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La Importancia del Salud Dental Infantil

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Voy a darte unos datos cuanto menos inquietantes que, sin duda, despertarán tu interés en este artículo: el 50% de los niños españoles entre dos y 13 años sufre alguna patología bucodental. El 20% tiene caries.
Es nuestra misión como padres inculcar una higiene dental constante y eficaz a nuestros hijos. Si no cuidamos una boca infantil, nos exponemos a una boca adulta enferma.

¿Es culpa del niño o de los padres?

Es nuestra misión como padres inculcar una higiene dental constante y eficaz a nuestros hijos. El cuidado de los dientes comienza con la erupción de los primeros dientes, alrededor de los seis meses. Si no cuidamos una boca infantil, nos exponemos a una boca adulta enferma.

Vamos a incidir en todo lo que esté en nuestra mano para asegurarnos la correcta higiene bucal de los niños. Cualquier método es válido si conseguimos que se cepillen a diario y durante un tiempo adecuado: desde los cepillos eléctricos a los cepillos programados con temporizador o al uso de un reloj de arena para contabilizar el tiempo.

Con ello quiero advertirte de que tan importante es que se laven los dientes como que lo hagan correctamente y durante un mínimo de tiempo imprescindible.  

Pero no sólo la higiene debe preocuparnos, otros pilares importantes a tener en cuenta en la edad infantil serían la dieta y los hábitos. Vamos a insistir en cada uno de ellos por su gran relevancia.

  • En cuanto a la higiene, hemos de tener muy claro que es fundamental introducir el hábito lo antes posible. Cuando erupcionan los primeros dientes (generalmente los incisivos inferiores a los cinco a siete meses de vida) ya podemos iniciar el hábito pasando una gasa húmeda suavemente sobre las superficies dentales después de las ingestas o tomas. Recordemos que unos meses más tarde el bebé ya empieza a tomar sus primeras comidas sólidas y será entonces cuando ya se iniciará en el uso de los cepillos pediátricos. Inicialmente deben ser los padres los que cepillen la boca del niño. Cuando ya alcanza suficiente habilidad manual puede valerse por sí sólo.
  • Respecto a la técnica de cepillado, existen varias, pero debemos incidir en el cepillado de todas las caras y superficie de la lengua realizando movimientos de arrastre, con una duración mínima de dos minutos. También en la necesidad imperiosa de cepillarnos después de cada ingesta, siendo el cepillado más importante el que se realiza antes de ir a dormir.

¿Qué podríamos decir de la dieta que influya sobre la salud dental del niño?

No hay nada nuevo al respecto, pero no está de más recordarlo dado que es dogma tanto para niños como para adultos. Recordemos los puntos más importantes:

  • No abusar de alimentos ricos en azúcar (refrescos gasificados y zumos, chucherías o gominolas, bollería industrial, etc). Es importante acotar su consumo, limitándolo sólo a ocasiones especiales. Sé que es tremendamente difícil decirle a un niño que no coma galletas con chocolate ni gominolas. De hecho, no se trata de hacerle una dieta restrictiva (a menos que posea alguna intolerancia que la exija). Más bien se trata de educarle en cuanto a sus efectos no deseables. Así, si el niño tiene una necesidad imperiosa de comerse una galleta o una chuche o, simplemente tiene un mal día, podemos aceptar que coma alguno de estos alimentos si, a cambio, se cepilla los dientes justo después. De esta forma el niño no sentirá frustración y la dentadura no estará mucho tiempo expuesta a los azúcares ingeridos.
  • No picar entre comidas: en este punto es importante recordar que cada vez que el alimento entra en contacto con la boca genera una reacción enzimática y cambios de pH que favorecen la aparición de caries y el acúmulo de restos alimentarios en la bolsa periodontal. Asimismo, tenemos que confesar que no siempre nos lavamos los dientes tras cada ingesta, sobre todo a media mañana o a media tarde. Por lo tanto, el mensaje sería: si no puedes cepillarte después, mejor que no piques.

¿Cuáles serían los consejos básicos para mejorar el hábito de higiene bucal en el niño?

  • Acudir a visita de control odontológico al menos una vez al año.
  • Tratar cualquier lesión detectada en la dentadura temporal. Si no es así, puede afectarse el alveolo del diente definitivo que está justo debajo del diente temporal. Quiero que sepas que, aunque la dentadura del niño no es definitiva, también en niños realizamos tratamientos de la pulpa o del nervio, colocamos coronas metálicas para proteger un diente dañado y, por supuesto, tratamos una caries en el momento de detectarla.  Piensa que una obturación no realizada en el niño hoy puede ser una endodoncia en el adolescente.
  • Respecto al material de higiene bucal infantil, debemos emplear pastas fluoradas adaptadas a su edad y cepillos blandos (que deben cambiarse periódicamente sin esperar que las cerdas estén completamente aplanadas). Es importante que el niño lleve al colegio un pequeño estuche para continuar con su higiene dental tras la comida en el centro escolar.
  • El cepillado debe ser supervisado por los padres hasta que el niño tenga la madurez suficiente para hacerlo de forma autónoma. Aunque parezca una tontería debemos controlar la cantidad de pasta dentífrica que ponemos sobre el cepillo. La cantidad óptima sería la equivalente a un garbanzo.

Quizás te parece obvio todo lo que hemos mencionado. En realidad, se trata de unos conceptos nada novedosos, pero que a muchos nos conviene recordar. Añadirte que, a pesar de que en algunos casos la aparición de caries es debida a defectos en el esmalte y la dentina que hacen que los dientes sean más vulnerables, en la mayoría de casos es debida a un incorrecto tándem dieta-higiene. Ahora ya conoces que uno de cada cinco niños sufre caries infantil. Seguro que harás todo lo que esté en tu mano para tu hijo esté entre los cuatro restantes.