Los hombres tienen serias dudas antes de someterse a la vasectomía, y es normal, dado que se trata de una intervención quirúrgica y una decisión en principio irreversible. Sin embargo, algunas de las dudas ante esta intervención pueden ser infundadas. Vamos a tratar de disiparlas.
Existen diferentes métodos anticonceptivos que permiten disfrutar del placer que se obtiene cuando se mantienen relaciones sexuales sin tener que preocuparse por el riesgo de un embarazo no deseado. Son diversas las opciones de las que se disponen para evitar el embarazo, como los métodos barrera (preservativo, DIU, diafragma), los anticonceptivos orales y los quirúrgicos, que son los más definitivos. Estos métodos son la ligadura de trompas en el caso de la mujer y la vasectomía en el caso del hombre.
El método quirúrgico anticonceptivo masculino por excelencia es la vasectomía. Esta intervención quirúrgica consiste en cortar y sellar los conductos deferentes del hombre. El hombre tiene dos conductos deferentes, uno para cada testículo, y estos tubos son los encargados de transportar los espermatozoides desde los testículos hasta los conductos de la eyaculación.
La intervención quirúrgica es muy sencilla y se lleva a cabo de manera ambulatoria bajo anestesia local. La intervención suele durar una media hora, si no se produce ninguna complicación. La técnica consiste en realizar una única incisión, muy pequeña, en la zona central del escroto, la bolsa de piel donde están alojados los testículos. A través de esta mínima abertura se accede al conducto deferente de cada lado. Cuando se ha localizado se secciona el conducto, se atan los extremos y se sellan mediante el bisturí eléctrico. De esta manera se bloquea el paso de los espermatozoides, que se producirán en los testículos pero que no llegaran a los conductos eyaculadores porque se habrá cerrado el paso.
El postoperatorio es muy rápido, cuestión de horas, y los pacientes se van de alta el mismo día de la intervención. Se colocan unas gasas sobre la herida y se aconseja llevar un suspensorio o un calzoncillo ajustado para que haga compresión y evitar que se produzca un hematoma. Los hematomas son las complicaciones más habituales de esta intervención, dado que la piel del escroto es muy laxa y apenas hay musculatura que haga compresión para contener el hematoma si se produce. En general, los hematomas se reabsorben por sí mismos y con compresión y analgesia es suficiente.
Es importante para el éxito de la vasectomía que, tras la intervención, se tengan varias eyaculaciones para vaciar el contenido de espermatozoides remanentes que ya estén en los conductos eyaculadores. Durante dos meses todavía se deberán emplear otros métodos anticonceptivos para evitar el embarazo. Tras estos dos meses se realizará un seminograma (prueba para evaluar la calidad del semen) para asegurarnos del éxito de la intervención quirúrgica. En el seminograma el recuento de los espermatozoides en el eyaculado debe ser de cero.
Se ha de ser muy consciente de que, a pesar de ser un método anticonceptivo, la vasectomía es solamente eso, un método para evitar el embarazo, pero se sigue siendo igual de vulnerable a contraer enfermedades de transmisión sexual si no se toman las medidas de protección adecuadas, como el preservativo.
La vasectomía se considera un método anticonceptivo definitivo. Sin embargo, la intervención se podría revertir quirúrgicamente en ciertos casos. La intervención contraria a la vasectomía se denomina vasovasostomía y consiste en volver a abrir, localizar ambos extremos de cada conducto deferente, recanalizarlos (volver a hacerlos permeables) y volver a unirlos. A diferencia de la vasectomía, que es muy sencilla y barata, la vasovasostomía es una técnica de microcirugía muy compleja y costosa y, pese a todo, no se puede asegurar que vaya a haber concepción tras ella. La tasa de éxito de esta intervención es de un 55% si se lleva a cabo en menos de 10 años desde la vasectomía, mientras que si la intervención se realiza tras más de 10 años después de la intervención las posibilidades de éxito caen a un 25%.
Pasar por un quirófano siempre supone un riesgo y someterse a esta intervención, pese a la vasovasostomía, es un principio un paso irreversible, por lo que se tiene que estar muy seguro antes de someterse a ella. Si te lo estás planteando lo mejor es ponerse en contacto con un urólogo para que despeje las dudas que puedas tener.