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Lactancia artificial

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¿Qué es la lactancia artificial?

La lactancia artificial es la alimentación del lactante con una fórmula láctea. Se puede producir esta situación cuando la madre, por distintas causas, no puede suministrar la lactancia natural, es decir, no puede darle de mamar, ya sea por la falta de producción de leche o por enfermedades que impidan la normal alimentación del bebé.
La mejor forma de alimentar a un bebé será siempre con leche materna.

En el caso de bebés que quedan en ingreso tras su nacimiento, se suele indicar a la madre que si es posible se extraiga la leche y alimente a su bebé con esta leche ya que  por muy buenas que sean las fórmulas de lactancia, el mejor alimento del bebé es la leche materna, que varía según el momento y las necesidades del lactante.

La mejor forma de alimentar a un bebé será siempre con leche materna, que proporciona los nutrientes necesarios, además de anticuerpos que le defienden de distintas enfermedades a lo largo de sus primeros meses de vida.

Tipos de leche de fórmula – Inicio y continuación

Las fórmulas de leche artificial deben seguir las normas de obligado cumplimiento que se han dictado por la Comunidad Económica Europea, siguiendo las pautas dadas por la sociedad de gastroenterología, hepatología y nutrición infantil a través del Comité de Nutrición Infantil.

Las fórmulas lácteas se enriquecen también con hidrolizados de almidón y deben ser suplementadas con calcio, fósforo, hierro y zinc.

Las leches de iniciación son las adecuadas para dar a un lactante hasta los seis meses de vida. Las necesidades nutricionales se hacen por comparación con la leche materna, que indica las necesidades nutricionales exactas del niño. Estas deben tener entre unas 60-70 kilocalorías por 100 mililitros, así como las cantidades necesarias de vitaminas y otros oligoelementos.

Las fórmulas de continuación se dan a partir de los seis meses de vida. Estas deben tener una mayor carga calórica, mayor proporción de principios nutricionales y deben estar suplementadas con hierro, calcio y fósforo. En las fórmulas europeas se recomienda una menor cantidad de proteínas, ya que se considera que con el resto de la dieta variada el niño ingiere suficiente cantidad de las mismas.

Hay que tener en cuenta que en las fórmulas de proteína de soja que se dan a los niños que presentan alergias a las proteínas de la leche de vaca, presente en las fórmulas de alimentación estándar, las proteínas de la soja dan suficiente valor nutritivo para el bebé. Estas fórmulas están enriquecidas con metionina y carnitina que deben estar en una proporción similar a la que se encuentra en la leche materna.

 La siguiente tabla muestra qué debe contener una leche de fórmula y en qué proporción:

Lactancia artificial

¿Cuándo se utiliza la lactancia artificial?

 La lactancia artificial se utiliza diluyendo la fórmula en polvo en agua, que puede ser en España en agua del grifo, no necesitando que sea agua embotellada. Las proporciones son un cazo enrasado de polvo en una medida de 30 mililitros de agua. La fórmula se adapta a las necesidades del niño y no debe ser inferior a las calorías que el bebé consume, esto permite conocer que está bien alimentado. Se suministra a través de un biberón con tetina adecuada a la edad del bebé.

¿Puede juntarse la lactancia materna con la artificial?

Sí, se puede juntar la lactancia artificial con la lactancia materna. Esto es lo que se conoce como lactancia mixta, en casos que la madre no produce suficiente leche para conseguir una ganancia ponderal adecuada del bebé, puede ser necesario proporcionarle una cierta cantidad de lactancia artificial. En estos casos es mejor poner a mamar al niño primero y solo cuando ha mamado, ofrecerle la lactancia artificial, para que el niño obtenga sustancias que le protegen de ciertas infecciones que a través de la lactancia artificial no recibe.

Mantener la lactancia natural, aunque sea en pequeña proporción es positivo para el niño.

¿Cómo se prepara la leche de fórmula?

La leche de fórmula se prepara diluyendo la leche en polvo en agua. No es necesario que el agua sea embotellada, el agua del grifo es apta para el consumo del niño y, en el momento actual, se considera que no hace falta hervirla para dársela al bebé. Es necesario comprobar la temperatura de la leche antes de dársela al niño, ya que hay riesgo de quemarle si estuviera muy caliente. Para ello, se tienen que dejar caer unas gotas de leche sobre la cara dorsal de nuestro antebrazo, y no deberemos sentir que la leche está caliente ni fría, sino a una temperatura adecuada para suministrar al bebé.

¿Qué cantidad es la adecuada para mi bebé?

La pauta orientativa para el consumo de leche artificial por parte de los lactantes es la siguiente. No obstante, son indicaciones orientativas, la dosis más adecuada para cada bebé deben consultarse con su pediatra:

  • Semana primera: 10 ml/día por ocho tomas. El consumo será unos 80 ml en total.
  • Semana segunda: de 70 a 80 ml por ocho tomas.
  • Semana tercera y cuarta: de 90 a 120 ml por ocho tomas.
  • Segundo mes: 120 a 150 ml por siete tomas.
  • Tercer mes: de 150 a 180 ml por seis tomas.
  • Cuarto mes: 180 a 210 ml por cuatro o cinco tomas al día. 
  • Quinto mes: de 210 a 250 ml entre 4 o 5 tomas.
  • Sexto al 12 mes: 500 ml al día de preparado de continuación.