La migraña no es una enfermedad que comprometa la vida, pero sí compromete seriamente la calidad de vida de quien la sufre, por eso los especialistas en neurología no se cansan de investigar para dar con nuevos tratamientos que consigan mejorarla.
La migraña es más frecuente en mujeres (suele empezar cuando llega la menstruación) y tiene un fuerte componente familiar (genético). Para el diagnóstico de migraña, además, se han de cumplir unos criterios clínicos:
Comprenden el uso de analgésicos (contra el dolor) de forma totalmente sintomática. Deben iniciarse al comenzar la crisis de dolor. Los fármacos más frecuentemente utilizados son: antinflamatorios, analgésicos y opiáceos (paracetamol, metamizol, ibuprofeno, tramadol…), relajantes musculares y los fármacos de la familia de los triptanes.
Como novedad en el tratamiento de la migraña haremos especial énfasis en la familia de los triptanes (son antagonistas de los receptores de serotonina) por tratarse de unos fármacos que bloquean la liberación de ciertas sustancias que ocasionan el dolor y las náuseas durante las crisis. Si se toman muy al inicio de la crisis consiguen disminuir drásticamente su intensidad. Existen muchos fármacos comercializados de esta familia: sumatriptán, zolmitriptán, naratriptán, rizatriptán, almotriptán…). Inicialmente sólo existía la vía de administración subcutánea (mediante una inyección de muy pequeño calibre). Sin embargo, en la actualidad, disponemos de otras presentaciones comerciales mucho más cómodas para el paciente: aerosol nasal y comprimidos (vía oral o Flash, que se disuelven en la boca sin necesidad de ser ingeridos). Como el resto de fármacos precisan prescripción y supervisión médica.
Existen unos fármacos empleados con tal fin: beta bloqueantes, antiepilépticos y antidepresivos. Seguir un tratamiento preventivo es la única manera de reducir el número de episodios de migraña con o sin aura. Se deberá valorar la necesidad de iniciar el tratamiento preventivo (en función de la frecuencia de crisis que tengas y de su intensidad, duración y control del dolor).
Lo que se pretende con la instauración de un tratamiento preventivo es:
Hace pocos años se ha demostrado que el CGRP es la molécula más implicada en los dolores de cabeza del tipo migraña. En uno o dos años tendremos en el mercado los primeros fármacos dirigidos específicamente frente a esta molécula. Los resultados disponibles hasta el momento hablan de eficacia para al menos la mitad de los pacientes sin prácticamente efectos secundarios. Aunque su coste es elevado, es cierto que abren la esperanza para aquellos pacientes con migraña crónica que han sido resistentes a las opciones actuales.
Pero probablemente el salto más espectacular lo representará el tratamiento genético personalizado, pues por primera vez se dispone de la tecnología necesaria para modificar los genes de los individuos y la migraña ha de tener una base genética.