción eréctil.

El SAOS se diagnostica mediante la polisomnografía y es una enfermedad potencialmente mortal, cuando no se controla. Los casos con resultado de muerte suelen ser, generalmente, por isquemias cardiacas o cerebro-vasculares (infartos de corazón o ictus).

¿Cómo se trata?

El tratamiento del ronquido se basa en el tratamiento de la causa que lo provoca. Por ejemplo:

  • Perder peso.
  • Realizar actividades físicas que aumenten el tono muscular.
  • Evitar alcohol y tranquilizantes.
  • Establecer una rutina de sueño.
  • Dormir de costado en lugar de en posición supina (boca arriba).
  • Dormir con uno o varios cojines extra que eleven la altura de la cabeza, por lo menos 10 centímetros.

Un ejemplo de tratamiento del SAOS sería un aparato o equipo denominado CPAP (consiste en un dispositivo que emite aire a presión positiva continua, evitando así el colapso de la vía aérea superior, a través de una mascarilla que se encaja en la cara del paciente).

Los especialistas del sueño concuerdan, en general, en que el tratamiento del ronquido, y en especial del SAOS, debe tratarse de manera multidisciplinaria (varias especialidades médicas integradas y coordinadas), siendo muchas veces necesario combinar distintos tipos de tratamiento en un solo paciente para lograr los resultados adecuados.