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Hábitos Saludables Para Aliviar la Enfermedad de Crohn

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De momento, no existe una cura médica para la enfermedad de Crohn. La meta es suprimir la respuesta inflamatoria. Esto permite que el tejido intestinal sane y se alivian los síntomas. Una vez se controlan los síntomas, la terapia médica y dietética se utiliza para disminuir la frecuencia de los brotes de enfermedad y mantener los períodos de remisión.
La enfermedad de Crohn es una de las principales del grupo de Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII).

¿Qué es?

La enfermedad de Crohn es una de las principales del grupo de Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII). Es un proceso inflamatorio crónico del tracto intestinal que, aunque puede afectar a cualquier parte del tracto digestivo desde la boca hasta el ano, afecta de forma más común a la porción más baja del intestino delgado (íleon) o el intestino grueso (colon y recto).

Una de las complicaciones que se pueden dar es la desnutrición (existe una alta prevalencia), debido a la mala absorción de los nutrientes a nivel intestinal cuando la enfermedad está activa; y también puede haber déficit vitamínico y/o mineral, por lo que se debe tener muy presente seguir una correcta alimentación y suministrar suplementos si fuese necesario.

¿Qué síntomas da?

Debido a que la enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier parte del intestino, los síntomas pueden ser muy distintos entre un paciente y otro.

  • Dolor abdominal.
  • Retortijones frecuentes.
  • Diarrea (puede empezar lentamente o de repente).
  • Necesidad de ir al baño con frecuencia.
  • Sangrado rectal.
  • Anemia (que puede causar mareos o cansancio).
  • Pérdida de apetito.
  • Pérdida de peso.
  • Fiebre.
  • Durante los períodos de síntomas activos, los pacientes también pueden experimentar fatiga (cansancio extremo), lesiones en la piel, en los ojos, o dolores en las articulaciones. En niños y adolescentes puede haber retraso en el crecimiento. 

¿Cuáles son las causas de la enfermedad de Crohn?

Se desconoce la causa exacta, los estudios actuales se concentran en una reacción autoinmunitaria (el propio sistema inmunitario ataca las células sanas del cuerpo) donde las bacterias en el tubo digestivo pueden desencadenar de manera equivocada una reacción del sistema inmunitario. Esta respuesta del sistema inmunitario causa inflamación, lo que genera los síntomas de la enfermedad.

A veces puede ser hereditaria. Las investigaciones han demostrado que, si padres o hermanos tiene la enfermedad de Crohn, se podría tener mayor probabilidad de llegar a padecer la enfermedad.

¿Cuál es el tratamiento de la enfermedad?

La enfermedad de Crohn con medicinas (que no curan la enfermedad, pero sí disminuyen los síntomas), reposo intestinal y cirugía.

No hay un único tratamiento que funcione para todos los casos de la enfermedad. El tratamiento intenta disminuir la inflamación intestinal, evitar brotes de los síntomas y mantenerlo en remisión.

Como parte del tratamiento también debe tenerse en cuenta la alimentación, hacer cambios puede ayudar a reducir los síntomas. A pesar de esto, no hay una dieta especial y estándar para la enfermedad. Cada persona es diferente, por lo que la tolerancia dependerá del momento de la enfermedad en que se encuentre y de la zona afectada.

¿Qué pautas de alimentación se pueden seguir?

La alimentación será distinta cuando una persona se encuentre en una fase activa de la enfermedad, diferenciando un brote severo, moderado o leve; y cuando se encuentre en una fase de remisión.

Durante la fase activa se recomienda:

  • Distribuir la comida en varias tomas de menos cantidad y evitar las comidas copiosas. Una adecuada distribución de los alimentos a lo largo del día ayudará a controlar los síntomas de la enfermedad.
  • En los períodos de brote, se aconseja controlar el contenido de lactosa, grasas y fibra dietética.
  • Identificar los alimentos a los que asocian los síntomas.
  • Identificar los alimentos que causan menor sintomatología.
  • Evitar el alcohol, la cafeína, la fructosa, el azúcar y los edulcorantes artificiales si hacen sentir peor.
  • En muchas ocasiones, en fase de brote severo o cuando existe hospitalización por complicaciones debidos a la propia enfermedad, se prescribe una dieta enteral (NE) por vía oral (sin fibra y sin lactosa).

Consejos específicos sobre los lácteos

Dentro de los alimentos de consumo diario en una alimentación saludable, se aconseja tomar lácteos y alimentos con fibra (verduras, frutas y cereales integrales), pero estos pueden ocasionar problemas de digestión al consumirlos o incluso aumentar los síntomas en las fases de actividad de la enfermedad. La intolerancia a la lactosa es una situación muy frecuente en nuestro medio, y su prevalencia es más elevada aún en las personas afectadas por enfermedad de Crohn. Sin embargo, dado que las personas con intolerancia a la lactosa tienen una menor densidad ósea, la tendencia actual es mantener el consumo de lácteos, en la medida en que su tolerancia lo permita. Es recomendable consultar con el médico especialista para saber si se puede consumir fibra y lactosa.

