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Qué Es una Tendinopatía

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¿Qué es un tendón y para qué sirve? Ante todo, vamos a recordar que un tendón es un haz de fibras de tejido conjuntivo semielástico que une el músculo al hueso. Más claramente, es como una goma elástica que confiere al músculo la capacidad de extenderse. ¿Y qué pasa si esta goma se inflama por cualquier motivo? Hablaríamos de una tendinitis, que es un tipo de tendinopatía.
Debemos pensar en tendinopatía por el dolor intenso al realizar algún movimiento en el que se vea involucrado ese tendón y, por extensión, la incapacidad funcional de la zona.

¿Tendinitis o tendinopatía?

Para ser puristas no. La tendinitis es una inflamación del trayecto tendinoso que produce dolor, incapacidad funcional e incluso crepitación. En cambio, deberíamos utilizar el término tendinopatía para hacer referencia a cualquier afectación del tendón, sea o no tendinitis. Entonces, ¿existen otras lesiones en el tendón diferentes a la tendinitis?  Por supuesto que sí: ruptura parcial o total del tendón, calcificación intratendinosa, desinserción tendinosa y tendinosis (degeneración de las fibras que componen el tendón, normalmente como consecuencia de la edad).

Ahora ya tenemos claro que una tendinitis es un tipo de tendinopatía. Por ello, ante una afectación del tendón, si no tenemos la certeza de que se trate de una inflamación o tendinitis, debemos usar el término de tendinopatía.

¿Cuál es el principal síntoma que debe hacernos pensar en una tendinopatía?

El dolor intenso al realizar algún movimiento en el que se vea involucrado ese tendón y, por extensión, la incapacidad funcional de la zona. Un dolor en el tendón puede ser debido a una simple posición forzada al dormir cuya evolución va a ser buena a las pocas horas. Sin embargo, puede debutar así un problema de tendón, de un día para otro y sin ningún traumatismo desencadenante. Tengo que decirte que, cuando esto ocurre, es porque el tendón hace tiempo que sufre alguna patología.

¿Por qué se originan las tendinopatías?

Las tendinopatías pueden ser causadas por factores muy diferentes. Estos son los más relevantes:

  • Sobrecarga tendinosa: es frecuente en el ámbito laboral pero no olvidemos que también utilizamos el tendón cuando realizamos actividad deportiva o cuando jugamos con nuestros hijos, por ejemplo.
  • Microtraumatismos repetitivos: una simple calcificación puede ser la causante de un dolor insoportable en una articulación (muy frecuente en el hombro). Sería el equivalente a un cálculo renal, pero, en nuestro caso, el depósito de calcio u otro material sería en el espesor del tendón.
  • Degeneración fisiológica: por desgaste.
  • Alteraciones anatómicas: es posible que los espacios por lo que discurren los tendones se vean comprometidos por deformidades óseas que conlleven a desequilibrios biomecánicos.

¿Qué hacer en caso de sospechar una tendinopatía? 

Debemos acudir a visita médica. Tanto el traumatólogo como el reumatólogo pueden abordar esta patología al inicio. Cuando los recursos médicos se agotan y debe recurrirse a la cirugía es el traumatólogo quién la realiza.

¿Cómo se confirma el diagnóstico?

En la mayoría de los casos los síntomas que manifiesta el paciente son decisorios. Debemos confirmar el diagnóstico mediante una exploración física exhaustiva y, muy probablemente, mediante una prueba complementaria.

¿Qué pruebas son necesarias?

Normalmente la primera prueba que se realiza ante un dolor en una articulación es una radiografía para ver la calidad ósea y descartar la posible presencia de una calcificación, por ejemplo. Pero no olvidemos que los tendones son radiotransparentes por lo que no nos va a ser posible estudiar su trayecto en una radiografía. Si realmente la sospecha de lesión tendinosa es alta vamos a precisar la realización de una ecografía o una resonancia magnética nuclear para llegar al diagnóstico definitivo.

Tratamiento

Una vez se llegue al diagnóstico de certeza tenemos que abordar el tratamiento más indicado para cada caso. La batería de tratamientos utilizada es muy amplia. Voy a tratar de darte una pincelada al respecto.

  • En fase aguda se opta por la inmovilización temporal de la articulación afecta, la aplicación de hielo local y el tratamiento mediante antiinflamatorios vía oral.  
  • En fase subaguda puede realizarse tratamiento rehabilitador o fisioterapia. Cuando el proceso se cronifica se recurren a otras alternativas terapéuticas como la infiltración local de corticoides (en ocasiones es preciso realizar más de una infiltración), la infiltración de plasma rico en factores de crecimiento (PRFC) y la artroscopia (que permite la visualización y reparación del tendón dañado).

PLASMA RICO EN FACTORES DE CRECIMIENTO, EN QUÉ CONSISTE

Por su importancia en la actualidad, vamos a hacer especial hincapié en el tratamiento mediante PRFC (Plasma Rico en Factores de Crecimiento). Se obtiene a partir de una extracción de sangre de la propia persona en la que se separan sus componentes en dos: Plasma Rico en Plaquetas (PRP) y Plasma Pobre en Plaquetas (PPP).

Del primero se obtiene un gel de proteínas rico en plaquetas que se inyecta en el lugar afectado. Es, pues, un producto autólogo (obtenido del propio paciente) y, por tanto, bioseguro. Induce la liberación de factores de crecimiento plaquetarios con propiedades biológicas que favorecen la regeneración de los tejidos.  Es una de las opciones terapéuticas en pacientes con procesos artrósico-degenerativos, aunque, como el resto de tratamientos, no todos los pacientes tratados obtienen el beneficio esperado. Los objetivos que persigue son el alivio del dolor y el mantenimiento de su capacidad funcional.

Finalmente, cuando se ha controlado el dolor, se recomienda ejercicio terapéutico (ejercicios musculares isométricos e isotónicos moderados) para fortalecer el tendón. Se intenta la reincorporación del paciente a su actividad cotidiana de manera progresiva para recuperar la calidad de vida anterior.

Consejos para prevenir

  • Realiza un calentamiento previo al inicio de la actividad deportiva, así como estiramientos musculares antes y después de la misma.
  • Evita realizar movimientos repetitivos (establece periodos de descanso entre ellos).
  • Aplica frío local tras la práctica deportiva.
  • Aborda el dolor incipiente antes de que se desencadene la tendinopatía.

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