Lograr un embarazo a la primera no es lo más habitual. Quedarse embarazada no es tan sencillo ni tan fácil como parece. En cada intento tenemos, aproximadamente, un 17% de probabilidades de concebir.
Desde que una pareja decide tener hijos, hasta que consiguen un embarazo, lo habitual es que pasen varios meses. La media son unos seis. Este tiempo suele estar lleno de impaciencia y, si el embarazo no llega, es inevitable preguntarse las causas de por qué no logramos el embarazo.
Uno de los motivos por los cuales una mujer no se queda embarazada es por el desconocimiento de su propio cuerpo. Reconocer los días fértiles, si no hay ningún problema añadido, es una buena herramienta para concebir un bebé.
La concepción no es fácil, ya que influyen múltiples factores y las condiciones deben ser las óptimas: la mujer ovule, el espermatozoide fertilice al óvulo maduro, éste se desarrolle, anide en el útero y avance el embarazo.
Las probabilidades aumentan si las relaciones sexuales se mantienen durante los días fértiles de la mujer.
La ovulación se produce en los días centrales del ciclo menstrual, que dependiendo de cada mujer, tiene una duración normal de 23 a 35 días. En la mayoría de las mujeres la ovulación se produce entre el día 12 y el día 16 del ciclo.
Métodos como el sintotérmico de fertilidad o el método Billings, pueden ayudar a identificar esos días. El primero consiste en tomar la temperatura basal de la mujer y, el segundo, se identifica la ovulación a través de la observación de las secreciones vaginales. También disponemos de test de ovulación que detectan en la orina la subida de la hormona LH (Hormona Luteinizante) que se produce 24-36 horas antes de la ovulación.
Cada vez posponemos más la maternidad: el trabajo, los estudios, la estabilidad económica y las escasas políticas de estimulación de la natalidad, hacen que las mamás y los papás sean cada vez más mayores. El reloj biológico juega en nuestra contra, a medida que la edad de la mujer y el hombre avanzan, las probabilidades de concebir disminuyen. Con 20 años, una mujer tiene un 25% de probabilidades de conseguir el embarazo manteniendo relaciones sexuales en sus días fértiles, a los 30 años, un 15%, a partir de los 35 años, un 8% y a partir de los 38 años, un 3%.
Aproximadamente, un 35% de las causas de infertilidad son femeninas, otro 35% masculinas. En un 20% de las parejas con problemas para tener hijos, la esterilidad procede de ambos. Y finalmente, en otro 10% de los casos no se encuentra el origen.
La exposición a tóxicos (tabaco, alcohol, drogas u sustancias nocivas en el entorno…) son otra de las causas que causan problemas de fertilidad en hombres y mujeres.
En parejas menores de 35 años, si tras 12 meses de relaciones sexuales sin protección no se consigue el embarazo, deben acudir a un centro de fertilidad. En parejas mayores de 35, el tiempo es menor: si a los seis meses no hay embarazo, se deben estudiar las causas.
Por otro lado, no debemos retrasar la visita al especialista cuando presentemos estas circunstancias que se enumeran a continuación, porque pueden causar infertilidad y, detectarlas a tiempo y tratarlas, es muy importante para intentar lograr el deseado embarazo:
En el caso del varón, se debe acudir a un especialista en fertilidad cuando éste presente:
Una visita al especialista es definitiva para confirmar si hay, o no, problemas de fertilidad en la pareja. En algunas ocasiones, el problema se resuelve (si es hormonal, por ejemplo) y puede lograrse un embarazo con éxito. Si no se debe recurrir a un centro especializado en medicina reproductiva para valorar las diferentes opciones para obtener un embarazo, en función de las condiciones de la pareja.
En la mujer y en el varón se realizan, de manera rutinaria, una serie de exámenes para determinar la causa de la posible infertilidad. En un 10% no se encuentra la causa.
En la mujer se realiza:
En el caso del varón: