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Los Tipos de Cáncer con Mayor Porcentaje de Metástasis

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Aún hay esperanza: la aparición de metástasis no implica que no haya curación posible. Pese a que son un factor que indica que el tumor está más evolucionado y tiene peor pronóstico inicialmente, con el tratamiento adecuado, en muchas ocasiones se puede conseguir un control de la enfermedad e incluso su curación.
Es muy importante destacar que un cáncer con metástasis no significa que éste no sea curable. La potencial curación dependerá de la localización y número de metástasis.

¿Qué son las metástasis?

Una metástasis es la aparición de un tejido canceroso que aparece en un órgano o tejido lejano al que se originó. Recordemos que un cáncer se produce cuando una célula del organismo sufre una mutación que provoca que se reproduzca sin control. Ese crecimiento celular puede originar una tumoración en la zona donde ha aparecido la mutación, creando un tumor primario. Pero en algunas ocasiones, esas células que se reproducen sin control consiguen penetrar al sistema venoso o al sistema linfático y migrar a otra parte del cuerpo. Esas células que viajan a través del torrente circulatorio pueden adherirse a la altura de algún órgano a las paredes vasculares y comenzar a reproducirse a esa altura, originando un tumor en esa localización. Ese nuevo tumor, formado por células tumorales que se originaron en otro órgano recibe el nombre de metástasis.

¿A qué órganos afectan?

La localización de las metástasis dependerá en gran medida del tipo de tumor primario de que se trate y de su localización.

  • Ganglios linfáticos

Un primer punto de aparición muy frecuente de las metástasis es a nivel de los ganglios linfáticos. Las células cancerosas pueden pasar al torrente sanguíneo pasando directamente al sistema venoso, pero lo más frecuente es que la llegada a la circulación venosa se haga a través de los vasos linfáticos. El sistema linfático, que forma parte del aparato circulatorio, es un sistema similar al sistema sanguíneo, pero que transporta el líquido linfático en lugar de sangre. El sistema linfático converge finalmente en el sistema venoso por lo que las células tumorales que puedan viajar por él, podrán acabar también en el sistema venoso. Sin embargo, es muy frecuente que, durante su viaje por el sistema linfático, parte de las células tumorales queden estacionadas a nivel de los ganglios linfáticos, donde prosigan su crecimiento tumoral ocasionando las llamadas adenopatías (ganglios linfáticos de gran tamaño). En este caso, hablaremos de adenopatías tumorales. Así pues, la aparición de adenopatías en muchos casos es un factor previo a la aparición de las metástasis y es un dato muy útil de cara a establecer el pronóstico de la enfermedad y el tratamiento idóneo para cada paciente. El mecanismo de diseminación tumoral a través de los vasos linfáticos es el más frecuente en tumores como la mama, el colon, el pulmón o el melanoma. Tumores como los óseos o de tejidos blandos (llamados sarcomas) suelen tener una diseminación directamente a través del sistema circulatorio, sin pasar por el sistema linfático, por lo que originarán metástasis sin presentar adenopatías.


  • Otros órganos

A parte de en los ganglios linfáticos, las metástasis pueden aparecer en cualquier órgano. Sin embargo, hay factores que provocarán que unos tengan más predisposición a presentar metástasis que otros. Así pues, aquellos órganos que reciben más vascularización (mas aporte de sangre) son los más expuestos a presentar metástasis, como por ejemplo el hígado, el pulmón, el cerebro o los huesos. Pero el lugar de aparición de las metástasis también dependerá mucho del tipo tumoral del que se trate y de su localización. Por ejemplo, los tumores digestivos, como el tumor de colon, suelen ocasionar metástasis a nivel del hígado (la mayor parte de la sangre recogida del aparato digestivo se dirige al hígado), pero si el tumor se localiza en el recto (la parte final del intestino grueso), las metástasis pueden aparecer a nivel pulmonar. El cáncer de próstata tiene tendencia a ocasionar metástasis a nivel de las glándulas suprarrenales pero también de los huesos mientras que el cáncer de mama suele provocar metástasis a nivel pulmonar.

¿SABÍAS QUÉ?

Es muy importante destacar que un cáncer con metástasis no significa que éste no sea curable. La potencial curación dependerá de la localización y número de metástasis. Bien es cierto que pueden considerarse un factor de mal pronóstico, pues significa que el tumor está más evolucionado, sin embargo, en algunas ocasiones, con un tratamiento adecuado se puede conseguir una remisión completa tumoral (desaparición completa del cáncer).

¿Cómo se manifiesta?

Las metástasis, al igual que el cáncer primario, pueden ser asintomáticas (no provocar ninguna sintomatología). En general, las metástasis, igual que los tumores primarios, pueden ocasionar en un inicio una sintomatología inespecífica, como la pérdida de peso, pérdida de apetito, cansancio o anemia.

En caso de que den algún síntoma más específico, éste dependerá de la localización de la metástasis y de su tamaño. Por ejemplo, las metástasis óseas pueden provocar fracturas (llamadas fracturas patológicas), las metástasis cerebrales pueden provocar dolor de cabeza, convulsiones o mareos. Las metástasis hepáticas pueden provocar ictericia (coloración amarillenta de la piel).

¿Qué implicaciones tienen?

a aparición o no de metástasis tiene gran importancia para valorar el pronóstico de la enfermedad y el tratamiento a realizar. El cáncer metastásico generalmente suele precisar de un tratamiento con quimioterapia. Esto es debido a que la aparición de una metástasis implica que el tumor ha desarrollado la capacidad de viajar por el torrente sanguíneo, por lo que aparte de tratar el tumor primario, no podemos estar seguros de que no haya células tumorales viajando por la circulación. Por ello, para evitar que esas células que podrían estar circulando por la sangre hagan más metástasis en el futuro, debemos de dar un tratamiento que elimine las células tumorales allá donde se encuentren, y este tratamiento sería la quimioterapia. Sin embargo, el hecho de que la aparición de metástasis implique casi siempre un tratamiento con quimioterapia, esto no implica que no pueda realizarse un tratamiento quirúrgico. Existen ejemplos, como el cáncer de colon con metástasis hepáticas, en el que, según el número y localización de las metástasis en el hígado, se puede realizar una operación para eliminar la parte del hígado enferma, de igual forma que en los casos de aparición de metástasis únicas pulmonares, también candidatas a cirugía en determinadas ocasiones.