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Pie diabético

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¿Qué es el pie diabético?

El pie diabético es una serie de alteraciones vasculares, neurológicas, infecciosas y en estructuras óseas que pueden presentarse en pacientes que padecen diabetes complicada, con valores de glucemia persistentemente elevados y condiciones inherentes a mala higiene de miembros inferiores, incorrecto uso de calzado, inadecuado corte de uñas o lesiones en las mismas, así como trastornos en la pisada.
El pie diabético se produce por la acción aislada o en conjunto de complicaciones:

Los principales factores de riesgo para presentar pie diabético son los siguientes:

  • Úlceras previas
  • Trastornos nerviosos o neuropáticos en los pies, como pérdida de sensibilidad
  • Traumatismos: por calzado inadecuado o caminar descalzo
  • Alteraciones biomecánicas, como dedos en garra o juanetes (hallux valgus)
  • Enfermedad vascular en miembros inferiores
  • Edad avanzada
  • Mal control de la diabetes con valores de glucemia elevados persistentes en el tiempo
  • Presentar alguna complicación de diabetes como retinopatía o nefropatía
  • Incumplimiento o mala adherencia al tratamiento

Causas del pie diabético

El pie diabético se produce por la acción aislada o en conjunto de las siguientes complicaciones:

NEUROPATÍA PERIFÉRICA: los nervios sensitivos, motores y autonómos son susceptibles de daño por los niveles permanentes elevados de glucosa; los síntomas son progresivos e irreversibles, afectando inicialmente a las fibras de pequeño diámetro que corresponde a dolor, temperatura e información autonómica y, posteriormente, a las fibras de mayor diámetro que corresponde a la propiocepción, tacto fino y motoras. 

En estados graves de neuropatía motora, se altera el control circulatorio y se impide la sudoración, tornándose la piel reseca y quebradiza y, pudiendo suceder muerte de las células de la piel y adyacentes. 

La neuropatía motora es la última en aparecer, con atrofia de los músculos intrínsecos del pie y de los interóseos, produciendo protrusión de las cabezas metatarsianas con deformidad de los dedos en forma de martillo. Todos estos cambios alteran la biomecánica del pie, cambiando pisada y puntos de apoyo, por lo que se inician fricciones y callosidades que evolucionan a úlceras y se pueden infectar hasta llegar al hueso, ocasionando osteomielitis.

ENFERMEDAD VASCULAR PERIFÉRICA: enfermedad macrovascular inducida por la arterioesclerosis, produciendo una disminución progresiva del aporte sanguíneo a miembros inferiores, con la reducción del aporte de oxígeno a esos miembros. Se manifiesta como dolor a la deambulación, obligando al paciente a detenerse. Esto puede ser, en ocasiones, invalidante (claudicación intermitente), cambios en la coloración de la piel del pie, piel seca, uñas engrosadas y ausencia de la grasa plantar.

INFECCIONES: pacientes con diabetes presentan alteraciones en la inmunidad pasiva y tienen frecuencia más alta de infecciones, presentando, además, alteraciones en la cicatrización que incrementan su riesgo. La mayoría de las infecciones son polimicrobianas y propician que se desarrolle una gangrena húmeda rápida y progresía que, de no tratarse oportunamente, puede traer consecuencias fatales.

Síntomas

Los principales síntomas del pie diabético son:

  • Calambres de predominio nocturno, acompañados de aumento de la sensibilidad (hiperestesias).
  • Pérdida de la sensibilidad vibratoria.
  • Hipoestesia o disminución de la sensibilidad, lo que da inicio a que se produzcan heridas que pasen inadvertidas.
  • Modificación de los puntos de apoyo del pie.
  • Hipotrofia muscular.
  • Disminución o ausencia de los reflejos osteotendinosos.
  • Cambios en coloración piel, textura del vello y piel.
  • Disminución en crecimiento de las uñas con engrosamiento de las mismas.

Tratamiento

El tratamiento principal es la prevención, esta se pone en evidencia cuando el paciente está incluido en un programa de educación diabetológica donde se reduce la aparición de este tipo de complicaciones hasta en un 35%. En este programa se explican las herramientas al paciente para controlar su glucemia y evitar o retrasar el daño micro y macrovascular, además, cuenta con personal que explica la importancia de la revisión periódica de los pies, evitar el uso de agua caliente para el lavado de los mismos, el secado con toalla suave, lubricación, uso de calcetines y calzado, cómo recortar las uñas y revisión periódica en casa.

El tratamiento es común al que debe manejarse en pacientes en reposo, consiste en un estricto control de glucemia y, se trata inicialmente la causa, que es la presión; para las úlceras, debe iniciarse con debridamiento regularmente para facilitar la formación de tejido de granulación. Si existe evidencia de infección, hay que tomar muestras de cultivo e iniciar empíricamente con antibiótico de amplio espectro que cubra infecciones polimicrobianas y, si sospechamos de la presencia de insuficiencia vascular, acudir al especialista.

Consejos para el cuidado del pie diabético

Algunos consejos para el cuidado del pie diabético:

  • Asegurarse de que la temperatura del agua no es excesivamente caliente.
  • Secar cuidadosamente el pie, incluyendo la zona entre dedos.
  • Utilizar cremas hidratantes diariamente únicamente por la noche y sin aplicar entre los dedos.
  • No usar callicidas, están hechos con ácidos que queman la piel y producen heridas.
  • No utilizar cuchillas ni objetos cortantes para quitar las durezas. Esta función la realiza el podólogo.
  • El corte de uñas debe ser recto y con alicates, en caso de dificultad, acudir al podólogo.
  • Eliminar los picos de las uñas con una lima. 
  • No andar descalzo en casa, en piscinas y en playas. Ya que hay riesgo de dañarse el pie.
  • Dos o tres veces a la semana, revisar el pie cuidadosamente en busca de heridas o lesiones, incluida la planta del pie. Si no se puede apreciar, utilizar un espejo para ello.
  • Los calcetines no deben tener costuras que molesten en los dedos.

¿Que tipo de calzado es recomendable llevar? 

  • Los zapatos deben llevarse con calcetines, ya que evitan que el pie se deslice y lo protegen de roces.
  • Los calcetines deben ser de fibras naturales (algodón, lino o lana) sin costuras y que no aprieten.
  • Las mujeres que usen medias, no deben ser cortas, ni tener gomas o ligas, y deben llevarse con las costuras hacia fuera.
  • La mejor hora para comprarse un zapato es el final del día, ya que el pie está más dilatado.
  • A la hora de comprar un calzado, este no debe apretar ni estar muy suelto.
  • La anchura interna del calzado debe ser igual al ancho del pie, sin que comprima los dedos.
  • El calzado debe ser de piel flexible y suela gruesa, que no permita un movimiento excesivo y que aísle el pie del suelo. 
  • Es recomendable que se adapte al pie con cordones o velcro y que no tenga costuras en el interior.
  • Es muy importante revisar el interior del calzado con la mano antes de ponérselo, para detectar cualquier cuerpo extraño que pueda lesionar su piel.