¿Te preocupa no saber identificar un posible caso de apendicitis en tu hijo? Te vamos a dar unas pautas orientativas. El dolor abdominal agudo es uno de los motivos que con más frecuencia origina consultas en los Servicios de Urgencias Pediátricas todos los días, y precisamente la apendicitis es la enfermedad quirúrgica más frecuente en los niños con dolor abdominal.
La apendicitis aguda es la inflamación aguda del apéndice vermiforme (una prolongación en forma de fondo de saco situada en el margen derecho del colon). Es un divertículo de función desconocida, aunque la presencia de tejido linfoide (inmunitario) en su anatomía sugiere que ejerce un papel en el sistema inmune o de defensa.
Los grados de la enfermedad se clasifican del siguiente modo:
La causa fundamental de la apendicitis aguda es la obstrucción de su luz apendicular. Ésta puede ser provocada por un fecalito-apendicolito (“piedra” de heces), un parásito o un cuerpo extraño ingerido. Ello ocasiona un aumento de la secreción mucoide en su interior, aumento de la presión intraluminal y la consiguiente distensión de su pared, provocándose con ello que se inhiba el drenaje venoso primero, y después el arterial, apareciendo entonces isquemia (falta de oxígeno) y proliferación secundaria bacteriana. Puede llegar a la perforación.
Algunos factores de riesgo para padecer apendicitis son los siguientes:
Los más típicos son.
El niño suele permanecer inmóvil y en postura antiálgica (en aquella postura que siente menos dolor). Al andar, lo hacen despacio e inclinados hacia el lado derecho.
Cabe destacar que los síntomas típicos sólo se presentan en un tercio de los casos y, especialmente, en niños más mayores. En menores de tres años, la presentación clínica, la mayoría de veces, es atípica, por lo que el diagnóstico frecuentemente es tardío.
Requiere de una entrevista médica y un examen clínico muy cuidadosos y meticulosos. En los casos de presentación atípica puede ser conveniente solicitar exámenes de laboratorio y de imagen para apoyar el diagnóstico.
El diagnóstico diferencial se realizará con patologías, también de localización abdominal, como las siguientes.
En un primer momento se aplicarán medidas de apoyo que mejoren el estado general del paciente, lo que se conseguirá mediante la administración de líquidos endovenosos adecuados al nivel de deshidratación, así como tratamiento para controlar el dolor, y tratamiento antibiótico.
El tratamiento definitivo es quirúrgico. El abordaje quirúrgico para la extirpación del apéndice enfermo (intervención denominada apendicectomía) puede realizarse por vía abierta (laparotomía, accediendo directamente a la cavidad abdominal tras su apertura) o por vía laparoscopia. El tipo de operación a realizar será elección del cirujano según cada caso. No se han evidenciado diferencias en el riesgo de complicaciones entre ambos procedimientos. No se recomienda la colocación de drenajes peritoneales postquirúrgicos. Se podrá proceder a la reintroducción de la alimentación por vía oral una vez los efectos de la anestesia se hayan resuelto.
En la actualidad, el uso de antibióticos como tratamiento único de la apendicitis no se recomienda.
Algunas de las complicaciones postoperatorias posibles pueden ser la aparición de un absceso intraabdominal o la infección de la herida quirúrgica, que serán tratados con la pauta antibiótica conveniente a cada caso. Otro ejemplo serían las obstrucciones intestinales, que requerirán también de un tratamiento quirúrgico.
No tiene por qué quedar ninguna secuela y la mortalidad derivada de esta enfermedad, afortunadamente, es casi inexistente en nuestro medio en la actualidad.