¿Es una luxación? ¿Se acompaña de fractura? ¿Es el primer episodio o es recidivante? Si me encuentro en una situación así, ¿cómo puedo ayudar?
Para que exista una luxación debe darse una pérdida del contacto de las superficies articulares que conforman una articulación. Normalmente, va asociada a una lesión cápsulo-ligamentosa debido al traumatismo que ha ocasionado la luxación. ¿Qué quiere decir que es recidivante? Pues que esa articulación se ha luxado en varias ocasiones.
Ante todo, debemos identificar cuál es la articulación que está presuntamente luxada. El afectado se quejará de un dolor importante y presentará una impotencia funcional absoluta (no podrá moverla) pues de los dos huesos que forman la articulación uno de ellos está desplazado y no permite el recorrido normal de la articulación. Nos encontraremos una deformidad externa muy llamativa (con una gran asimetría respecto al otro lado).
El mecanismo desencadenante es muy probable que haya sido un golpe seco en la zona.
Llegado este punto quizás debería decirte lo que no debes hacer: bajo ningún concepto te dispongas a reducir una luxación sin saber la lesión a la que nos enfrentamos. ¿No te sorprende que al llegar al hospital el médico solicite una radiografía antes de proceder a la reducción? No es que el médico dude de cómo reducir la articulación, sino que debe descartarse una fractura asociada y observar el tipo de luxación (anterior, posterior o lateral) antes de su manipulación.
En primer lugar, intenta inmovilizar la zona sin forzar el movimiento (si es una extremidad superior basta con un cabestrillo, y si es una extremidad inferior traslado en bloque sin doblar la pierna).
Posteriormente aplica hielo local sobre la zona afecta y con intención antiinflamatoria local.
Y por último gestiona el traslado de la persona a urgencias (en vehículo o ambulancia, según precise) y, sobre todo, no le des nada de beber ni de comer.
En primer lugar, es muy importante que tengas claro por qué no puede beber ni comer. La respuesta es comprensible. Puede ocurrir que la recolocación ortopédica o convencional en urgencias no sea posible y el paciente tenga que ir al quirófano para ser reducido bajo sedación o anestesia general. En este caso es imprescindible que no tenga ningún tipo de contenido gástrico. Si precisa ir a quirófano y ha bebido o comido nos encontramos con un problema para anestesiarlo. ¿Qué hacemos si, por el dolor, tiene la boca seca y nos pide agua? Cogeremos unas gasas o pañuelo empapado en agua y le mojaremos los labios para aliviar su sequedad de boca.
Ante todo, lo primero es priorizar esa visita. La pasamos, pues, inmediatamente al box y tras la exploración solicitamos una radiografía y le administramos medicación analgésica intramuscular (recuerda que no puede beber ni comer).
Una vez estudiada la radiografía procedemos a la recolocación tras la cual exploramos la movilidad y sensibilidad nuevamente y procedemos a la colocación de un vendaje inmovilizador. En ese momento realizamos otra radiografía para comprobar que el hueso ha vuelto a su lugar. Siempre inmovilizamos la articulación tras una luxación y recomendamos un tratamiento analgésico para el domicilio. Posteriormente seguirá control evolutivo.
Si no resulta posible la recolocación manual en urgencias es cuando solicitamos la intervención del anestesista para hacerlo en quirófano.