De momento, no existe una cura médica para la enfermedad de Crohn. La meta es suprimir la respuesta inflamatoria. Esto permite que el tejido intestinal sane y se alivian los síntomas. Una vez se controlan los síntomas, la terapia médica y dietética se utiliza para disminuir la frecuencia de los brotes de enfermedad y mantener los períodos de remisión.
La enfermedad de Crohn es una de las principales del grupo de Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII). Es un proceso inflamatorio crónico del tracto intestinal que, aunque puede afectar a cualquier parte del tracto digestivo desde la boca hasta el ano, afecta de forma más común a la porción más baja del intestino delgado (íleon) o el intestino grueso (colon y recto).
Una de las complicaciones que se pueden dar es la desnutrición (existe una alta prevalencia), debido a la mala absorción de los nutrientes a nivel intestinal cuando la enfermedad está activa; y también puede haber déficit vitamínico y/o mineral, por lo que se debe tener muy presente seguir una correcta alimentación y suministrar suplementos si fuese necesario.
Debido a que la enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier parte del intestino, los síntomas pueden ser muy distintos entre un paciente y otro.
Se desconoce la causa exacta, los estudios actuales se concentran en una reacción autoinmunitaria (el propio sistema inmunitario ataca las células sanas del cuerpo) donde las bacterias en el tubo digestivo pueden desencadenar de manera equivocada una reacción del sistema inmunitario. Esta respuesta del sistema inmunitario causa inflamación, lo que genera los síntomas de la enfermedad.
A veces puede ser hereditaria. Las investigaciones han demostrado que, si padres o hermanos tiene la enfermedad de Crohn, se podría tener mayor probabilidad de llegar a padecer la enfermedad.
La enfermedad de Crohn con medicinas (que no curan la enfermedad, pero sí disminuyen los síntomas), reposo intestinal y cirugía.
No hay un único tratamiento que funcione para todos los casos de la enfermedad. El tratamiento intenta disminuir la inflamación intestinal, evitar brotes de los síntomas y mantenerlo en remisión.
Como parte del tratamiento también debe tenerse en cuenta la alimentación, hacer cambios puede ayudar a reducir los síntomas. A pesar de esto, no hay una dieta especial y estándar para la enfermedad. Cada persona es diferente, por lo que la tolerancia dependerá del momento de la enfermedad en que se encuentre y de la zona afectada.
La alimentación será distinta cuando una persona se encuentre en una fase activa de la enfermedad, diferenciando un brote severo, moderado o leve; y cuando se encuentre en una fase de remisión.
Durante la fase activa se recomienda:
Dentro de los alimentos de consumo diario en una alimentación saludable, se aconseja tomar lácteos y alimentos con fibra (verduras, frutas y cereales integrales), pero estos pueden ocasionar problemas de digestión al consumirlos o incluso aumentar los síntomas en las fases de actividad de la enfermedad. La intolerancia a la lactosa es una situación muy frecuente en nuestro medio, y su prevalencia es más elevada aún en las personas afectadas por enfermedad de Crohn. Sin embargo, dado que las personas con intolerancia a la lactosa tienen una menor densidad ósea, la tendencia actual es mantener el consumo de lácteos, en la medida en que su tolerancia lo permita. Es recomendable consultar con el médico especialista para saber si se puede consumir fibra y lactosa.
Si los alimentos muy ricos en fibra provocan molestias se pueden tomar medidas para mejorar su digestibilidad:
Durante la fase de remisión se recomienda:
Los consejos dietéticos son los mismos que para la población sana, es decir, seguir una dieta variada y equilibrada, suficiente para cubrir las necesidades de macro y micronutrientes. Sólo se deben excluir aquellos alimentos que por propia experiencia no se toleran bien.
En caso de brote moderado-severo |
En caso de brote leve |
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Consejos generales |
Dieta sin fibra Bajo contenido en grasas transformadas Dieta sin lactosa (en personas intolerantes) o con muy escasa cantidad |
Dieta de fácil digestión Restricción de fibra insoluble y residuos Dieta controlada en grasas transformadas (bollería, pastelería, precocinados comerciales) Moderar el contenido en lactosa |
Alimentos que suelen tolerarse bien |
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En caso de brote moderado-severo |
En caso de brote leve |
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Lácteos |
Leche sin lactosa o vegetal diluida (eliminación total de la leche solo si hay diarreas, flatulencia, dolor abdominal) |
Bebidas vegetales, prioridad en el consumo de queso y yogur. Exclusión completa en intolerantes a la lactosa |
Carne y pescado |
Carne de ternera picada, pollo sin piel, pavo, conejo Pescado blanco magro |
Todo tipo de carne Pescado blanco magro Gambas y langostinos |
Huevos |
Tortilla de claras (probar tolerancia a la yema) |
Tortilla, huevo duro (muy cocido) |
Pan, cereales |
Tostadas no integrales, biscotes, sémola de arroz, sopa de tapioca, arroz hervido, maicena, pasta de sopa pequeña muy cocida |
Pan tostado no integral, biscotes, pan de molde, arroz hervido, pasta muy cocida, maicena, sémola de arroz, cereales sencillos sin azúcar ni fibra |
Patata |
Puré de patata |
Puré de patata |
Embutido |
Jamón dulce sin grasa, pechuga de pavo cocido |
Jamón dulce o curado sin grasa, pechuga de pavo cocida |
Fruta |
Manzana o pera al horno o hervida, pera o melocotón en almíbar sin líquido, membrillo |
Zumo de uva o manzana caseros, manzana al horno o hervida, plátano maduro, membrillo |
Verdura |
Verduras en puré, verduras tiernas hervidas. |
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Bebida |
Agua, agua de arroz o zanahoria, caldo vegetal |
Agua, agua de arroz o zanahoria, caldo vegetal |
Cocciones |
Cocido y papillote |
Cocido, papillote, plancha, horno, grill, parrilla, guiso suave |
Alimentos que NO suelen tolerarse bien |
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Verduras |
Cebolla, coles, coliflor, pimientos, puerros, rábanos |
Legumbres |
Guisantes, lentejas, habas, garbanzos, habichuelas, judías, patatas fritas |
Pan y cereales |
Centeno, pan muy fresco Fibra insoluble procedente de cereales integrales |
Frutas |
Albaricoque, melocotón, ciruelas, cerezas, higos, melón |
Huevo |
Huevos duro y frito |
Lácteos |
Leche entera, queso graso |
Pescado |
Pescado azul frito o en aceite |
Carne |
Tocino, carnes grasas (cerdo, cordero, pato) y fritas. Embutidos, sesos, callos, pollo frito |
Bebidas |
Bebidas con gas, bebidas con cacao Tomar suficiente cantidad de líquidos, se aconseja tomar pequeñas cantidades de agua de forma frecuente a lo largo de todo el día, para asegurar una correcta hidratación. |
Grasas |
Alimentos grasos como mantequilla, nata, manteca, embutidos grasos, etc. Preparaciones grasas como frituras, salsas, etc. |
Otros |
Evitar los picantes y los edulcorantes, pueden ocasionar diarreas (caramelos, chicles, bebidas Light o Zero…). Evitar bollería |