  • En caso de no tolerar bien los lácteos: se puede tomar leche sin lactosa o bebidas vegetales como la de soja o avena, pero enriquecido en calcio. Los quesos y yogures contienen menos lactosa por lo que su tolerancia puede ser mayor. Los quesos suelen contener mayor fracción grasa, y eso los convierte en más calóricos. En caso de estar con bajo peso, puede ser una buena opción rica en calcio y además ayudará a aumentar las calorías de la dieta.
  • En caso de no tolerar ningún lácteo: se puede aumentar el consumo de otros alimentos ricos en calcio, siempre que estos sean bien tolerados. Un ejemplo son los pescaditos pequeños con espina o sardinas en lata (consumir con las espinas), los frutos secos (almendras, nueces, avellanas), y las semillas de sésamo. Otras alternativas pueden ser: bebidas de soja o de arroz enriquecidas con vitamina D y calcio.

Consejos específicos sobre la fibra

Si los alimentos muy ricos en fibra provocan molestias se pueden tomar medidas para mejorar su digestibilidad:

  • Preparar las legumbres en cocciones sencillas, evitando los guisos grasos. Si igualmente enteras no se toleran bien, se pueden tomar trituradas, y si aún así dan molestias se puede pasar el puré por el chino.
  • Tomar las frutas masticándolas bien, o bien hornearlas para mejorar su tolerancia.
  • Probar la tolerancia a los diferentes tipos de verduras y mediante diferentes formas de cocción, ir probando una por una y en pequeñas cantidades.
  • Las verduras y frutas que generalmente dan más problemas son las coles, coliflor, brócoli, etc. y los cítricos, aunque eso no significa que en todos los casos vayan a ser mal tolerados.

Durante la fase de remisión se recomienda:

Los consejos dietéticos son los mismos que para la población sana, es decir, seguir una dieta variada y equilibrada, suficiente para cubrir las necesidades de macro y micronutrientes. Sólo se deben excluir aquellos alimentos que por propia experiencia no se toleran bien.

En caso de brote moderado-severo

En caso de brote leve

Consejos generales

Dieta sin fibra

Bajo contenido en grasas transformadas

Dieta sin lactosa (en personas intolerantes) o con muy escasa cantidad

Dieta de fácil digestión

Restricción de fibra insoluble y residuos

Dieta controlada en grasas transformadas (bollería, pastelería, precocinados comerciales)

Moderar el contenido en lactosa


Alimentos que suelen tolerarse bien

En caso de brote moderado-severo

En caso de brote leve

Lácteos

Leche sin lactosa o vegetal diluida (eliminación total de la leche solo si hay diarreas, flatulencia, dolor abdominal)

Bebidas vegetales, prioridad en el consumo de queso y yogur.

Exclusión completa en intolerantes a la lactosa

Carne y pescado

Carne de ternera picada, pollo sin piel, pavo, conejo

Pescado blanco magro

Todo tipo de carne

Pescado blanco magro

Gambas y langostinos

Huevos

Tortilla de claras (probar tolerancia a la yema)

Tortilla, huevo duro (muy cocido)

Pan, cereales

Tostadas no integrales, biscotes, sémola de arroz, sopa de tapioca, arroz hervido, maicena, pasta de sopa pequeña muy cocida

Pan tostado no integral, biscotes, pan de molde, arroz hervido, pasta muy cocida, maicena, sémola de arroz, cereales sencillos sin azúcar ni fibra

Patata

Puré de patata

Puré de patata

Embutido

Jamón dulce sin grasa, pechuga de pavo cocido

Jamón dulce o curado sin grasa, pechuga de pavo cocida

Fruta

Manzana o pera al horno o hervida, pera o melocotón en almíbar sin líquido, membrillo

Zumo de uva o manzana caseros, manzana al horno o hervida, plátano maduro, membrillo

Verdura

Verduras en puré, verduras tiernas hervidas.

Bebida

Agua, agua de arroz o zanahoria, caldo vegetal

Agua, agua de arroz o zanahoria, caldo vegetal

Cocciones

Cocido y papillote

Cocido, papillote, plancha, horno, grill, parrilla, guiso suave


Alimentos que NO suelen tolerarse bien

Verduras

Cebolla, coles, coliflor, pimientos, puerros, rábanos

Legumbres

Guisantes, lentejas, habas, garbanzos, habichuelas, judías, patatas fritas

Pan

y cereales

Centeno, pan muy fresco

Fibra insoluble procedente de cereales integrales

Frutas

Albaricoque, melocotón, ciruelas, cerezas, higos, melón

Huevo

Huevos duro y frito

Lácteos

Leche entera, queso graso

Pescado

Pescado azul frito o en aceite

Carne

Tocino, carnes grasas (cerdo, cordero, pato) y fritas. Embutidos, sesos, callos, pollo frito

Bebidas

Bebidas con gas, bebidas con cacao

Tomar suficiente cantidad de líquidos, se aconseja tomar pequeñas cantidades de agua de forma frecuente a lo largo de todo el día, para asegurar una correcta hidratación.

Grasas

Alimentos grasos como mantequilla, nata, manteca, embutidos grasos, etc.

Preparaciones grasas como frituras, salsas, etc.

Otros

Evitar los picantes y los edulcorantes, pueden ocasionar diarreas (caramelos, chicles, bebidas Light o Zero…).  Evitar bollería


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