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Glioblastoma

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El glioblastoma multiforme es un tipo de cáncer cerebral muy agresivo que se forma a partir de unas células llamadas astrocitos, que son células de sostén del tejido cerebral, una tipología que da soporte a las conexiones neuronales. También llamado glioblastoma sin más o glioma de grado IV, puede resultar muy difícil de tratar, y con frecuencia no se puede curar. Los tratamientos pueden enlentecer la evolución del cáncer y reducir los signos y síntomas, pero con todo, el pronóstico es infausto, con una esperanza de vida de uno o dos años aproximadamente desde el momento del diagnóstico.
El glioblastoma multiforme puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente que lo haga en personas adultas de una edad ya avanzada.

Incidencia y causas

El glioblastoma multiforme puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente que lo haga en personas adultas de una edad ya avanzada. Es un tumor poco frecuente; de hecho, la mayoría de tumores cerebrales son metástasis de otros tumores primarios. En España se diagnostican unos 1.300 casos anualmente.

No existe una causa conocida responsable de la aparición de los gliomas. Menos del 5% de los pacientes con glioblastoma multiforme presentan antecedentes familiares. Algunas enfermedades degenerativas cerebrales pueden predisponer a la aparición de un glioblastoma. Por el contrario, no se ha demostrado que utilizar con frecuencia los teléfonos móviles pueda tener relación con un aumento de la incidencia de estos tumores cerebrales.

¿Cómo se manifiesta?

El glioblastoma multiforme es un tipo de cáncer que se comporta de manera diferente al resto de tumores. Es un tumor altamente agresivo, en parte debido a que muchas de sus células son parecidas a las células madre, lo cual les confiere una gran capacidad para regenerarse pese a los tratamientos y seguir invadiendo el tejido cerebral adyacente. Por el contrario, pese a su agresividad, nunca genera metástasis, es decir, no se propaga a otras partes del cuerpo.

Los glioblastomas multiformes son asintomáticos inicialmente y no es hasta que han adquirido un cierto tamaño que comienzan a dar síntomas, en general debido al aumento de la presión intracraneal que provocan. Estos síntomas, inespecíficos por desgracia, son:

  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas o vómitos.
  • Convulsiones.
  • Pérdida de memoria.
  • Cambios de comportamiento.
  • Alteraciones del equilibrio.
  • Incontinencia urinaria.
  • Alteraciones de la movilidad o la sensibilidad.
  • Alteraciones del lenguaje.
  • Trastornos cognitivos.
  • Alteraciones de la visión.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de este tipo de cáncer se basará en la exploración neurológica y en las pruebas de imagen que solicite el neurólogo para observar su presencia, como son una resonancia magnética nuclear, la resonancia magnética funcional, el escáner o la tomografía por emisión de positrones (PET). En ocasiones se pueden realizarse otras pruebas complementarias como electromiogramas, analíticas de sangre, flujometrías urinarias y una biopsia de la lesión, en función de su ubicación.

¿Cómo se trata?

La primera opción terapéutica será la cirugía, cuyo objetivo será obtener tejido tumoral para el diagnóstico, extirpar la mayor cantidad posible de tumor y reducir los síntomas provocados por el aumento de la presión intracraneal secundaria al tumor. Se intenta resecar la mayor cantidad posible de tumor. Sin embargo, en función de su localización, se pueden ver afectadas funciones como la motilidad, la sensibilidad o el habla, de manera que los tumores no se podrán extirpar en su totalidad. Asimismo, dado que las células de un glioblastoma multiforme tienen unas prolongaciones parecidas a tentáculos que se prolongan e invaden el tejido de alrededor, es difícil extirpar estos tumores cerebrales por completo.

Tras la cirugía son varias las opciones terapéuticas, como la radioterapia, la quimioterapia o la inmunoterapia mediante anticuerpos monoclonales, así como fármacos para tratar los síntomas provocados por el tumor, como corticoides o hipotensores. Con todo, el pronóstico de este tipo de cáncer tan agresivo sigue siendo poco halagüeño.

Ensayos

Se están llevando a cabo diferentes ensayos clínicos para hacer frente mejor a este tumor y mejora la esperanza de vida de los pacientes.

  • Uno de estos ensayos se basa en el uso de un adenovirus, un tipo de virus como el que causa el resfriado, que modificado genéticamente para que afecte solo a las células tumorales e inyectado directamente en el tumor activa al sistema inmunitario para que este ataque y destruya las células tumorales. Se está investigando el uso conjunto de este adenovirus con fármacos de inmunoterapia para aumentar la tasa de supervivencia de estos pacientes.
  • Otro ensayo clínico está estudiando frenar la capacidad de replicación del ADN de los tumores y por lo tanto la multiplicación de sus células. Un tercer estudio está evaluando la posibilidad de eliminar la capacidad de cambiar que tiene el glioblastoma multiforme para hacerse resistente a diferentes tratamientos de quimioterapia o radioterapia. Por último, también se está investigando la capacidad que tiene el tumor de alterar unas células que se encuentran junto a los vasos sanguíneos, los pericitos, que son claves para activar la respuesta inmunitaria. Si se pudiese impedir esa alteración, el sistema inmunitario podría detectar el tumor y combatirlo.

Son varias, pues, las líneas de investigación abiertas. Confiemos en que en unos años podamos disponer de nuevas vías para hacer frente a este agresivo tumor cerebral.