Todos sabemos que, con el paso del tiempo, perdemos capacidad auditiva (presbiacusia, que sería el equivalente a la presbicia de la agudeza visual). Pero, ¿cuándo se considera pérdida normal (fisiológica) o pérdida anormal (patológica)? Si tengo 40 años, ¿es normal que esté perdiendo audición (hipoacusia) o es demasiado pronto?
La hipoacusia es una de las pérdidas sensoriales más frecuentes y que se considera una discapacidad sensorial. Afecta alrededor del 10% de la población adulta. A partir de los 65 años casi el 50% de la población presenta presbiacusia.
La hipoacusia implica una restricción en la relación interpersonal pues se merman sus habilidades de comunicación y ello repercute en la esfera psicológica. Según el momento en que debuta una sordera podremos clasificarla como:
Atendiendo a su severidad o grado de afectación hablaremos de sordera:
Según la localización de la lesión en la vía auditiva tendremos tres tipos de hipoacusias:
Normalmente es el paciente quién acude a visita médica indicando haber observado disminución de su audición. También es frecuente que su familiar refiera dificultad de interrelación. Para confirmar el diagnóstico es preciso realizar un interrogatorio exhaustivo, en el que debemos indagar el tiempo y la forma de evolución, la forma de inicio, si existe un posible desencadenante, si empeora en lugares ruidosos, si existe presencia de otros síntomas acompañantes, etc.
Posteriormente, realizaremos una exploración empezando por una otoscopia con la que visualizaremos el conducto auditivo y la membrana timpánica.
Para cuantificar y calificar el tipo de hipoacusia precisamos realizar unas pruebas específicas de la función auditiva. Las más frecuentemente empleadas son:
Con los estudios mencionados ya podemos conocer el tipo de sordera del paciente y el grado de afectación. Es posible que para estudiar el posible origen de la sordera precisemos pruebas de imagen como la resonancia magnética (permite un mejor estudio del nervio estatoacústico y del SNC) o la tomografía computarizada (permite valorar el estado de las estructuras óseas)
El tratamiento dependerá de la causa, localización y gravedad de la hipoacusia. Podrían ser tratamientos médicos, quirúrgicos o audífonos convencionales.
Para la hipoacusia de percepción o neurosensorial el tratamiento de elección es la adaptación de audífonos. Están indicados en la pérdida de al menos 50 dB en las frecuencias conversacionales.
La hipoacusia de transmisión o conductiva puede tener muy diferentes causas: otitis externa o media, tapón de cerumen, perforación timpánica…Normalmente se realiza tratamiento médico o quirúrgico, según sea la causa.
No quería dejar de hablarte de unas enfermedades con entidad propia. Estoy segura de que has oído hablar de ellas en alguna ocasión: el trauma acústico, el barotrauma y la sordera súbita. A pesar de que son motivo de abordaje individualizado tan sólo una mención de cada una de ellas:
Para finalizar ,una pincelada de optimismo. En la actualidad se ha evolucionado a pasos agigantados respecto al diagnóstico precoz y abordaje temprano de la sordera. Es posible realizar pruebas de cribado para la detección precoz de enfermedades y prevención de minusvalías en recién nacidos. Lo recomendable es hacer el cribado entre las 12 y las 48 horas de vida, antes de salir de la maternidad. En cualquier caso, debe ser realizada en el primer mes de vida. La identificación y el tratamiento temprano de los bebés con sordera congénita (presente desde el nacimiento) facilitará el desarrollo de su lenguaje más adelante.