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Ortodoncias: Qué es y tipos de tratamientos

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La ortodoncia es una especialidad odontológica encargada del diagnóstico y tratamiento de las anomalías de forma, posición, relación, función y estética de las estructuras dentales. Hasta hace pocos años era un tratamiento exclusivo de la edad pediátrica. En la actualidad puede realizarse a cualquier edad, consiguiendo excelentes resultados tanto estéticos como funcionales.
Debemos tener en cuenta que la ortodoncia completa puede requerir entre seis y treinta meses para finalizar.

Ante la sospecha de la necesidad de tratamiento ortodóntico debe realizarse un estudio completo para llegar al diagnóstico y propuesta de tratamiento. Este estudio conlleva la realización de diferentes pruebas diagnósticas que mencionamos a continuación:

  • Toma de registros para proceder al análisis de los mismos.  Se toman impresiones con alginato (conocidas coloquialmente como moldes) que luego se convierten en modelos de escayola que traducen exactamente la boca del paciente a tratar. Permite el estudio de los dientes de forma individualizada y de la relación entre la arcada superior y la arcada inferior.
  • Realización de un estudio radiográfico (radiografía de cráneo en posición de perfil): permite realizar una cefalometría o mediciones de posiciones dentarias y óseas. Existen diferentes métodos de estudio, los más usados son el de Ricketts y el de Steiner. Consisten en la medición y estudio de unas distancias y ángulos específicos que nos ayudan a identificar si el problema es óseo o dental o ambos.
  • Radiografía panorámica u ortopantomografía: necesaria para el estudio dental integral (comprobamos el estado dental y detectamos posibles anormalidades).
  • Fotografías faciales en proyección de frente y perfil para detectar posibles asimetrías de la línea media, desviaciones, asimetría en las diferentes partes faciales, etc. Es importante realizar nuevas fotografías al finalizar el tratamiento. El impacto del tratamiento en la estética facial del paciente se plasma a la perfección.
  • Pueden requerirse, además, un estudio mediante un TAC dental (en algún caso específico) pero no estaría dentro de la batería de estudio convencional.

Todas las pruebas realizadas deben ser estudiadas en su conjunto para llegar al diagnóstico y a la propuesta terapéutica o plan de tratamiento definitivos. En ocasiones, el problema no es sólo la malposición dental sino que existe un problema óseo asociado en el que debe intervenir el cirujano maxilofacial para su corrección.

UN DATO

Entre un 8 y un 12% de la población mundial presenta algún tipo de malposición ósea y dental que le ocasiona una alteración de la armonía dentofacial.

5 tipos de aparatos

En el abordaje del tratamiento ortodóntico debemos considerar dos grandes tipos de aparatología: removible o fija. Los aparatos removibles son aquellos que se pueden extraer en cualquier momento, y los fijos son aquellos que van adheridos a la superficie dental mediante resinas y quedan tensados entre ellos gracias a un arco metálico, no se extraen.

Desde el punto de vista funcional contamos con cinco tipos de aparatos en ortodoncia: removibles, funcionales, elásticos, fijos y extraorales. Cada uno de ellos proporciona una serie de ventajas que se adaptan a las necesidades específicas del paciente.

  • Removibles: son utilizados básicamente en odontopediatría ya que pueden ser retirados de la boca por el propio niño. Ello permite una correcta higiene oral (pueden limpiarse con la ayuda de comprimidos limpiadores efervescentes) y una cómoda ingesta. Su acción es intermitente (sólo actúan cuando están colocados en la boca). Precisan una alta colaboración y adherencia por parte del paciente.  Estos aparatos de ortodoncia tienen un coste económico inferior al resto de aparatología. Se utilizan, sobre todo, en el tratamiento de la dentición temporal para corregir malposiciones dentales no complicadas.
  • Funcionales: suelen ser aparatos removibles. Actúan sobre músculo y hueso, aunque también producen movimiento dental. Se utilizan en pacientes en crecimiento. Se utilizan en maloclusiones dentales con implicación ósea.
  • Elásticos: más conocidos como ortodoncia invisible o transparente. Son aparatos removibles hechos con material plástico transparente o silicona y, a medida, para adaptarse perfectamente a la dentadura. Este tipo de ortodoncia se puede utilizar para el tratamiento y para el mantenimiento posterior (tras la corrección). Debido a que producen movimiento activo dental debe recambiarse la férula plástica con cierta perioricidad adaptándose a los cambios de la nueva mordida. Sus principales ventajas son la estética (por ser transparente) y la funcional (por ser removible).
  • Fijos: los aparatos fijos de ortodoncia están adheridos a los dientes de forma permanente por lo que no pueden retirarse durante todo el tratamiento.  Son, pues, fuerzas continuas. Se pueden utilizar en combinación con otros aparatos. Es muy importante la implicación del paciente sobre todo en el mantenimiento de una buena higiene oral. En estos pacientes suele recomendarse el uso de cepillo interproximal para acceder a todas las superficies dentales. Dentro de este tipo de aparatos, los más utilizados serían: los separadores, las bandas, los brackets (metálicos o de zafiro), los alambres (de níquel o titanio), las ligaduras elásticas y metálicas, los muelles y los botones linguales.
  • Extraorales: los aparatos extraorales son aquellos que se colocan fuera de la boca, y actúan sobre los dientes y las mandíbulas a la vez. Por su inconveniente estético (sobre todo en la edad pediátrica) sólo se utilizan cuando no hay otra posibilidad terapéutica.

En considerables ocasiones es preciso realizar un tratamiento ortodóntico en dos fases. En una primera fase se emplea aparatología removible (en edad pediátrica) mientras que en la segunda fase se emplea ortodoncia fija (normalmente durante la adolescencia cuando el recambio dentario es casi completo).

Una vez iniciado el tratamiento con ortodoncia…

Es importante que el paciente sea controlado periódicamente, y ya en la primera visita (a los pocos días de colocada la ortodoncia) se le deben hacer recomendaciones dietéticas: no comer alimentos duros (como frutos secos o pan tostado), no comer alimentos de consistencia semielástica (por quedar fácilmente adheridos), no comer golosinas (chicles, gominolas o caramelos), etc.

Al inicio del tratamiento puede haber dolor y/o molestias por la presión producida durante la masticación o al apretar los dientes. También pueden aparecer pequeñas úlceras en la mucosa por el roce del material. La dificultad en el habla suele vencerse durante la primera semana.

¿Cuánto suele durar el tratamiento?

Debemos tener en cuenta que el tratamiento ortodóntico completo puede requerir entre seis y treinta meses para finalizar. El tiempo del tratamiento dependerá en gran parte del tipo de maloclusión, del tipo de ortodoncia indicado y de la adherencia del paciente. Por otro lado, es esencial visitar al ortodoncista periódicamente en los intervalos señalados y consultar ante cualquier eventualidad como rotura o deterioro del dispositivo.

Al finalizar el tratamiento puede estar indicada la llamada fase de la retención. Cuando los dientes se han alineado correctamente la aparatología debe ser retirada pero debemos asegurarnos de que los dientes no intenten volver a su posición original. En este momento entrarían en juego los llamados mantenedores de espacio o detenedores que deben ser usados para estabilizar por completo la correcta alineación conseguida con la ortodoncia.

Dra. Ana García
Especialista en Odontología Integral
Médico consultor de Advance Medical