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Operación de Apendicitis

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¿Te preocupa no saber identificar un posible caso de apendicitis en tu hijo? Te vamos a dar unas pautas orientativas. El dolor abdominal agudo es uno de los motivos que con más frecuencia origina consultas en los Servicios de Urgencias Pediátricas todos los días, y precisamente la apendicitis es la enfermedad quirúrgica más frecuente en los niños con dolor abdominal.

Algunas de las complicaciones postoperatorias posibles de la operación de apendicitis pueden ser la aparición de un absceso intraabdominal o la infección de la herida quirúrgica.

La apendicitis aguda es la inflamación aguda del apéndice vermiforme (una prolongación en forma de fondo de saco situada en el margen derecho del colon). Es un divertículo de función desconocida, aunque la presencia de tejido linfoide (inmunitario) en su anatomía sugiere que ejerce un papel en el sistema inmune o de defensa.

¿Hay diferentes grados?

Los grados de la enfermedad se clasifican del siguiente modo:

  • Apendicitis leve: es la apendicitis aguda inflamada en ausencia de perforación, gangrena o absceso (infección encapsulada).
  • Apendicitis moderada: es la apendicitis aguda inflamada con gangrena, perforación o con presencia de absceso periapendicular (colección purulenta encapsulada). También incluye aquellas apendicitis con abundante líquido libre seroso-purulento en la cavidad abdominal.
  • Apendicitis grave: es el denominado plastrón apendicular (una especie de masa de tejidos abdominales adheridos) o la peritonitis apendicular (infección generalizada de la cavidad abdominal).

Causas y factores de riesgo

La causa fundamental de la apendicitis aguda es la obstrucción de su luz apendicular. Ésta puede ser provocada por un fecalito-apendicolito (“piedra” de heces), un parásito o un cuerpo extraño ingerido. Ello ocasiona un aumento de la secreción mucoide en su interior, aumento de la presión intraluminal y la consiguiente distensión de su pared, provocándose con ello que se inhiba el drenaje venoso primero, y después el arterial, apareciendo entonces isquemia (falta de oxígeno) y proliferación secundaria bacteriana. Puede llegar a la perforación.

Algunos factores de riesgo para padecer apendicitis son los siguientes:

  • Historia familiar de apendicitis.
  • Género masculino.
  • Edad entre 10-30 años.
  • Dieta pobre en fibra.
  • Consumo abundante de hidratos de carbono refinados.
  • Infección parasitaria tipo amebiasis.

Signos y síntomas de la apendicitis

Los más típicos son.

  • Dolor abdominal: suele ser el primer síntoma. Se trata de un dolor continuo y moderado, que aumenta progresivamente de intensidad, localizado en un primer momento alrededor del ombligo y que después se desplaza y localiza en el margen inferior derecho abdominal. El dolor empeora con la tos o al saltar. El peristaltismo (los ruidos intestinales) está disminuido. A la palpación abdominal suele haber una reacción de defensa involuntaria en el paciente, con dolor de rebote (por ejemplo, al saltar).
  • La anorexia (pérdida de apetito) y los vómitos suelen aparecer después del inicio del dolor abdominal. Los vómitos no suelen ser numerosos e, incluso, puede ser que no se presenten.
  • Fiebre: en las fases tempranas, se puede estar afebril o con febrícula (temperatura de 37’5ºC). La fiebre elevada sugiere posibilidad de perforación o de complicación.

El niño suele permanecer inmóvil y en postura antiálgica (en aquella postura que siente menos dolor). Al andar, lo hacen despacio e inclinados hacia el lado derecho.

Cabe destacar que los síntomas típicos sólo se presentan en un tercio de los casos y, especialmente, en niños más mayores. En menores de tres años, la presentación clínica, la mayoría de veces, es atípica, por lo que el diagnóstico frecuentemente es tardío.

Diagnóstico

Requiere de una entrevista médica y un examen clínico muy cuidadosos y meticulosos. En los casos de presentación atípica puede ser conveniente solicitar exámenes de laboratorio y de imagen para apoyar el diagnóstico.

  • Analítica de sangre: evidencia signos de activación leucocitaria (células de defensa) y de inflamación (por ejemplo, PCR -proteína C reactiva-).
  • Rx simple de abdomen: suele ser normal. En un 10% de los casos permite visualizar una imagen radiopaca compatible con un apendicolito (“piedra” que obstruye el apéndice).
  • Ecografía abdominal: es la prueba de imagen de elección cuando el estudio clínico es dudoso.
  • TAC (tomografía axial computerizada): provoca irradiación del paciente y un coste más elevado, por lo que se reserva para casos de duda diagnóstica después de la ecografía.

El diagnóstico diferencial se realizará con patologías, también de localización abdominal, como las siguientes.

  • Gastroenteritis aguda: en esta patología, el vómito precede al dolor abdominal, que se presenta como un cólico intermitente y que se acompaña de diarrea. El dolor abdominal cede momentáneamente cuando se emiten las deposiciones.
  • Estreñimiento crónico: si existe duda de la existencia de una posible apendicitis no debe administrarse ningún enema laxante.
  • Adenitis mesentérica: cuadro clínico en el que se produce una inflamación de los ganglios linfáticos abdominales, generalmente reactiva a una infección viral. En ella, al dolor abdominal le precede un cuadro viral respiratorio y éste no es localizado, sino difuso.
  • Patología ginecológica (torsión de ovario, quistes, ovulaciones dolorosas, enfermedad inflamatoria pélvica, endometriosis, abortos, embarazos…): ante la duda diagnóstica debe practicarse una ecografía pélvica.

Tratamiento

En un primer momento se aplicarán medidas de apoyo que mejoren el estado general del paciente, lo que se conseguirá mediante la administración de líquidos endovenosos adecuados al nivel de deshidratación, así como tratamiento para controlar el dolor, y tratamiento antibiótico.

El tratamiento definitivo es quirúrgico. El abordaje quirúrgico para la extirpación del apéndice enfermo (intervención denominada apendicectomía) puede realizarse por vía abierta (laparotomía, accediendo directamente a la cavidad abdominal tras su apertura) o por vía laparoscopia. El tipo de operación a realizar será elección del cirujano según cada caso.  No se han evidenciado diferencias en el riesgo de complicaciones entre ambos procedimientos. No se recomienda la colocación de drenajes peritoneales postquirúrgicos. Se podrá proceder a la reintroducción de la alimentación por vía oral una vez los efectos de la anestesia se hayan resuelto.

En la actualidad, el uso de antibióticos como tratamiento único de la apendicitis no se recomienda.

¿Puede haber complicaciones?

Algunas de las complicaciones postoperatorias posibles pueden ser la aparición de un absceso intraabdominal o la infección de la herida quirúrgica, que serán tratados con la pauta antibiótica conveniente a cada caso. Otro ejemplo serían las obstrucciones intestinales, que requerirán también de un tratamiento quirúrgico.

No tiene por qué quedar ninguna secuela y la mortalidad derivada de esta enfermedad, afortunadamente, es casi inexistente en nuestro medio en la actualidad.

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