Si no pudieras valorar el estado de frescura de determinados alimentos o te costara identificar códigos de colores de planos, por ejemplo, ¿cómo te sentirías? Pues seguramente como se sienten quienes sufren daltonismo, un problema que en la sociedad en general pasa inadvertido y no reviste gravedad, pero que supone un inconveniente para los afectados en ámbitos diversos de la vida diaria cotidiana.
Tú mismo puedes valorar en casa, de una manera sencilla, si tus hijos reconocen y discriminan bien los colores, simplemente jugando con ellos, animándoles, por ejemplo, a que definan de qué color son sus juguetes, fichas, rotuladores o los dibujos que se les muestran. Si sospechas de algún tipo de alteración, consulta al pediatra.
Los objetos absorben y reflejan la luz de forma distinta dependiendo de sus características físicas, como su forma, composición, etc. El color que percibimos de un objeto es el rayo de luz que rechaza. Nosotros captamos “esos rebotes” con diferentes longitudes de onda, gracias a la estructura de los ojos. Si los rayos de luz atraviesan al objeto, éste es transparente.
La combinación de estos tres colores básicos: rojo, verde y azul permite generar numerosos tonos. El ojo humano puede percibir alrededor de 8000 colores y matices, cuando existe un nivel óptimo de iluminación.
Las personas con una capacidad normal de discriminación del color se denominan “tricrómatas”. En cambio, el daltonismo es una alteración discromatópsica de origen genético que impide la diferenciación de los colores. Fue identificada por primera vez por el químico y matemático John Dalton, de ahí su nombre.
El término “discromatopsia” hace referencia a la existencia de una dificultad en la percepción de los colores. También pueden producirse discromatopsias que no tienen un origen genético, sino que son adquiridas y se presentan en algunas enfermedades de la retina o el nervio óptico (p.ej. en accidentes que provoquen un daño en la corteza cerebral occipital o una interrupción en las vías neuronales entre el ojo y los centros de la visión cerebrales).
Existen diferentes tipos de daltonismo, que son los siguientes:
El daltonismo es hereditario y se transmite por genes alterados, encargados de producir los pigmentos de los fotorreceptores retinianos, ligados al cromosoma X. Genéticamente, los varones son XY y las mujeres, XX. Si un varón hereda un cromosoma X alterado será daltónico. En cambio, en el caso de las mujeres, es necesario tener los dos cromosomas X alterados para ser daltónicas. Por eso el daltonismo afecta a un número mayor de hombres(8% de niños varones frente a tan sólo a un 0’5%-1% de niñas). Aproximadamente el 99% de los casos corresponden a protanopia y deuteranopia o sus equivalentes (protanomalía y deuteranomalía), mientras que sólo mientras que únicamente el 0’0001% padecen deficiencias de captación del azul-amarillo (tritanopia).
Los daltónicos no discriminan igual los colores debido a la modificación de los genes encargados de producir los pigmentos de los conos. Así, dependiendo del pigmento afectado, la persona presentará alteración en la percepción de unos colores u otros. Por ejemplo, si el pigmento modificado es el del rojo, el individuo no discrimina bien el color rojo ni sus combinaciones.
El daltonismo usualmente afecta a ambos ojos por igual y se mantiene estable a lo largo de la vida. No existe tratamiento que permita corregir esta alteración.
No obstante, tiene interés detectarlo para poder proceder a informar al paciente y su familia sobre su existencia, si es que no era conocida ya previamente, para poder realizar un óptimo consejo genético (determinar el aspecto genético y hereditario que conlleva) así como una correcta orientación profesional en un futuro. El niño no debería dirigir su formación y estudios hacia profesiones en las que la visión cromática tuviera importancia relevante en el desempeño de sus funciones. De hecho, existen determinadas profesiones para las que, para acceder, es preciso superar un reconocimiento médico que implica identificar correctamente los colores, como por ejemplo la de militar de carrera, piloto, capitán de marina mercante, policía, árbitro de fútbol, etc.)